viernes, 3 de agosto de 2012

Oposición Civil

Por Luis Manuel Aguana

La primera vez que salí fuera del país fue precisamente el Viernes Negro de 1983. Asistía a un curso de capacitación técnica de un software de comunicaciones para grandes sistemas de la compañía para la que trabajaba. Esa semana había mucha confusión y rumores. La gente estaba muy nerviosa y buscaban dólares en efectivo porque se decía que el 4,30 desaparecería. Y no estuvieron equivocados. Ese viernes histórico desapareció en verdad mientras yo volaba rumbo al exterior. Me entere de todo el zaperoco en Venezuela cuando mis tarjetas no funcionaron en un hotel de la célebre Dallas, casi a media noche, y si no es porque la compañía en el exterior se responsabilizó, hubiera dormido en la calle porque lo único que valía para nosotros era el efectivo. Y en verdad ese día todos los venezolanos nos quedamos realmente en la calle en el exterior.

Luego de casi 30 años de ese episodio, y en otras circunstancias, me siento en el mismo predicamento. Estoy de nuevo fuera del país, en otro curso de capacitación técnica y la situación del país hace otra vez que los venezolanos que viajamos por trabajo nos sintamos unos parias en el exterior. Nuestros medios de pago igualmente se redujeron al efectivo que te lleves en los bolsillos. En lugar de mejorar, la situación ha empeorado significativamente. ¿Y a quién afectó esta decisión? ¿A los políticos quienes la tuvieron que tomar? No, a nosotros, a la gente común. A mí, que me encontraba en una ciudad desconocida en el exterior, sintiéndome completamente en la calle. ¿Fuimos acaso los ciudadanos comunes los responsables de ese desastre?

A este punto, cualquiera podría decirse, bueno, ¿y cuál es la quejadera de este tipo? ¿Porque no se ha ido todavía? Esa es la salida fácil. Porque a los venezolanos nos encantan las salidas fáciles. Después de ver fuera de tu país que sales del hotel y estas en 15 minutos en el sitio de trabajo, hay colas razonables, el servicio de transporte publico funciona y recogen la basura, te hace decir ¿Y porque lo que disfruta cualquier ciudadano del mundo no lo disfrutas tú en tu casa, Venezuela? No puede ser. Así que no es tan fácil como decir me largo de aquí porque las cosas no funcionan. ¿Porque para un ciudadano del mundo es normal llegar a su trabajo en 15 minutos y en Caracas debes salir dos horas antes? Eso se llama calidad de vida. Tenemos que ver porque no funcionan las cosas y actuar en consecuencia. ¿Y quién lo va a hacer?

Siempre me llama la atención cuando decimos, -y me incluyo porque a veces me descubro en eso-, "hay que hacer", "deberían arreglar eso", colocando siempre las cosas en un terreno difuso de responsabilidad. "Alguien" debe arreglar, "alguien" debe hacer. Eso nos ha matado porque al final nadie se ocupa. Y eso nos pasa en todos los órdenes de nuestra vida, desde lo público hasta lo familiar.

Estas reflexiones siempre me asaltan cuando salgo de Venezuela y comparo en carne y hueso que es lo que quiero para mí, para mi familia, para mis amigos, para la gente que quiero, para mi país. El desastre que tenemos en nuestra tierra versus cualquier otra nación con un estándar de vida decente. Y eso me da ánimos para seguir, para aportar, para no decir me rindo, para no decir me voy…

Y habiendo hecho esa acotación previa, aterrizo en lo que vendrá. Los venezolanos tendremos que apelar a toda la venezolanidad de la que dispongamos el próximo 8 de Octubre. No, no es un sentimiento derrotista. En cualquiera de los dos casos tendremos que "echarle un camión" de voluntad a lo que venga. Si gana Henrique,- y cobra-, como todos esperamos, habrá un país destrozado que reconstruir. Habrá que detener en seco la matazón en las calles. Habrá una PDVSA en ruinas que poner a producir y unas finanzas públicas que rehacer. Pero también habrá optimismo y un futuro en el camino que promete Henrique.

Pero eso no se hará solo. El país requerirá del concurso de todos y en especial de sus mejores hijos para cambiar en muy corto tiempo una realidad angustiante y que la gente sienta que realmente el país puede cambiar en democracia. Es una deuda de años de nuestra dirigencia política. Se puede lograr calidad de vida si hay dirigentes y gerencia publica eficientes. Quiero estar en la primera fila de lo que a partir de ahora bautizaré como la Oposición Civil. El rol que jugará esta oposición en los próximos años, comenzando a partir del 8 de Octubre, será determinante.

Esa Oposición Civil no tiene que ver nada con los partidos políticos ni pretende sustituirlos. Es la esencia ciudadana. Es la gente que votó por un cambio el 12F y que sorprendió a todos los pronósticos de los partidos. Si PJ cree que esos votos fueron de ellos, mejor que se dediquen a otra cosa. La Oposición Civil es la sociedad civil en su papel protagónico de los cambios, y su actuación en los asuntos públicos se manifiesta en su participación activa y contralora de los principales actores públicos.

Siempre será opositora y les recordará permanentemente a esos actores que existe un país anónimo al que les afectan las decisiones y las políticas públicas que se apliquen a los ciudadanos. Son las personas de a pie que no militan en partidos pero que son ciudadanos conscientes que viven y quieren a su país, ONGs que tienen sus espacios civiles, personalidades generadoras de opinión sin vinculaciones ni rabos de paja, que están día a día aportando su granito de arena para las cosas se hagan bien. De haber existido antes esa participación decidida tal vez las cosas no hubieran llegado tan lejos y Chávez no existiría en la escena política venezolana.

Ahora bien, si las cosas no salen como pensamos y Chávez se alza con el triunfo, -fraude técnico dixit-, aceptado por esta oposición política, veremos entonces un escenario muy diferente. ¿Quiénes se quedaran para "echarle un camión" de voluntad a este país? Respuesta: la Oposición Civil. Los que siempre estaremos y que no dejaremos que este país se vaya por el caño porque unos políticos lo vendieron. No, no es un llamado a la anti política. Es un llamado a jugar a la política de verdad. No eso que nos llevó a este despeñadero y que le sirvió de justificativo a un militar golpista en 1992 para romper su juramento. Esa Oposición Civil tendrá las formas que la circunstancia amerite y se mimetizará en su mejor forma para recuperar la democracia. Dios quiera que no tengamos que llegar allí, pero si llegamos, allí estaremos…

San Juan de Puerto Rico, 3 de Agosto de 2012

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sábado, 28 de julio de 2012

Coincidencias Técnicas

Por Luis Manuel Aguana

Quise esperar varios días para que se aclarara un poco el panorama en relación a la propuesta realizada por ESDATA y Voto Limpio al Grupo La Colina el sábado 21 Julio, esperando la reacción de los principales actores. Lamenté la respuesta del Grupo La Colina, no solo porque no se atendió a un llamado de Unidad Técnica hecho con extraordinaria buena fe, sino porque la respuesta no fue técnica sino política. No creo que valga la pena discutir aquí las diferencias técnicas que se han dado a conocer públicamente entre las posiciones de ambos grupos, las cuales fueron expresadas en los Foros realizados el 23 de Mayo y 6 de Junio respectivamente en la sede del diario El Nacional.

Sin embargo, más que las diferencias, lo que quiero resaltar aquí son las coincidencias. Y ustedes dirán, ¿Cuáles coincidencias, si no se logró discutir nada? Pues sí, tenemos coincidencias. Y desde ellas podríamos construir, aunque nuestros amigos del Grupo La Colina difieran del planteamiento realizado, una propuesta en la que todos los técnicos opositores tengamos un sustento común. Difícil pero no imposible.

Durante el Foro del 21 de Julio del Grupo La Colina, se destacaron tres aspectos sobre los cuales TODOS los técnicos coincidimos: Las captahuellas, a) No garantizan el principio “una persona un voto”, b) son un arma intimidatoria y c) generarán retrasos peligrosos para una elección masiva y muy polarizada (tomado de la presentación del Ing. Mario Torre, Grupo La Colina, 21 de Julio de 2012).

Analicemos esto con detalle. ¿Porque el CNE insiste que se garantiza el principio de un elector un voto? Sobre la campaña publicitaria del CNE el Rector Vicente Diaz señaló en entrevista reciente en el diario Últimas Noticias (ver http://www.ultimasnoticias.com.ve/noticias/tuvoto/candidatos/-malandrines-arrojan-dudas-sobre-secreto-del-voto-.aspx) “es mentirosa, porque dice que con el dispositivo nuevo que es el SAI se va a preservar el principio de un elector un voto, si eso es verdad, el CNE desde 1936 para acá no ha garantizado ese principio, porque ese dispositivo no lo habíamos tenido, y sin embargo hemos hechos elecciones en las que ha ganado el que tiene los votos y siempre se ha preservado ese secreto del voto. De manera que ese principio no es el que garantiza un elector un voto, sino un conjunto de medidas que son parte del protocolo electoral”.

Por otro lado el CNE, al segmentar la base de datos de huellas en las 39.922 maquinas de votación, debe garantizar que ninguna huella este duplicada en una o varias máquinas con diferentes números de cédula de identidad y la oposición debe constatarlo así. Esto, por razones de tiempo será imposible realizarlo en una base de datos de huellas de 18.9 millones de electores y a la oposición le será a su vez imposible verificarlo en TODAS y cada una de las huellas a través de un proceso limpio de auditoría de huellas dactilares.

Entonces, por un lado un Rector insiste públicamente que el principio “un elector un voto” se ha garantizado desde 1936 y por otro lado la razón técnica indica que aunque ese dispositivo éste en la herradura de la mesa de votación, el principio no se garantizará igualmente por esa sola razón. ¿Que indica esto? Que al siempre haber sido garantizado el principio desde 1936, como indica el Rector Díaz, la captahuella no agregará ningún valor al proceso y que no está allí para ese propósito, sino para uno mucho mas macabro. Y allí pasamos a la segunda coincidencia: son un arma intimidatoria.

En una población poco educada, dependiente de la Administración Pública en sus diferentes versiones, y susceptible a pensar por el estomago y el hambre, el gobierno intimida, no solo diciendo de manera subliminal en su cuña que sabremos por quien votaste, sino que le dice abiertamente que el dispositivo que lo identifica antecede al voto que emitirá. ¡Menuda percepción! Todos los estudios de la Ciencia del Comportamiento Aplicada indican que en cualquier evento o servicio, desde la entrega de una pizza hasta una consultoría de ingeniería de largo plazo, LA PERCEPCION ES LA REALIDAD. No importará si les demostramos matemáticamente y con los algoritmos de las máquinas a los 18.9 millones de electores, uno por uno, que técnicamente el voto es secreto. Ellos DEBEN PERCIBIR QUE REALMENTE ESO ES ASI. Y eso no se está cumpliendo. El SAI logra que se perciba a la captahuella como un elemento descubridor del voto.

Consecuentemente el jefe de una familia que dependa de un miserable sueldo en una Alcaldía chavista del municipio más recóndito del país, no se creerá que una captahuella pegada a la maquina le va a garantizar el secreto de su voto. Tal vez usted que lee esto por Internet no tenga ese problema. Pero alguien que vive de su sueldito en una prefectura del interior y que ve las computadoras como gallina que ve sal, seguramente no se lo creerá. Tal vez nosotros, opositores furibundos, pensemos que ya la gente está obstinada de este gobierno, pero…¿ese nivel de obstinación estará por encima de correr ese riesgo? Sería estúpido que pensáramos eso. Y esto nos lleva a la tercera coincidencia: los retrasos peligrosos para una elección masiva y muy polarizada.

La captahuella no solo cumplirá su cometido como intimidatoria del voto, que ya es bastante decir, sino que introduce un elemento nunca antes probado en una elección del pasado, estando dentro de la mesa electoral. El CNE y la oposición NO SABEN, porque no se ha probado masivamente nunca, cual será la carga de retraso real que introducirá ese nuevo elemento. La experiencia más cercana y traumática la vivimos los venezolanos al introducirse por vez primera este dispositivo en el Referéndum Revocatorio del año 2004.

En esa ocasión las captahuellas estaban fuera de la mesa con lo cual las colas eran concurrentes y no secuenciales, y con todo, el desastre fue monumental. ¿Qué logra el CNE con eso? Lo menos, el desanimo de la gente de ir a votar ya que la abstención le favorece al gobierno, aliado fundamental del CNE parcializado. Pero lo más importante es la movilización de su gente. Los centros donde existen mayor número de electores registrados son “opositores”.

La creación de nuevos centros en sitios poco convencionales y de pocas mesas, tienen mayor concentración de votos oficialistas porque fueron creados precisamente en sitios donde el gobierno tiene sus números altos. Eso es del conocimiento de los técnicos del Comando Venezuela. Ellos votarán, en general, más fácilmente que nosotros. Y al salir rápidamente de las colas, los protagonistas del RE inflado, denunciados mil veces por ESDATA y Voto Limpio, repetirán su voto por estar registrados con huellas iguales en mesas diferentes, con una tinta indeleble chimba y no precintada. Ellos votaran de nuevo, y adivinen por quien.

Entonces, si tenemos coincidencias en estos tres aspectos fundamentales ¿porqué no acordar? De la explicación técnica del sábado 21 de julio, este proceso electoral es inédito en sus auditorías con lo cual hay que experimentarlas. Todo el proceso es nuevo y en esa nueva experiencia quien gana es el gobierno. Sin embargo, como conocimos de la exposición, ya el Grupo La Colina tiene muchísima experiencia en la auditoría de todos los procesos desde el año 2005 hasta el último del año 2010, donde salimos victoriosos. Esta experiencia iba a repetirse sin mayores cambios para este proceso electoral hasta que el CNE nos sorprendió con el SAI. ¿Por qué ocurrió eso? ¿Qué hay detrás de toda esta jugada? De no haber salido este sistema por parte del CNE no creo que siquiera se hubiera planteado esta discusión más allá del Registro Electoral.

En este sentido, nuestra representación técnica podría plantear el mismo esquema electoral del año 2010, tanto en maquinas, software, auditorias y procedimientos de seguridad, dado en que el supuesto básico que introducía a la captahuella no se está cumpliendo-un elector un voto- y el CNE no tiene argumento para dejarla. Si sacamos fuera de la herradura la captahuella, el proceso, con cambios muy leves, sería exactamente el mismo que el del año 2010. Incluso mucho más simple ya que estaríamos eligiendo un solo candidato entre pocos, no el montón de Diputados de la Asamblea Nacional.

El Grupo Técnico de La Colina debe coincidir en este punto de que si se repite el mismo proceso del 2010 estaríamos más que cubiertos técnicamente. No habría auditorías de huellas y estaríamos lidiando con el mismo RE sin auditar del año 2010, obviamente con su actualización. La gente iría a votar con la misma confianza con la que votó en las Elecciones Parlamentarias y tendríamos los mismos procesos de auditoría, con el mismo CNE. ¿Cuál sería entonces nuestra diferencia fundamental? El estado del Registro Electoral. Pero asumiendo como cierto el argumento de que ya fuimos con ese RE y vencimos el 2010, creo que nuestras diferencias serían mucho menores y se iría con más seguridad del triunfo opositor sobre la base que se acuerde sacar las captahuellas de la mesa. Pienso que esto no comprometería el cronograma ya que esas auditorias y pruebas técnicas ya han sido realizadas en pasados procesos electorales y han demostrado ser confiables, de acuerdo al equipo técnico del Comando Venezuela..

Creo que la lucha de corto plazo debe ser insistir y poner toda nuestra energía en la presión de la sociedad civil para sacar a la captahuella de la mesa de votación, basado en los puntos en los que si coincidimos en toda esa presentación técnica mostrada en el Foro del Grupo La Colina. Ojalá que los partidos políticos a quienes corresponda tomar esa decisión, como dice la respuesta que se le dio a una propuesta técnica formulada de buena fe, acuerden solicitar el retiro de las captahuellas de la mesa de votación al CNE al ver que todos los técnicos ya estamos de acuerdo en lo fundamental. Así, al no haber controversia técnica, el tema ya deja de ser técnico para convertirse en político y sus solicitantes ya no seríamos nosotros sino nuestro candidato, Henrique Capriles Radonski. Será de él la última palabra…

Caracas, 28 de Julio de 2012

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