lunes, 10 de junio de 2013

Golpe de Estado versus Constituyente



Por Luis Manuel Aguana

La inmensa cantidad de correos y artículos publicados en relación a que la única salida a la crisis institucional del país pasa por un Golpe de Estado es aterradora. Muchas de las argumentaciones se basan-y con toda razón-, en la responsabilidad que tienen las Fuerzas Armadas de la restitución del Estado de Derecho, pisoteado hasta la saciedad por el régimen de Chávez, heredado por el Ilegitimo mediante el atraco en descampado de unas elecciones.

Sin embargo, esas voces al unísono me suenan como el coro de ranas que de aquella fábula de Esopo, “Las Ranas pidiendo Rey” que describí el año pasado: “Aún estamos sintiendo lo que deseamos como país en 1998, a alguien que pusiera orden. Pareciera que todos los venezolanos fuimos a pedírselo juntos en cola al dios Júpiter de la fábula. Y nuestra suplica fue concedida cuando nos llegó alguien que se está comiendo a las ranas en el más absoluto desorden. Pero este país merece algo más que el lapidario designio de Júpiter acerca del reinado eterno de ese rey.” (ver Fabulas de Esopo en http://ticsddhh.blogspot.com/2012/03/fabulas-de-esopo.html). Lean la fábula y lo comprenderán.

Es por esa razón que voy a atreverme a ir en contra de la corriente general y de las muy respetables voces que claman por ese Rey. No es la primera vez que lo hago. Pienso que vuelven a equivocarse, de la misma manera que lo hacen aquellos que creen, todavía atornillados en el siglo pasado, que nos encontramos en los mismos escenarios políticos e institucionales que vivimos en Venezuela con los golpes ya conocidos y estudiados, con unas Fuerzas Armadas, no solo armadas con las armas de la República sino también con la decencia que ello debe conllevar.

No señores, un Golpe de Estado ahora no sería como el de la Junta de 1948 que entronizó a Perez Jiménez por 10 años, y menos aún como el que le dieron a él los cadetes de la Academia Militar, que asombrosamente contó con una Junta que llevó al país a unas elecciones limpias en 1959 y luego generosamente le traspasó el poder a un Presidente legítimo.

Pero lo peor del Golpe no son las expectativas que se tienen con él-sin fundamento, a mi modesto modo de ver-, sino que sería una suerte de “quítate tu pa’poneme yo” con la extraordinaria excusa que le daríamos nosotros mismos para irrumpir sobre el hilo constitucional al respaldarlo abiertamente porque sobran las razones para darlo. Pero a veces, sobran razones también para matar a un asesino violador con las propias manos y no por eso aprobamos su linchamiento por la poblada. Para eso la sociedad se da tribunales y justicia.

Los Golpes del pasado contaban con una condición que no existe ahora: eran golpes entre venezolanos, no había un tercero interesado en medio. Se convoca a la “institucionalidad de las Fuerzas Armadas” como si eso fuera algo que no debe estar respaldado por las armas.

El Comandante Hugo Chávez DESARMO a la Fuerzas Armadas. Así como lo leen. Le entregó las armas de la República a las milicias inconstitucionales, a los grupos paramilitares, a los delincuentes, a la narcoguerrilla, a los Colectivos, a todo el mundo menos a quienes debían institucionalmente tener el control de esos instrumentos, los únicos capaces de sacarlo del poder.

Desmanteló el apresto operacional de todos los componentes de las Fuerzas Armadas al punto de que no existiera nadie que fuera capaz de reunir el poder suficiente para cambiar este estado de cosas por la vía de la fuerza militar, en contra de los designios de la ocupación cubana. Chávez no corrió el riesgo de sus predecesores. Nadie sabe a ciencia cierta cuánto daño le ha hecho este régimen a las Fuerzas Armadas.

Sin embargo, como dicen en las Fuerzas Armadas: “los militares son leales hasta que se alzan”. Pero, asumiendo que ese coro de voces tenga razón, ¿quiénes serían los nuevos alzados? ¿De dónde saldrían? ¿De unas Fuerzas Armadas deliberadamente desarmadas y desarticuladas? Esta situación nos pone en el siguiente predicamento: los soldados institucionales no pueden alzarse porque fueron desarmados, y quienes eventualmente pueden hacerlo serían los otros, los del “lado obscuro de la fuerza”. Y en caso de que lo hagan, ¿ustedes creen que lo harían con la premisa de llevarnos a una democracia? ¡Nos enterrarían en una urna blanca! De nuevo, las ranas pidiendo Rey…

Venezuela ha llegado al punto en el cual todos debemos entender que no se puede seguir imponiendo una parte del país sobre la otra parte. Chávez hizo bien su trabajo al dividirnos en dos toletes. Soy de la creencia que estamos en el tolete de la mayoría pero esa mayoría no se le puede imponer al resto del país sin que se le reconozca su representación proporcional. Necesitamos reconciliar a Venezuela para reconstruirla. Eso no significa impunidad, significa vivir en paz desde algún punto en adelante y reconstruir al país con justicia. Con un Golpe no se logrará eso por la naturaleza misma del concepto.

Un Golpe bajo la premisa que los que queden al mando reunificarán al país es ingenuo. Nadie puede garantizar lo que salga de la Caja de Pandora que se abriría cuando eso ocurra y el que lo diga es un ingenuo o un criminal oportunista.

La naturaleza de los militares que están del “lado obscuro de la fuerza” en Venezuela y que son los que tienen el suficiente poder para dar un Golpe, solo la saben el Departamento de Estado norteamericano y todos los servicios de inteligencia de las potencias que buscan narcotraficantes globales. Ellos solo darían un Golpe para defenderse de que no los extraditen. Y en el supuesto negado que lo hagan, no será para nuestro bien, como lo sufrieron las ranas de la fábula.

Algunas voces han asomado la posibilidad de un proceso Constituyente para afrontar la crisis. No es una fantasía, es una posibilidad cierta. El país requiere volver a encontrar un camino. Lo está buscando tan desesperadamente como en 1998 cuando clamó por un salvador que dijo que una Constituyente era la solución. Y los venezolanos le creyeron y lo hicieron Presidente.

Pero ahora las razones de una Constituyente se hacen presentes de nuevo pero con una diferencia y una razón fundamental: elegir los Constituyentistas sobre la base real del país actual con la representación proporcional de las minorías que no hubo en 1999 para discutir el país que queremos como diferencia principal, con la reunificación del país como razón fundamental.

Convocar a una Constituyente solo requiere de la voluntad del 15% de los venezolanos inscritos en el Registro Electoral y está en la Constitución (Art. 347, 348 y 349). No existen lapsos para hacerla y nadie puede impedírnosla. Podemos realizarla cuando queramos los ciudadanos que resolvamos hacerlo.

Una Asamblea Nacional Constituyente no es un salto al vacío como si lo sería un Golpe de Estado. No hay que tenerle miedo a la democracia. Estableciendo un mecanismo de decisión por consenso en una ANC se eliminarían las dudas que una parte del país se imponga sobre la otra parte. En ella se decidiría reafirmar nuestra soberanía expulsando a quienes la han usurpado y reconstituyendo a nuestras Fuerzas Armadas; y asimismo reconstruir los poderes públicos, particularmente al Poder Electoral para unas Elecciones Auténticas que desalojen al Ilegitimo de Miraflores, unificando a los venezolanos en torno a un proyecto común y de consenso de país. ¿No creen ustedes que eso es mejor que un Golpe de narcotraficantes y oportunistas?

Caracas, 10 de Junio de 2013

Twitter: @laguana

jueves, 6 de junio de 2013

Más allá del racionamiento electrónico



Por Luis Manuel Aguana

No hay nada más odioso que decir “te lo dije”. El pasado año publicaba en este blog: “El uso de la más avanzada tecnología, solo encuentra salida en este gobierno en las aplicaciones más aberrantes y atentatorias contra los Derechos Humanos. Utilizando los recursos de todos los venezolanos, PDVSA y su Presidente encontraron en la tecnología del CHIP una aplicación para llevarle la cuenta a los ciudadanos del Zulia y del Táchira de cuanto combustible usan, haciendo realidad por primera vez en nuestro país la tarjeta de racionamiento cubana, pero con la más alta sofisticación tecnológica. De allí a que nos pongan un brazalete con un CHIP para indicarnos cuantos litros de leche o cuantos kilos de arroz podemos comprar por mes en un supermercado, no hay sino un paso.” (ver Un CHIP para los viejitos en http://ticsddhh.blogspot.com/2012/07/un-chip-para-los-viejitos.html).

En la citada nota sugería que en lugar de usar la tecnología para racionar la gasolina a los habitantes de los Estados fronterizos, se utilizara para evitarle las colas a los viejitos para cobrar su pensión. Paradójicamente lo hicieron. No sé si alguien del gobierno leyó la nota y se le prendió un bombillo, cosa que rara vez pasa. En esta oportunidad espero que hagan lo mismo.

Pues bien, Arias Cárdenas logró la proeza de establecer la famosa tarjeta de racionamiento electrónico cuyas pruebas debutantes anuncié en julio de 2012 (Ver http://www.noticierodigital.com/2013/06/arias-cardenas-sistema-automatizado-de-venta-de-alimentos-no-es-una-libreta-de-racionamiento/).

Nuestros derechos económicos están plenamente garantizados en nuestra Carta Magna. De acuerdo al Art. 117 de la Constitución, Todas las personas tendrán derecho a disponer de bienes y servicios de calidad, así como a una información adecuada y no engañosa sobre el contenido y características de los productos y servicios que consumen; a la libertad de elección y a un trato equitativo y digno…”. Nótese aquí la frase DERECHO DE DISPONER DE BIENES Y SERVICIOS. En ninguna parte de ese artículo se habla de que el Estado pueda disponer a su discrecionalidad de los bienes o servicios de los ciudadanos o si los funcionarios públicos pueden administrar ese derecho.

En razón de eso ¿qué derecho tiene el Gobernador Arias Cárdenas o cualquier otro funcionario público, para decidir cuanta salsa de tomate le echo a mi comida, cuantas arepas me como en el desayuno o cuantos marrones me tomo en el día? De allí a decidir si prendo o no mi televisor o cuántos hijos quiero tener con mi mujer no hay más que un paso.

El expediente de contrabando de extracción que utiliza Arias para racionar electrónicamente a los zulianos, ya utilizado con la gasolina, tiene un fundamento que se basa en distraer a los venezolanos de quienes realmente poseen el negocio de la extracción.

Las gandolas llenas de gasolina o de comida que pasan por las fronteras hacia Colombia a la vista gorda de las autoridades, incluyendo la del Gobernador, no pertenecen a los ciudadanos pendejos a los que ahora les están diciendo que comer y en qué cantidad. Pertenecen a los delincuentes bien organizados, con las conexiones necesarias con las autoridades para hacer ese negocio en gran escala, y que con esta medida están siendo protegidos por el gobierno de Arias en el Zulia.

No es solo una prueba de cómo manejar administrativamente y de manera más eficiente-de forma tecnológica-, la escasez alimentaria que se apodera de Venezuela. Es una manera de matar dos pájaros de un tiro: de como meterse unos reales con el hambre del pueblo y de paso dejar lo que quede para la mayor cantidad de gente posible.

Pero hay más. Este manejo de la tecnología para el atropello de las libertades públicas no se hace solo. La denuncia permanente que he realizado acerca del uso de la tecnología para restringir las libertades ciudadanas, que es el objetivo principal de la existencia de este blog, apunta hacia el hecho que detrás de todo este aparataje lleno de tecnología hay técnicos venezolanos usando sus habilidades y experticia para realizar este lamentable trabajo, en deplorable conchupancia con el invasor cubano.

Estos técnicos comparten esta violación de nuestras libertades individuales. Es tan criminal lo que hace Arias Cárdenas como lo que hacen los técnicos informáticos al proveerle de una herramienta para atropellar nuestros derechos. La tecnología de la información es una herramienta muy especializada y poderosa que hay que utilizar a conciencia. Es hora que las personas que se desempeñan en este campo en Venezuela sepan que no están actuando sin conocimiento de causa, aunque posteriormente puedan alegar que solo era un trabajo por encargo.

El gobierno al hacer un uso intensivo de estas herramientas para incidir en la vida de las personas sin el debido control ciudadano, como existe en otras partes del mundo-menos en Venezuela-, nos deja solo a nosotros, los técnicos, con alguna responsabilidad ética de no permitirlo, en la medida de nuestras posibilidades. Pero de permitirlo, los expertos se hacen cómplices. Ya hemos publicado de la inexistencia en Venezuela del Derecho de Autodeterminación Informativa y que es en cierta medida la causa por la cual los gobiernos pueden hacer uso indiscriminado de la información de los ciudadanos (ver Censo 2011 y el Derecho a la Autodeterminación Informativa en http://ticsddhh.blogspot.com/2011/08/censo-2011-en-venezuela-y-el-derecho-la.html).

Lo lamentable es que las personas se hallan desprovistas de cualquier posibilidad de evitar los embates del Estado venezolano para atropellarlas. Al limitar la compra de los artículos de la cesta básica a una cantidad programada de una manera periódica, se hace requerida la identificación personal de la gente. De esta forma, al crear una base de datos centralizada con las compras periódicas de las personas, el gobierno estará en la posibilidad de limitar esas compras DE MANERA PERSONALIZADA.

Con un gobierno que ha demostrado hasta la saciedad ser criminal y retaliativo, todos los venezolanos deberíamos estar muy preocupados porque se cruce esa base de datos de compras con la muy triste célebre Lista de Tascón, y más aun cuando se piensa que este experimento llegue a nivel nacional. ¿Se dan cuenta de lo importante que es evitar que esto se desarrolle?

Un racionamiento que excluya a personas identificadas de una manera deliberada, no solo es una posibilidad cierta cuando se cuenta con las herramientas tecnológicas apropiadas para ello, sino la forma más expedita de aterrorizar a los más débiles, con la intención de atarlos permanentemente a los designios del gobierno, y de la manera más despreciable: por el estomago y las necesidades del ser humano.

Así que debemos sopesar esta noticia más allá de lo que se ve a simple vista, incluso más allá de la consideración técnica de un racionamiento del Siglo XXI. Se debe apreciar como la raya que debemos colocar para indicar el final de la tolerancia a un régimen delincuente y castrador de libertades.

Caracas, 6 de Junio de 2013

Twitter: @laguana