lunes, 26 de agosto de 2013

La verdad Constituyente



Por Luis Manuel Aguana

A veces me encuentro unas perlas de sabiduría en las lecturas más sencillas. Y las aplico a lo que tengo en la mente porque a veces ayudan a resolver los más complicados acertijos. Leyendo, para descansar, la Revista Todo En Domingo de El Nacional, me encontré con dos de ellas en la columna de Paulo Coelho, “Alquimia”, titulado “Historias diferentes sobre la misma búsqueda” (Paulo Coelho – El Nacional-Todo en Domingo, 25 de Agosto de 2013).

Quiero compartirlas con ustedes, no el texto porque es público y está en una revista de circulación nacional, sino lo que extraigo de ellas. Veamos el primero:

La certeza y la duda
Una mañana Buda estaba reunido con sus discípulos cuando un hombre se aproximó:
-¿Existe Dios? – preguntó.
-Existe- respondió Buda.
Después del almuerzo se aproximó otro hombre.
-Existe Dios- Quiso saber.
-No, no existe- dijo Buda.
Al atardecer un tercer hombre hizo la misma pregunta:-¿Existe Dios?
-Tendrás que decidirlo tú- respondió Buda.
Cuando el hombre se fue, un discípulo comentó:
-Maestro, ¡que absurdo! ¿Cómo es que da respuestas diferentes para la misma pregunta?
-Porque son personas diferentes y cada uno llegará a Dios por su propio camino. El primero tendrá fe en mi palabra; el segundo hará todo lo posible para probar que estoy equivocado, y el tercero solo cree en aquello que es capaz de escoger por sí mismo.

¡Qué interesante! Buda indica que una misma pregunta puede tener distintas respuestas dependiendo de a quien se le da la respuesta. Y la respuesta que le da Buda a cada uno lo encamina a que consiga la “verdad” que busca, su “verdad”, de acuerdo a la naturaleza del sujeto que pregunta. Por supuesto, en este caso Buda trata que cada uno consiga la verdad de Dios por su propio camino, indicando diferentes respuestas.

¿Cuántas veces hemos visto todo lo contrario? ¿Cuántas veces nos hemos empecinado en dar la misma respuesta a una pregunta, aunque sintamos que esta es la correcta, a diferentes individuos y nunca logramos convencerlos? Precisamente porque cada uno busca su propia “verdad” y para que estos lleguen a ella tal vez necesiten de una respuesta diferente.

A la pregunta: ¿Cuál es la mejor salida para la crisis que vive nuestro país? Cada uno tiene su propia respuesta. Algunos creemos tener una y estamos trabajando por ella: la vía Constituyente. Pero asimismo como nosotros, otros piensan en respuestas diferentes. Sin embargo, después de leer al Buda del Coelho, pareciera que aquellos que siempre respondemos lo mismo deberíamos contestar algo distinto para que de alguna manera esa respuesta le lleve a concluir a cualquiera, y de acuerdo a la naturaleza del que pregunte, que la “verdad” que nosotros hemos elegido- la Constituyente-, es al final la que se debería transitar.

Pero el fondo del problema es que al final nadie tiene la “verdad” objetiva en las manos, aunque estemos convencidos que somos nosotros quienes la tenemos. Cada persona tiene la suya y solo la dinámica de los hechos dará como respuesta cual es el camino que definitivamente se transitará. Es por eso que nuestra “verdad” solo se puede demostrar con hechos. Y asimismo la “verdad” de cualquier otro deberá ser demostrable de la misma manera. Y eso me lleva al segundo cuento de Coelho:

Continuar en el mismo camino
El monje Lucas acompañado de un discípulo, se detuvo en una aldea. Un viejo le preguntó:
-Santo hombre, ¿cómo me aproximo a Dios?
-Diviértete, loa al Señor con tu alegría- Fue la respuesta.
Un joven preguntó:
-¿Qué hago para acercarme a Dios?
-No te diviertas tanto- dijo Lucas.
Cuando el joven se alejó, el discípulo comentó:
-Parece que usted no sabe si nos tenemos que divertir.
Lucas respondió:
-La búsqueda espiritual es un puente sin barandilla atravesando un abismo. Si alguien está muy cerca del lado derecho, yo digo: “¡A la izquierda!”. Si se acerca del lado izquierdo, le digo: “¡A la derecha!”. Y así ellos continúan estando en el camino.

Impresionante. No solo la búsqueda espiritual se puede comparar con “un puente sin barandilla atravesando un abismo” como indica Coelho, sino también las realidades cotidianas que necesitan respuestas.

Los venezolanos estamos transitando como un grupo de ciegos por un puente sin barandilla semejante a ese, y solo un liderazgo responsable y con visión puede ver e indicar “¡A la derecha!” o “¡A la izquierda!” de acuerdo a si advierte que el colectivo va hacia el abismo en cada banda. Hasta ahora lo que hemos visto es que la dirigencia opositora también está ciega y dejan caer repetidas veces a la multitud al abismo hasta que se dan cuenta de su error.

La única manera de continuar en el camino sin que nos terminemos de ir todos por el barranco es que la “verdad” que hayan escogido aquellos que están asumiendo liderazgos tenga sustento y sepan de cierto cual es el camino que definitivamente se transitará. Es por eso que se llama liderazgo. Son los que tienen-o al menos deben demostrar que tienen-, la linterna en el medio de la obscuridad.

Y como en la historia de Lucas, ese liderazgo responsable debe decir cuál es el centro del puente para continuar en el camino y caminar derecho para acercarse a esa “verdad” atravesando el puente sobre el abismo. Nunca antes Venezuela necesitó tanto de esa visión 20-20.

Entonces aquellos que crean que su “verdad” es la verdad, será bueno que se apresuren y la hagan la verdad de todos los venezolanos porque los indicadores muestran que caminamos aceleradamente hacia el abismo de la mano de unos conductores ciegos. Todavía hay tiempo para que alguien demuestre y grite su “verdad” y así evitar caer de ese puente sin barandilla, alineándonos de una buena vez a todos en la misma lucha. 

 Caracas, 26 de Agosto de 2013

Twitter:@laguana

miércoles, 21 de agosto de 2013

Constituyente desde el Gobierno



Por Luis Manuel Aguana

Uno de los argumentos más replicados, en especial desde la oposición, es que hacer una Constituyente sin estar en el gobierno es un suicidio. Que todas las Constituyentes que se han hecho en Venezuela se han montado desde el gobierno. Que si no se está en la posición de “manejar” los términos de la convocatoria sería una estupidez que agravaría la situación en la que nos encontramos (como si ya no fuera lo suficientemente grave) y que es sólo desde el gobierno que se pueden realizar los cambios requeridos para enderezar los entuertos de estos 15 años de desgobierno.

Primero fueron los expertos abogados constitucionalistas que desde la oposición nos dijeron que no se podía realizar una Constituyente porque “el CNE contaría nuestras firmas y nuestros votos”. Con el respeto que me merecen los distinguidos juristas no es posible que aún no entiendan que la crisis por la que atraviesa Venezuela es POLITICA no JURIDICA y amerita una visión del problema fuera del cuadro.

Si bien es cierto que cualquier situación siempre puede ser peor, no menos cierto es que ese enunciado del “no se puede” jurídico, tomado como dogma, nos paraliza y nos deja como aquel famoso cuento del tigre: “tu lo que quieres es que me coma el tigre”.

Todos quienes dicen que no a la convocatoria de una ANC tampoco dan una salida. Se quedan en el discurso de la "imposibilidad" y no dan soluciones. Me recuerdan aquellos que ante un problema entran en la negación del "no se puede". Seguir como estamos que así saldremos.

A estos les tengo una mala noticia: estamos en medio del "sancocho del sapo". La temperatura sube y sube y hay cada vez menos posibilidades de que el sapo salte. Más tiempo, menos posibilidades.

En los 90s, por aquellas cosas de la vida, me toco representar en una oportunidad a un grupo internacional de colocación de fondos de inversión privados, interesados en financiar proyectos para nuestro país. En una reunión con el Presidente de esa súper corporación, luego de presentarme a su jefe de abogados, me indicó sonriente, luego de disculparse anticipadamente con su asesor: yo nunca inmiscuyo a los abogados cuando planifico los negocios. Después que los construyo entonces se los doy para que procedan a redactar los contratos para hacerlos “legales” de acuerdo al país donde los hago. Y siempre recuerde: los abogados entran después, no antes.

Con esa anécdota me puedo imaginar a Hugo Chávez ordenándole a la Corte Suprema de Justicia en 1999, “¡legalícenme la Constituyente!”, y ¡zas! Apareció el famoso Poder Originario de la chistera de los supremos jueces.

Por supuesto, muchísimos juristas saltaron indicando que eso era un exabrupto legal. Para aquellos que no tuvimos vela en ese entierro vimos que ese Poder Originario se tragó a la Constitución de 1961 y quedó para la historia de este país esa mancha que aún no se saca ni con el más poderoso de los detergentes legales.

Como me gustaría que los distinguidos juristas que han opinado y dicen que "no se puede" me dijeran QUE ES LO QUE SI SE PUEDE hacer en medio de esta situación tan horrenda que vive Venezuela. Y sin ser abogado y tomando la posición de aquellos que le dijeron a Chávez que si se podía hacer una Constituyente de la mano del Poder Originario, a pesar de violar toda la historia legal del país y la Constitución de 1961, me gustaría también oírles opinar, solo para variar, como se puede deshacer el entuerto que sus colegas de la CSJ crearon en 1999 que nos haga salir de esta situación sin matarnos entre nosotros.

Pues bien, asumiendo que “no se puede”, que tenemos que esperar “a ser gobierno” para realizar una Constituyente, solo nos quedarían dos alternativas: a) Dejar las cosas como están, hacerle caso a la MUD y seguir de elecciones en elecciones fraudulentas hasta que el sapo se deshaga en agua caliente, porque jamás la oposición será gobierno en esas circunstancias, y b) De a) se deriva de ese macabro esperar, que se desplome el país, nos maten los delincuentes, no se consiga definitivamente la cesta básica por el gravísimo problema económico y los pobres salgan a las calles a saquear lo que encuentren a su paso. De allí no le quedaría otra a los militares que hacerse cargo de la situación y recoger los vidrios rotos porque el país se haría ingobernable.

No hay muchas salidas, ¿verdad? Bueno, lo que hemos indicado algunos venezolanos de buenas intenciones (aunque no hay que olvidar que el infierno está empedrado de eso) es que una Constituyente puede ser una salida pacífica, argumentando siempre que se haga bajo los términos de ese Poder Originario en su convocatoria, ordenándole al Poder Constituido Electoral como se contarían esos votos constituyentes (ver El abc Constituyente en http://ticsddhh.blogspot.com/2013/08/el-abc-constituyente.html).

Claro está que esto pasa porque sea el mismo soberano el que realice la convocatoria, NO el Ilegitimo en Consejo de Ministros, porque entonces se desvirtuaría completamente el llamado del Soberano a realizar un nuevo Pacto Social que reunifique a los venezolanos. Entonces, juego trancado. Porque si el Ilegitimo lo hace, lo que logrará será agravar atrozmente la situación actual. La disyuntiva es entonces, o convocamos NOSOTROS a esa Constituyente o que Dios nos agarre confesados.

Soy de la opinión que de todas formas, ya sea antes o después, hay que convocar al Soberano para realizar otro Pacto. Me gustaría que fuera ahora, reemplazando a través de un proceso Constituyente a un gobierno pésimo por uno de Transición de acuerdo a las reglas del Poder Originario, que recuerden ustedes NO INVENTAMOS NOSOTROS SINO LOS JURISTAS.

Sin embargo nuestra historia ha demostrado que los venezolanos no somos pacientes y queremos las soluciones inmediatas. Y si como dicen los detractores Constituyentes no hay que “jurungar” ese animal, entonces más les vale a quienes al final les toque recoger los vidrios rotos de este elefante metido en la cristalería llamada Venezuela, lo vayan buscando amarrar lo más pronto posible para que no salgamos todos cortados cuando con furia hambrienta arremeta contra ella.

 Caracas, 21 de Agosto de 2013

Twitter:@laguana