Por
Luis Manuel Aguana
Y ustedes dirán, el país envuelto en un mar de inconstitucionalidad, los ciudadanos
en la calle en marchas auto convocadas en protesta justa por devolver al país
al menos un poco de la dignidad perdida, pronunciamientos de personas
honorables solicitando que intervengan quienes constitucionalmente les compete
restituir el Estado de Derecho violado por un gobierno que ha entregado a otro
país su soberanía, y nosotros aquí empecinados en el tema electoral.
Pues sí,
tarde o temprano este volverá a ser el tema del país, si es que no lo es ya,
porque muchas de las dificultades que vivimos hasta el día de hoy tienen su
origen en la poca o ninguna legitimidad de quienes nos representan debido a un
sistema electoral enfermo. Y así, como hay quienes se han preocupado, y con
toda la razón, de temas como la ilegitimidad de quien usurpa la Presidencia de
la República, otros nos hemos preocupado del tema electoral porque lo
consideramos la base fundamental sobre la cual se sustenta el sistema
democrático y de libertades.
Y en
virtud de que este ha sido el mecanismo que ha utilizado el régimen para
perpetuarse en el poder, al elegir gobernantes que no estarían allí por los
vicios del Poder Electoral, nuestra insistencia en el Derecho Humano que
tenemos todos los venezolanos de elegir con limpieza y transparencia a nuestros
autoridades es un tema que, al menos para este escribidor, no dejará de tener
vigencia hasta tanto sea restituido el Derecho Humano de Elecciones Auténticas
en Venezuela.
Habiendo
dicho esto, paso al tema que deseo abordar en esta nota, y este es el de la
destrucción sistemática a la que se han dedicado los voceros de la oposición
“formal” del concepto real de Elecciones Manuales y a la tergiversación que se
ha dado al planteamiento realizado de regresar a un sistema electoral donde el
elemento automatizado tenga su justo
lugar, dejando manual lo que debe en esencia ser manual.
En
efecto, se le ha dado una sobre simplificación al planteamiento de Elecciones
Manuales con fines de descalificación. Sus detractores insisten que deseamos
volver al antiguo método de “contar los votos con las manos” regresando a la
prehistoria de los sistemas electorales “cuando en los países del primer mundo
se vota con máquinas”, insistiendo en que Venezuela posee el mejor sistema
electoral del mundo. Esto último es bien discutible como se demuestra más
adelante.
Obviamente,
delante de un electorado joven y una población sumamente sumergida en la
tecnología, es muy fácil sembrar las dudas en el planteamiento de unos
“retrógrados que desean volver al siglo antepasado”, como comúnmente nos han
llamado quienes se les ha asignado la tarea-¿pagada?-, de descalificarnos
públicamente. Es fácil crear una matriz de opinión en defensa de un sistema
automatizado que ha sido clave para perpetuar en régimen en el poder, en
detrimento de una sistematización que implique el conteo de los votos uno por
uno.
No voy a
contarles aquí acerca de las experiencias internacionales que han demostrado
los peligros del llamado “voto electrónico”. Para eso les referiré al excelente
video documental realizado por el Grupo Cóndor “El Voto Electrónico alrededor
del mundo” (ver en http://www.youtube.com/watch?v=zpo0k3NSHxo&feature=youtu.be)
que muestra porque Alemania, Irlanda y Holanda eliminaron semejante riesgo para
sus democracias. Lo que pretendo aquí es demostrar que si se pueden hacer Elecciones
Autenticas que garanticen transparencia a todos los participantes y a los
venezolanos sin prescindir de las ventajas que da la tecnología de la
información.
Lo que se
llamó “Sistema Electoral Manual” comenzaba por el escrutinio de los votos
contados uno a uno con la presencia de los testigos de los participantes políticos
en el proceso electoral, y sus resultados transcritos y firmados por los
testigos en Actas de manera manual. Los
miembros de las Mesas contaban uno a uno los votos. Mesa que cerraba, urna
electoral que se contaba en su totalidad, con la presencia de todo el mundo,
miembros de mesa, testigos de los partidos y público en general.
Cuando
algún partido político no estaba representado en una Mesa en particular por un
testigo, era posible que los que si estaban alteraran los números puestos en el
Acta pero eso pasaba en tanto y en cuanto no hubiese mas nadie-y que no hubiera
público-, y que los miembros de las mesas estuvieran en la jugada.
Para
hacer sencillo el cuento (porque las Juntas Electorales de los Estados y
Municipios también contabilizaban) el Plan República recogía las Actas y el
material electoral y los trasladaba a la sede del Consejo Supremo Electoral
para ser transcritas y verificadas. El proceso posterior de totalización no se
hacía en línea como ahora sino una vez que fueran llegando las Actas al CSE. Con
la tecnología que se utilizaba ciertamente existía un retardo en la emisión de
los resultados pero era muy eficaz. Lo manual comenzaba en la Mesa y terminaba
luego de la transcripción/verificación justo antes del proceso automatizado de
contabilizar los votos.
Ahora
bien, ¿qué se simplificó al irse incorporando tecnología en la Mesa Electoral?
En una primera aproximación de automatización la transcripción de los
resultados con las maquinas lectoras que existieron en los pasados procesos y
en una segunda, la captura del voto mismo en el momento de ser emitido. Y en
ambos momentos, el proceso de transmisión de los resultados de las Actas siempre
fue por vía electrónica, a través de la red de la CANTV. Es de hacer notar que aun
cuando existían las máquinas que leían el tarjetón del voto, era muy fácil
verificar si este equipo simplemente enviaba lo que leía o era capaz de tergiversar
la voluntad popular.
Al llegar
la tecnología a recoger el voto desde la misma fuente, el elector, y a través de una máquina de votación, sin
pasar por ningún proceso de escrutinio manual -porque se cambió arteramente la
ley electoral-, se abrieron todas las posibilidades de intervenir técnicamente
los resultados del proceso y generándose automáticamente un Acta desde la misma
máquina de votación. Ese paso es el que no puede seguir siendo aceptado.
El meollo
de toda la trampa electoral del régimen y de este sistema electoral no es que
se usen computadoras o transmisión electrónica, es que se haya eliminado por
ley el escrutinio manual que es el único que puede dar fe a todo el mundo que
la población votó de una manera u otra (“Ley Orgánica de Procesos Electorales, Artículo 141:
El acto de escrutinio deberá ser automatizado y excepcionalmente manual, cuando
así lo determine el Consejo Nacional Electoral.”). Es un contrasentido la expresión “escrutinio
automatizado” por cuanto las máquinas no poseen la capacidad de “escrutar”. Esa
capacidad está dada solo a los seres humanos.
Y he aquí
el verdadero problema del mito. Lo que en el fondo estamos exigiendo no son “Elecciones
Manuales” sino ESCRUTINIOS MANUALES. Es por eso que los detractores de nuestra
posición manipulan los términos a los fines de confundir a la opinión pública, tildándonos
de retrógrados y de estar en contra del uso de la tecnología para nuestros
procesos electorales. Y todo está en el modelo tecnológico que se utilice.
Veamos.
Tomemos como
ejemplo, un modelo que deje a las Mesas SIN MAQUINAS DE VOTACION. Esto
obligaría a un escrutinio manual de todas las boletas. Y al cierre de
las Mesas, cuando estas hayan terminado con los electores o no hayan electores
en la cola a la hora estipulada de cierre (sin esperar ninguna “Verificación
Ciudadana”, ya que se contarían todas las Mesas) se procedería a levantar el
Acta con la participación de los Miembros de Mesa, Testigos y público en
general. Hasta allí el proceso sería manual.
Una vez
hecho el escrutinio manual de las boletas por los Miembros de Mesa, con la
presencia de los testigos y el público en el Centro, el Acta sería TRANSCRITA,
sí transcrita, por el Presidente de la Mesa en UNA SOLA COMPUTADORA dispuesta
en el Centro Electoral, con una pantalla gigante que reproduzca el monitor de
esa computadora para ser visualizado por todos los presentes: testigos y público
en general, así como todos aquellos que presenciaron el cierre de la Mesa en
cuestión. Esa computadora haría sesión con un sistema centralizado que solo
podría ser accedido por el Presidente de la Mesa con claves suministradas por
el CNE con anterioridad al acto electoral. Una vez transcritos y enviados los
resultados, estos no podrían ser variados por nadie, ni por la persona que los
envió.
De esta
manera, a diferencia del viejo y original sistema técnico-electoral que
implicaba llevar el Acta a la sede misma del organismo electoral para su
contabilización, esta no saldría del Centro sin ser transcrita con la presencia
de todo el mundo. De la misma manera se le podrían suministrar claves
especiales a los diferentes partidos para que ellos mismos visualicen los
resultados de las Actas ya transcritas desde las propias computadoras centrales
del organismo, para verificar si sus copias de Actas manuales efectivamente
coinciden con las transcritas en los Centros.
Nótese aquí
que esto no requeriría más computadoras de las que ya cuenta el CNE, no se
requeriría de un software especial en ellas más allá de un simple navegador, se
simplificarían enormemente los procesos de auditoría, los Centros terminarían
más rápidamente por aquello de Mesa cerrada, Mesa contada, transcrita y
transmitida, con la participación igualitaria de todo el mundo. De resto sería
lo mismo: encriptamiento y seguridad en las transmisiones hacia el CNE. Simple
y seguro, pero sobre todo TRANSPARENTE. Nadie podría decir que no vio sus votos
en todas las Mesas.
Para
poner a funcionar un modelo como este no se necesitan los millones de dólares
en máquinas ni software Smartmatic que se han gastado, ni captahuellas para
cada nuevo proceso electoral. Las Mesas seguirían teniendo su cuaderno
Electoral pero esta vez con un RE depurado y limpio, con los venezolanos que
realmente deben estar allí y con una tinta verdaderamente indeleble.
Tendríamos
los resultados totales más temprano que con este sistema tramposo y engorroso
ya que se eliminarían las esperas de las Mesas que terminaron rápido, y las
Verificaciones Ciudadanas porque contaríamos el 100% de las cajas en la medida que
cierre cada Mesa. Para la TRANSICION que obligadamente nos aguarda, Venezuela necesita
un cambio del sistema electoral que garantice transparencia y Elecciones
Auténticas. Este sencillo ejemplo dice que eso es posible, con “Elecciones
Manuales” ajustadas, eso sí, a una tecnología a favor de la democracia.
Caracas, 8 de Noviembre de 2013
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana