Por
Luis Manuel Aguana
Como bien decía Charito Rojas en un reciente artículo (El
Follón nacional http://www.noticierodigital.com/2013/11/el-follon-nacional/)
estamos metidos en un follón de proporciones gigantescas. Pero luego de una
impecable descripción de los responsables y sus nefastas prácticas Charito nos
dice que “no hay peor diligencia que la que no se hace” invitándonos a votar
masivamente como si lo electoral fuera un oasis de Walt Disney donde se pueden
conservar espacios y funcionara en una Venezuela distinta, sin percatarse que
todo eso que explicó extraordinariamente bien en el mismo artículo TAMBIEN se
encuentra en el sistema electoral venezolano. Y entonces ¿en qué quedamos?
Eso es como seguirle poniendo la otra mejilla a los
criminales que te montan en un tren como ganado para llevarte a los campos de
concentración donde indefectiblemente sabes que terminarás en un horno a gas.
¿Qué nos pasa a los venezolanos? Nos matan en las calles, ya no podemos comprar
comida porque no hay y nos encontramos envueltos en la inflación más gigantesca
que este país haya vivido, de manos de los ladrones más grandes que jamás hayan
administrado el erario público y aquí la respuesta es “hay que votar
masivamente” como indica Charito Rojas y un sinfín de gente más.
Y no es que esa conducta sea equivocada en un contexto
racional. El problema es que YA NO ESTAMOS EN UN CONTEXTO RACIONAL. Es como
cuando uno ve en esas películas de la Segunda Guerra Mundial cuando paraban a
los judíos cual muñecos con un militar alemán apuntándoles con una pistola en
la sien y ni siquiera hacían el amague para tratar de quitársela al asesino que
igualmente peleando les quitaría la vida. ¿Qué nos pasa a los venezolanos?
Pues bien, al parecer la respuesta han tratado de
encontrarla los científicos desde esa época en que los judíos se dejaban matar
como moscas sin hacer nada para evitarlo. Los analistas indican que si al menos
esa gente se hubiera sublevado en los campos de concentración probablemente
habrían matado a mucha gente pero no a 6 millones de personas que
voluntariamente se metieron en las cámaras de gas.
Y la respuesta al parecer apunta a un concepto que
recientemente me llegó del Profesor Carlos Lee de la UNIMET, en un video titulado
“Respuesta a el porqué la gente no reacciona y acepta con pasividad perderlo
todo” (verlo en http://www.youtube.com/watch?v=N9Zlfs9NUEs&feature=em-share_video_user).
Los psicólogos lo denominan desamparo aprendido o “Indefensión Aprendida”.
La teoría y el concepto fueron desarrollados por Martin E.
Seligman, psicólogo y escritor norteamericano a finales de los años 60`s.
Seligman halló que la Indefensión Aprendida “es
la condición psicológica en la cual un ser humano o un animal ha aprendido a
actuar o comportarse sin defensa alguna en una situación particular
–usualmente, después de experimentar alguna incapacidad para evitar una
situación adversa–, aún cuando tiene el poder para cambiar esas circunstancias
desagradables o incluso dañinas” (ver Seligman, La Indefensión Aprendida en
http://mystikeepopteiapsicologia.blogspot.com/2013/02/seligman-la-indefension-aprendida.html).
Este científico realizó un experimento revelador: “Dentro de una caja de laboratorio, un perro
era expuesto a shocks eléctricos que no podía evitar. En cambio, en otra caja,
otro perro sí que podía interrumpir esos shocks pulsando una palanca. Más
tarde, los perros eran situados sobre una superficie electrificada de la que
podían escapar simplemente saltando una barrera. El perro que había podido
controlar los shocks la saltaba, mientras que el otro perro, en lugar de buscar
la salida exitosa a la situación adversa, permanecía aguantando las descargas
de manera pasiva. Había, pues, “asimilado” su indefensión” (ver Martin
Seligman en http://disenosocial.org/indefension-aprendida/).
Desde ese punto de vista los venezolanos hemos sido
expuestos masivamente a shocks que no hemos podido evitar: violencia desatada
de la delincuencia que nos mata a diario, bandas armadas del régimen, deterioro
brutal de la calidad de vida, falta de vivienda, hiperinflación, corrupción del
régimen, amenazas, desempleo, cierre de empresas, saqueos y violación de la
propiedad privada, impunidad, corrupción judicial, presos políticos,
narcotráfico, fraude electoral, colaboracionismo de la dirigencia opositora,
invasión extranjera de la mano del régimen, militarismo, desabastecimiento y
colas para comprar lo mas mínimo de la dieta diaria. Y la lista sigue interminable
porque esta es muy corta.
Eso no solo equivale al experimento de Seligman con sus
perros sino a un plan extraordinariamente bien concebido para lograr que los
venezolanos no busquen una salida exitosa a esta situación adversa. Se quedan
recibiendo y recibiendo shocks eléctricos porque han asimilado y aprendido un
estado de indefensión. En lugar de buscar la manera correcta de deshacernos de
quien nos electrocuta, somos llevados mansamente a las urnas electorales en la
aspiración de que luego de esa nueva “elección”, conducida por un régimen
corrupto y tramposo, las descargas sean al menos de menor intensidad.
Y dentro de este estado de indefensión no termina de nacer
la oposición correcta que comience a dar los primeros pasos para salirse de la caja
de Seligman y decirle al régimen que nos desgobierna ¡YA BASTA!, rompiendo el
cerco del campo de concentración y exigiendo un nuevo estado de cosas.
Sin embargo, afortunadamente están apareciendo
manifestaciones que van en esa dirección y que el régimen y la oposición
conchupante se han encargado de ocultar y banalizar respectivamente. Estas son
las concentraciones “autoconvocadas” que se dieron el 9N y ahora el 30N. Esto
no es más que el comienzo de algo que puede durar mucho o poco y que dependerá
de que tanto los venezolanos estemos conscientes de lo que nos está pasando y al
menos actuar de una manera coherente en relación a eso.
No es una conducta racional votar dentro de este estado de
cosas aun sabiendo que todas las instituciones, en especial la electoral, están
completamente podridas por un régimen que se quiere perpetuar a costillas de
nuestra “indefensión aprendida”. Lo que cabe aquí es protestar, de ser posible
TODOS LOS DIAS en todas las plazas. Inicialmente lo estaremos haciendo
“autoconvocados” en los días que se vayan pautando pero en la medida que el
régimen apriete su vocación comunista no tendremos otra alternativa que apretar
nuestra protesta cívica en Lucha No Violenta para salirnos de la caja de
Seligman, actuando como hombres y mujeres libres sin indefensión alguna.
Caracas, 27 de Noviembre de 2013
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana