jueves, 24 de abril de 2014

Oposición o Resistencia

Por Luis Manuel Aguana

¿Cómo se come eso de unos estudiantes que están dispuestos al “dialogo con el gobierno si se cumplen unas condiciones” y otros que permanecen en la calle, que han puesto muertos y que no exigen otra cosa que un cambio en el sistema político -esto es hasta que el régimen castro-comunista se vaya? De la respuesta a esa pregunta se puede derivar el éxito o fracaso de esta gesta estudiantil que ha puesto en jaque a este régimen en las calles de Venezuela.

¿Qué diferencia existe entre ambas posiciones? Hasta donde he podido entender de los comunicados de la Junta Patriótica Estudiantil y Popular-JPEP, quienes se han identificado como los genuinos representantes y voceros autorizados del Movimiento Estudiantil, aquí NO EXISTE DIALOGO POSIBLE CON ESTE REGIMEN. No es que si se dan tales o cuales condiciones ellos dejarán las calles: La Democracia que nosotros queremos es en Libertad. Es una donde se respeta la dignidad de los individuos, en la que no se aplastan con las mayorías a los que son contrarios, sino que se respeta e involucra en el proyecto de Nación que nos unirá como país. Creemos en una Democracia donde se respeten las instituciones y que estas sean las que garanticen la justicia, pues sin justicia no puede existir la paz” (ver La JPEP se dirige a la Nación “Una Nueva Democracia en Libertad” en http://www.forolibertad.com/2014/04/la-jpep-se-dirige-la-nacion-una-nueva-democracia-en-libertad/).

Si damos como buenas estas palabras -y yo las doy por buenas-, aunque se suelten a los presos políticos y a los estudiantes detenidos, aunque nos dejen marchar por el Municipio Libertador e incluso si desarman a los paramilitares, el régimen no dejará de implantar el Plan de la Patria comunista, ni arrasar con la propiedad privada, ni poner preso al que le de la gana sin el debido proceso, ni ideologizar a nuestros niños con su reforma educativa, ni dejar de implantar un modelo socialista que NO ESTA EN NUESTRA CONSTITUCION. De hecho han dicho que “En la Mesa de Dialogo no está en discusión el rumbo socialista” (ver entrevista Diputado PSUV Eduardo Piñate en http://www.asambleanacional.gob.ve/noticia/show/id/7345).

Entonces, pregunto yo, ¿¿¿¡¡¡Qué c…. está en discusión entonces, SI ESE ES precisamente el problema!!!??? A mi modo de ver, ese es el fondo de seguir o no en las calles. Si la cosa era “presionar” al régimen hasta que soltara a los presos o hasta que deje de hacer tal o cual cosa entonces esa protesta no tiene el sentido que creímos los venezolanos, siendo entonces mejor dejar las “cosas” de ese tamaño después que hayan hecho esta o aquella “concesión”, regresar a las casas y permitir luego que el régimen haga lo que le de la gana con el pueblo venezolano.

¿Por qué creen ustedes que el gobierno accede a ese fulano “dialogo”? Sabe que el modelo comunista hace aguas por todos lados y creen que poniéndose de acuerdo con la franquicia opositora de la MUD darán la impresión al mundo y a los venezolanos que le creen ese cuento, que se comporta de una manera democrática cuando lo que menos hay en este país es democracia, dando tiempo como lo está haciendo de pasar la aplanadora comunista por todo el país. Y es por eso que yo entiendo-y el país entiende-, que los jóvenes están en las calles, ¡¡¡PORQUE SE NOS ESTA TRATANDO DE CAMBIAR EL SISTEMA DE VIDA!!! Y precisamente por esa razón nunca tendrán futuro en este país si eso se sigue consumando como en efecto se está haciendo.

Y aquellos estudiantes que por alguna razón hayan entendido otra cosa y creen que negociando algunas posiciones a favor de un “dialogo” inexistente con unos delincuentes les podrá brindar beneficios al país, están siendo engañados, o por el régimen, o por la oposición dialoguera y conchupante. No hay otra explicación.

El Movimiento Estudiantil ha realizado una gesta que ha ido mucho más allá de la realizada por otras generaciones de estudiantes en el pasado. Han despertado las conciencias de los venezolanos. La JPEP no le está haciendo OPOSICIÓN al régimen, le está haciendo, conjuntamente con el resto de los venezolanos, una RESISTENCIA activa a la implantación de un modo de vida extraño a nosotros y a nuestra manera de concebir al mundo.

En democracia se hace OPOSICION, en dictadura los verdaderos opositores hacen RESISTENCIA. Ese es el fondo de la lucha que se libra aquí, no otro. La oposición oficial ha apuntalado al régimen por razones de supervivencia. Y es por eso que siempre hemos afirmado que hay que salir de esta “oposición” primero para salir del régimen después. De allí el odio violento que nos tienen desde el régimen…y desde la “oposición”, buscando a toda costa desacreditar a los estudiantes, llegando incluso a intentar fracturar al Movimiento Estudiantil. Y hay que abortar esa jugada.

Esto lamentablemente no ha permeado debidamente en el cuerpo social del país. Incluso la supuesta oposición ha tenido el descaro de minimizar y satanizar esta noble lucha que ya lleva 42 muertos y cientos de detenidos y torturados, todos ellos jóvenes venezolanos. Quizá por eso algunos dirigentes estudiantiles han caído en el error de creer que esta lucha es para una cosa diferente que no sea el rescate de la libertad y la democracia en Venezuela, y no solo para unos pocos casos en esta coyuntura. Por eso es que es y seguirá siendo duro para todos nosotros.

Es por esa razón que UN DIALOGO CON ESTOS DELINCUENTES NO ES POSIBLE. Lo único que tal vez se pueda negociar con ellos cuando esto acabe es a qué cárcel les corresponderá ir, si a la de La Haya por crímenes de lesa humanidad o a las mazmorras locales donde mandan los PRANES de Iris Varela. Y eso porque en un mundo civilizado se le da un trato humano a gente que ha cometido los delitos más atroces, como los que ellos han cometido en contra del activo más preciado de todos los venezolanos: la sangre de nuestra juventud.

Libertad o nada…

Caracas, 24 de Abril de 2014

Twitter:@laguana

domingo, 20 de abril de 2014

Cambio inevitable

Por Luis Manuel Aguana

Una vez escuché a Moises Naim, siendo Ministro de Fomento de CAP, dar una conferencia en el Hotel Avila. Exponía el entonces Ministro, no en exactamente las mismas palabras, que cualquiera que alguna vez llegara a esa posición siempre firmaría algo sin darse cuenta, por el que lo inculparan de algún hecho ilícito, dada la montaña de papeles que debía firmar y de la cual tenía inevitablemente que hacerse responsable. Es imposible, decía, que un ser humano pueda en la complejidad de los procesos que se manejan en organizaciones tan grandes, como lo es un Ministerio, llevar cuenta exacta de todos los asuntos sin cometer alguna equivocación que lo lleve a la cárcel sin ser culpable de nada. Imagínense el caso de un Presidente…

Si se suma eso a que todo el sistema está construido para que exactamente ocurra como indicaba Naim, la conclusión obvia era que se debía rehacer completamente. Si, por ejemplo, hay un sistema que le da la responsabilidad a un portero para que administre la agenda de reuniones de alguien, este solo terminará atendiendo a quienes el portero desee; incluso invariablemente llegará al extremo de cobrar por las reuniones. Entonces no es el mono el culpable sino quien impuso un sistema para entregarle las hojillas.

El sistema que Venezuela ha tenido para “repartir” o “distribuir” el ingreso en la población ha variado de época en época. Pero en todos, este se basa en que existe una “riqueza” que repartir que administra quien gobierna. De allí se han derivado fundamentalmente los afortunados y las fortunas que se han hecho en todos los gobiernos. ¿Porque los partidos y sus políticos luchan por llegar al poder? Para tener ese control que resulta sumamente apetecible. No hay ninguna actividad comercial que produzca tales dividendos. Unos individuos que llegan pobres y se hacen ricos de la noche a la mañana, en un ciclo interminable que se repite de gobierno a gobierno.

Pero la excusa es que todos los aspirantes al poder lo hacen con la válida intención que ellos lo harán mejor que su antecesor, siendo correctos administradores y “repartidores” de la riqueza que la naturaleza ha puesto en el subsuelo para nosotros. Pero ese es el sistema; y hemos estado en eso, cambiando administradores una y otra vez hasta ver si “la pegamos” consiguiendo a “alguien” honesto en el camino. Pero nunca lo conseguiremos por una razón fundamental: no existe. ¿Existe un alma completamente pura que no se corrompa ante tanta riqueza? Es el mismo caso del portero. Y entonces le ponemos la chequera de la administración del Estado a alguien nuevo y esperamos, por alguna razón extraña, que se comporte de una manera diferente, comenzando de nuevo el ciclo.

La Constitución de 1999 le dio super poderes al Presidente de la República, al que ni siquiera le exige un diploma de 6to. Grado de Educación Primaria. ¿Qué podemos esperar de eso? Una nueva Constitución debería exigir al Presidente al menos ser un profesional de 4to nivel, porque este es un país lleno de universidades. No podemos quejarnos entonces, si no cambiamos ese sistema, que quien nos gobierne en cualquier momento no rebuzne de casualidad y dilapide o se robe lo poco o mucho que haya.

Pero el problema ahora es todavía más grave. Aun pensamos que hay algo “que repartir” después de esta tragedia venezolana. Pues les tengo una mala noticia: se acabó la época del reparto. Aun en el caso de que podamos resolver el grave problema de quitarnos de encima este régimen comunista, forajido y malandro, aquí lo que habrá son Cuentas por Pagar. Y lo poco que llegue será para cubrir las necesidades básicas de la población. Ni hablar de reconstruir PDVSA con recursos propios, que es nuestra actual fuente única de ingresos; ni con reales ajenos por el nivel de hipoteca al que han dejado nuestro país. Los rojitos se encargaron de sancochar y comerse la gallina de los huevos de oro. Nadie en este momento puede cuantificar el nivel de destrucción de la industria para equipararla con aquella que teníamos en el 2002.

Entonces este sistema que se ha utilizado desde tiempos inmemoriales en Venezuela para “repartir” o “distribuir” riqueza está tan moribundo como el Socialismo del Siglo XXI y no funcionará más para los venezolanos, entre otras cosas porque ya no hay más nada que repartir. Imagínense que los siguientes administradores hagan lo que siempre hicieron los viejos: llevarse los reales, crear sus propios “ricos”, y continuar en lo mismo que siempre han hecho con los reales del petróleo.

Ese modo de actuar está destinado al fracaso por razones obvias: se acabó la guachafita porque ya no alcanza. Y los partidos que conocemos han hecho caso omiso de esta advertencia al actuar sin cambio alguno, pretendiendo continuar con el mismo sistema y su “manera” de hacer las cosas que colapsó y nos trajo a Chávez primero en 1992 y luego en 1998. Pero si hay algo en la naturaleza que es invariable es el cambio…

Una máxima indica que no se puede repartir lo que no existe. En Venezuela ha sido fácil gastarse el Kino petrolero. No entraré a comentar que han hecho-o mejor dicho no han hecho-, con las riquezas que le han entrado al país en la época de mayor bonanza petrolera en el mundo. Pero lo que indican hechos es que Venezuela está condenada a cambiar, inevitablemente, a una época de creación de riqueza, esta vez no como el consejo de Arturo Uslar Pietri de “Sembrar el Petróleo”, sino por una necesidad impuesta por una terca realidad como consecuencia de  una manera equivocada de hacer las cosas.

Y eso implica cambiar el sistema político y económico que hemos estado usando por más de 200 años. Cuando se plantea un tema de tanta importancia como la convocatoria a una Constituyente para cambiar el sistema político, ajustado a un Proyecto País, en realidad se habla de cambiar el mecanismo de funcionamiento sobre el cual descansa el Estado, la generación de riqueza, las formas del poder y la manera de relacionarnos entre los venezolanos. Estamos hablando de cambiar 180º el paradigma de Venezuela. Ese cambio fundamental es la herencia que debemos dejarle a la siguiente generación (ver https://docs.google.com/file/d/0B6yI0gUROWzDR29KUFBDQ0JPa2c/edit?pli=1) que esta dejando su sangre en las calles por un cambio del sistema político.

La juventud ha dado un campanazo de una importancia mas allá de la que se ve públicamente. Y eso ocurrió porque no están contaminados de ese quehacer descrito que lleva siglos. Todavía no se han corrompido, y no podemos dejar que eso ocurra alimentando un sistema que ya no funciona más. Si la dirigencia opositora del país no ha entendido ese cambio trascendental por el cual están luchando los estudiantes y que irremediablemente se dará, entonces es preferible que aprovechen la cola del régimen y se vayan con él…

Caracas, 20 de Abril de 2014

Twitter:@laguana