lunes, 17 de agosto de 2015

Desesperanza

Por Luis Manuel Aguana

No hay cosa más ruin que la desesperanza. Creer que las cosas serán siempre igual. Repetir el día como el anterior sin ninguna esperanza que el futuro será mejor. Ese es peor crimen que se le puede hacer a una sociedad. Ese automatismo que hace que te contentes con lo que has podido conseguir porque “eso es lo que hay”.

Y lo más grave es hacerle todavía creer a la gente que lo que viven es a lo mas que se puede llegar como una estrategia de permanencia en el poder. Técnicas de psicología de masas aplicadas por quienes las aprendieron de asesinos que ya murieron, de un pasado que la humanidad intenta enterrar sin éxito.

¿De qué sirve estudiar si no es posible con eso tener la oportunidad de mejorar? ¿Por qué quedarme en un país que han destruido? Y lo más grave: ¿por qué tengo que arriesgarme a me que pongan preso, me repriman o me maten si protesto porque las cosas cambien?

No intentare aquí cambiarle a nadie su parecer de hacer lo que considere lo más conveniente para su bienestar y el de su familia. Eso no se puede objetar. Pero si quiero resaltar que los países no se cambian solos. Los cambian quienes tienen el sueño de uno mejor y que aquellos que han podido hacerlo ha sido por el producto de aquellos que no tuvieron el chance de irse y no les quedo otra cosa que echar adelante y hacerse con uno mejor.

Este no es un reproche para nadie. Alguien me dijo una vez que la única manera de regresar del exterior con dos millones de dólares es haberse ido con seis. Y no es extraño. Es cada vez mas difícil incursionar con éxito fuera de tu país. Todos los países la han puesto bien cuesta arriba a los extranjeros porque ya es duro manejarse sin tener que mantener también a los que vienen de fuera. Eso es un signo de estos tiempos difíciles de la economía del mundo.

Bienvenidos entonces a los nuevos tiempos de la emigración. Y aunque se hace un caso de especial gravedad aquellos emigran por guerras o tienen estatus de refugiados por calamidades como hambrunas o matanzas étnicas, todavía hay países que los reciben y luego los devuelven sin compasión a sus tierras de origen.

Entonces no hay como la desesperanza. ¿Cómo hacer que la gente tenga esperanza otra vez? ¿Qué debemos decirles a las personas para que vuelvan a creer que su país es un lugar en el cual vale la pena quedarse? O mejor aún, ¿qué debemos decirles para que luchen por él? Es una cuestión abrumadora.

En estos días Diego Arria publicó una petición muy interesante que hablaba de algo muy importante a los efectos de esas preguntas: INSPIRACION. Decía Diego en su petición “Así si vale la pena votar el 6D” (ver https://t.co/VLHenEhZCH) que “un llamado de esta naturaleza puede ser la fuente de la inspiración colectiva INDISPENSABLE que nos está haciendo mucha falta para votar masivamente…”, refiriéndose a establecer un propósito común claro para votar el 6D, de desalojar del poder, con nombres y apellidos, a quienes han hecho un daño importante a la institucionalidad del país, y a la vez emplazar a los candidatos de la oposición oficial a comprometerse con los venezolanos en un documento firmado, a una agenda legislativa precisa para desmontar el parapeto comunista del régimen. Sugiero a todos firmar esa petición.

O corren o se encaraman, ese sería el reto formulado. La pregunta es si de verdad la MUD y sus candidatos quieren seguir con el actual régimen de convivencia con el régimen, dándoles un empleo a estos próximos diputados, o en realidad estarían resteados a poner en cintura al gobierno. Simple y preciso. Inspirador. La idea es mover a aquella masa de personas que no cree en esas elecciones. Si la MUD y sus candidatos a diputados están dispuestos a firmar un acuerdo como ese, creo que la gente creería en el mensaje de ese liderazgo, y sin importar lo que el régimen haga, la movilización a favor de realizar algo concreto sería abrumadora. La MUD y los candidatos a diputados  harían bien en considerar seriamente esa idea de Diego Arria.

Pero no lo harán. No solo porque quien lo propone no forma parte de la claque colaboracionista opositora, sino porque quienes les piden el voto a los venezolanos no inspiran a nadie ni para acudir a una concentración de plaza, como lo vimos estos días. Solo se basan en que será suficiente el malestar de los venezolanos para ganar esa elección, sin impulsar un solo cambio favorable en las condiciones electorales desde el año 2013. Mas engaño, más frustración, mas desesperanza.

En una conferencia TED titulada “Cómo los grandes líderes inspiran a la acción” (ver Simon Sinek “How great leaders inpire action” en http://www.ted.com/talks/simon_sinek_how_great_leaders_inspire_action), Sinek finaliza así: Escuchen a los políticos ahora . No inspiran a nadie. Porque hay líderes y hay personas que lideran. Los líderes tienen una posición de poder o de autoridad. Pero los que lideran, nos inspiran. Ya sea que se trate de individuos u organizaciones seguimos a los que lideran, no porque tenemos que hacerlo sino porque queremos hacerlo. Seguimos a quienes lideran, no por ellos, sino por nosotros mismos. Y son los que comienzan con el "¿por qué?" que tienen la habilidad de inspirar a quienes los rodean o de encontrar a otros que los inspiren.(Subrayado nuestro).

Necesitamos con urgencia líderes inspiradores, no políticos de puesto, de cargo, de aparato. Como decía Sinek, seguimos a quienes lideran, no por ellos sino por nosotros mismos. Y con una frase que en esta oportunidad cobra una importancia suprema: La gente no compra lo que uno hace, compra el porqué uno lo hace. Para inspirar a alguien, ese alguien debe estar en sintonía en el porqué uno hace lo que hace. Analicen el porqué esos líderes “opositores” hacen lo que hacen y vean el medidor de inspiración de la gente: cero inspiración. Porque el “porqué” de lo que hacen no es precisamente lo que la gente espera que hagan en beneficio de la población.

Cualquiera que sea la naturaleza del “día después” del 6D, requerirá de una manera determinante de un liderazgo opositor que inspire a la gente. Tengo la impresión de que se está gestando, porque creo que asistimos al ocaso del actual. Y con el fin de ese liderazgo torcido vendrá en consecuencia el derrumbe definitivo del  régimen, y de la desesperanza que ha traído.

Caracas, 17 de Agosto de 2015

Twitter:@laguana

viernes, 14 de agosto de 2015

El reto de una Rebelión

Por Luis Manuel Aguana

Desde mucho antes que Don Rafael Grooscors Caballero reeditara la frase “La Rebelión de las Regiones” para la propuesta del Proyecto País Venezuela, en su crucial artículo del mismo nombre en el año 2013 (ver La Rebelión de las Regiones en http://elrepublicanoliberal.blogspot.com/2013/10/rafael-grooscors-caballero-la-rebelion.html) y su insistencia en el año 2014 (ver Insistiendo en la Rebelión de las Regiones en http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/2014/12/insistiendo-en-la-rebelion-de-las.html), no hemos dejado de escribir desde el Proyecto País Venezuela (http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/) acerca de la necesidad de un reordenamiento completo del sistema político del país (ver mi nota acerca del tema en http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/2014/05/la-rebelion-de-las-regiones.html), que permita el empoderamiento del municipio como la unidad político-territorial fundamental para el desarrollo y la profundización de la descentralización, no solo política sino institucional, con la reingeniería completa de la actual forma del Estado, como base fundamental para aprovechar las potencialidades de cada una de las regiones del país.

Creemos que esa es la verdadera solución de largo plazo para los desequilibrios políticos y económicos que ha sufrido el país en su tránsito accidentado desde su fundación. Sin embargo no es fácil convencer a la gran cantidad de actores que se mueven en el escenario político, habida cuenta de lo intrincado de la madeja de intereses que se conectan de la manera más inverosímil. Partidos-viejos y nuevos-, políticos,  empresarios, instituciones completas, tienen intereses que se remontan a décadas para no permitir que el poder se deslice hacia las regiones.

Hay demasiado en juego y eso es a lo que nos enfrentamos. El petróleo administrado en manos de pocos ha creado ricos en varias generaciones, solamente con poseer el control de los contratos de un Estado mega-centralizado. La presente generación, la llamada  boliburguesía es la última y más completa versión de esta enfermedad que hace que el vicio se enraíce y las élites del pasado traten infructuosamente de retomar el control centralizado del poder. Prácticamente han mudado al país a los bancos de la corrupción y el narcotráfico.

Mientras tanto, un grupo de “soñadores pendejos” de la sociedad civil regional pretenden que eso cambie, proponiendo un resurgimiento del federalismo, que le daría el control del país a los ciudadanos de todas las regiones, y cuya cristalización acabaría con esas expectativas, que de hacerse realidad ubicarían al país de nuevo en cero para comenzar de nuevo ese círculo vicioso de riqueza rápida y corrupción, pero esta vez en manos de la “oposición”. Reclamamos, desde la perspectiva ciudadana de la sociedad civil, comenzar un nuevo círculo, pero esta vez virtuoso, con un enfoque completamente diferente. De allí nuestra diferencia principal con aquellos que piensan que cambiando al gobierno se acabarán nuestros problemas.

Deberemos no solo cambiar a este gobierno por las vías constitucionales, sino también cambiar al sistema político que lo hizo posible, y eso no se hará por la vía expedita de esperar o provocar la renuncia del Presidente, o la revocatoria de su mandato el 2016.

Y esto, en consecuencia, nos pone en una situación singular, ya que como quiera que se vea hay que realizar mucho trabajo previo para construir la arquitectura que soporte nuestra propuesta de un nuevo Estado Federal Descentralizado. Se ha descrito el “qué”, contenido en el Proyecto País Venezuela Reconciliada, incluso parte del “cómo” -la vía Constituyente-, pero con todo y ese adelanto, todavía la gente no ve a esta propuesta lo suficientemente viable como para sustituir largos años de sojuzgamiento centralizado.

Y tienen razón. En el proceso de construcción de una Venezuela Federal es necesario definir al menos los lineamientos Federales, Estadales y Municipales de ese posible nuevo estado de cosas, comenzando por explicarle a la gente como se operaría y lo que se obtendría desde los niveles regionales, que son los que tocan al ciudadano común. Si estamos hablando de que una región se haga cargo de su propio destino, es necesario que esta región y sus liderazgos tengan bien claro una visión de su desarrollo y los problemas que habrán de afrontar para conseguirlo. Y nadie más que ellos para realizar esa tarea. Ese es el verdadero reto de esta Rebelión.

No es fácil cambiar siglos de pedirle a un centro que atienda necesidades. Y más difícil aun modificar la mentalidad de los ciudadanos que consideran que con solo cambiar a un Presidente de la República su calidad de vida mejorará. Años de populismo centralizado y desenfrenado serán ciertamente un obstáculo para poner a pensar a la gente de una manera productiva. Sin embargo, la situación económica será un buen incentivo, y aún mejor catalizador para ese cambio.

Entonces las verdaderas proposiciones a la población deberán salir de los Estados a sus propios ciudadanos. Los equipos de trabajo constituyentes de los Estados deberán generar las propuestas institucionales necesarias para operar de una manera autónoma, porque nadie de fuera vendrá a hacerlo por ellos. Son quienes conocen bien sus territorios, su cultura, su idiosincrasia, y cuáles son sus fortalezas. En otras palabras cual sería su propuesta para sobrevivir y generar riqueza, si tuvieran la autonomía para eso. En la planeación de una propuesta federal para el país, cada Estado debe adelantar su propio modelo de desarrollo regional y como se implementaría dentro de un marco federal.

No es un trabajo trivial, pero solamente el acometerlo pone a sus promotores a pensar en la región posible y el mundo infinito de posibilidades que se abrirían si sumáramos todas las potencialidades de todas las regiones del país, y las interrelacionáramos. De eso se trata precisamente la Rebelión de las Regiones, de construir ese marco institucional para el desarrollo, que parte precisamente de todas las regiones del país, el corazón vivo de la República que produce, y contraponerlo a la estructura carcomida de corrupción y centralismo que tenemos ahora. Es una extraordinaria manera de pensar que Venezuela si tiene un futuro que esta por construir.

Caracas, 14 de Agosto de 2015

Twitter:@laguana