Por Luis Manuel Aguana
“Presidente, no respaldaremos un fraude masivo y no saldremos a
reprimir y matar gente después de un anuncio que no se ajuste a lo que sentenció
el pueblo de Venezuela”. Me parece estar oyendo esta afirmación imaginaria pero
muy ajustada a la realidad, del Ministro de la Defensa al presentarse en
Miraflores luego de las 6pm después del anuncio de Tiby de retrasar la hora del
cierre de las mesas y centros de votación.
O era aceptar el triunfo opositor, o salir a la calle a contener la
ira de un pueblo dispuesto a defender su voto. De acuerdo a Emili Blasco (ver
E.J. Blasco, ABC Internacional, El Alto Mando militar fuerza aceptar la gran
victoria de la oposición en Venezuela
http://www.abc.es/internacional/abci-alto-mando-militar-fuerza-aceptar-gran-victoria-oposicion-venezuela-201512070619_noticia.html?ref_m2w),
Diosdado ya tenía sus números hechos y su banda de malandros dispuesta para
defenderlos. Eso era lo esperable, era lo que yo esperaba. Sin embargo los
militares se pronunciaron, pero ¿cuáles militares?
Sería muy interesante conocer el fondo de esto porque no creo que haya
sido Padrino, aquel que en el desfile de Los Próceres montado sobre un tanque
dijo que defendería la revolución hasta la muerte. Entonces, ¿por qué se vio el
Ministro de la Defensa obligado a decirle eso a Maduro? Porque, o era eso, o
una desobediencia masiva de los cuadros medios de las FANB, los que tienen el
poder de fuego, y cuyas familias no son las adineradas o favorecidas de la “nomenklatura”
castro-chavista-madurista, con el subsiguiente golpe de Estado como
consecuencia.
Las familias de esa oficialidad media son las que hacen las colas como
todo el mundo para conseguir un pollo y se avergüenzan de una superioridad
corrompida y corrupta. Es esa misma oficialidad la que en su mayoría tiene que
enfrentarse a unos soldados que no comen bien, porque nadie come bien en la Venezuela de Nicolás
Maduro, siendo a su vez quienes deben responder por eso, sin ser los boyantes
Edecanes ni los ayudantes del Alto Mando militar de la revolución.
El haber detenido el fraude que estaba montando el régimen y el CNE de
Tiby Lucena conlleva para estos militares – y no hablo de Padrino precisamente-
una responsabilidad altísima y que todos los venezolanos debemos agradecer, pero
que a su vez nos coloca a todos en un equilibrio muy precario porque aun siguen
vigentes las fuerzas que produjeron ese intento delictual de cambiar los
resultados de la voluntad popular. Aun el pueblo molesto que se manifestó el 6D,
dándole la responsabilidad a la MUD de cambiar los destinos del país, no ha
terminado de “ganar”.
Se ha dado un paso muy importante pero aun imperan los poderes
constituidos tramposos que fueron capaces de plantearse una matanza con tal de
permanecer en el poder, como ya lo habían hecho en el pasado. De eso son
responsables todos los que cohonestarían ese fraude que detuvieron esa parte de
las Fuerzas Armadas que sufre como nosotros de esta debacle del régimen de
Nicolás Maduro.
El 6D se manifestó una fuerza que sabíamos que existía dentro de las
Fuerzas Armadas a favor de la democracia, pero que no la habíamos valorado en
su toda su magnitud al suponer que se había subrogado al régimen. Que fue capaz
de detener una tragedia que estuviéramos ahora lamentando, pero que debe
permanecer alerta y vigilante a los próximos eventos que se desatarán para no
observar y desconocer la institucionalidad que a partir de enero se debe
recuperar en la Asamblea Nacional.
Este es el costo que asumieron esas bayonetas por aparecer a favor de
la democracia. De no haberlo hecho, todos –tanto ellos como nosotros- hubiéramos
sufrido las consecuencias de profundizarse un modelo que todos los venezolanos
demostraron el 6D no querer mas para nuestro país, y que esa voluntad se
hubiera escondido en las cifras del fraude del CNE. Que no se equivoque nadie,
ni se dejen engañar por la MUD y sus acólitos defensores de las maquinitas y el
sistema del CNE: SI HUBO FRAUDE el 6D, las cifras ya estaban modificadas por
Tiby a favor del régimen, y listos los paramilitares para defenderlas, solo que
las FANB impidieron su implementación.
Pero aun esta tragedia no ha terminado. Los laboratorios del régimen estarán
cocinando una solución a esa mayoría calificada opositora en la próxima
Asamblea Nacional. Eso se puede manifestar desde el desconocimiento de leyes
aprobadas por la Asamblea de parte del Ejecutivo, rechazando su ejecútese
(Maduro ya se pronunció rechazando la posibilidad de aprobar la Ley de Amnistía),
hasta la negación del poder legislativo con la creación de un ente
completamente aparte a la Asamblea Nacional, basándose en las Leyes del Poder
Comunal y el Plan de la Patria comunista, que según ellos tiene carácter Constituyente.
Esta estrategia de negación institucional ya se aplicó en la Alcaldía
Metropolitana de Caracas y sería la máxima aberración del régimen en su camino
de aferrarse al poder, el hacerlo con uno de los Poderes del Estado.
Todo esto sin incluir la formulación de una estrategia tendiente a culpabilizar
a los diputados electos de la debacle económica que se nos viene encima en el
2016, al hecho que la población no votara por el gobierno en diciembre. El
régimen no podrá impedir el año entrante el desarrollo de la crisis estructural
creada por ellos mismos, y este 6D consiguieron a quien responsabilizar de eso:
a la mayoría opositora, quienes no podrán, debido al alcance de sus atribuciones
constitucionales, ejercer funciones ejecutivas para paliar la crisis de los
venezolanos.
Es por eso que el tiempo está en contra de quienes fueron electos y
que tienen la responsabilidad de responder a esa estrategia del régimen. En la
medida que pase el tiempo, mas le exigirá la población a los diputados electos.
Y el régimen se aprovechará de eso dolorosamente. Incluso sabotearán cualquier
iniciativa a favor de aliviar el malestar económico de la población.
Esta circunstancia que se presentará el año entrante, aunado a la
crisis que agobia a los venezolanos, ciertamente impondrá una urgencia critica
a este poder conquistado el 6D, para comenzar a discutir con la urgencia del
caso las soluciones constitucionales que pongan fin al estado de necesidad que
existe en Venezuela.
Esta situación no admite esperas. Eso se manifestó claramente el 6D.
Si los nuevos diputados de verdad entienden que fueron electos como
instrumentos de la población para resolver la gravísima crisis, entonces lo
que primero que deberán abordar es su solución
constitucional como uno de las primeros temas a discutir con carácter
prioritario y de urgencia en la nueva Asamblea Nacional, a riesgo de perder no
solo el chivo si no también el mecate.
La implantación de alguna de ellas, de por sí, como el desarrollo de
una Asamblea Nacional Constituyente, tomaría gran parte del año entrante
mientras la situación del país se deteriora a una velocidad vertiginosa, por lo
que no se puede perder el tiempo en otras cosas que se deriven de la diatriba político
partidista de los diputados electos. Esperamos que esas bayonetas, que este 6D escogieron
el lado de la democracia, decidan seguir asumiendo el costo de vivir en ella, colocándose
al lado de la aspiración de la mayoría pueblo venezolano de vivir en libertad.
Caracas,
9 de Diciembre de 2015
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana