miércoles, 9 de diciembre de 2015

El costo de las bayonetas

Por Luis Manuel Aguana

“Presidente, no respaldaremos un fraude masivo y no saldremos a reprimir y matar gente después de un anuncio que no se ajuste a lo que sentenció el pueblo de Venezuela”. Me parece estar oyendo esta afirmación imaginaria pero muy ajustada a la realidad, del Ministro de la Defensa al presentarse en Miraflores luego de las 6pm después del anuncio de Tiby de retrasar la hora del cierre de las mesas y centros de votación. 

O era aceptar el triunfo opositor, o salir a la calle a contener la ira de un pueblo dispuesto a defender su voto. De acuerdo a Emili Blasco (ver E.J. Blasco, ABC Internacional, El Alto Mando militar fuerza aceptar la gran victoria de la oposición en Venezuela
http://www.abc.es/internacional/abci-alto-mando-militar-fuerza-aceptar-gran-victoria-oposicion-venezuela-201512070619_noticia.html?ref_m2w), Diosdado ya tenía sus números hechos y su banda de malandros dispuesta para defenderlos. Eso era lo esperable, era lo que yo esperaba. Sin embargo los militares se pronunciaron, pero ¿cuáles militares?

Sería muy interesante conocer el fondo de esto porque no creo que haya sido Padrino, aquel que en el desfile de Los Próceres montado sobre un tanque dijo que defendería la revolución hasta la muerte. Entonces, ¿por qué se vio el Ministro de la Defensa obligado a decirle eso a Maduro? Porque, o era eso, o una desobediencia masiva de los cuadros medios de las FANB, los que tienen el poder de fuego, y cuyas familias no son las adineradas o favorecidas de la “nomenklatura” castro-chavista-madurista, con el subsiguiente golpe de Estado como consecuencia.

Las familias de esa oficialidad media son las que hacen las colas como todo el mundo para conseguir un pollo y se avergüenzan de una superioridad corrompida y corrupta. Es esa misma oficialidad la que en su mayoría tiene que enfrentarse a unos soldados que no comen bien,  porque nadie come bien en la Venezuela de Nicolás Maduro, siendo a su vez quienes deben responder por eso, sin ser los boyantes Edecanes ni los ayudantes del Alto Mando militar de la revolución.

El haber detenido el fraude que estaba montando el régimen y el CNE de Tiby Lucena conlleva para estos militares – y no hablo de Padrino precisamente- una responsabilidad altísima y que todos los venezolanos debemos agradecer, pero que a su vez nos coloca a todos en un equilibrio muy precario porque aun siguen vigentes las fuerzas que produjeron ese intento delictual de cambiar los resultados de la voluntad popular. Aun el pueblo molesto que se manifestó el 6D, dándole la responsabilidad a la MUD de cambiar los destinos del país, no ha terminado de “ganar”.

Se ha dado un paso muy importante pero aun imperan los poderes constituidos tramposos que fueron capaces de plantearse una matanza con tal de permanecer en el poder, como ya lo habían hecho en el pasado. De eso son responsables todos los que cohonestarían ese fraude que detuvieron esa parte de las Fuerzas Armadas que sufre como nosotros de esta debacle del régimen de Nicolás Maduro.

El 6D se manifestó una fuerza que sabíamos que existía dentro de las Fuerzas Armadas a favor de la democracia, pero que no la habíamos valorado en su toda su magnitud al suponer que se había subrogado al régimen. Que fue capaz de detener una tragedia que estuviéramos ahora lamentando, pero que debe permanecer alerta y vigilante a los próximos eventos que se desatarán para no observar y desconocer la institucionalidad que a partir de enero se debe recuperar en la Asamblea Nacional.

Este es el costo que asumieron esas bayonetas por aparecer a favor de la democracia. De no haberlo hecho, todos –tanto ellos como nosotros- hubiéramos sufrido las consecuencias de profundizarse un modelo que todos los venezolanos demostraron el 6D no querer mas para nuestro país, y que esa voluntad se hubiera escondido en las cifras del fraude del CNE. Que no se equivoque nadie, ni se dejen engañar por la MUD y sus acólitos defensores de las maquinitas y el sistema del CNE: SI HUBO FRAUDE el 6D, las cifras ya estaban modificadas por Tiby a favor del régimen, y listos los paramilitares para defenderlas, solo que las FANB impidieron su implementación.

Pero aun esta tragedia no ha terminado. Los laboratorios del régimen estarán cocinando una solución a esa mayoría calificada opositora en la próxima Asamblea Nacional. Eso se puede manifestar desde el desconocimiento de leyes aprobadas por la Asamblea de parte del Ejecutivo, rechazando su ejecútese (Maduro ya se pronunció rechazando la posibilidad de aprobar la Ley de Amnistía), hasta la negación del poder legislativo con la creación de un ente completamente aparte a la Asamblea Nacional, basándose en las Leyes del Poder Comunal y el Plan de la Patria comunista, que según ellos tiene carácter Constituyente. Esta estrategia de negación institucional ya se aplicó en la Alcaldía Metropolitana de Caracas y sería la máxima aberración del régimen en su camino de aferrarse al poder, el hacerlo con uno de los Poderes del Estado.

Todo esto sin incluir la formulación de una estrategia tendiente a culpabilizar a los diputados electos de la debacle económica que se nos viene encima en el 2016, al hecho que la población no votara por el gobierno en diciembre. El régimen no podrá impedir el año entrante el desarrollo de la crisis estructural creada por ellos mismos, y este 6D consiguieron a quien responsabilizar de eso: a la mayoría opositora, quienes no podrán, debido al alcance de sus atribuciones constitucionales, ejercer funciones ejecutivas para paliar la crisis de los venezolanos.

Es por eso que el tiempo está en contra de quienes fueron electos y que tienen la responsabilidad de responder a esa estrategia del régimen. En la medida que pase el tiempo, mas le exigirá la población a los diputados electos. Y el régimen se aprovechará de eso dolorosamente. Incluso sabotearán cualquier iniciativa a favor de aliviar el malestar económico de la población.

Esta circunstancia que se presentará el año entrante, aunado a la crisis que agobia a los venezolanos, ciertamente impondrá una urgencia critica a este poder conquistado el 6D, para comenzar a discutir con la urgencia del caso las soluciones constitucionales que pongan fin al estado de necesidad que existe en Venezuela.

Esta situación no admite esperas. Eso se manifestó claramente el 6D. Si los nuevos diputados de verdad entienden que fueron electos como instrumentos de la población para resolver la gravísima crisis, entonces lo que  primero que deberán abordar es su solución constitucional como uno de las primeros temas a discutir con carácter prioritario y de urgencia en la nueva Asamblea Nacional, a riesgo de perder no solo el chivo si no también el mecate.

La implantación de alguna de ellas, de por sí, como el desarrollo de una Asamblea Nacional Constituyente, tomaría gran parte del año entrante mientras la situación del país se deteriora a una velocidad vertiginosa, por lo que no se puede perder el tiempo en otras cosas que se deriven de la diatriba político partidista de los diputados electos. Esperamos que esas bayonetas, que este 6D escogieron el lado de la democracia, decidan seguir asumiendo el costo de vivir en ella, colocándose al lado de la aspiración de la mayoría pueblo venezolano de vivir en libertad.

Caracas, 9 de Diciembre de 2015

Twitter:@laguana

lunes, 7 de diciembre de 2015

¿Ganó la MUD o perdió el gobierno?

Por Luis Manuel Aguana

No es la primera vez que la MUD confunde la gimnasia con la magnesia desconociendo  de quien son los votos. Así ocurrió con Henrique Capriles en el 2013 (ver Los votos no son de Henrique en http://ticsddhh.blogspot.com/2013/04/los-votos-no-son-de-henrique.html). Así que es muy importante que sepamos quien ganó realmente este domingo: la población arrecha con el régimen de Nicolás Maduro.

Fue sorprendente el comportamiento de la población. ¡Ni siquiera los motorizados del régimen actuaron como en otras oportunidades! No se sintió la Diana del régimen a las 5 de la mañana en todo el país. No hubo las acostumbradas colas con gente disfrazada de rojo. ¡Les daba vergüenza apoyar al régimen abiertamente! Hubo una mayor disposición de la población (que no de los partidos) a defender los votos. En La Vega hubo un caso donde la gente de un centro impidió el acceso de autobuses llenos de gente llevadas a votar fuera de la hora del cierre. En Tovar, Estado Mérida, la poblada iba a linchar a unos funcionarios que consiguieron haciendo cedulas y manipulando maquinas electorales para fabricar votos (oír testimonio en  ).

No es mi intención aquí minimizar en modo alguno el triunfo de aquellos sobre quienes ahora descansa la responsabilidad de generar un cambio en positivo para el país desde la Asamblea Nacional. Ellos eran simplemente las personas que estaban allí para endosarles esa URGENCIA de cambio político para el país. La gente ni sabía cómo se llamaban ni de qué partido eran. Simplemente usaron la tarjeta opositora en contra del gobierno. Pero ahora esos diputados tienen una seria responsabilidad que no pueden soslayar, que no es otra cosa que ponerle controles a un régimen que ha monopolizado a la fuerza todos los Poderes Públicos.

Pero lo más difícil será traducir en resultados concretos esa acción legislativa para que pueda verse manifiesta concretamente en la mesa y en los bolsillos de los venezolanos. Eso será un gran reto que deberán alcanzar esos nuevos diputados a partir de enero, corriendo el riesgo de defraudar las expectativas han levantado en los venezolanos. Y eso si es un reto importante.

Sin embargo, también hay otras expectativas no tan superficiales. Y son aquellas que derivan del respaldo al triunfo electoral originado en las Fuerzas Armadas. De acuerdo a la versión del periodista Emili Blasco (ver E.J. Blasco, ABC Internacional, El Alto Mando militar fuerza aceptar la gran victoria de la oposición en Venezuela
http://www.abc.es/internacional/abci-alto-mando-militar-fuerza-aceptar-gran-victoria-oposicion-venezuela-201512070619_noticia.html?ref_m2w) las Fuerzas Armadas impidieron el fraude montado por el régimen (¿será por eso que Jesús Torrealba pidió un aplauso a los militares en su discurso de triunfo?) y planteado por Diosdado Cabello al pretender movilizar grupos paramilitares.

De acuerdo a Blasco: “La tensión comenzó a las 6 de la tarde, cuando de acuerdo con la ley electoral debían cerrar los centros electorales. El CNE anunció que las puertas se mantendrían abiertas durante una hora más (en ciertos lugares llegaron a ser dos). Ese tiempo fue aprovechado por el chavismo para fabricar votos en aquellos distritos donde con ciertos crecimientos podía arrebatar escaños, en centros donde la oposición no podía controlar esa irregularidad. Así, dos testigos opositores de un centro de Cabudare, en el estado de Lara, contaron que militares del Plan República les apartaron de sus posiciones y les mantuvieron incomunicados mientras chavistas traían a personas no pertenecientes a ese centro para votar. La oposición aseguró que eso ocurrió en unos doscientos lugares.”.

Este procedimiento es harto conocido por quienes hemos denunciado el fraude hasta la saciedad y por la oposición oficial, solo que en esta ocasión los militares no lo dejaron pasar. ¿Y si los militares no hubieran intervenido? Simple, se hubiera manifestado el fraude gigantesco que algunos esperábamos, con los militares enfrentándose el lunes en las calles a una población enardecida sabedora de su triunfo, con el consiguiente resultado sangriento por todos conocido.

Entonces, la cuenta pendiente por pagar la tiene la MUD con la población pero también con los militares. Será interesante ver como se moverá ese nuevo equilibrio en los meses por venir, ya que no hay nada más lejano de la realidad como un “triunfo” de la MUD sino de un reposicionamiento de las fuerzas políticas, con los militares actuando como el fiel de esa balanza.

¿Y cuál debería ser ahora la actitud de los venezolanos ante ese hecho? Exigir, exigir y exigir a aquellos que salieron electos el 6D enderezar el rumbo político más allá de controlar a unos comunistas que buscarán hacer lo imposible para destruir la gobernabilidad de Venezuela. Deberán encontrar la solución Constitucional definitiva a la destrucción institucional del país, logrando que el régimen se ajuste a la Constitución de 1999, derogando la Ley del Plan de la Patria. En otras palabras, hacer válidos los acuerdos firmados el 23 de julio donde se comprometieron a solucionar la crisis política de Venezuela en seis meses a partir de enero de 2016.

Tal vez sea demasiado pronto para saber si lo conseguirán pero eso sería el primer paso para el logro de una solución más estable y definitiva, que no es otra cosa que convocar con esa mayoría al Constituyente para rehacer el Pacto Social y reconstruir el sistema político del país, convocando a los venezolanos a una Asamblea Nacional Constituyente para la reconciliación, la reconstrucción y la paz.

Lo que se logró el 6D fue equiparar en poder dos fuerzas telúricas del país, que no son precisamente la MUD y el régimen, sino dos grupos importantes de venezolanos que hoy son irreconciliables. No se trata de que uno le pase por encima al otro como hizo Chávez en 1999, sino de construir el todo que es Venezuela entre todos, discutiendo los caminos que existen para ello. Ojalá que los políticos que hoy creen que “ganaron” lo entiendan así…

Caracas, 7 de Diciembre de 2015

Twitter:@laguana