Por Luis Manuel Aguana
Cualquiera creerá
al leer el título de esta nota que quien lo escribe está en contra de la
institución del diálogo. Parece, pero no es así. Se dialoga cuando dos partes
en disputa acuerdan llegar a un cese de hostilidades. Eso ha pasado en la
historia del mundo un sinnúmero de veces en conflictos bélicos con miles de
muertos. Entonces nadie podría estar en desacuerdo con el diálogo como
mecanismo para hallar caminos de entendimiento y de paz entre grupos en conflicto.
Pero en Venezuela ese “diálogo” que auspicia el régimen no es tal diálogo en el
sentido que todos conocemos; o peor aún, cada parte, incluyendo la OEA, tiene
una interpretación diferente de esa institución para que esta pueda ser
aplicada con éxito a la situación que vivimos los venezolanos. Veamos esto en
detalle.
Visto desde la
perspectiva de la OEA, institución que discutió el problema venezolano en su
Consejo Permanente con un detalle inusitado nunca antes visto allí (ver ¿Y qué
hacemos con ese Informe?, en http://ticsddhh.blogspot.com/2016/06/y-que-hacemos-con-ese-informe.html)
luego de un informe demoledor para el régimen que desgobierna este país, la
organización se pronuncia por un “dialogo
efectivo entre el gobierno y la oposición con el fin de
encontrar alternativas para favorecer la estabilidad política, el desarrollo
social y la recuperación económica de la República Bolivariana de Venezuela...”, pero dando su respaldo a
la iniciativa de los mediadores puestos por el régimen (ver Esta es la Resolución de la OEA sobre
Venezuela
Entonces,
cualquier observador incauto fuera de Venezuela, que no conozca lo que pasa
aquí diría: ¿y cuál es el problema en que se sienten a negociar?, viéndolo como
un “conflicto” en donde la oposición por alguna razón “no deja gobernar al
gobierno” y lo que hay es que ver es cuales son los problemas y negociar esos conflictos
con mediadores de buena fe.
Visto así,
desde la perspectiva de la OEA, este es un conflicto, en el que independientemente
de los mediadores –así sea pagados por el régimen-, “dialogando” se llegaría a
conformar la estabilidad política del país. Como se verá, esta perspectiva es
aséptica y como tal alejada remotamente de la realidad política del país.
Nuestro conflicto con el régimen no es de un “estándar” que pueda ser encuadrado
en una solución de “diálogo” de acuerdo a la semántica diplomática usual
utilizada para cualquier otro conflicto, como pudiera ser el de Colombia.
Entonces desde la OEA se promueve una solución que no es la adecuada al
problema que tenemos. En otras palabras, el diálogo que proponen no tiene nada
que ver con lo que pasa aquí.
Ahora bien,
desde la perspectiva del régimen, una solución de “diálogo” no es más que el
instrumento que busca “negociar” para ganar tiempo y no realizar el Referendo
Revocatorio en el 2016, o bien para retrasarlo hasta el año entrante con la
finalidad de quedarse en el poder, al menos hasta el 2019. En esto le acompañan
ciertos factores de la oposición oficial que lo han promovido conjuntamente (esto
es, aquellos que negociaron en primera instancia en Republica Dominicana) y han
aceptado ya a sus mediadores y condiciones.
Es de hacer
notar aquí que si de diálogo se trata, y se toma en cuenta la definición
internacionalmente reconocida de mediador, este debe ser escogido por las dos
partes, no por una sola. Y en todo caso, de existir mediadores de cada parte,
como lo son ya del régimen los ex Presidentes Zapatero, Fernández y Torrijos,
faltarían los mediadores de la oposición, habiendo luego claramente que escoger
al menos uno de común acuerdo, si es el caso de que ambas partes los tengan. Es
por eso que algunos opositores rechazamos categóricamente los facilitadores
escogidos por el régimen de Maduro como únicos facilitadores del conflicto y lo
expresamos públicamente (ver La oposición rechazó a los mediadores elegidos por
Maduro
Entonces, lo
que el régimen llama “diálogo” no es lo mismo que la OEA llama “diálogo”, y
menos aun lo puede ser si quienes lo “facilitan” y son respaldados por la
Resolución de la OEA, ya tienen posiciones adelantadas en relación al verdadero
conflicto que tenemos en Venezuela. Pareciera que la OEA entonces fue engañada
en su buena fe al llegar a la conclusión que si luego de un informe que señala
a un régimen violador de Derechos Humanos y toda normativa civilizada, este se
vaya a subrogar a un “diálogo” en los términos generalmente aceptados por la
comunidad internacional.
Pero lo más
interesante, por no decir más grave, es la acepción de “diálogo” que tiene la
oposición oficial venezolana. Para ellos al parecer el “dialogo” es….¡nada! ¿Y
porque digo esto? Porque las condiciones que exige para sentarse a “dialogar”
es que en Venezuela exista Estado de Derecho, esto es: 1) que el régimen cumpla
la Constitución y permita el Referendo Revocatorio; 2) libere a los Presos
Políticos; y 3) respete las decisiones de la Asamblea Nacional. Todo esto
sumado a que existan mediadores de la oposición y se hagan las negociaciones en
Venezuela (ver Sumarium, “Si el gobierno no acepta las condiciones, MUD solo se
reunirá con mediadores”, en http://sumarium.com/mud-se-reunira-solo-con-los-mediadores-mientras-el-gobierno-no-acepte-sus-condiciones/).
En otras
palabras, para sentarse a “negociar” le están pidiendo al régimen algo que el
castro-chavismo-madurismo no tiene en su naturaleza cumplir, porque si lo
hicieran de entrada no estaríamos hablando de esto ni tendríamos que ir a
ningún diálogo. Están pidiendo un contrasentido. Al menos el régimen quiere negociar
algo: ¡el Referendo Revocatorio! Y eso en estricta lógica no puede ser
negociable porque es una obligación constitucional que debe ser acatada por
todos los venezolanos y en especial por un poder “independiente” como el CNE.
Pero como este es un régimen de delincuentes que tiene bajo secuestro una
población entera, es lógico que pidan rescate por los rehenes –todos nosotros-,
y su pago se lo exijan a quienes nos “representan” bajo la especie de entregar
el Revocatorio. ¡Los delincuentes si lo tienen claro! Quienes no lo tienen tan claro
son nuestros “representantes”…
Por alguna
razón, interesada o no, no tienen claro cuál es la situación real de los
venezolanos para aplicar las soluciones correctas, entrabando a nuestros
aliados naturales en el exterior, como lo demostró ser el Secretario General de
la OEA, Luis Almagro, al presentarse como el principal defensor de los
venezolanos a escala hemisférica. No se puede confundir diálogo y negociación con
delincuentes en situación de rehenes.
Entonces, ¿que
“diálogo” puede haber aquí? No se puede dialogar con delincuentes. Cuando hay
una situación de rehenes lo primero que hace la policía es poner a hablar a un
negociador. Y cuando ya la cosa entra en crisis –como generalmente pasa porque
los delincuentes no suelen entregarse-, entonces entra el escuadrón “SWAT” (en inglés: Special Weapons and Tactics, en español Armas y Tácticas
Especiales) o la policía
especializada en estos menesteres, para sacarlos y resolver la crisis. Eso es
lo más parecido a lo que pasa en Venezuela para todo el que nos vea desde el
exterior. Entonces, no hay conflicto que amerite diálogo entre dos partes, sino
un secuestro de quienes gobiernan en contra de una población indefensa y que
amerita otra solución.
En
consecuencia, Venezuela no necesita “diálogo”, necesita que la Constitución se
cumpla, tan sencillo como eso. La Constitución es ahora un yunque atado con una
cadena al cuello de un régimen que se está hundiendo. Por eso echa mano de
cualquier artimaña para perpetuarse. Lo que necesitamos es la ayuda y la
presión de nuestros aliados fuera del país para que se cumpla el mandato
constitucional, porque la población ya está clara en lo que tiene que hacer. Es
un tema de la supervivencia de un pueblo. Si la oposición oficial se sienta a
negociar algo con estos delincuentes, tengan la seguridad que no será nada
bueno para los venezolanos, y tendremos que rechazarlo con todas nuestras
fuerzas, porque ese diálogo sin sentido no sería un diálogo entre dos partes en
conflicto. Sería una negociación entre delincuentes.
Caracas,
12 de Julio de 2016
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana