Por Luis Manuel Aguana
“¡Poseedores de
la verdad, abstenerse!” Así rezaba un viejo
dicho de los años 60s, atribuido a uno de los carteles del famoso Mayo francés.
Y es así, la verdad es algo que todo el mundo cree poseer y cuando concentras
en un solo espacio a muchos “poseedores” de una verdad, paradójicamente es lo
menos que se alcanza. La verdad es al final aquella que se abre paso a través de
un trabajo duro, continuo y macerado, que finalmente es comúnmente aceptado por
la mayoría; y que termina imponiéndose por razones válidas o no. ¿Quién tiene
la verdad? Todos y nadie. Y salvo que sea una verdad objetiva –como suelen ser
las verdades científicas- el resto de las verdades humanas terminan teniendo
ese final: son forzadas por aquellos que por una u otra razón tienen la fuerza para
imponer “su” verdad.
Nuestra verdad
establecía que no era posible que el Referendo Revocatorio se realizara, y
menos aún el 2016. ¿Por qué? Porque en un régimen totalitario no es viable que quienes
lo conducen lo permitan porque es contrario a su propia definición, al poner en
peligro su existencia en el Poder. En consecuencia había una altísima probabilidad
de fracaso en esa empresa. Y tuvimos razón.
Como esta fue la
última carta jugada por la oposición oficial dentro de un marco de coexistencia
con el régimen, se quedaron sin juego. En este momento se encuentran en sus
cuarteles de invierno inventando que le propondrán a los venezolanos para el
2017 y siguientes, con la idea en mente de llevar al gobierno hasta el 2019. No
se equivoquen, las cosas están así.
Pero nuestra
verdad Constituyente no tuvo la suficiente fuerza en el 2016 para imponerse frente
a la verdad de los partidos, quienes convencieron a todo el mundo a esperar por
un Referendo Revocatorio porque solo así “sacaríamos democráticamente” al
régimen. Pero había una equivocación fundamental de fondo: si seguíamos las
reglas del régimen, todos –afuera y adentro del país- pensaron que habían “aceptado”
esa vía para resolver la crisis política porque son “demócratas”, cuando en realidad
lo que hicieron fue comprar tiempo para consolidarse, rodando para el final del
año nuestras esperanzas de un cambio, que resultó un fiasco para todos.
¿Qué quedo de todo
eso? Un gran vacío. De liderazgos creíbles, de propuestas al país, de qué hacer
ahora frente a la mayor devaluación opositora jamás vista. Un año entero
perdido con una crisis mucho peor de la que había en esta época el año pasado,
con la diferencia que en diciembre de 2015 los venezolanos teníamos la
esperanza que al ganar unas elecciones parlamentarias, a estas alturas el
castro-chavismo-madurismo sería historia y estaríamos en pleno proceso de
reconstrucción. Ahora la población amargamente está sintiendo que la engañaron…otra
vez.
¿En quién creer
ahora? Esa es la gran pregunta que los venezolanos están haciéndose en estos
momentos. Pero más aún: ¿cuál es el camino y quien lo propone? Desde la Alianza
Nacional Constituyente hemos propuesto uno serio y claro (ver ANC: un camino
serio frente a la dictadura, en http://ticsddhh.blogspot.com/2016/12/anc-un-camino-serio-frente-la-dictadura.html).
No es hora de reeditar opciones que consideren a la dictadura como una
democracia que saldrá por la vía tradicional de la voluntad popular, donde los
votos sean respetados por todos. Esa opción fue la que precisamente murió con
el Referendo Revocatorio, así como la candidez de una Venezuela que nunca creyó
que unos votos dados con esperanza, fueran objeto de negociaciones a costillas
del bienestar general de la población.
Es hora de
explorar opciones nuevas, encabezadas por personas diferentes. Pero estas deben
ser presentadas de una manera abierta, honesta y clara a la población. En la
Alianza Nacional Constituyente no somos “poseedores de la verdad”, pero no
tenemos dos días planteándole al país una solución que ha sido abiertamente
ignorada por los principales factores políticos opositores.
Es posible que en
este punto aparezcan personas –conocidas y desconocidas- que abrazando o no la
vía constituyente propongan un camino distinto al planteado por la Alianza. ¡Debatámoslas
abiertamente frente al país! Que los medios y sus principales anclas llamen a
los voceros de todas esas opciones para decirle a Venezuela lo que estamos
proponiendo.
Y que si esas
opciones tienen algo más allá del trillado “hay que salir del régimen”, que lo
digan. Ya nosotros lo estamos haciendo e iniciamos el camino con mucho esfuerzo;
y sin los recursos con los que si cuentan los partidos para vender a algún
candidato, hemos logrado interesar a muchos grupos en la mayoría de los Estados
de Venezuela que están oyendo un planteamiento diferente con creciente interés.
¿Y cuál es nuestro
planteamiento fundamental? Que Venezuela no necesita otro gobierno más sino
otra estructura de funcionamiento, que incluya a todos los ciudadanos de todos Estados
de Venezuela a participar en una nueva plataforma de desarrollo para el futuro.
Eso se llama Proyecto País Venezuela (http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/).
Que el problema no es llegar a una Constituyente para cambiar a Maduro sino
para cambiar al país, incluyendo a Maduro y a todos lo que de una u otra manera
se han beneficiado de la forma de gobernarnos por más de 200 años, ya sean del
gobierno o de la oposición.
¿Será posible que
eso suceda? ¿Será posible que se debata lo que se debe hacer delante de todos
los venezolanos? El tiempo de las opciones está abierto. Si de verdad se
aprendió la lección de un año perdido es tiempo de avanzar hacia otras opciones
que le sigan dando sentido a aquellos que murieron en las calles por un cambio
en el país. Los venezolanos tenemos la palabra…
Caracas, 26 de Diciembre de 2016
Blog: http://ticsddhh.blogspot.com/
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana
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