jueves, 2 de mayo de 2019

Botella de escorpiones

Por Luis Manuel Aguana

Tomado del portal “El Español”: Trump, Putin y Guaidó lo tenían todo acordado con Maduro para el exilio, pero Cabello se negó a caer” (ver nota en  https://www.elespanol.com/mundo/20190501/trump-putin-guaido-acordado-maduro-exilio-cabello/395211059_0.html). Y yo me pregunto ¿Si usted fuera Diosdado y sus socios están haciendo un negocio a sus espaldas donde el único que paga la fiesta, el saqueo y la destrucción del país que han hecho entre todos es usted, y los demás se retiran a un exilio dorado, que haría? La respuesta luce obvia de parte de cualquiera que esté en esa posición, y más aun en la de éste protagonista en particular: todos se mueren aquí conmigo.

¿Pero en qué cabeza cabe que un negocio así podría funcionar sin violencia, esperando que el que pagaría la cuenta se dejara joder (y perdonen mi mal inglés) así no más sin hacer nada? ¿Era esperable una transición pacífica en esas condiciones? ¿Qué clase de negocio estaban haciendo en la oposición oficial? Al irse conociendo los detalles de los sucesos que se desarrollaron antes de la madrugada del 30 de Abril, podemos sopesar con la debida dimensión como están negociando nuestro futuro, y si eso tiene alguna sustentabilidad.

La declaración de John Bolton, asesor de Trump, luego de revelar los nombres de quienes estaban negociando con la oposición oficial es muy perturbadora, de acuerdo al portal español: “Así, que si eres Nicolás Maduro, ¿podrías seguir mirando a la cara a tu ministro de Defensa y confiar en él? No lo creo. Pienso que Maduro está ahora dentro de una botella llena de escorpiones y ya es todo cuestión de tiempo”.

Pero realmente no es del Ministro de la Defensa del que Maduro debería desconfiar, si al fin y al cabo, como dice el mismo Bolton, estaba metido en ese plan de “retiro”, sino de Diosdado Cabello. A partir de ahora cualquier cosa puede pasarle a Maduro, ya no de parte de la oposición oficial o de los Estados Unidos, sino de quienes el usurpador pretendía traicionar. No pierdan de vista que aquí ya nos alejamos del terreno de la política para situarnos en el de la actividad criminal, como siempre lo hemos advertido. Los capos no se andan por las ramas cuando descubren una traición de ese tamaño.

Es por eso que Bolton bien lo califica como “una botella llena de escorpiones”. Lo que no está al cabo de saber Bolton, porque no vive en Venezuela, es que en esa botella no está solamente Maduro, estamos todos los venezolanos. ¿Y porque lo digo? Porque los venezolanos somos extremadamente dependientes de lo que le pase al gobierno. De allí que llevemos 20 años cogiendo palo. Un gobierno comunista, y a partir de cierto momento, guerrillero, narcotraficante y terrorista extremadamente tóxico, nos ha llevado a la ruina económica a todos y cada uno de quienes vivimos en este país. Es por eso la fuga de todo el que pueda salir de este infierno en que ha convertido Venezuela.

¿Cómo nos afecta que Maduro no se haya ido el 30 de Abril por la “pequeña falla” en esa negociación con delincuentes, de haber dejado sin respuesta a precisamente quien resulta ser tal vez el mayor obstáculo del porque el problema venezolano no se puede resolver pacíficamente?

En primer lugar, quienes están al volante del gobierno interino de Juan Guaidó, comenzando por el mismísimo Presidente Encargado, deberían tener claro que con terroristas y delincuentes no se negocia. Eso define todo un curso de acción política de cara al pueblo y define un accionar completamente distinto al que desembocó en esta negociación fallida. Los norteamericanos están allí para respaldar y ayudar al que lleva el volante, no a manejar por el. Si existen fallas en ese accionar mal podrían achacarse a otro. Hago este reclamo porque se debe recordar que cualquier error allí cuesta e influye en muchas vidas venezolanas.

Siempre he indicado que no estamos tratando con políticos sino con delincuentes. Si el grupo de gobierno interino que encabeza Juan Guaidó tuviera eso claro, hoy no estuviera convocándonos a una huelga general después del mayor respaldo que político alguno haya tenido jamás en Venezuela. ¡Ya estamos en paro! ¡El país se encuentra paralizado! ¿No conoce Guaidó las estadísticas del cierre continuado de empresas y la ruina del país? El venezolano necesita más trabajo que nunca en este caos hiperinflacionario.

¿Cómo puede ser la respuesta al fracaso del “quiebre de las Fuerzas Armadas” del 23F y ahora del 30A, que los que aun pueden trabajar dejen de hacerlo? ¡El régimen estaría muerto de la risa con eso! Eso es lo que precisamente quieren porque al debilitar aun mas al sector privado la gente pasaría solo a depender de las migajas en comida que expende el régimen. Sugiero –o mejor exijo como venezolano- al equipo de Guaidó mayor creatividad en lo que habrá de venir ahora en adelante.

Porque esos anuncios son precisamente el resultado de la falta de una política clara en relación con el Cese de la Usurpación. A partir del 1ro de Mayo, y más aún luego de este nuevo intento fallido de “quiebre de las Fuerzas Armadas”, el país está a la espera de una conducción opositora certera. Coincido en seguir la protesta en la calle pero esta debe ser más especializada y dirigida. Que los sindicatos eleven aun más su nivel de exigencia sectorial ante las fallas múltiples de este desgobierno. Que los estudiantes y profesores exijan y protesten ante descalabro de una educación que se ha venido al piso con el 50% de los niños que no van a la escuela. Seguir en la calle es lo más fácil porque hay muchísimo por lo que protestar.

Pero lo que no se puede tolerar es que se busque una solución que incluya a quienes fueron los principales responsables de esta tragedia. Eso es inaceptable. Hay una máxima gerencial que indica que no se puede resolver un problema con quienes fueron sus principales causantes. Simplemente no lo resuelves. Y si los causantes no se quieren ir porque tienen secuestrado el poder, cometiendo delitos de lesa humanidad e ignorando las reglas de la democracia, quienes ejercen la representación legítima del pueblo los tienen que echar a la fuerza buscando la ayuda internacional necesaria, porque ese es el tipo de decisiones que van con el puesto y la responsabilidad que asumieron con nosotros, por esas mismas reglas de la democracia. Eso no es nuevo en el mundo y existe suficiente justificativo en los tratados y acuerdos que la Nación ha suscrito para solicitarla, como el Principio de la Responsabilidad de Proteger (R2P) de la ONU. Si pudieron encontrar manera de negociar con Maduro y sus ladrones, bien podrán encontrar la manera de convencer al mundo de esa intervención humanitaria.

Pero hay fuerzas interesadas dentro de la oposición oficial que no quieren hacer eso. Pues bien, será mejor que lo vayan resolviendo porque Venezuela se convertirá en muy poco tiempo en una verdadera botella llena de escorpiones con todos nosotros dentro, donde la menor de nuestras preocupaciones será Nicolás Maduro Moros.

Caracas, 2 de Mayo de 2019

Twitter:@laguana

miércoles, 1 de mayo de 2019

Ya se acabaron las opciones sobre la mesa

Por Luis Manuel Aguana

No es posible entrar en un análisis serio de lo que sucedió ayer 30 de Abril de 2019 sin pasearse primero por la experiencia que pasamos el 23 de Febrero, donde todos los venezolanos esperábamos el quiebre masivo de las Fuerzas Armadas, producto de aquel mantra que repetimos en ese momento: “la ayuda humanitaria entra si o si a Venezuela”. De nuevo, no se produjo del modo esperado el ansiado quiebre de las Fuerzas Armadas aunque si ocurrió en todo el país un avance significativo en ese sentido. Aparecieron mas militares reconociendo al gobierno del Presidente Encargado Juan Guaidó, pero no en la masa critica necesaria para desplazar de manera contundente al régimen de Nicolás Maduro Moros.

Y decimos que no se puede analizar este caso sin pasearnos por el 23F porque toda la estrategia opositora para lograr el Cese de la Usurpación se basa en poner todos los huevos del cambio en la cesta del quiebre de las Fuerzas Armadas de un régimen que, por razones de naturaleza y construcción, jamas podrán ser parte de un gobierno democrático porque de hecho, en si, estas dejaron de ser lo que eran, transmutándose en una milicia armada pretoriana de una mafia de narcos y terroristas. Intentar utilizar el mismo baremo para medir militares de carrera y profesionales, comparándolos con criminales no tiene en absoluto ningún sentido.

En una nota publicada por el periodista Orlando Avendaño en PanamPost (ver La peligrosa fantasía del quiebre militar y sus promotores, en https://es.panampost.com/orlando-avendano/2019/04/18/el-quiebre-militar/?cn-reloaded=1), se establece claramente que el Presidente Encargado Guaidó esperaba por promesas militares de antiguos miembros del chavismo por un quiebre que nunca llegó:

“Recuerdo, en la mañana de ese 23 de febrero, haber visto al mayor general retirado del Ejército, antiguo miembro del régimen chavista, Clíver Alcalá Cordones. Yo lo conocí, en la investigación para Días de sumisión, hace varios meses. No me generó confianza, aunque ahora posa de disidente. Pero allí estaba, en Cúcuta, guiando a varios militares que acababan de desertar en la frontera. Clíver, de alguna forma, los comandaba. Junto a él estaba el mayor Parra, un oficial que acababa de huir de Venezuela. A las horas, Parra se reunió con el presidente Juan Guaidó y otros militares en un edificio en Tienditas”.

Asimismo el periodista Avendaño señala en su nota algo que ha repetido el mismo Cliver Alcalá, que al parecer ha convencido a Guaidó, y que creo es lo que nos tiene a todos estacionados en este momento en la peor de las situaciones: «No hace falta una coalición internacional. La propia Fuerza Armada puede sacar a Maduro. Esa puede ser una salida importante en Venezuela. Y no solo la Fuerza Armada a lo interno sino la Fuerza Armada desplegada por todo el mundo».

Pues bien, la propia Fuerza Armada disidente NO PUDO SACAR A MADURO el 30 de Abril. ¿Y porque creen ustedes que no pudo? Porque lo de Maduro NO ES UN GOBIERNO desde el punto de vista convencional. Es una mafia criminal incrustada en el poder en Venezuela, donde cualquiera que deserte pone su vida y la de su familia en grave peligro. Por más promesas que pudieron haber hecho “el ministro de la Defensa Vladimir Padrino López, el general Iván Hernández Dala (Director de Inteligencia Militar DGCIM) y el presidente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Maikel Moreno”, como lo reveló en una entrevista John Bolton, asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos (ver Bolton: Padrino Lopez y Maikel Moreno acordaron supuesta salida de Maduro, en https://talcualdigital.com/index.php/2019/04/30/bolton-padrino-lopez-y-maikel-moreno-acordaron-supuesta-salida-de-maduro/), era natural que esos personajes se echaran para atrás a ultima hora, comprometiendo una operación que pudo incluso costarle la vida a Juan Guaidó y al resto de quienes le acompañaron en La Carlota el 30 de Abril.  Todavía me asombra como estos muchachos se atreven a poner sus vidas en manos de esa clase de personajes como los que los traicionaron el 23F.

He insistido y seguiré insistiendo que esto no se trata de sacar personas a la calle, en una suerte de gesta popular histórica que expulse al usurpador. Es claro que es importante el respaldo popular en la calle, pero no se trata de eso. La masa popular en las calles en protesta permanente es condición necesaria pero no suficiente. Los regímenes como estos solo caen con la fuerza de las armas, no con otra cosa. Y estamos en el punto en que se requiere de fuerza bruta armada para mover a estos delincuentes del poder.

Una negociación con quienes sostienen esa mafia -que sería la única manera de lograr que se desplace Maduro del poder- compromete de una manera superlativa la estabilidad de cualquier gobierno futuro, porque este se estaría poniendo en manos de delincuentes, mucho antes de comenzar su gestión. Es como si muerto Don Corleone, el nuevo capo se tuviera que poner en manos de Tesio y Clemenza, creyendo ingenuamente que no lo asesinarán a la vuelta de la esquina. Si no se comprende que se tiene que barrer con toda la mafia para gobernar, no se ha entendido cabalmente el problema.

Pero a esta hora ya se cometieron los errores que se tenían que cometer y nos encontramos en un estadio diferente. Ya se dieron pasos que no se pueden recoger y efectivamente se ha avanzado pero no se ha culminado el Cese de la Usurpación. En este punto es claro que difícilmente Juan Guaidó y su equipo dieron este paso trascendental contando con la ayuda del gobierno de los Estados Unidos y posiblemente estén a las puertas de cometer otro gran error: negociar con los terroristas. De hecho ya habían comenzado a hacerlo con Padrino López, Hernández Dalá y Moreno, a instancias de los norteamericanos. ¿Iban estos personajes a salir de escena con sus reales robados y libres? ¿O continuarían en el ejercicio de sus cargos en aquella lógica repugnante de los “enclaves autoritarios” del viejo régimen de Henry Ramos Allup, como ya hemos comentado en notas pasadas?

Cualquiera que hubiese sido el caso, las estructuras de poder quedarían sujetas a una negociación sobre la cual nadie sabría su alcance; y el gobierno de transición comenzaría torcido, y comprometido con unos delincuentes.

Aun el régimen de Maduro sigue siendo muy débil y ellos lo saben. La reunión televisada del usurpador con sus militares fue un poema. Verle las caras a esos militares daban ganas de llorar. Creo que este es el mejor momento de aplicar la Responsabilidad de Proteger (R2P) de la comunidad Internacional para socorrer a los venezolanos y terminar con la tragedia humanitaria y los de crímenes de lesa humanidad. ¿Que más demostración del pueblo venezolano que la del 30 de Abril necesitan? Ya se acabaron las opciones sobre la mesa.

Caracas, 1 de Mayo de 2019

Twitter:@laguana