sábado, 9 de noviembre de 2024

Venezuela, una segunda oportunidad

Por Luis Manuel Aguana

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¿Quién realmente ha sido el responsable de que hayan sido infructuosos los diferentes intentos de salir de un régimen autoritario que comenzó Hugo Chávez Frías en 1999? ¿El mismo régimen? ¿Los cubanos, los chinos, los rusos e iraníes? ¿Los Estados Unidos y en general la Comunidad Internacional? ¿O la oposición venezolana?

Algunos de ustedes podrían responder que ha sido una combinación de todos ellos. Otros le darán cierto peso al régimen y los militares, quienes han utilizado exitosamente los sistemas de inteligencia cubana (G2), o de los demás socios internacionales del régimen (China, Rusia, Irán). Pero decididamente es imposible ignorar el peso fundamental que ha tenido la percepción que han tenido en todos estos años los diferentes gobiernos EEUU y el resto de los países de la Comunidad Internacional que giran en la órbita democrática, para generar una respuesta acorde que pueda socavar el régimen que gobierna en Venezuela. Y en ello ha jugado un papel fundamental la oposición que se ha tenido hasta ahora frente al régimen. Una muy mala oposición ha traído como consecuencia una pésima respuesta exterior –y en especial la de los EEUU- a los desmanes que han cometido los criminales en este país.

De allí que en esa percepción se hayan agarrado los venezolanos como una tabla de salvación para apostar que un cambio en la administración de los EEUU pueda hacer una diferencia en Venezuela. Pero eso lamentablemente no es suficiente. Si bien Donald Trump tenía toda la intención en el 2019 de volatilizar al régimen venezolano, una pésima oposición logro que no lo hiciera, revelándonos a todos los venezolanos que nosotros mismos hemos sido los responsables de nuestras desgracias, y seremos los responsables de salir de ellas.

Hoy al triunfar Donald Trump en la carrera por la presidencia de los EEUU, es lógico suponer que los venezolanos  tengamos la esperanza de un cambio radical en la política exterior norteamericana en relación con la grave situación de Venezuela. Como ejemplo, esta expectativa se refleja en la opinión internacional de un medio español al 6 de noviembre, luego del triunfo de Trump:

“La migración venezolana en Estados Unidos y una parte del antimadurismo creen que el republicano puede ser decisivo para los cambios en ese país. Se aferran a su declaración más polémica, en junio de 2023: "Cuando me fui, Venezuela estaba a punto de colapsar. Nos hubiéramos apoderado de ella, nos hubiéramos quedado con todo ese petróleo". El Palacio de Miraflores encontrará en Trump y sus amenazas una posibilidad mayor de endurecimiento interno” (ver Perplejidad, temor y festejos en América Latina por la victoria de Trump, en https://www.elperiodico.com/es/internacional/20241106/perplejidad-temor-festejos-america-latina-victoria-donald-trump-elecciones-eeuu-2024-111432456).   

Aunque esta declaración de Trump está incompleta en ese artículo y fue descontextualizada, si refleja el apoyo de ahora Presidente Electo de EEUU a la causa venezolana para recuperar la libertad y la democracia, tal y como lo comente en esa oportunidad en junio de 2023 al comentar ese episodio (ver Trump, petróleo y Venezuela, en https://ticsddhh.blogspot.com/2023/06/trump-petroleo-y-venezuela.html).

Lamentablemente, la oposición venezolana ha sido uno de los principales obstáculos para resolver el gravísimo problema político del país, y sobre lo que vuelvo a insistir  hoy en el 2024: En abril de 2019, en el tope de su popularidad, Juan Guaidó y la Asamblea Nacional de 2015 rechazaron la posibilidad de una intervención militar en Venezuela (ver La intervención militar está descartada en Venezuela, en https://www.clarin.com/mundo/juan-guaido-intervencion-militar-descartada-venezuela_0_ldSsWxwpG.html  … De nada valió que el primer respaldo mundial a ese Gobierno Interino, sujetado con alfileres, fuera precisamente el de los EEUU, y a través de ese país, el del resto de los más de 60 de la Comunidad Internacional. Ese “socialismo” metido en los huesos de la mayoría de los “opositores” venezolanos, y en especial el de los jóvenes políticos de la nueva generación envejecida con carburo, es la razón fundamental por la cual aún está Maduro todavía en Miraflores… ¿Qué logró la torpeza del interinato y de sus titiriteros de la Asamblea Nacional de 2015? Atornillar al régimen, convirtiéndolo en negociador petrolero frente al actual gobierno de los Estados Unidos (Biden), y más rico a expensas del petróleo de todos los venezolanos. Los venezolanos hemos pagado muy caro la torpeza de este seudo liderazgo “opositor” incompetente que todavía insiste en representarnos de manera ilegítima.

Vuelve Trump a ser Presidente de los EEUU a partir de enero 2025. El problema nunca han sido los EEUU a pesar de la mediocridad de sus intermediarios (Juan González y demás asociados de la Administración Biden). Ha sido la manera tóxica en cómo en la oposición tradicional venezolana ha abordado el problema y su presentación ante quien en realidad pudo hacer algo por Venezuela en su momento. Esa ventana se cerró en el 2020 pero por un milagro para los venezolanos se vuelve a abrir de nuevo el pasado 5 de noviembre. Que la sepamos aprovechar abierta dependerá de nosotros.

¿Por qué lo digo? Porque las cosas también cambiaron en Venezuela a partir del 22 de octubre de 2023. Existe ahora OTRO liderazgo político opositor, representante indiscutible del sentimiento de los venezolanos de resolver el problema y expulsar a quienes ocupan ilegítimamente el gobierno de Venezuela, que podrá y deberá entenderse con el Presidente Trump y su administración en esta nueva ventana de libertad, a pesar de que la primera oportunidad se perdiera durante el interinato de Guaidó y la Asamblea Nacional de 2015.

Pero el régimen también juega y Maduro se ha apresurado a felicitar públicamente a Trump, expresando que quiere un “nuevo comienzo”: “En el primer Gobierno no nos fue bien. Este es un nuevo comienzo para que apostemos a ganar, ganar y le vaya bien a EE.UU. y a Venezuela” (ver Maduro felicita a Trump y espera un “nuevo comienzo” en sus relaciones, en  https://www.libertaddigital.com/internacional/latinoamerica/2024-11-07/maduro-felicita-a-trump-y-espera-un-nuevo-comienzo-en-sus-relaciones-7183928/).

Veamos que tan “ganar, ganar” serían unas relaciones con un régimen que le dio un golpe a la voluntad popular, y que se ha autoproclamado como “ganador” sin presentar pruebas fehacientes de haber triunfado en las elecciones del 28 de julio de 2024, como si lo ha hecho internacionalmente la oposición venezolana. Es por allí que debería comenzar Maduro esa “segunda etapa” que menciona en su discurso si quiere el reconocimiento del gobierno de Trump.

Este es el escenario planteado antes del 10 de enero de 2025. Una nueva oposición que aguarda una segunda oportunidad con una nueva Administración Trump, pero con la gran diferencia de que en esta ocasión ya no hay un “Presidente Interino”, sino un Presidente Constitucional Electo, salido de la voluntad popular, con las pruebas de su victoria de las urnas electorales de Venezuela en sus manos, y ampliamente reconocido por la Comunidad Internacional antes que el mismo Trump llegara a la Casa Blanca. ¿Podría existir mayor alineamiento de planetas?

En otras palabras, llegamos a esta fecha con el mandado hecho y que tuvo que realizar Donald Trump con Guaidó en enero de 2019, y de paso montárselo en el lomo hasta el mismísimo Congreso de los EEUU. ¡De ese tamaño era el compromiso de Donald Trump para salir del problema! Y con todo y eso, nuestra oposición de la época se encargó de echar a la basura de la historia una oportunidad que nadie esperaba volver a tener. Si esta nueva oportunidad no es un tiro al piso y un milagro para que una nueva oposición logre que esta vez sí se concreten las aspiraciones de cambio de los venezolanos, bajemos entre todos la santamaría de Venezuela, y el último que se vaya que apague lo que quede de luz, porque si no se apresuran dudo que Dios en su infinita paciencia nos dé una tercera oportunidad.

Caracas, 9 de Noviembre de 2024

Blog: TIC’s & Derechos Humanos, https://ticsddhh.blogspot.com/

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana

sábado, 2 de noviembre de 2024

Estamos en guerra

Por Luis Manuel Aguana

English versión

Cuando abordo cualquier tema en mis notas, siempre trato de profundizar en las fuentes de la información que cito. Y aunque no soy periodista, si algo me enseñó la formación universitaria en tres largas y sufridas tesis -pregrado, maestría y doctorado- es que si vas a decir algo, más te vale que tenga sustento: quién, dónde y por qué. Pero a veces te encuentras con algo que tiene sentido, pero anónimo y creo importante profundizar, porque eso me pasó con un texto que está ahora rodando profusamente en las redes, y que aunque anónimo, igualmente lo difundí porque creo que es exactamente lo que está sucediendo en el mundo. El texto está titulado: “Va a repercutir en el mundo”… “EEUU está en peligro y con ella todo el hemisferio occidental”,  y que pueden leerlo en https://tinyurl.com/5yaxcwsx. Pero aun así, no dejó de incomodarme citar un anónimo en mis notas, por más que crea que tiene sentido, de allí que decidiera profundizar más.

Y efectivamente, antes de escribir esta nota, no me pude quedar con eso e investigué un poco más porque un texto así no sale de la nada, descubriendo finalmente que ese “anónimo” no era más que la ampliación y actualización de un artículo de un gran venezolano, abogado y escritor zuliano en la diáspora de los EEUU, Kaled Yorde, desaparecido en el año 2023, y publicado justamente hace 4 años a raíz de los resultados controvertidos de las elecciones del 3 de noviembre de 2020 en los EEUU. Y es de allí desde donde debemos contextualizar las ideas de Yorde, del artículo original. El artículo, publicado el 11 de noviembre de 2020 en el portal venezuelausa.org, se titula “Kaled Yorde: ¿Sabían que estamos en Guerra? (ver Kaled Yorde, venezuelausa.org, en https://venezuelausa.org/2020/11/kaled-yorde-sabian-que-estamos-en-guerra/).

Kaled Yorde no era cualquier articulista. “Yorde fue autor de 12 libros entre los que destacan La ley del karma, Cadenas del alma y Detrás del velo de la muerte, Las correctas relaciones humanas, La religión universal y Síntesis de la sabiduría espiritual” (ver  Kaled Yorde, sabiduría y sencillez que deja una profunda huella entre la diáspora venezolana en los EEUU, en https://venezuelausa.org/2023/07/kaled-yorde-sabiduria-y-sencillez-que-deja-una-profunda-huella-entre-la-diaspora-venezolana-en-eeuu/). Eso no es algo que se pueda despachar fácilmente y menos aun si se utilizan  piezas de su autoría para profundizar en algún tema, en especial una realidad como la que se aborda en ese artículo. Lo menos que pudieron hacer por mínimo respeto intelectual al autor era referenciarlo al ampliar sus ideas.

Y es desde allí que comenzaré, como debe ser, refiriéndome al artículo original de Yorde –y no al anónimo- en su idea de los dos objetivos fundamentales que mueven a la izquierda internacional, y que hoy reviven como si no hubieran pasado 4 años. El primero: la izquierda internacional pretende impedir que “Donald Trump sea reelecto, quieren evitar a toda costa que el presidente Norteamericano permanezca en la Casa Blanca y logre desbaratar el complot global que izquierdas y de los grandes capitales involucrados, grupos radicales que buscan controlar los EEUU (y al mundo) bajo la ideología “progresista” del pensamiento único, el nuevo socialismo. En este momento el Presidente Trump es literalmente el muro de contención que protege la Libertad y El Progreso del serio intento de sometimiento socialista”.

Pues lo lograron. Trump no se quedó en la Casa Blanca a pesar de los argumentos y juicios de fraude electoral que surgieron posteriores a las elecciones de EEUU en el 2020. Hemos visto los denodados esfuerzos en estos 4 años de mucha gente de parar de nuevo la candidatura de Donald Trump a través de innumerables juicios y acusaciones, incluyendo 3 intentos de asesinato.

Asimismo, han sido para el mundo 4 años de retroceso. Un mundo sin control de nadie. Guerras que se iniciaron en ese lapso, donde los EEUU tuvieron poco o ningún control, traduciéndose esto en la estabilidad del mundo occidental. Al parecer, el “policía del mundo” sin accionar o retrocediendo por una neo política progresista, que ignora el peso específico de ese país en lo que ocurre en el planeta, ha traído como consecuencia que creciera un bloque de países, que bajo la bandera de la llamada multipolaridad, en el fondo lo que quiere en realidad es ser el otro bloque que contraponga a los EEUU, en el orden geopolítico como lo hizo una vez la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

Este nuevo bloque denominado BRICS, por las iniciales de sus países fundadores, Brasil, Rusia, India, China, y Suráfrica, comienza a despuntar como representante del denominado Sur global. Posteriormente, en este año 2024 se incorporaron Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos. Todo esto sin contar con los que esperan en la cola de aprobación como Venezuela.

Sin embargo, los BRICS, inicialmente reunidos en el año 2009 como una iniciativa de países para el desarrollo de sus propias economías, comienza a dar grandes pasos para el desafío geopolítico de Occidente, todo bajo la conducción de Rusia y China. Veamos:

“Rusia y China han convertido así a los BRICS en un proyecto antioccidental con el objetivo de romper la hegemonía de las potencias occidentales en el orden global actual y el predominio del dólar estadounidense en la economía global. Los elementos emancipatorios de la fase fundacional, vinculados a una ambición de desarrollo integral, ceden paso a un proyecto geopolítico caracterizado por una política de poder tradicional, fuerza económica y militar e influencia en la política exterior. Si la ampliación que ha tenido lugar se convierte en norma, hay grandes probabilidades de que los BRICS+ degeneren en un club de regímenes predominantemente autocráticos. Esta transformación no ofrece nada en términos de progreso para los pueblos del mundo en desarrollo y es más probable que derive en un retorno al tipo de política de grandes potencias que caracterizó el siglo XIX. El mundo multipolar de Vladímir Putin  y Xi Jinping formula reclamos neoimperialistas sobre esferas de interés autodefinidas. No está sujeto a ninguna norma y es exactamente lo opuesto a un mundo multilateral en el que todos actúan según las mismas reglas. Esta noción de multipolaridad destruye el orden basado en reglas y reemplaza la fuerza de la ley por la ley del más fuerte. A cada líder autocrático se le garantiza libertad de acción en su propio país.” (ver BRICS: de la ambición desarrollista al desafío geopolítico, Nueva Sociedad / Marzo-Abril 2024, en https://tinyurl.com/32a3tksv) (resaltado nuestro)

Se comprende entonces la fuerte tendencia ideológica y los intereses de destrucción de la cultura occidental que mueven a estos países BRICS y la consiguiente preocupación de un del mundo libre basado en el respeto de los Derechos Humanos.

En este contexto mundial, el premonitorio artículo de Yorde advierte el siguiente  objetivo de la izquierda internacional: “Segundo objetivo, tratar de evitar por todos los medios disponibles que el Gob de Trump acabe con la dictadura Venezolana, con el cáncer Cubano, y con el resto de focos de izquierda y del narco tráfico que los financia y que aún controla buena parte del hemisferio. En el logro de este despropósito participan activamente las izquierdas de América, Venezuela incluida, Europa, Asia, y grupos radicales Árabes, todos enemigos de Occidente y de sus democracias”.

Y ese objetivo formulado hace 4 años por Yorde, coincide a la perfección con la esencia de la agenda de los BRICS de hoy en 2024:

“Los BRICS son un proyecto puramente intergubernamental. Esto no sorprende si consideramos cómo tratan China y Rusia a los ciudadanos que no se ajustan al sistema: son monitoreados sistemáticamente (en especial bajo el sistema de crédito social de China), perseguidos, a veces asesinados o recluidos de diversas maneras.” (artículo citado de Nueva Sociedad / Marzo-Abril 2024) (resaltado nuestro). Si unimos a eso que ”A cada líder autocrático se le garantiza libertad de acción en su propio país” se entiende que camino prefieren los regímenes autocráticos que se unen o pretenden unirse a esa la asociación, amenazando la estabilidad del mundo libre.

Tenía razón Yorde al decir que esta es una nueva lucha que se está desarrollando en el mundo que comenzó hace muchos años, en un contexto lleno de desigualdades: “Esto va mucho más allá de la lucha por la Libertad, es la Lucha del bien para vencer al mal que se quiere imponer a base de violencia, racismo y la manipulación de la verdad. Estamos en Guerra, y necesitamos del esfuerzo de todos, tenemos que perseverar, y con la ayuda de Dios y las ideas muy claras, tener la posibilidad de un futuro próspero donde la justicia y la libertad prevalezcan una vez más”.

Está muy claro que Trump es un obstáculo para quienes empujan este bloque de países, ahora con nuevos objetivos. ¿Tienen posibilidades los países de BRICS de reemplazar en una confrontación el poderío y la estatura económica de los países occidentales con los EEUU al frente? Lo dudo mucho y no en el corto plazo, pero de hecho efectivamente si existe esa guerra, pero en un estado latente y que si no se toman inmediatamente las previsiones y se equilibran las fuerzas mundialmente, evitando el crecimiento de ese bloque anti occidente, la guerra será una consecuencia previsible, y nosotros estaremos en el medio. Por esa razón será crucial y necesaria la definición y manifestación ahora mismo de quienes estarán de cada lado, porque ya no será posible la neutralidad a partir de ahora. Espero que Venezuela se defina de una vez al lado de Occidente después de la elección de Donald Trump como Presidente de los EEUU el próximo 5 de noviembre, con todo lo que ello implique…

Caracas, 2 de Noviembre de 2024

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