miércoles, 26 de agosto de 2020

Solución ya

Por Luis Manuel Aguana

A estas alturas del problema del país, los venezolanos comienzan a pedirles a los políticos una solución ya a sus graves problemas. No importa que Guaidó se haya pasado más de año y medio sin resolver el mantra, todo el mundo en su desesperación pide a la oposición una solución inmediata a la grave crisis política y económica. Y en la medida en que pasan los días para una elección parlamentaria a todas luces fraudulenta, los políticos de la oposición oficial quieren hacer la tarea que ya tenían que haber hecho en año y medio, en tres meses. De allí que pidan ayuda a quienes nunca convocaron para ayudar, para que les brinden el apoyo en una tarea sumamente compleja en un tiempo muy corto. Y las reacciones no se hicieron esperar: se le echaron encima al Presidente Encargado.

Sin contar que el aparato “unitario” que se fabricaron en febrero de 2019 con el Acuerdo para la Transición, suerte de camisa de fuerza que difícilmente le permite a Guaidó moverse como un verdadero Presidente de la República en funciones con sus atribuciones completas, reemplazándolo con una melcocha colegiada de 4 partidos, el Presidente Encargado se encuentra que ahora faltan los apoyos políticos necesarios para que su “nueva ruta” arranque, precisamente porque lo que se inventaron en febrero no funcionó.

Por un lado requiere de los apoyos de una oposición radical a la que nunca escucharon en la Asamblea Nacional (Fracción 16J) así como de más de medio país que no cree ahora en nada de lo que diga porque parte de la dirigencia principal de esa “unidad” del Gobierno Encargado tiene vínculos demostrados con el régimen (AD y UNT). ¿Cómo hace el Presidente Encargado para rescatar la credibilidad necesaria para su “nueva ruta”?

Por un lado está un grupo que grita que Venezuela necesita ya una intervención militar internacional (no entraremos a discutir si eso es posible o no), y por otro lado una Comunidad Internacional que no está convencida de hacer eso, insistiendo en una salida constitucional, pacífica y electoral. Ambas soluciones parecieran no ser inmediatas ya que ambas rutas pasan por el único que tiene el respaldo internacional suficiente para promover una solución: Juan Guaidó Márquez.

Aunque les pueda doler a todos los que presionan una solución, cualquiera que esta sea, para que pueda ser posible, tienen que pasar por convencer –hasta ahora- al Gobierno Encargado que preside Juan Guaidó Márquez. Punto. Dicho de otra manera: los que quieren una intervención militar multinacional tienen que convencer al Gobierno Encargado de eso PRIMERO antes de salir a convencer a ningún país afuera. Ningún dirigente político nacional que proponga eso será escuchado afuera si no lo propone primero el Presidente Encargado y su Gobierno legítimamente reconocido. ¿Es tan difícil de entender?

Hay algunos que no se tragan esa verdad y están desesperadamente buscando recovecos y salidas diferentes de representación internacional con miras a hacer un “bypass” a esa realidad que la Comunidad Internacional ya resolvió reconociendo a Juan Guaidó Márquez como Presidente Encargado. Buena suerte con eso, pero eso no nos resolverá el problema inmediatamente a los venezolanos. Pareciera que si queremos salir de Maduro a la brevedad posible, tendremos que ponernos de acuerdo con el Gobierno Encargado, por más desagradable que eso parezca para que pueda existir una solución que se pueda aplicar y todos la apoyen para que sea una realidad. De resto, jugar al divisionismo por el “quítate tu para ponerme yo” para dirigir la oposición, es a estas alturas un crimen de lesa humanidad.

Sin embargo existe una oposición que prefiere reventar a Guaidó antes que salir de Maduro. Supongo que pensarán que es imposible una solución final opositora que incluya a los 4 partidos por los que votaron la mayoría de los venezolanos el 6D-2015. Difícilmente puedo calificar eso porque ese remedio es peor que la enfermedad, además de ser criminal. A ellos les pediría que esperen por unas elecciones libres y que convenzan a los venezolanos a que voten por ellos.

La suma de todo eso le está impidiendo al Gobierno Encargado llegar a un acuerdo con el resto de la oposición. ¿Será posible pedirles a todos un ejercicio de tolerancia, aunque sea por unos meses?

La solución que está asomando el Presidente Encargado en su “nueva ruta” presume la convocatoria al pueblo a una gran Consulta Popular. Como saben los venezolanos, ANCO lleva muchos años solicitándole a la oposición oficial la convocatoria de la Soberanía Popular para que los venezolanos decidamos el destino de Venezuela. Que no sean los políticos sino nosotros quienes resolvamos esta crisis. No es retorica populista. Lo hemos explicado en reiterados comunicados desde que Maduro convocó ilegalmente a una Constituyente el 1ro de Mayo de 2017. Sin embargo, aparentemente el Gobierno Encargado se hizo eco de esta solución.

Sin embargo, no me llamo a engaño de las razones que pudieron tener para llegar a esa conclusión, y que apuntan a renovar el mandato de la Asamblea Nacional legitima de Juan Guaidó con el voto de los venezolanos. Lamento que hayan llegado a decidir la Consulta Popular por esa razón politiquera, pero igualmente la acepto si con ello se puede expresar el pueblo venezolano en los términos de definir el cese de la usurpación de Nicolás Maduro Moros, un Gobierno de Transición y el aseguramiento del cumplimiento del mandato del pueblo.

En ANCO creemos que la Consulta Popular es la solución política más inmediata a la crisis, ajustada a las condiciones internacionales actuales, y que podría contar con el apoyo de toda la Comunidad Internacional si se les explica claramente que tienen que participar activamente para que funcione y se cumpla. No creemos que haya obstáculos para que lo hagan. Va en el sentido de lo que han pedido todos los países, y es de implementación inmediata. Podemos defender esa solución política, jurídica y técnicamente en cualquier escenario, con la gran ventaja de que implica una movilización dentro y fuera del país. No estamos hablando de una Consulta por Internet como lo han sugerido los enemigos de la Consulta Popular.

Pero lamentablemente la Consulta Popular se ha asociado con el fracaso del Gobierno Encargado de convocar a una oposición que ya no cree en Juan Guaidó ni tampoco en la Consulta Popular, con la excusa pueril de que “ya se hizo el 16 de julio de 2017”. Ya me encargue de explicar eso en mi nota anterior (ver Cartucho quemado o bala de plata, en  https://ticsddhh.blogspot.com/2020/08/cartucho-quemado-o-bala-de-plata.html).

Los invito a separar ambas cosas. Una cosa es que la oposición oficial haya comprado una solución por el interés de sobrevivir, y otra muy diferente que la solución sea válida y pertinente desde el primer momento en que fue formulada hace un montón de años, independientemente que la hayan asumido a pocos meses de unas elecciones fraudulentas. De hecho ni siquiera necesitan extender el período constitucional de la Asamblea Nacional con el voto de los venezolanos, si decidimos en una Consulta Popular darle todas las atribuciones ejecutivas a una Junta de Gobierno de Emergencia que presida Juan Guaidó por un periodo definido de tiempo hasta el llamado a unas elecciones libres y auténticas. Invito también a la oposición a tener un poco mas de creatividad y amor por Venezuela, tal vez así se pueda llegar a un acuerdo con una solución ya que nos pueda salvar a todos…

Caracas, 26 de Agosto de 2020

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana

lunes, 24 de agosto de 2020

Cartucho quemado o bala de plata

Por Luis Manuel Aguana

El argumento de mayor peso que utilizan los enemigos de consultarle al pueblo venezolano que hacer con el país, es que “ya se hizo una consulta el 16 de julio de 2017”. De hecho hasta algunos medios ya califican el mecanismo como “cartucho quemado” (ver PanamPost Emplazamientos y desplantes públicos marcan el inicio de la “nueva ruta” de Guaidó, en https://es.panampost.com/jose-gregorio-martinez/2020/08/24/emplazamientos-y-desplantes-publicos-marcan-el-inicio-de-la-nueva-ruta-de-guaido/) por esa misma razón.

Eso es como si usted descalificara la institución matrimonial porque su primer matrimonio fracasó, o que diga que los carros no sirven porque usted tuvo un accidente, o que no se monta mas en un avión “porque se caen”. Si fuera por eso la gente no se casara y la industria automovilística y aeronáutica ya hubieran desaparecido. Y ustedes me dirán ¡mayor estupidez! ¿Verdad? Pues sí, eso es lo que se argumenta. Pero no es una estupidez, es una campaña orquestada y perfectamente dirigida para que ni usted ni yo nos pronunciemos, dejándole a los bates quebrados que han conducido este barco opositor la decisión de lo que terminará sucediendo en Venezuela, incluyendo negociar con el régimen.

Siempre he aclarado que la Constitución de 1999 nos da el derecho de consultar al pueblo las veces que nos de la gana, y cualquier cosa que consideremos necesario, ejerciendo plenamente nuestro derecho a la participación. ¿Cuál es el problema de consultarle al pueblo de Venezuela la salida de esta crisis, la mayor desde nuestra fundación como República? En el año 2017 ANCO insistió con los políticos que conducían entonces la oposición oficial, que ante semejante estupidez de estar matándonos en las calles porque el régimen decidió de manera inconstitucional convocar a una Constituyente sin tener la cualificación para hacerlo, que fuera el mismo pueblo el que decidiera eso a través de una Consulta Popular.

Pues bien, después de prácticamente jalarles mecate (por no decir la expresión venezolana correcta) lo políticos accedieron a la consulta pero nunca tuvieron la intención de hacer efectivo el mandato que surgiera del pueblo venezolano, y por el contrario lo cambiaron por unas elecciones regionales que el régimen se encargo de quitarles. Vieron una oportunidad de hacer un intercambio favorable con el régimen, pero cambiaron a su mamá por un par de sandalias. ¿Se puede deducir de ese chasco anterior de una oposición mediocre y criminal que estuviera mal consultarle al pueblo venezolano?

El efecto político que eso tuvo a nivel internacional daba de largo para designar un nuevo gobierno con el apoyo de la Comunidad Internacional, Y NO LO HICIERON. ¿Podemos culpar a la Consulta Popular por esa traición? ¿A qué idiota se le puede ocurrir eso? Y me disculpan lo directo. Es la manipulación burda y necia de factores opositores que NO TIENEN una respuesta que darle a los venezolanos de cómo salir de esta trampa, y prefieren señalar la institución establecida en el Articulo 70 de la Constitución como un “cartucho quemado” para cancelar definitivamente que el pueblo se pueda expresar de nuevo y cuantas veces lo crea necesario.

Quiero repetir de nuevo: el 16 de julio de 2017 se le consultó al pueblo venezolano para rechazar el llamado a una Constituyente inconstitucional del régimen y ordenar la designación de nuevos poderes públicos. Si eso no se hizo, no es el mecanismo el culpable sino quienes tomaron la decisión de no cumplir con el mandato popular. Tenían con qué hacerlo aunque griten que no podían. ¿Es que acaso podían el 23 de Enero de 2019 designando Presidente Encargado a Juan Guaidó? Pudieron hacerlo igualmente el 16 de Julio de 2017, DOS AÑOS ANTES PERO CON EL RESPALDO POPULAR. ¡Imagínense donde estuviéramos ahora si lo hubieran hecho!

Ahora bien, ante una nueva propuesta del Gobierno Encargado de “Convocar al país a expresar su verdadera voluntad a través de un mecanismo nacional e internacional de participación masiva ciudadana”, los perros se le echaron encima a la propuesta de convocar a los venezolanos, aun sin todavía anunciar oficialmente la ruta de la Consulta Popular. En mi  nota anterior advertí que aun desconfiando de quienes en el pasado hicieron fracasar la Consulta del 16J-2017 PORQUE TODAVIA ESTAN ALLI, era necesario que la ciudadanía participara activamente –de principio a fin- y que en que en esta oportunidad la Sociedad Civil actuara en todo el proceso de toma de decisiones para asegurar que se cumpliera el mandato popular (ve Cheque en blanco, en https://ticsddhh.blogspot.com/2020/08/cheque-en-blanco.html). Este aseguramiento pasa por meter en el proceso a la Comunidad Internacional y a todos los sectores que en Venezuela si creen que se puede hacer algo en el país.

Si los venezolanos caen en el engaño de que “ya hicimos una consulta” estaremos castrando nosotros mismos el poder de la Soberanía Popular, que está establecido en la Constitución. Si los venezolanos no hacemos valer el resultado de esa consulta, mejor será que el último que se vaya apague la luz y baje la santamaría de Venezuela. El 17 de Julio de 2017 no hubo ni una sola reunión de la oposición para ver como se hacía con el mandato rotundo que el pueblo le había dado a la Asamblea Nacional. ¡No sabían qué hacer con eso! O mejor dicho si sabían y lo vimos con la traición de esa Directiva de la AN que todos conocemos. En esta ocasión más le vale al Gobierno Encargado pensar en eso cuando se le consulte al pueblo venezolano.

Muchos han indicado el fracaso de año y medio del Gobierno Encargado para lograr apoyos para esa nueva ruta anunciada. Es verdad. Ha sido rotundo. El mantra del 23 de Enero de 2019 no se ha cumplido. Pero Juan Guaido SIGUE SIENDO LA UNICA INSTITUCION RECONOCIDA EN TODO EL MUNDO y el único vehículo disponible que podemos utilizar AHORA para desplazar al régimen de Nicolás Maduro Moros. Su fracaso no puede ser la excusa para hundir la única balsa que flota después del naufragio sin que nadie haya presentado otra.

Y no me digan que pedirle a la Comunidad Internacional que se organice para intervenir a Venezuela es una opción. Como van las cosas, cuando eso ocurra todos los que están pidiendo eso habrán muerto de viejos. No es malo que lo sigan pidiendo, pero será como aquellos que aspiran que aparezca la lluvia en el medio del desierto. ¡En lugar de denostar la ruta móntense en ella para evitar que fracase! ¡Decidamos entre todos las preguntas, las condiciones y el mecanismo de cobro! Porque la ruta va a fracasar si no estamos todos allí para evitarlo. Y Juan Guaidó y su Gobierno Encargado deberán a su vez abrir las puertas de una participación genuina, abierta y venezolanista de quienes somos los verdaderos sufrientes de la desgracia socialista, dejando de lado el sectarismo y la mezquindad política para que eso no pase, convirtiendo un posible “cartucho quemado” en una bala de plata…

Caracas, 24 de Agosto de 2020

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana

jueves, 20 de agosto de 2020

Cheque en blanco

Por Luis Manuel Aguana

En los viejos tiempos, aquellos donde no existían los puntos de venta ni las tarjetas de débito, con o sin “chip”, a la gente le tocaba pagar con cheques. El cheque era una institución de pago que, aunque no acaba de morir, ya quedo en el pleno olvido frente a los nuevos mecanismos electrónicos de pago y la invisibilidad actual del dinero. En esa época había una expresión que traducía máxima confianza entre dos partes: dar un “cheque en blanco”. Esto significaba tomar un cheque de tu chequera, firmarlo y entregarlo sin especificar monto en el cheque para que este fuera llenado por quien lo recibía. Nadie daba “cheques en blanco” porque tu cuenta quedaba expuesta al arbitrio de quien recibía el cheque. Y esa máxima confianza solo se veía entre marido y mujer, o socios de negocios con mucha confianza entre ellos. La expresión quedó en la jerga popular como una muestra de confianza extrema.

A partir del 23 de Enero de 2019, los venezolanos le dieron a Juan Guaido un “cheque en blanco” para que hiciera por nuestra cuenta lo que considerara necesario para cumplir con el mantra de los 3 pasos que prometió en su juramento ante el pueblo. Los venezolanos en su desesperación por salir de “esto” confiaron en que el Presidente Encargado hiciera con esa cuenta de nuestra propiedad lo que le viniera en gana. La evaluación después de año y medio de gestión ha dejado mucho que desear, al punto que el Presidente Encargado ha ido perdiendo uno a uno los apoyos fundamentales sin lograr completar con éxito su misión del cumplir con el mantra. Sus máximos detractores políticos actuales son aquellos quienes lo respaldaron al comienzo de su gestión, y finalmente podría decirse sin faltar a la verdad que solo le quedan muy pocos respaldos de aquellos que fueron responsables de ese gobierno colegiado que inventó la Asamblea Nacional en febrero de 2019.

¿Qué le queda al Presidente y su partido? La gente. El pueblo decepcionado que inicialmente le dio su respaldo masivo, y que como ha visto que ese cheque ha sido cobrado y que muy poco de eso le ha llegado a la población, también ha dado muestras de rechazo a cualquier cosa que ahora proponga el Gobierno Encargado. En esa situación encuentra al país la nueva “hoja de ruta para enfrentar el fraude y salvar a Venezuela”, como lo expusiera el mismo Juan Guaidó en su mensaje de video vía Twitter el día de ayer (ver  https://mobile.twitter.com/jguaido/status/1296223948955320321). La gente es lo que le queda al Presidente Encargado, y de allí el punto No 3 de su propuesta: “Convocar al país a expresar su verdadera voluntad a través de un mecanismo nacional e internacional de participación masiva ciudadana”.

Si por convocar al país se entiende una Consulta Popular Plebiscitaria, esa ha sido la propuesta que ANCO como parte de la sociedad civil ha expuesto a los venezolanos como única solución para enfrentar a estos delincuentes. ¡Que el pueblo decida! esa es nuestra consigna. El hecho que el Gobierno Legítimo haya acogido la propuesta como mecanismo es un primer paso fundamental para salir del problema, pero no es el único. Si el Gobierno Encargado va a asumir la ruta de solicitar el respaldo popular para oxigenar año y medio de desidia política hay un costo que tienen que asumir: ya el cheque no puede ser en blanco.

Y se los expondré de la manera más cruda. Cuando un salvavidas nada al rescate de alguien que se ahoga, la persona en su desesperación intenta agarrarse del cuello del salvavidas para no ahogarse. Si el salvavidas permite eso ambos terminan ahogados. Es por esta razón  que el salvavidas golpea al ahogado, dejándolo semi inconsciente, para poderlo llevar a salvo a la orilla. Los que se están ahogando no pueden tener el control del salvamento. Este es el mismo caso. La sociedad civil como proponente de una solución, se ha tirado al mar a salvar a uno que por sus errores se está ahogando pero que en su torpeza se está llevando al fondo a todos los venezolanos. Y eso no lo podemos permitir.

Es por eso que nosotros como dueños de la chequera de la Soberanía Popular no podemos extenderle otro “cheque en blanco” a Juan Guaidó y exigimos que conjuntamente con el Gobierno Encargado, acordemos los términos de ese rescate y cómo habrá de realizarse. De lo contrario será otro fracaso de los mismos que dijeron que la ayuda humanitaria entraba “si o si”. El Gobierno Encargado no solo debe aceptar que sea el pueblo el que decida qué hacer con el país y el régimen de Maduro, sino en qué términos, y que una representación calificada de ese pueblo dueño de la soberanía controle los fondos del cheque que ahora se le estaría entregando, acompañando en su ejecución a todo lo largo del camino.

La propuesta que haga Juan Guaidó al país debe tener el sello de calidad de esa sociedad civil, tanto en la propuesta de preguntas a realizarle al pueblo venezolano, como en los mecanismos que se habrán de utilizar para consultarle al soberano. Ya se está colando a la prensa que la intención del Gobierno Encargado es realizar una consulta popular pero que es rechazada por la mayoría de los partidos de la coalición que llevó a Guaidó a la Presidencia Encargada (ver Mayoría del G4 rechaza “consulta popular” como alternativa a las parlamentarias https://eldiario.com/2020/08/14/g4-consulta-popular-parlamentarias/).

Si esto es así, ya que oficialmente el Gobierno Encargado solo ha dicho de su intención de “Convocar al país a expresar su verdadera voluntad a través de un mecanismo nacional e internacional de participación masiva ciudadana”, lo que podría traducirse o no en una Consulta Popular, aun faltan por conocer los detalles de esa propuesta. Por ejemplo, Eugenio Martínez, conocido vocero electoral de la oposición oficial, dijo en esa nota del periodista Raúl Castillo en el Diario que “Si bien no hay información concreta con respecto a cómo sería el proceso técnico para realizar la consulta, se prevé que sea de forma digital”.

La propuesta técnica de ANCO DE NINGUNA MANERA CONTEMPLA UNA CONSULTA EN FORMA DIGITAL sino manual y completamente ajustada a la sentencia del 13 de Junio de 2018 del TSJ Legitimo en su Sala Electoral. De manera que ya están saliendo noticias que descalifican la propuesta antes de ser presentada, por factores que no desean que bajo ninguna circunstancia el pueblo se exprese en relación a lo que pasa en el país, o que posiblemente quieran que Guaidó fracase en un último intento retrasado por hacer algo para salvar a Venezuela. ANCO ya tiene una propuesta técnico-electoral que puede poner a la disposición del Gobierno Encargado para discutirla cuando lo deseen.

No soy de los que particularmente desea salvarle el cuello a Juan Guaidó pero creo que los venezolanos no podemos permitir dejarlo ahogar con todos nosotros metidos en el barco. Es un suicidio estúpido, amén de la mezquindad que implica perder a Venezuela porque “no queramos” por cualquier razón política que Guaido y su partido triunfen con una propuesta bien estructurada. Pero tampoco podemos aceptar que el Gobierno Encargado haga lo que los ahogados hacen cuando se ven perdidos, como colgarse al cuello del salvavidas, dejándolos hacer lo que les venga en gana. Eso fue lo que pasó el 16J-2017 y es lo que algunos sectores de la oposición radical no acaban de entender. Los partidos hicieron lo que les dio la gana, entre otras cosas pactar con el régimen unas elecciones regionales a cambio de no cumplir con el resultado de esa consulta.

En esta nueva consulta el pueblo le puede extender el periodo a la Asamblea Nacional de Juan Guaidó (que entre otras cosas es lo que desean y por eso es que están considerando seriamente el mecanismo) pero por un tiempo perfectamente definido y corto, sin “cheques en blanco” y con tareas concretas a esa Asamblea, como la designación de un Gobierno de Transición. Asimismo la Sociedad Civil debe exigir estar dentro de ese Gobierno de Transición con representantes perfectamente identificados. Esas preguntas saldrían de los cuatro (4) temas mínimos que ANCO propuso en su propuesta al Gobierno Encargado y publicada para todos los venezolanos el 10 de Agosto de 2020 (ver Propuesta al Gobierno Encargado: “Que el Pueblo Decida”, en https://ancoficial.blogspot.com/2020/08/comunicado-anco-propuesta-al-gobierno.html).

Como el resto de los venezolanos, ya no confío en quienes en la oposición oficial nos han tenido año y medio en una situación de zozobra insostenible, pero si apuesto a avanzar si existen los mecanismos de control que hagan que esta propuesta triunfe. Ese no sería un triunfo de Guaido o de su partido sino de todos nosotros si estamos allí para controlarlo. Hemos abierto esta propuesta a todos los venezolanos. Ya el Gobierno Encargado PARECE haberla asumido. Pero solo será así si es realizada en los términos del salvavidas. De otro modo si creen que les estamos dando de nuevo un “cheque en blanco”, nos iremos todos al fondo irremediablemente…

Caracas, 20 de Agosto de 2020

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana