martes, 14 de diciembre de 2021

Estatuto reencauchado

Por Luis Manuel Aguana

English versión 

En este momento se está cocinando en fuego rápido lo que sucederá el 5 de enero de 2022 con la Presidencia Encargada de Juan Guaidó Márquez. En opinión de destacados juristas, Juan Guaidó debería permanecer en su puesto como Presidente Encargado a tenor del Artículo 233 que le entregó la Presidencia interina en Enero de 2019 hasta la celebración de elecciones libres, justas y verificables.

Y así como existen opiniones de juristas a favor, también las hay de juristas en contra de esas opiniones que se preguntan de dónde sale la calificación de “Presidencia indefinida” solo establecida en los hechos por la Comunidad Internacional, por lo que difícilmente exista una solución a este problema inédito que se base en el texto constitucional que le daba al Presidente Encargado solo 30 días para convocar una nueva elección, lo que se configura en una cuestión de interpretación jurídica de unos y de otros. Y como no existe un Tribunal Supremo de Justicia reconocido al cual llevar esa situación, porque hay que recordar que la oposición política de la Asamblea Nacional de 2015 nunca ha reconocido al TSJ legitimo instalado en la sede de la OEA, queda a gusto de cada cual creer, de acuerdo a la interpretación que más le interese, si Guaidó debe permanecer o no en su puesto después del 5 de enero de 2022.

Para el resto de los mortales desconocedores de si Guaidó debe permanecer o no como Presidente Encargado, solo nos queda analizar la realidad política, porque éste NO ES definitivamente un problema jurídico sino político, con el mayor respeto a los ciudadanos juristas. En mi nota anterior (ver Los mitos del Gobierno Encargado, en https://ticsddhh.blogspot.com/2021/12/los-mitos-del-gobierno-encargado.html) establecía el criterio que debía prevalecer para cualquier decisión en ese sentido era el bienestar de los venezolanos, no el de cualquier grupo político que se disputara la Presidencia Encargada como borracho en una pelea por una botella vacía.

Y creo que precisamente eso es lo que está pasando aquí. El fundamento para la operación de esa Presidencia Encargada fue “reglamentado” por algo que los Diputados en Febrero de 2019 llamaron “Ley del Estatuto que rige la Transición a la Democracia y el Restablecimiento de la Vigencia de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela”. El Estatuto aprobado en ese momento (ver documento completo del Estatuto que rige la Transición aprobado en 2019 en https://tinyurl.com/y9nsa8jw) ataba de pies y manos al Presidente Encargado para ejercer su presidencia conforme a la Constitución, ejerciendo de manera inconstitucional al mismo tiempo la Presidencia de la República y la Presidencia de la Asamblea Nacional. De eso escribí varias veces cuando comenzó ese tutelaje aberrante (ver La trampa de la Ley del Estatuto que rige la Transición, en https://ticsddhh.blogspot.com/2019/01/la-trampa-de-la-ley-del-estatuto-que.html y La duración de la Transición, en https://ticsddhh.blogspot.com/2019/02/la-duracion-de-la-transicion.html).

Lo anterior derivó en estos tres años en una suerte de gobierno encargado de la Asamblea Nacional donde el Presidente designado no fue de ningún modo un Presidente del Ejecutivo sino del Legislativo. Y las decisiones fueron tomadas por los partidos dominantes en la Asamblea Nacional. Esta manera peculiar de interpretar cómo cesar la usurpación de Maduro dio al traste con la posibilidad de efectivamente hacerlo, siendo la cabeza visible, Juan Guaidó, quien cargó con la responsabilidad frente a los venezolanos de no haberla podido realizar.

El 26 de Diciembre de Diciembre de 2020, tras haber pasado dos años de una Presidencia Encargada sin resultados, la Asamblea de 2015 actualizó el Estatuto para la Transición por una simple razón: era el último año de la legislatura de la Asamblea Nacional de 2015, y al no ser reconocida la elección parlamentaria del 6 Diciembre 2020, los Diputados de 2015 modificaron el Estatuto de la Transición para seguir “representando” a los venezolanos, pero sin el pronunciamiento de los mismos venezolanos, esto es, sin el consentimiento de quienes los eligieron, estirando de manera inconstitucional la representación que se dio en la elección parlamentaria de 2015. Pudieron al menos consultarle al pueblo ese pequeñísimo detalle a través de los mecanismos utilizados en el 2017 y 2020 (ver la versión del Estatuto de la Transición del 26 de Diciembre 2020, en https://tinyurl.com/2p8rtzxp).

Como deben recordar, en esta nueva versión, los Diputados desaparecieron la trilogía de Guaidó “cese de la usurpación-Gobierno de Transición-Elecciones Libres” del antiguo Artículo 2, por cierto razón fundamental por la cual nos vendieron el Estatuto de la Transición, dando ahora prioridad a “elecciones libres, justas y verificables” pero con el régimen de Nicolás Maduro, porque si no ¿de qué otra manera podrían haberlas sin cesar la usurpación? Asimismo corrigieron y aumentaron las competencias de la Asamblea Nacional por encima de la Constitución, que se atreve a establecer (Articulo 16) las competencias del Presidente Encargado, por encima de la Constitución, y modificándola al darle atribuciones no prescritas en ella a la Comisión Delegada de la Asamblea Nacional (Artículo 14). Hasta donde conozco el Artículo 333 Constitucional no dice por ningún lado que tengamos que modificar la Constitución con la excusa de defenderla. Hasta allá no llega la estupidez que nos atribuyen a los venezolanos quienes nos dicen representar.

Entonces, luego de este breve recuento de inconstitucionalidad tras inconstitucionalidad del viejo y nuevo Estatuto de la Transición, leo con sorpresa que corre por las redes un “Mensaje a los venezolanos y a la Comunidad Internacional sobre la continuidad del Gobierno Interino de Venezuela”, buscando apoyos para una proposición de continuidad del Gobierno Encargado, basado en ese Estatuto dos veces inconstitucional, ante los venezolanos y la Comunidad Internacional, pero haciendo especial énfasis en el acompañamiento de un “Consejo Político” que debe nombrarse, por supuesto por los Diputados de la Comisión Delegada, para hacer “seguimiento y evaluación de la acción de la Presidencia encargada de la República Bolivariana de Venezuela” (Artículo 18). Tamaña pretensión de control sobre el Presidente solo cabe en la mente de quienes nunca entendieron la separación de poderes, y que llamaban por teléfono a los Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia para influenciar sobre las decisiones que debían tomar sobre la vida de los ciudadanos.

Si Juan Guaidó ha de ser Presidente Encargado hasta que hayan elecciones libres por mandato del Articulo 233 Constitucional, no puede tener más responsabilidades y obligaciones con los venezolanos sino las establecidas la Constitución, no un Estatuto hecho y modificado para convivir con Nicolás Maduro Moros en el poder, y menos aun manejado como muñeco de ventrílocuo por unos diputados que ya no representan al pueblo venezolano. Si eso no lo entienden los venezolanos y la Comunidad Internacional, entonces bajemos la santamaría y el último que apague la luz. Ya basta de seguir engañando a los venezolanos y a los países que de buena fe nos han acompañado –a nosotros como pueblo, no a los “representantes” vencidos- durante toda esta tragedia humanitaria que viven los venezolanos, con otro Estatuto reencauchado el próximo 5 de Enero de 2022, cuyo hedor inconstitucional no soportará ni el papel electrónico en donde se publicará.

Ante la falta de representación política que ya existe, no la que surgirá el 5 de Enero de 2022 porque esa dejo de existir el 5 de Enero de 2021, debe contraponerse la convocatoria a la brevedad posible al Soberano Pueblo de Venezuela a una Asamblea Nacional Constituyente de carácter Originario, establecida en nuestro ordenamiento Constitucional para restablecer el Estado de Derecho y Refundar este país. El cómo llegaremos allí debemos construirlo entre todos, pero ese es sin duda el camino que tenemos que recorrer sin más engaños ni extensiones leguleyas de quienes han prevaricado con el régimen para seguir disfrutando de beneficios a costillas y extensión del sufrimiento de los venezolanos. No tengo que decirlo yo, ya el pueblo venezolano lo sabe…

Caracas, 14 de Diciembre de 2021

Blog: https://ticsddhh.blogspot.com/

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana

Instagram: @laguana01

Telegram: https://t.me/TICsDDHH

martes, 7 de diciembre de 2021

Los mitos del Gobierno Encargado

Por Luis Manuel Aguana

English versión

Se ha planteado un debate –de ninguna manera nuevo, solo que ahora tiene más volumen público- acerca de pertinencia de la continuidad del Gobierno Encargado de Juan Guaidó Márquez, esta vez por la afirmación de Julio Borges en su renuncia del Gobierno Encargado como Comisionado de Relaciones Exteriores (ver El Nacional Julio Borges: El gobierno Interino tiene que desaparecer, en https://www.elnacional.com/venezuela/julio-borges-el-gobierno-interino-tiene-que-desaparecer/).

La renuncia de este personaje nefasto de la política venezolana, jefe de uno de los partidos del G4, puede interpretarse se muchas maneras, comenzando por la lucha intestina que se tiene dentro de la Asamblea Nacional de 2015 por la “sucesión” que deberá darse en la oposición oficial después del 5 de Enero de 2022. Borges salta del barco del Gobierno que ellos mismos se dieron con el Estatuto inconstitucional de la Transición, para examinar desde afuera “como quedarán ellos”, el partido Primero Justicia, en la nueva realidad política que se debe dar a comienzos del año entrante.

Pero la cuestión de fondo no es que Borges o cualquiera diga que el “Gobierno Interino tiene que desaparecer” sino si su continuidad es beneficiosa o no para los venezolanos.

Hasta que Borges lo dijo en su renuncia, varios venezolanos ya nos habíamos hecho la pregunta de las “64 mil lochas” del viejo programa de concursos de Efraín de la Cerda: ¿De qué nos sirve un Gobierno Encargado que no ha incidido positivamente en nada de lo que nos está pasando en Venezuela? ¿Tiene algún sentido la continuación de una presidencia que teniendo el reconocimiento internacional no hay nombrado un Gabinete de Crisis –con Alto Mando Militar incluido- para combatir precisamente con la ayuda de esa Comunidad Internacional, la tiranía que está destruyendo a Venezuela y a los venezolanos? Al no tener territorio sobre el cual gobernar, su obligación no era otra que expulsar al régimen. De hecho ya tenía, por si no lo recuerdan, la autorización de 6,4 millones de venezolanos debido a la 3ra. Pregunta de la Consulta Popular realizada del 7 al 12 de Diciembre de 2020.

Pero esas preguntas ya las conocía Julio Borges antes de su noticiosa renuncia, y durante su gestión no se movió ni un milímetro para conseguir eso, utilizando esas posiciones para hacer lo acostumbrado: ubicar a su gente. Pero manifestó que el Gobierno del cual formaba parte es inservible justamente en el momento preciso, no para la conveniencia de los venezolanos sino para la conveniencia política de él y su partido, viendo que cada vez más personas nos estamos preguntando eso, demostrando una supuesta empatía que definitivamente no tiene con los venezolanos. Eso lo demostró con esa declaración.

Muchos opinadores y anclas de programas de televisión, muy famosos ahora por internet, y otros “influencers” venezolanos han salido en la defensa a ultranza del Gobierno Encargado. Estos mismos personajes fueron los constructores mediáticos de esas joyas de la política venezolana actual cuando tenían sus programas en Globovisión y Radio Caracas, y columnas muy leídas en El Nacional y El Universal. Y desde sus nuevas trincheras en las redes sociales aun los siguen defendiendo en sus posiciones sin hacer un análisis mínimo de si mantener o no un Gobierno Encargado es positivo o no para Venezuela.

Para muchos pareciera obvio que Juan Guaidó debería permanecer en su puesto y su figura como Presidente Encargado debe continuar porque “es el único reconocido internacionalmente” y “perderíamos los activos que de otra manera tendría la tiranía de Maduro”. Estos mitos del Gobierno Encargado son repetidos hasta la saciedad. Pero lo obvio siempre me ha resultado sospechoso por evidente.

Es cierto que la Comunidad Internacional, comenzando por los EEUU le ha inyectado legitimidad externa a ese Gobierno Encargado porque hasta ahora ha sido conveniente para sus intereses, no para los nuestros. Hay razones de Estado en los países de la Comunidad Internacional que apuntan a que hay que reconocer a alguien aquí como legitimo, so pena de asumir unos costos que de otra manera tendrían que asumir ellos al dejar correr en el tiempo este cáncer que significa Maduro y sus criminales en el poder para todos los países de la región.

De forma que al “reconocer” a Guaidó (habría que ver de qué se trata ese reconocimiento ya que la mayoría de los países del mundo aun mantienen relaciones diplomáticas formales con el régimen de Maduro, aun cuando exista un enviado de Guaidó) se establece una suerte de “sanción” -sin serlo- al régimen, pero que le endilga a ese Gobierno Encargado “reconocido” la responsabilidad de “salir de Maduro” (después de todo ese problema es de los venezolanos) sin tener rabo con que sentarse.

Hay que reconocer que la Constitución venezolana dio la fórmula mágica para desentenderse del problema con la figura de un “Gobierno Encargado por 30 días hasta convocar elecciones” y les ha funcionado muy bien tanto a la Comunidad Internacional como a los políticos opositores al aprovecharse de la administración de las ayudas. Pero ¿Y los venezolanos? Esos están bien jodidos… Ojalá entendieran afuera que ¡no queremos “ayudas”, queremos que nos ayuden a salir de Maduro y sus criminales a la brevedad! Esa sería la mejor ayuda. Y eternizar una figura comodín intermediaria definitivamente no colabora para lograr eso.

Ahora bien, indicar que “si no fuera por el Gobierno Encargado” se hubieran perdido los activos de PDVSA en el exterior o el oro del Banco Central que está en custodia en Inglaterra, es otro mito de carretera de los políticos de la oposición oficial. Pregúntenle a Horacio Medina como Presidente de la Junta Ad Hoc de PDVSA si le aprobaron los recursos que solicito al Gobierno Encargado y su Comisión Delegada para defender los activos de la industria en los Estados Unidos desde hace más de un año. Si, adivinaron, no se los aprobaron (ver Junta ad hoc de PDVSA exhorta a que se apruebe su presupuesto para continuar con la defensa de activos en el extranjero – Comunicado de PDVSA Ad Hoc a la Opinión Pública General – Tercer aspecto - 9 de Noviembre de 2021, en https://www.bancaynegocios.com/junta-ad-hoc-de-pdvsa-exhorta-a-que-se-apruebe-su-presupuesto-para-continuar-con-la-defensa-de-activos-en-el-extranjero-comunicado/).

Si los activos venezolanos no se han perdido es porque los gobiernos internacionales respectivos han protegido esos activos como consecuencia de las sanciones al régimen de Maduro. Y eso seguirá pasando esté o no esté Juan Guaidó en una Presidencia Encargada hasta que vaya Maduro y exista un gobierno que sea verdaderamente legitimo en Venezuela. Y lamentablemente de cara a ellos, ese no es el de Juan Guaidó hasta que no exista una elección válida en Venezuela por más que lo hayan “reconocido” en el año 2019. Para ellos Guaidó será desechable de acuerdo a la circunstancia y los intereses que se manejen en el complejo ajedrez de las potencias internacionales.

Entonces, ¿adónde nos lleva esta situación? ¿Es la Presidencia Encargada un estorbo o no para la recuperación de Venezuela? Esa es la verdadera pregunta. Y la respondí en una nota pasada, por cierto antes de la renuncia de Borges: “Ya es hora de empezar a buscarle una solución al engendro creado por la oposición política. Una manera simple sería que Juan Guaidó actuando honorablemente como el Dr. Jekyll, “suicide” a la Presidencia Encargada y el Estatuto de la Transición, dando muerte así  al Dr. Hyde, y asumiendo pura y claramente la Presidencia de la República, cumpliendo a cabalidad las obligaciones que le exige la Constitución. De otra manera será preferible para los venezolanos que el engendro desaparezca con él. Pero después de 3 años de pedírselo creo que es inútil seguir exigiendo ese ejercicio de madurez política” (ver El extraño caso de Guaidó y los partidos del G4, en https://ticsddhh.blogspot.com/2021/11/el-extrano-caso-de-guaido-y-los.html).

¿Será capaz Juan Guaidó de “suicidar” la Presidencia Encargada y el Estatuto de la Transición a favor de las necesidades de los venezolanos, declarándose Presidente Constitucional de la República con las competencias y obligaciones que le exige la Constitución, sin más “estatuto” que su propia conciencia? En ese momento indiqué que era inútil seguir exigiendo después de 3 años ese ejercicio de madurez política. Pero al ver que el castillo de barajitas que se construyeron en el 2019 esta cayéndose sobre sus cabezas, esta vez con la ayuda interesada de uno de sus pilares fundamentales, tal vez, solo tal vez, pueda ser posible que se lo piense mejor.

Y en el caso de que no sea así, para los venezolanos es preferible seguir el camino solos que mal acompañados. Creo que tendríamos un mejor chance de salir de la usurpación en tanto y en cuanto la Comunidad Internacional (y en especial los EEUU) entiendan que nuestro problema no es para el 2024 es para ayer y todos los años previos que el régimen nos ha robado las elecciones. Que preferimos una elección de representantes  Constituyentes que decidan el futuro de Maduro, de su régimen y de Venezuela sin la intervención de los poderes constituidos y con la participación de un árbitro internacional imparcial, con la fuerza coercitiva de las naciones. Esa sería la verdadera ayuda, si es que todavía existe ese respaldo de la Comunidad Internacional A VENEZUELA, no a Juan Guaidó…

Caracas, 7 de Diciembre de 2021

Blog: https://ticsddhh.blogspot.com/

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana

Instagram: @laguana01

Telegram: https://t.me/TICsDDHH

sábado, 4 de diciembre de 2021

De la representación al liderazgo

Por Luis Manuel Aguana

English versión

Quisiera hacer una precisión importante relativa a mi anterior nota publicada (ver Hacia una nueva representación opositora, en https://ticsddhh.blogspot.com/2021/11/hacia-una-nueva-representacion-opositora.html). De hecho, titule la nota haciendo énfasis en el término “representación” y no en el término “liderazgo”. Específicamente resalté: “A pesar que los liderazgos no se decretan ni se eligen, porque la situación misma los genera, los venezolanos debemos encontrarle nuevos cauces y alcances a la lucha opositora por encima de lo que nos ha sucedido a través de una representación actualizada y legitima”.

Los líderes son el resultado de un proceso complejo. Tanto en política como en otros campos no se selecciona por votación a un líder, se escoge a una persona para que ejerza una posición de representación. Por ejemplo, en el pasado, las grandes corporaciones, estilaban “construirle” una carrera a las personas buscando un perfil ejecutivo alineado con los planes del negocio y que en el futuro pudiera llevar las riendas de la empresa.

De esa manera, en el transcurso del tiempo, se decantaban los mejores prospectos hasta llevar a la cima corporativa a quienes iban a liderar el negocio. Cualquiera que haya trabajado en la industria petrolera venezolana sabe de lo que estoy hablando. En ese contexto, por ejemplo, la Junta Directiva de Exxon, no somete a votación entre sus empleados quienes asumirán las gerencias o los principales puestos de mando. Esos puestos le corresponden a los más capaces, formados dentro de sus propias filas, que tras años de preparación, son evaluados de manera constante por la pirámide empresarial para ser seleccionados para las importantes responsabilidades que conllevan conducir esos emporios. Lamentablemente eso no es así en el mundo político.

En política, y más aun en la política venezolana, se confunde el término líder con jefe. La gente común tiene todavía la percepción errónea de que ambas cosas son lo mismo y no es así. Un liderazgo político se cultiva en el tiempo. Las personas que tienen la responsabilidad de conducir grupos, además de responder a las tres preguntas a las que hice referencia en el año 2015 (ver Cuestionario de liderazgo, en https://ticsddhh.blogspot.com/2015/10/cuestionario-de-liderazgo.html), deben saber diferenciar liderazgo de autoridad. Veámoslo en las palabras de Simon Sinek:

"Así que liderazgo y autoridad no son lo mismo. El título te da autoridad. Te da un rango, ¿verdad? Pero no te convierte en líder. Conozco a muchas personas que se sientan en los altos niveles de las organizaciones que no son líderes. Hacemos lo que nos dicen, porque tienen autoridad sobre nosotros, pero no confiamos en ellos y no los seguiríamos a ninguna parte. Y conozco a muchas personas en niveles bajos de las organizaciones que no tienen ningún rango formal, ninguna autoridad formal, pero que han tomado la decisión de cuidar a la persona que está a su izquierda y de cuidar a la persona que está a su derecha. Y nosotros confiamos en ellos y les seguimos a todas partes…” (ver Simon Sinek, Tener autoridad puede darte un titulo, pero es la confianza lo que te convierte en un líder, en  https://www.linkedin.com/posts/simonsinek_leadership-authority-activity-6871834157752860674-8pY0).

Los jefes políticos de los partidos en Venezuela se creen líderes. Esperan que la gente siga creyendo en ellos cuando han perdido completamente la autoridad moral, debido a las acciones de las que han sido protagonistas. Al decir del mismo Sinek, La gente no compra lo que uno hace; compra el porqué uno lo hace” (ver Simon Sinek, Cómo los grandes líderes inspiran a la acción  http://www.ted.com/talks/simon_sinek_how_great_leaders_inspire_action). ¿Y porque creen los venezolanos que los lideres políticos hacen lo que hacen? ¿Podrían creer que el bienestar del pueblo venezolano motiva sus acciones? No lo creo, así como tampoco lo creyó más del 75% u 80% de los electores que no fueron a votar el 21N.

Entonces, en este punto, al haber establecido que no podemos “escoger” a través de elecciones, o de cualquier otro proceso semejante, un liderazgo político, el esfuerzo entonces se debe centrar en escoger representantes de entre las diferentes opciones desde las filas de la sociedad civil, o de los mismos partidos cuyos dirigentes aun mantengan cierta credibilidad. Las personas con capacidad de empatía y confianza, comunicación clara y sobre todo honesta, deberán sobresalir de los representantes escogidos. Ellos serían los que finalmente conformarán ese liderazgo esperado de la sociedad. Pero, ¿cuál deberá ser el planteamiento a los venezolanos para que de allí surja la confianza necesaria para seguirlos y apoyarlos?

Creo que esos representantes no deberían vender su carisma como en el pasado, sino expresar claramente cuales soluciones propone aplicar a los problemas de los venezolanos más allá de un simple cambio de personas en los puestos de poder. Esos aspirantes a una nueva representación política deberán venderles a los venezolanos cómo ellos conciben el cambio y cuáles son sus propuestas para realizarlo. En otras palabras, “porque está haciendo lo que está haciendo” para que la gente siga su liderazgo, como indicaba Sinek. De esa manera, si luego de ser electo es consistente con sus propuestas y se gana la confianza de las mayorías, entonces podrá ser considerado un liderazgo político consistente y serio.

En toda Venezuela, la Alianza Nacional Constituyente Originaria, ANCO, ha expuesto a través de sus voceros autorizados en los Estados, un proyecto de cambio político de mucha envergadura y profundidad, que ha sido discutido en el seno de muchos sectores representativos de esas comunidades regionales. El Gran Cambio (ver El Gran Cambio, Propuesta para la Refundación de Venezuela, en  https://ancoficial.blogspot.com/p/documentos-fundamentales.html) es la expresión ideal de las aspiraciones de muchos posibles representantes. De hecho son líderes naturales de sus gremios en sus regiones, pero que al no existir la institución política legítima por excelencia en el país, un Parlamento electo sin las trampas del régimen, la voz de esos posibles representantes seguirá silenciada, no pudiendo expresar esa voz autorizada ante los venezolanos.

Esta representación debería ser la cantera natural de un nuevo liderazgo político que abogue por una nueva institucionalidad a través de dos caminos: a) como parte de un Congreso Ciudadano que sea una expresión fiel de la sociedad civil, producto de una elección legítima a través de mecanismos Ad Hoc que la misma ciudadanía establezca; o b) como una representación electa de constituyentes en el marco de una convocatoria a una posible Asamblea Nacional Constituyente Originaria que establezca una nueva institucionalidad en Venezuela.

El camino constituyente es mucho más expedito que el primero, y en ambos casos sería muy saludable la elección de representantes cuyo liderazgo la ciudadanía estaría en posición de evaluar de acuerdo a lo que propongan para resolver los problemas del país, más allá de ellos como producto electoral. Ojalá que a partir de ahora esa sea la medida que diferencie un representante de un verdadero líder para el bien de este país atropellado.

Caracas, 4 de Diciembre de 2021

Blog: https://ticsddhh.blogspot.com/

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana

Instagram: @laguana01

Telegram: https://t.me/TICsDDHH

lunes, 29 de noviembre de 2021

Hacia una nueva representación opositora

Por Luis Manuel Aguana

English versión

Sería realmente mezquino para cualquier analista político en Venezuela eludir el análisis de la propuesta realizada por María Corina Machado, ante lo ocurrido el pasado 21N con las elecciones regionales emprendidas por el régimen y su oposición. Su propuesta se resume en algo que toda Venezuela sabía pero nadie deseaba encarar: hay que cambiar de urgencia el liderazgo político de la oposición. Se podría decir que los venezolanos nos quedamos formalmente sin referentes políticos después del abrumador rechazo a votar en ese acto electoral espurio.

Pero si bien es cierto que la propuesta de MCM revela una verdad tan grande como una catedral, no menos cierto es que por el mismo hecho de formularla ella, muchos no centraron su crítica en lo que propuso sino en quien lo propuso, dejando afuera la posibilidad de ahondar en la importancia de lo que dijo y su viabilidad técnico-electoral. Todos inmediatamente le cayeron encima acusándola de aprovechar de manera oportunista el momento, tratando de buscar fórmulas para liderar ese más del 75% que algunos atribuyen a la abstención del 21N. No entraré en esa discusión intrascendente porque además de ser fiel en esa máxima de los juristas que reza que la buena fe se presume y la mala hay que probarla, creo que es una propuesta que debe ser considerada seriamente por los venezolanos, independientemente de quien la haya hecho. Será por eso que algunos dicen que me enterrarán en urna blanca…

Y sí, María Corina tiene razón. Tenemos que cambiar urgentemente el liderazgo político, no solo por lo que pasó el 21N sino porque todo el sistema político colapsó y ha llegado a un punto de inviabilidad. Recuerdo ahora ese viejo dicho que dice que los políticos son como los pañales desechables, hay que cambiarlos permanentemente por razones obvias. Pero en Venezuela pareciera que esa máxima no aplica, y de allí el intolerable olor a excremento imposible de seguir aguantando.

No es la primera vez en estos años que he abordado en esta modesta tribuna de la red el tema del liderazgo opositor tratándolo desde la perspectiva científica. He expuesto las investigaciones de Simon Sinek y Derek Sivers (ver Tres Dimensiones del 16D en http://ticsddhh.blogspot.com/2012/12/tres-dimensiones-del-16d.html y Lecciones de liderazgo de un loco que se marcho, en http://ticsddhh.blogspot.com/2014/02/lecciones-de-liderazgo-de-un-loco-que.html) para poder entender como un líder inspira a la acción y como un liderazgo comienza un movimiento; así como también la experiencia corporativa de Rosalinde Torres (ver Cuestionario de liderazgo en http://ticsddhh.blogspot.com/2015/10/cuestionario-de-liderazgo.html) para entender que requisitos debe tener una persona para calzar la altísima responsabilidad de dirigir grupos.

Asimismo, he tocado el tema desde mi propia experiencia y perspectiva (ver La búsqueda del liderazgo perdido, en http://ticsddhh.blogspot.com/2012/11/la-busqueda-del-liderazgo-perdido.html, Un liderazgo que valga la pena, en http://ticsddhh.blogspot.com/2016/04/un-liderazgo-que-valga-la-pena.html, Reflexiones del conuco, en  http://ticsddhh.blogspot.com/2013/06/reflexiones-del-conuco.html). En todas esas referencias de alguna manera he llegado a la misma conclusión, repetida una vez más ahora, que en Venezuela hemos hecho como pueblo todo lo contrario de lo que hace todo el mundo: los liderazgos llegan a las altísimas responsabilidades en nuestro país sin la ética, ni la moral, ni la experiencia necesarias, y de allí la tragedia grotesca en donde estamos metidos ahora con los liderazgos de la oposición.

Tenemos años y años tolerando dirigentes políticos que cometen repetidamente los mismos errores, con o sin intención, en atención a sus propios intereses, a costillas de la vida de los venezolanos, y pasan más de 20 años y siguen allí tan campantes como si no hubiera sucedido nada. Les trancan las posibilidades a las nuevas generaciones, no hacen elecciones en sus partidos, toman decisiones trascendentales por nosotros teniendo ya vencida la representación legítima de los venezolanos. Y no pasa nada. MCM solo dijo lo que ya los venezolanos sabíamos con una diferencia: todo el mundo lo vio en vivo y en directo el 21N como una realidad imposible de ignorar. Los venezolanos expresaron con su ausencia y rechazo a unas elecciones espurias la siguiente sentencia que todos escuchamos en alta voz: ¡no los queremos!

Al no existir la institución política por excelencia que no es otra cosa que un Parlamento legitimo electo, los venezolanos debemos emprender un camino que implique un cambio en la representación política. No podemos avanzar en una lucha firme en contra del régimen sin una representación política legítima, así la tengamos que construir nosotros mismos desde la sociedad civil, como indicó MCM en su propuesta. No es tolerable otra “renovación” de la Asamblea Nacional de 2015, no solo por razones jurídicas sino por razones éticas y morales, pero también por razones Políticas, con “P” mayúscula.

La Asamblea Nacional de 2015 le falló con todas sus letras a los venezolanos, a pesar de la confianza y la avalancha de votos que se les entregó en su oportunidad. El único producto tangible que puede presentar esa Asamblea fue el Gobierno Encargado de Juan Guaidó que nunca asumió la responsabilidad del Poder Ejecutivo al regirse por un Estatuto de Transición inconstitucional, lo que convirtió a su presidencia en un gobierno parlamentario ilegal y completamente inútil. Los Diputados se repartieron posiciones en el exterior a la vieja usanza, lo que nos reveló a los venezolanos que su dirigencia política no aprendió absolutamente nada de esta tragedia.

Pero la propuesta de MCM estará incompleta si no se le suma un “con quien”, un “para qué” y un “cómo”. No es suficiente decir que hay que elegir un nuevo liderazgo político. ¿Qué elegiríamos? Es claro que se requerirán muchas organizaciones, políticas y de la sociedad civil que acompañen la idea (con quién), y con estas establecer el mecanismo técnico-electoral (el cómo) que nos permita elegir con la mayor transparencia posible a aquellos que representen a sus Estados, Municipios y Parroquias, así como la representación internacional de la diáspora venezolana.

En este sentido esta propuesta podría conectar con una iniciativa de ANCO, previa al bodrio electoral del 21N (ver Comunicado ANCO, Reagruparnos para Refundar a la Nación, en https://ancoficial.blogspot.com/2021/11/comunicado-anco-reagruparnos-para.html) que hemos denominado CONGRESO CIUDADANO, instancia pensada para que sirva como “herramienta de participación organizada, social y política, que agrupe a los diversos sectores de expresión ciudadana a ser utilizada en la materialización del gran esfuerzo de REFUNDACIÓN DE LA NACIÓN, ofreciéndose como instancia republicana para reunir el contingente necesario para desplegar las tareas de la lucha democrática con agilidad y acierto, dentro y fuera del país… (ver Comunicado ANCO: La Refundación Nacional, en https://ancoficial.blogspot.com/2021/11/comunicado-anco-la-refundacion-nacional.html). De esta manera se aterrizaría en los hechos la idea de elegir la renovación de la representación política en todo el país. Elegiríamos bajo este concepto representantes legítimos provenientes de toda Venezuela. ¿Para qué? Para tomar las decisiones de política que harían un frente común de oposición unificada y verdadera al régimen de Nicolás Maduro Moros.

A pesar que los liderazgos no se decretan ni se eligen, porque la situación misma los genera, los venezolanos debemos encontrarle nuevos cauces y alcances a la lucha opositora por encima de lo que nos ha sucedido a través de una representación actualizada y legitima. Si se lograra llegar a un acuerdo que sume a la mayor cantidad de organizaciones posible alrededor de la idea planteada, sería posible conformar ese Congreso Ciudadano que supla la falta de la institución política que le de dirección a la lucha opositora, hasta que podamos elegir un Parlamento legitimo en Venezuela.

En una nota que publiqué el año 2012, referenciada anteriormente, La búsqueda del liderazgo perdido, destacaba que debíamos escoger para representarnos solo aquellas personas con conocimiento, tradición y tiempo de añejamiento, no solo en la política sino también en el desarrollo de su vida. Que verificáramos su trayectoria personal y profesional y aportes a sus comunidades. No escoger recién llegados sin experiencia en sus propios campos de actividad. Pedir referencias, investigarlos bien. No dar un cheque en blanco a alguien desconocido. Ser más profundo y crítico en las apreciaciones. Oír sus intervenciones y tratar de sopesar la sinceridad de su discurso y su amor por este país. ¡Nos estamos jugando a Venezuela!

Desde hace mucho tiempo atrás estamos en una época de definiciones. Ya es hora que una nueva casta de líderes aparezca para conducir una nueva era de progreso y bienestar. No me preocupa que los liderazgos nacientes no hayan entrado a la escena política todavía porque estoy seguro que aparecerán si se presenta una iniciativa sincera de llamado a servir al país como la que se daría este momento preciso y oportuno de la vida del país con estas propuestas.

Un Congreso Ciudadano que reúna lo más representativo de una oposición verdadera en todo el país, podría sopesar con la debida rigurosidad y transparencia, sin mediar intereses, la propuesta de ANCO de Refundación de la Nación y asumirla como el desarrollo político que necesariamente debe darse para una solución pacifica y constitucional de la crisis que azota a Venezuela. Ya el régimen y su oposición decidieron un rumbo revocatorio que nos conducirá a un barranco que continuará con el sufrimiento de los venezolanos hasta más allá del 2024. Pero también vemos que ya existen las ideas y propuestas para impedírselos. Tengo la esperanza que ahora exista la suficiente sensatez para hacerlas realidad…

Caracas, 29 de Noviembre de 2021

Blog: https://ticsddhh.blogspot.com/

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana

Instagram: @laguana01

Telegram: https://t.me/TICsDDHH

sábado, 27 de noviembre de 2021

¿Qué viene después del 21N?

Por Luis Manuel Aguana(*)

English versión

Intervención en el Foro “Que viene después del 21N”,

del Observatorio Nacional de Derechos Humanos

26 de Noviembre de 2021

Buenas tardes,

Antes que nada mi agradecimiento al Observatorio Nacional de Derechos Humanos por esta cordial invitación a este conversatorio para hablar de este tema tan controversial en la Venezuela de hoy. Cualquier persona desprevenida podría preguntarse por qué un Observatorio Nacional de Derechos Humanos se está ocupando de un hecho eminentemente político como lo es lo que viene después de un proceso como el que ocurrió el 21 de Noviembre en Venezuela; y de paso convocar a especialistas o gente preocupada en el hecho electoral para discutir eso. Sin embargo después de una breve lectura a la Declaración Preliminar de la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea que evidenció, y cito “las persistentes deficiencias estructurales”, del sistema electoral venezolano, que de ninguna manera son casuales, no queda menos que preguntarse la insistencia de seguirnos tropezando con esa piedra en el camino de conseguir la libertad de Venezuela (1).

Efectivamente la Misión de Observación Electoral indico en su resumen cosas como, y cito, “…decisiones judiciales ampliamente criticadas que han afectado a la igualdad de condiciones al sustituir a los comités ejecutivos de algunos partidos y entregar sus tarjetas electorales a facciones internas que los utilizaron para presentarse a las elecciones. Además, se mantiene la inhabilitación política arbitraria de candidatos de la oposición, el extendido uso de recursos del Estado en la campaña y un acceso desigual a los medios de comunicación”. O esta que me llamo mucho la atención: “Los tres rectores considerados cercanos al gobierno tuvieron el control de los órganos ejecutivos del CNE, mientras que los otros dos rectores no ocultaron a la opinión pública sus opiniones discrepantes sobre temas en los que no se pudo alcanzar el consenso”. Fin de la cita. ¿Cómo es posible que se señale a Rectores “cercanos al gobierno” con control de toda la operación electoral y no se concluya que hubo ventajismo y fraude abierto y descarado? (resaltado nuestro)

O esta otra perla que ha sido la denuncia permanente en todos los procesos electorales con el régimen de quienes participamos en este Foro, y cito: “La jornada electoral se vio ensombrecida por importantes retrasos en la apertura y el cierre de las mesas electorales, y por acusaciones de coacción a los votantes. Los observadores de la UE fueron testigos de la instalación de dispositivos de control a los votantes por parte del PSUV (puntos rojos) en los 23 estados y en el distrito capital, a pesar de la prohibición explícita del CNE. En todo el país, salvo en el estado de Amazonas, se observó un abuso del voto asistido. En el municipio de San Francisco (Zulia), un votante murió y otros dos resultaron heridos en un tiroteo frente a un centro de votación”. Fin de la cita. (resaltado nuestro)

¿De qué estamos realmente hablando aquí? De la violación consistente de quienes gobiernan en Venezuela de un Derecho Humano establecido en el primer instrumento internacional en su tipo, la Declaración Americana de los Deberes y Derechos del Hombre, que precedió en 7 meses a la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Esta Declaración fue aprobada el 30 de Abril de 1948, en la Novena Conferencia Panamericana en Bogotá, Colombia. Venezuela tuvo como representante en esa Conferencia a su político más resaltante de la época, designado por el entonces Presidente Don Rómulo Gallegos, el Sr. Rómulo Betancourt.

En el Informe anexo al Proyecto definitivo de la Declaración de los Derechos y Deberes Internacionales del Hombre, fechado el 8 de Diciembre de 1947 en Río de Janeiro, se resalta el Artículo XIII, El Derecho al Sufragio, indicando y cito: “Siendo el del sufragio un derecho primordial en la organización democrática, cuya base se halla precisamente en la facultad del pueblo de escoger libremente sus representantes y dirigentes, subrayamos que el artículo es trascendental, mas de nada valdrá si no es cumplido lealmente, si en la realidad no se crea un mecanismo que registre con fidelidad la voluntad popular, si los gobiernos y los estadistas de América no se empeñan en mejorar las costumbres políticas y que en sus reiteradas propuestas y declaraciones a favor de la democracia estén acompañadas por un esfuerzo tesonero con el fin de que en el terreno de los hechos el sistema democrático sea aplicado y respetado, así como constantemente perfeccionado”. Fin de la cita. (2) (resaltado nuestro)

Pero no es eso lo que ha sucedido porque ese Derecho ha sido atropellado criminalmente. No ha valido de nada ese derecho porque no ha sido cumplido –y mucho menos lealmente- por el régimen; y ese incumplimiento ha sido tolerado de manera cómplice por la oposición política, en especial cuando se han hecho uso tecnologías que con la excusa de darle fidelidad al sistema, en la realidad ha tergiversado y torcido deliberadamente la voluntad popular a favor del régimen y sus delincuentes.

Ese uso infame de la tecnología desde el año 2004, cuando se utilizó por primera vez para afianzar a Hugo Chávez Frías en el poder a través de un Referendo Revocatorio, que posteriormente las matemáticas han demostrado como fraudulento, ha erosionado año tras años la confianza que tradicionalmente los electores venezolanos han tenido en los procesos electorales. El 21N no es más que la consecuencia de esa realidad donde los venezolanos no estamos dispuestos a seguir tolerando que se vote pero no se elija, porque el sistema es un instrumento principalísimo para afianzar a la tiranía de Nicolás Maduro Moros y sus delincuentes.

De allí que la sociedad civil insista en el cumplimento de la sentencia de la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia Legitimo del 13 de Junio de 2018, cuya protagonista principalísima, Adriana Vigilanza se encuentra con nosotros hoy, y que  declaró, y cito, NULO E INAPLICABLE el uso del sistema automatizado de votación y escrutinio que actualmente existe en Venezuela para la elección de los cargos de representación popular de los poderes públicos, así como para la celebración de los referendos, en los términos señalados en el artículo 293.5 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela”, y se ordenó  al Consejo Nacional Electoral (CNE), como órgano rector de los procesos electorales, “…la DEPURACION Y ACTUALIZACION del Registro Nacional Electoral, debiéndose efectuar las debidas correcciones sobre la identidad de cada ciudadano venezolano o extranjero habilitado para ejercer el voto, así como el diseño e implementación de un sistema de votación y escrutinio fundamentalmente manual, en donde el uso de la tecnología e informática sea auxiliar y sólo en beneficio de la celeridad, publicidad, transparencia y eficiencia del voto, escrutinio y totalización, sin que ello implique limitación del derecho de participación de los electores y de los partidos u organizaciones políticas, en plena garantía de la confianza pública del ejercicio del sufragio”. Fin de la cita. Esa sentencia ha sido ignorada abierta y arteramente tanto por el régimen como por su oposición. Esa sentencia debe cumplirse antes de otro proceso electoral en Venezuela y eso lo tendrá que entender más temprano que tarde la Comunidad Internacional.

De nuevo el régimen y sus asociados de la oposición política llamarán al pueblo a partir del 21N a repetir la “hazaña” de Hugo Chávez Frías del 2004, con un Referendo Revocatorio que estirará el concubinato toxico del régimen y su oposición política hasta el 2024. De más estaría decir que Venezuela rechazará de nuevo con su ausencia ese evento, a pesar que el régimen termine financiando esa iniciativa y tenga con quien acompañarse.

¿Qué deberíamos hacer los venezolanos ante esa situación? ¿Cuáles son las propuestas posteriores a este 21N, fecha donde el mensaje de rechazo de los ciudadanos fue claro y contundente? Personalmente he sostenido de manera consistente que ante la ausencia de representación política los venezolanos debemos ir a la fuente de todos los poderes públicos que no es otra que la voluntad de los venezolanos y que sea el pueblo venezolano el que decida.

Que la solución política de los venezolanos pasa, no por una “elección de cargos” ni de Presidente ni de Parlamentarios, completamente devaluados de una institucionalidad destruida tras más de 20 años de devastación, sino por la elección de representantes constituyentes, con un árbitro electoral internacional que se negocie con la Comunidad Internacional, sin la intervención de ningún Poder Publico de Venezuela. Ese sería el único sentido de una negociación con el régimen para un levantamiento de sanciones internacionales.

De esta manera, no solo se resolvería el nudo gordiano de Maduro y sus ladrones sino se discutiría una nueva institucionalidad para Venezuela basada en un proyecto de país, la designación para un plazo necesario de un Gobierno de Transición que conduzca a los venezolanos a una elección de poderes públicos legítimos en el marco de un nuevo texto Constitucional.

¿Es esto un desvarío producto de más de 20 años de tiranía? No lo creo. Sin embargo es necesaria la voluntad política de representantes opositores verdaderos, que deseen realmente una solución para Venezuela, y que es precisamente de lo que carecemos y necesitamos desesperadamente. Debo señalar sin mezquindades que creo que cualquier iniciativa que apunte a sustituir a los personajes que nos han representado hasta ahora con un lamentable saldo de fracasos escandalosos, es necesaria y hay que discutirla. Que es necesario un nuevo liderazgo político es ya una realidad incuestionable en Venezuela.

En la medida que organizaciones tan prestigiosas de la Comunidad Internacional como la Unión Europea sigan apuntalando e insistiendo en que se siga utilizando un sistema electoral como el de Venezuela completamente desnaturalizado en sus fines, el Derecho al Sufragio de los venezolanos seguirá siendo atropellado, en una suerte de círculo vicioso interminable. Hay que crear nuevos círculos, esta vez virtuosos para romper esa trágica monotonía. De otra manera no habrá necesidad de preguntarse qué pasará después de una fecha electoral en Venezuela porque trágicamente sabremos la respuesta…

Muchísimas gracias,

Caracas, 26 de Noviembre de 2021

Blog: https://ticsddhh.blogspot.com/

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana

Instagram: @laguana01

Telegram: https://t.me/TICsDDHH

Referencias

1.- Declaración Preliminar de la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea en Venezuela, 2021.  https://eeas.europa.eu/sites/default/files/declaracion_preliminar_venezuela_2021_final_es.pdf

2.- 60 Años de las Declaraciones Internacionales de los Derechos Humanos, compilador Juan Jose Caldera, Universidad MonteAvila-Fundación Konrad Adenauer Stiftung, 2008. ISBN 978-980-12-3530-9

(*) Luis Manuel Aguana es Directivo de ANCO, Alianza Nacional Constituyente Originaria, Doctor en Estudios del Desarrollo, MSc en Economía Internacional y Licenciado en Computación  de la Universidad Central de Venezuela, UCV.