jueves, 17 de febrero de 2022

Las falsas premisas de la Comunidad Internacional

Por Luis Manuel Aguana

English versión


Tal vez el indicador más exacto del porqué sucede lo que sucede en Venezuela lo acaba de publicar el Departamento de Estado de los Estados Unidos en su “Síntesis de la reunión de coordinación de alto nivel sobre Venezuela” (ver publicación oficial de los EEUU en https://www.state.gov/translations/spanish/sintesis-de-la-reunion-de-coordinacion-de-alto-nivel-sobre-venezuela/) ocurrida el 15 de febrero de 2022. Nunca antes lei algo más equivocado y producto de años de desinformación opositora sobre Venezuela que ese documento que resume lo que NO PASA en este país, y da cuenta de la montaña de basura que tenemos que sacarle de los ojos a esos países que se reunieron con las mejores intenciones para “ayudarnos” a salir del régimen de Nicolás Maduro Moros.


Esos países que se reunieron allí (Alemania, Australia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, España, Francia, Italia, Japón, Nueva Zelanda, Panamá, Paraguay, Portugal, Suecia, el Reino Unido, la República Dominicana y la Unión Europea, además de los EEUU redactor del comunicado), son lo que hemos llamado insistentemente “Comunidad Internacional”, es decir, aquellos que supuestamente saben lo que pasa en Venezuela. Si eso es lo que saben, entonces lo que queda es incendiar este país por los 4 costados para que terminen de entender lo que sucede verdaderamente aquí.


En primer lugar, pongamos la situación en el debido contexto. Si los 19 países, junto con EEUU al indicar que ...acogieron con beneplácito la labor de la Misión de Observación Electoral de la UE y la importancia del marco de diálogo y negociación integral e incremental puesto en marcha el 13 de agosto de 2021 en Ciudad de México, como pasos importantes de cara a llegar a un entendimiento común de las condiciones necesarias para posibilitar unas elecciones legislativas y presidenciales creíbles, inclusivas y transparentes lo antes posible -no más de 2024- y ratificar su apoyo a una oposición democrática inclusiva, diversa y unificada en Venezuela”, nos están diciendo para empezar que ignoraron de entrada el mandato de las Consultas Populares de julio de 2017 y diciembre de 2020…O nadie se los informó oficialmente, lo cual es igual de grave porque simplemente miraron para otro lado.


Asimismo nos están diciendo al mismo tiempo algo completamente inaceptable para el pueblo venezolano: que para esa Comunidad Internacional unas elecciones írritas en el 2024 (porque Maduro sigue y seguirá siendo ilegítimo ese año) son completamente válidas, no solo ignorando olímpicamente el sufrimiento actual del pueblo venezolano, sino poniendo en blanco y negro el respaldo a las aspiraciones políticas de una dirigencia podrida que ha sido rechazada con los hechos los venezolanos. Con amigos así preferimos seguir solos, como hemos estado en la práctica durante todos estos años.


Ustedes dirán que sin esa Comunidad Internacional no se tendría el respaldo de Juan Guaidó como Presidente Encargado. Y allí es donde reside lamentablemente el problema. Si esa Comunidad de países acogió con el beneplácito que indican la labor de la Misión de Observación Electoral de la UE, no podrían NUNCA aceptar ninguna disposición que ponga a Maduro a contar ni un voto en Venezuela y menos aún a negociar con su régimen en México, ni en ningún otro lugar, cualquier otro proceso electoral.


En este momento Venezuela es parte de un ajedrez geopolítico de muchas naciones poderosas, que negocian su destino frente a un pueblo que se muere de hambre. No me llamo a engaños ante esa horrenda realidad. Pero de allí a que nos tomen por pendejos, es otra cosa completamente diferente. El pueblo venezolano no se merece eso, y menos aun habiendo puesto su sangre en las calles atendiendo el llamado de una dirigencia irresponsable que ahora negocia llegar al 2024 a “medirse electoralmente” de manera ilegal con un tirano, y pretende hacernos tragar que la Comunidad Internacional está de acuerdo con semejante barbaridad, manejando la información que políticamente convenga a sus intereses.


Cada país de esos nombrados allí tienen sus representaciones diplomáticas en Venezuela. Y aquellos que no la tienen están perfectamente enterados de lo que sucede en el país a través de sus servicios de inteligencia, propios o prestados. ¿Cuál es la razón de un comunicado de esa naturaleza? ¿Por qué se pretende internacionalmente en una elección presidencial y parlamentaria con un régimen que ha insistido que sus elecciones de 2018 presidenciales y de 2020 parlamentarias fueron legítimas y exige a como dé lugar su reconocimiento? ¿Qué hay detrás de eso? No puede ser solo el engaño permanente de una oposición que no nos representa, debe existir algo más.


Y no puedo menos que pensar en los intereses de cada uno de esos países, comenzando por quienes siguen auspiciando ese diálogo en México que no tiene en absoluto ningún beneficio para los venezolanos. No se puede insistir en unas “elecciones presidenciales libres y justas”, así como el resto de las peticiones de ese documento (“... la liberación inmediata e incondicional de todos los detenidos arbitrariamente; la independencia del poder judicial; el derecho de los partidos políticos y las personas a participar sin restricciones en el proceso político; la independencia de las autoridades electorales; la igualdad y la inclusión requeridas para garantizar, entre otras cosas, la participación plena e igualitaria de las mujeres en la vida social, económica y política; el derecho a la libertad de expresión, en particular para los miembros de los medios de comunicación; y el fin de las violaciones de los derechos humanos”) sin que antes el régimen deje el poder. Y eso lo saben bien quienes de esos 20 países que han librado batallas contra las dictaduras en el pasado. ¿Debemos nosotros recordarles esa simple regla?


La Comunidad Internacional al señalar la importancia de “reanudar urgentemente en México las negociaciones y de que estas sean inclusivas y de buena fe, en el espíritu del Memorando de Entendimiento firmado en Ciudad de México”, se pliega a la autodefinición opositora según la cual no existe un Gobierno Encargado y si una “Plataforma Unitaria de Venezuela” no definida en ninguna parte y cuya representación no se sustenta, es un error conceptual grave y de fondo que puede ser considerado como el “pecado original” de esa negociación. El reconocimiento implícito al “Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela” establecido en ese Memorando de Entendimiento írrito, no puede de ninguna manera ser el marco de ningún proceso que llegue a nada con el régimen de Nicolás Maduro Moros.


Al hacer la Comunidad Internacional “hincapié en la necesidad de llegar a un acuerdo sobre un organismo electoral independiente e imparcial, con la máxima autoridad sobre el proceso electoral, y de contar con un sistema judicial independiente e imparcial que actúe únicamente como garante de las libertades políticas, como condiciones esenciales para celebrar un proceso electoral libre y justo en 2024”, reconocen de nuevo que este sainete trágico llegará con su ayuda al 2024 sin importar que Maduro siga en el poder, negociando las migajas de un CNE y un TSJ potables para esa elección. Nada más alejado de la realidad del país. ¿Es esa la Comunidad Internacional que nos ayudará a salir de este grave problema? Definitivamente NO.


Al ser los dueños de las sanciones los países “... reiteraron su voluntad de revisar las políticas de sanciones si se registraran avances considerables en el marco de estas negociaciones lideradas por Venezuela”. De nuevo, a los países de la Comunidad Internacional que se reunieron, si el instrumento de diálogo (el Memorando de Entendimiento inicial) está viciado desde el primer momento de la definición de los participantes, cualquier cosa que venga luego como consecuencia estará igualmente viciado. Ni la oposición que se reunió en México está completa por la ausencia abrumadora de un importante sector del país como lo es su sociedad civil no representada allí por los políticos de la MUD, ni la condición negociadora del Gobierno Encargado está presente. Conclusión: están tomando decisiones de ayuda de importancia fundamental para los venezolanos partiendo de unas premisas falsas.


Si Juan Guaidó-MUD-G4 insisten en el camino de la negociación con Maduro donde sea, “para conseguir elecciones”, se deberá hacer presente en esa pseudo negociación en su condición de Presidente Encargado constitucionalmente. Pero como ese camino dejó de existir desde el mismo momento que se definieron los roles del Memorando de Entendimiento al reconocer el régimen, tendrán que hacerse a un lado. A partir de ahora a los venezolanos, sin intermediación alguna, nos quedará explicar al mundo qué haremos para resolver nuestro problema. Ya los EEUU y su Departamento de Estado saben que significa y las implicaciones que tiene para el país la convocatoria inmediata de una Asamblea Nacional Constituyente Originaria para Venezuela. Ojalá hagan lo correcto y lo expliquen al resto de los 19 países de la Comunidad Internacional que se reunieron en esta ocasión. Es hora de comenzar a hacer las cosas bien a favor de los venezolanos…


Caracas, 17 de Febrero de 2022


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sábado, 12 de febrero de 2022

Eduardo Colmenares Finol, la partida prematura de un insigne constituyente

Por Luis Manuel Aguana

English versión


Estoy comenzando a pensar después de la trágica desaparición física de Eduardo Colmenares Finol que de verdad existen fuerzas oscuras que conspiran para que nuestro esfuerzo para realizar una Constituyente en Venezuela sea un fracaso. Nunca como hoy he sentido tanto dolor, rabia e impotencia como cuando me enteré del fallecimiento de este venezolano tan valioso para enfrentar nuestro futuro como Nación. ¿Cómo podríamos hacerlo sin personas como Eduardo Colmenares Finol? Eduardo es hermano de Enrique Colmenares Finol, Coordinador Nacional de la Alianza Nacional Constituyente Originaria, ANCO, y destacadísimo intelectual de nuestro movimiento.


Hasta ahora ANCO ha visto partir de una manera u otra, una constelación única de figuras únicas que han dejado un abismo abierto de ideas para Venezuela. Venezolanos ilustres entre los que destacan Hinderburgo Becerra, Jacobo Yepez Daza, Rafael Enrique Casal, Rosa María Zulueta, Rafael Grooscors Caballero, y ahora Eduardo Colmenares Finol, sin contar con innumerables bastiones desaparecidos de nuestras preciadas regiones del país. Cada pérdida es exponencialmente más dolorosa cuando vemos que aún nuestro mensaje no llega como debe a todo el mundo al carecer de la poderosa maquinaria comunicacional de la que cuentan nuestros más acérrimos detractores. La pérdida de una voz como la de Eduardo será dura pero no sus ideas, que van a quedar porque nosotros las haremos perdurar. Eduardo no murió solo trascendió…


No es en absoluto inimaginable que un venezolano preocupado muestre su interés por el bienestar de otros. De hecho eso es lo que estamos viendo cada vez más cuando una plaga común nos azota a todos con la intensidad de la que hemos sufrido por más de 22 años. Pero ver ese interés en un individuo formado, con éxito, empresario exitoso, cuando todos los de su perfil han abandonado el país, es sumamente escaso. Y preocupado a un nivel tal de expresar claramente en una obra que trasciende, el sitial que debe ocupar la sociedad civil en una nación para que esta pueda desarrollarse:


“He podido observar en mis intercambios y vivencias con otras culturas, que la madurez política de los pueblos lograda a lo largo de continuas luchas por los derechos políticos de sus sociedades, es la que da como resultado instituciones básicas cuyo propósito fundamental es crear bienestar social sustentable, fundadas sobre una plataforma virtual que es la consecuencia del equilibrio racional de tres columnas políticas autónomas la sociedad civil, como soporte ético fundamental, el Estado como ente regulador, y los partidos políticos modernos como soporte doctrinario. Cualquiera de ellas que se debilite o se ignore, resulta en inestabilidad política donde no se logra progreso ni bienestar sostenido”(1).


Esta tesis formulada en el 2006, a mi juicio es precursora de las condiciones que ya los empresarios  latinoamericanos empezaban a entender 7 años después como necesaria en el año 2013 cuando Henry Kronfle, entonces Presidente de la Asociación de Industriales Latinoamericanos-AILA-, en el marco del Congreso de COINDUSTRIA 2013, en una conferencia titulada “Diálogo e Inclusión: Las Bases para el Desarrollo de América Latina”, expresaba asombrosamente: “Cuando nos planteamos el desarrollo como una meta, cometemos un error.  El desarrollo es un medio.  La meta es crear riqueza.  Y el resultado de crear riqueza es disminuir la pobreza” (ver intervención de Henry Kronfile en CONINDUSTRIA 2013, en https://youtu.be/llp2D7Zg_RQ).


Eduardo Colmenares Finol había adelantado antes conceptualmente el recorrido institucional necesario para llegar a esa conclusión, analizando a profundidad las relaciones entre la sociedad civil y el liderazgo político, que son los definidores por naturaleza del desarrollo y la riqueza de sus sociedades.  Todo esto dicho desde la perspectiva de un miembro de la sociedad civil, no de un político, resulta de un avance sorprendente que da cuenta que somos nosotros, los ciudadanos, con todas las capacidades, los que en este momento estamos en la posición adecuada para estudiar a fondo un problema que nos compete a todos, dada la destrucción violenta a la que nos hemos visto sometidos. Solo que fue Eduardo Colmenares Finol quien aceptó ese reto intelectual desde la sociedad civil y lo describió a profundidad.


Ya Eduardo desde el 2014 comienza publicar los artículos iniciales que terminaron con la publicación de su última obra “Venezuela, un País Inconstituido” (obra en Amazon.com, en https://tinyurl.com/bdcvby3u), manifestación muy concreta de lo que definitivamente hay que discutir en una Asamblea Nacional Constituyente Originaria. Nuestro movimiento de cambio nunca ha improvisado en la discusión de lo necesario y Eduardo fue uno de los principales bastiones de esa discusión, lo que lo hacía candidato de primera línea como uno de nuestros más insignes constituyentes a la hora de su convocatoria. Las enseñanzas de Eduardo que afortunadamente quedan por escrito, nos ayudarán a cerrar ese vacío completamente imposible de sustituir, con venezolanos que ya han entendido el valor de sus palabras y la trascendencia de lo que hay que hacer todavía en Venezuela.


Eduardo Colmenares Finol al adelantarse a su ensayo final en su serie de seis artículos publicados “¿Por qué una Constituyente?” de Octubre 2014 a Octubre 2015 (2) (y que sugiero a todos en Venezuela leer con mucho detalle) orienta al venezolano común para el necesario camino que deberemos recorrer con una Constituyente Originaria. Cada tema abordado por Eduardo es trascendental.  Al finalizar su ensayo Eduardo me honró al pedirme escribir el prólogo de su manuscrito, que les obsequio a ustedes en su nombre (ver original del Prólogo de Venezuela, un País Inconstituido, en https://ticsddhh.blogspot.com/2022/02/prologo-del-libro-de-eduardo-colmenares.html). Estoy seguro que Eduardo estaría de acuerdo con este obsequio dado su permanente interés en que los venezolanos conocieran de nuestro proyecto y propósito para Refundar a Venezuela.


Todavía me encuentro consternado por la pérdida irreparable que ha tenido Venezuela con Eduardo Colmenares Finol. No puedo sencillamente aceptar que personas de semejante valía simplemente se vayan en el momento en que más las necesitamos. Eso nos deja a los que quedamos con muchísima mayor responsabilidad para adelantar una cruzada definida por gente que como él antes, definieron la historia, aun después de muertos. Tarde o temprano haremos realidad la Refundación de Venezuela a través de un proceso Constituyente de carácter Originario, de eso no tengo ninguna duda. Me preocupan las condiciones en las que se de y como se discuta ese proceso, y aún más importante las personas que lo harán. Pero me preocupa también que no estará Eduardo allí. Pero debemos asegurarnos que estén otros venezolanos con igual e infinito amor por Venezuela. 


En ANCO deberemos cuidar muy especialmente las ideas originales de cambio planteadas en nuestra propuesta El Gran Cambio, que posee en concreto ese cúmulo de conceptos que nacieron de intelectuales como Eduardo Colmenares Finol y los fundadores de ANCO en especial su hermano Enrique Colmenares Finol, y se han mantenido  en el tiempo porque son todavía pertinentes al problema venezolano.  Solo nos queda continuar, y Dios sabe que lo lograremos…Ya Eduardo está con Él para ayudarnos…


Caracas, 12 de Febrero de 2022


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(1) Eduardo Colmenares Finol, La Sociedad Civil y el Liderazgo Político Moderno, Pág. XIV, ISBN 980-12-1974-2, San Cristóbal, Agosto 2008.


(2) ¿Por qué una Constituyente? (I)

Venezuela, un país inconstituído, por Eduardo Colmenares Finol

http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/2014/10/porque-una-constituyente-i-venezuela-un.html

¿Por qué una Constituyente? (II)

La prostitución de las masas, por Eduardo Colmenares Finol

http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/2014/10/porque-una-constituyente-ii-la.html

¿Por qué una Constituyente? (III)

Sociedad Civil y partidos políticos, por Eduardo Colmenares Finol

http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/2014/10/porque-una-constituyente-iii-sociedad.html

¿Por qué una Constituyente? (IV)

Improvisación del liderazgo político, por Eduardo Colmenares Finol

http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/2014/12/porque-una-constituyente-iv.html

¿Por qué una Constituyente? (V)

No es una panacea, es una necesidad, por Eduardo Colmenares Finol

http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/2015/04/porque-una-constituyente-v-no-es-una.html

¿Por qué una Constituyente? (VI)

Cómo erradicar el populismo por la vía constitucional, por Eduardo Colmenares Finol

http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/2015/10/porque-una-constituyente-vi-como.html


Prólogo del libro de Eduardo Colmenares Finol: Venezuela, un País Inconstituído

Por Luis Manuel Aguana

¿Es Venezuela en realidad “un país inconstítuido”?  Es ciertamente una proposición retadora la que nos presenta Eduardo Colmenares Finol con este interesante ensayo. Había oído expresiones como “Venezuela es un país desordenado”, o “Venezuela es un país solidario”, o mejor aún, “Venezuela es un país valiente”, mucho de eso asociado a las mismas características que se nos atribuyen como pueblo. Pero cuando leí por primera vez ese término aplicado al país, me sonó a “desarticulado” o peor aún, un país que nunca se ha podido constituir, permaneciendo como una sociedad extraviada que aun busca su lugar, en el medio de un desorden político y constitucional desde prácticamente su fundación en 1811. Y eso es gravísimo…


Si atendemos la historia que han seguido otros pueblos, cuya institucionalidad nace de un verdadero Pacto Social que se respeta, el “¡bochinche, bochinche!” del que hablaba el Generalísimo Francisco de Miranda en 1812 cuando Simón Bolívar lo ponía preso por traidor, nos indica que el título de la obra está bien fundamentado desde los orígenes de nuestra nacionalidad. Hemos logrado vivir más de 200 años “inconstituidos”. La gran pregunta sería ¿podríamos continuar en esa situación y esperar un cambio para mejorar nuestra condición de pueblo? No lo creo.


Si partimos del hecho que el Libertador tenía razón cuando en 1812 reconocía en el Manifiesto de Cartagena que “…el sistema federal, bien sea el más perfecto y más capaz de proporcionar la felicidad humana en sociedad, es, no obstante, el más opuesto a los intereses de nuestros recientes Estados…”, le estaba diciendo al mundo que lo que se había hecho constitucionalmente en 1811 había que cambiarlo, como en efecto fue cambiado en Angostura en 1819 para afrontar una guerra. Sin embargo decía al mismo tiempo que ello no invalidaba el sistema como sistema, solo que a su juicio no era aplicable a la realidad de nuestros Estados de ese entonces. A partir de 1819 Venezuela nunca dejo de ser un Estado centralizado, aunque siempre se respetaran las condiciones federales de la primera Constitución. Una contradicción con la que vivimos hasta el presente a pesar de una Guerra Federal de por medio.


Al planteamiento que hace Colmenares Finol, preguntándose si la sociedad civil de hoy está “preparada para asumir su papel soberano y protagónico”, a diferencia de aquella que en 1812 se desarrollaba dentro de un sistema que el Libertador consideraba “opuesto a los intereses de nuestros recientes Estados”, se podría decir que dos siglos después Venezuela ya está en capacidad para asumir ese papel desarrollado que diseñaron para nosotros nuestros fundadores el 5 de Julio de 1811 en la primera constitución. Pero eso tiene un costo.


El Maestro Simón Rodríguez sostenía una tesis según la cual es una contradicción desear Repúblicas pero sin republicanos ¿Cuál era la manera de resolver eso de acuerdo al Maestro Rodríguez? De la única forma que había: formándolos en las escuelas para que las Republicas que estaban naciendo y obteniendo su libertad de la espada de sus soldados, se pudieran sostener. De acuerdo al Maestro la materia más importante de esa formación debía ser “la sociabilidad”. Esto en palabras modernas se llamaría enseñar ciudadanía.


Al no contar con republicanos se hacía –y todavía se hace- muy difícil sostener la libertad conseguida con la sangre de los soldados porque como bien indicaba el Libertador en su Discurso en Angostura: “La Libertad, dice Rousseau, es un alimento suculento, pero de difícil digestión. Nuestros débiles conciudadanos tendrán que enrobustecer su espíritu mucho antes que logren digerir el saludable nutritivo de la Libertad…”. Una constitución presupone la existencia de la ética ciudadana en una sociedad civil madura como garante ético, como la llama el autor. Pero hemos carecido de ella como sociedad lo que nos ha llevado irremediablemente al fracaso del espíritu de nuestras constituciones, y no sin razón se han convertido en los trajes a la medida de tiranos y autócratas.


¿Por qué el Pacto Social establecido en la Constitución de 1961 duró más que ningún otro en nuestra historia republicana? Porque el Congreso Constituyente de 1961 respetó la forma federal de Venezuela “en los términos consagrados por esta Constitución” (Art. 2) hasta que el Pacto se rompió porque dejaron de cumplirlo los actores políticos cuando decidieron repartirse a Venezuela como un botín de manera centralizada.


Lo que sucedió en 1999 con una Constituyente prometida electoralmente por el golpista de 1992 no debió ocurrir si la Constitución de 1961 se hubiera modificado adecuadamente, profundizando el modelo federal que estaba en nuestra acta de nacimiento, y atendiendo las múltiples demandas que se hicieron de descentralización del país, más allá de una ley para elegir a Gobernadores y Alcaldes, matizado con un plan de descentralización persistentemente saboteado por todos los sectores políticos. Ahora todos estamos pagando las consecuencias.


¿Tiene razón el autor al endilgarle a Venezuela el calificativo de “país inconstituido”? Las pruebas que expone demuestran que tiene razón. Pero la pregunta más importante que responde es ¿y qué hacemos con eso? Y su respuesta que comparto plenamente es ¡debatamos al país! ¡Debatamos en una Constituyente Originaria el problema de Venezuela!


Sin embargo esto tiene que ver con de la calidad de los actores políticos. ¿Cómo es posible que esta no sea una materia de principalisima discusión en los círculos políticos del país? ¿Cómo es posible que todavía se le ofrezcan al país “programas de gobierno” para salir de la crisis cuando estamos ante un problema de carácter eminentemente estructural? ¿Cómo es que no lo ven?


Me resisto a pensar que estemos ante ignorantes. He llegado a la conclusión que el problema es mucho más grave que eso. Si fueran ignorantes podríamos educarlos e informarles de la situación. No. Estamos ante personas que sin ninguna consideración ética y moral están interesadas por razones de poder o corrupción, en utilizar su condición política para que un estado de cosas a todas luces inviable permanezca en pie en detrimento de la mayoría. De allí que la sociedad civil debe reaccionar y asumir su papel activo para el cambio de esa dirigencia política, que lamentablemente se ha convertido en el principal obstáculo para la transformación de Venezuela. De allí que trabajos como el que sigue a este Prólogo son invaluables para que nuestro país evolucione a estadios superiores de desarrollo.


Debemos debatir el país. Los debates planteados en este ensayo por Eduardo Colmenares Finol, comenzando por el porqué es necesaria la convocatoria al Constituyente Originario son imprescindibles porque van al sujeto principal de toda política en el mundo moderno, la sociedad civil.


Debatir acerca de la estructura política que debe tener un gobierno en la Venezuela actual, tomando en cuenta nuestras propias particularidades históricas, y sobrepasando el viejo concepto de los partidos de masas, pone en el sitio correcto la discusión de los criterios sobre los cuales se debe basar una nueva manera de distribuir el poder en Venezuela. Esto, al momento de una discusión constituyente acerca de la forma  que debe tener el Estado es fundamental, y más aun cuando la propuesta principal es un cambio en la distribución del poder político bajo una forma de un Estado federal.


Son indispensables los debates acerca de la pobreza de las masas y sus problemas sociales derivados, que no se pueden abordar en la complejidad del mundo actual sin un cambio en la presente estructura del Estado. Es indispensable el replanteo del papel de los partidos políticos ante ese cambio, así como su nuevo rol en la intermediación social.


Los partidos deben modernizarse y adecuarse a las nuevas realidades. De lo contrario desaparecerán a favor de una nueva clase de partido que tenga en cuenta el paradigma de la sociedad civil. Hasta ahora lo que hemos contemplado de ellos es la cooptación de liderazgos desde otros sectores –por ejemplo el estudiantil- para deformarlos a una actuación que no se corresponde con las necesidades de la sociedad sino a la de su propia supervivencia. Hay que someter a profunda revisión lo que tenemos como armazón institucional que sostiene al Estado, así como un nuevo cuadro de interrelaciones institucionales.


Al considerar la sociedad civil como el verdadero poder popular, el autor diferencia claramente el ayer y el hoy en las relaciones políticas de la sociedad, creando un debate acerca del nuevo sujeto hacia quien deben ser dirigidas las políticas, y más aun, entre quienes se debería celebrar un nuevo Pacto Social. Esta sociedad civil va más allá y se ve reflejada e integrada geopolíticamente en sus pares naturales del continente, como una vez ocurrió con la Comunidad Andina de Naciones-CAN. Las relaciones económicas no las hacen los gobiernos, las realizan los privados en una sinergia exterior que crea riqueza y desarrollo. Ese debate tenemos que darlo urgentemente como lo sugiere la obra.


Muchas de las desviaciones en las que han incurrido los sectores políticos como consecuencia de una falla estructural del modelo de Estado que tenemos hasta ahora es el populismo. No deja de ser tentador debatir la necesidad de erradicarlo por la vía constitucional ya que no existe duda de que ha sido pernicioso en todos nuestros países con los cuales tenemos raíces comunes. Sin embargo si se corrige la falla estructural creando las condiciones para que se formalicen partidos con una orientación completamente distinta, abocados al concepto de sociedad civil, se erradicarán como consecuencia las prácticas del clientelismo, al existir un mayor control del ciudadano de las organizaciones políticas.


Sugerir un debate acerca del papel de las Fuerzas Armadas en el marco de un Estado con una sociedad civil fuerte es por decir lo menos, desafiante. No es ni será fácil tener una última palabra acerca de ese tema en un país donde la mayoría de los gobiernos de su historia han sido militares. De allí el reto de ubicar ese pasado que nos ha sesgado como pueblo, colocando como lo hace el autor a los militares en el lugar preciso de ser garantes de la civilidad y la seguridad de la Nación.


Debatir la alternabilidad democrática en un país que se dejo seducir por la reelección indefinida es mandatorio. ¿Por qué ocurrió eso en Venezuela? A pesar de la famosa intervención de Bolívar en Angostura, “La continuación de la autoridad en un mismo individuo frecuentemente ha sido el término de los Gobiernos Democráticos. Las repetidas elecciones son esenciales en los sistemas populares, porque nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo Ciudadano el Poder. El Pueblo se acostumbra á obedecerle, y él se acostumbra á mandarlo, de donde se origina la usurpación y la tiranía.”, se podría decir que hay un grave problema en un pueblo que permitió todo lo contrario, luego de esas palabras del Libertador. Y eso es parte de todo este análisis que con tino nos presenta el autor. Tenemos que ir al fondo de este problema que está muy consustanciado con la manera de asumir el poder político en Venezuela desde el punto de vista histórico.


El debate de la descentralización hace juego con el de la redefinición de la forma de Estado en Venezuela. Si nos planteamos la forma federal del Estado, está claro que deberemos enfrentar un cambio de 180 grados en la manera en cómo hemos concebido la historia de Venezuela. Creemos que el país ya ha madurado lo suficiente como para que cada región asuma sus responsabilidades, que más allá de asumir las funciones que ahora tiene el poder central en un proceso descentralizador, plantea encarar los retos del desarrollo desde la perspectiva regional y local, dándole respuestas a los ciudadanos para mejoramiento de la calidad de vida de cada pueblo, en cada municipio del país. Se dice fácil pero no lo será.


La sociedad civil deberá convertirse en la contraloría de sus representantes electos. No servirá la excusa “no me bajaron los recursos” si cada municipio dispone por construcción constitucional de lo necesario para resolver su calidad de vida. El desarrollo de la ciudadanía operará allí, en la práctica ciudadana. Es por eso que este debate sea insoslayable.


Debatir la propiedad es muy pertinente si consideramos que Venezuela ha sido “expropiada” como país por una banda de delincuentes. Celebro que el autor incluya este debate en su ensayo, no por un asunto ideológico, sino porque la propiedad está consustanciada con el desarrollo histórico del hombre. No será posible avanzar sin definiciones claras de cómo queda esa discusión, en especial lo que debe ser propiedad del Estado y lo que debe ser propiedad de los ciudadanos. Eso es clave dentro de un Pacto Social.


Si no se da una discusión de altura que defina lo que es de todos, como el caso de la renta petrolera, la tierra, los recursos naturales y su conservación, difícilmente acordaremos un Pacto Social perdurable. Y en el caso particular de los recursos naturales, Venezuela tiene mucho que decirle al mundo por la extensión de sus riquezas naturales. El caso emblemático del Arco Minero debe debatirse, comenzando por su conservación. Estas definiciones fundamentales deben marcar un antes y un después de un nuevo ciclo en la vida institucional del país que parta con la construcción de un nuevo Contrato Social. Ojalá que este extraordinario aporte de fácil lectura y mejor comprensión entusiasme a los venezolanos que de verdad luchan por un cambio en la situación del país, y pueda animarlos a participar en el diseño de lo que será la Venezuela de las nuevas generaciones.


Caracas, 24 de Noviembre de 2018


martes, 8 de febrero de 2022

Los verdaderos activos de los venezolanos

Por Luis Manuel Aguana

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En primer lugar, deseo hacer llegar a todos mis seguidores y amigos incansables de lucha de ANCO mi agradecimiento por sus mensajes de solidaridad y afecto por mi pronta recuperación del virus COVID. Aún estoy en eso (el ciclo de recuperación es largo) pero esta lucha es larga y lamentablemente no podemos bajar la guardia porque lo que tenemos al frente es una hidra con muchas cabezas y con mucho dinero de los venezolanos, comenzando por las del régimen y su oposición comprada. De allí mi preocupación de retomar al menos algunas cosas que había dejado pendientes.


Hemos notado que a nivel nacional ya comenzó el movimiento de las candidaturas de los partidos para el 2024. Eso no lo tengo que probar, en cada uno de los Estados del país fue la reacción natural de la dirigencia que vive de los carnavales periódicos electorales del régimen, luego del sonado fracaso del Referendo Revocatorio espurio del régimen y su oposición, que es acompasado por los partidos, no solo porque es una manera de distraer a la población de que “algún día” saldremos de esta pesadilla, sino porque es una manera extraordinaria de mantener “aceitada la maquinaria”, que es como ellos lo llaman, de la militancia a la hora de que comience el show electoral.


Esa comparsa le ha resultado muy bien a la militancia local de los partidos, quienes históricamente han vivido de las contribuciones de sus direcciones nacionales para moverse electoralmente en las regiones. De la misma manera a todo el ecosistema que vive de ellos. Esto es, movilizaciones, logística inmediata como comunicaciones, comidas, hospedajes, reuniones y todo lo que haga que se vea que un partido “se está moviendo” a favor de la gente. No hay nada más narcotizante que esto para el venezolano común después de 1958.


Este comportamiento distorsionado de la democracia partidista es el verdadero origen del problema de la representatividad política de Venezuela y una de las principales razones de nuestro proyecto actualizado El Gran Cambio de ANCO, pero esa es otra historia que abordaremos en su oportunidad (para aquellos interesados en parte de esa historia de la degradación de los partidos ver Doce Ejes y un Destino, El Municipio Fuerte, en https://ticsddhh.blogspot.com/2013/07/doce-ejes-y-un-destino-2-el-municipio.html).


En condiciones “normales”, esto es, sin tiranía, esta situación sería común y depende, por supuesto, de las finanzas de los partidos. Y es allí donde se pueden explicar muchas cosas. Desde que esta tragedia comenzó, las finanzas de los partidos han ido cayendo en picada. Los contribuyentes de los partidos, ilustres mecenas de la oligarquía empresarial venezolana, corruptos de los contratos de la otrora democracia, la gente tradicionalmente rica de Venezuela, no pudieron seguir “aportando”, no solo por la situación económica del país, sino por las amenazas del régimen, razón por la cual muchos no sobrevivieron, pero otros por ser demasiado grandes y con compromisos ineludibles se arrojaron a los brazos del régimen. Eso representó un gravísimo problema para nosotros. Esta gente nos vendió…


En consecuencia no les parecerá extraño porque no hemos salido de esta tragedia todavía. El esfuerzo que hicieron, no los partidos, sino los venezolanos, por poner a la “oposición” en lugares ganadores a partir de 2015 se diluyó en una caterva de diputados comprados, partidos completos con amarres con el régimen, y políticas deliberadas a su favor que nos han perjudicado de una manera tal que ha sido imposible despegarse este pegote sucio pegado en el alma de los venezolanos.


Pero los partidos pudieron encontrar una salida con la instauración del Gobierno Encargado en enero de 2019. Esta salida era perfecta porque tenían las manos libres de las imposiciones financieras del régimen y podían contar con las ayudas provenientes de las leyes norteamericanas de auxilio para el rescate de la democracia, sin contar con lo que se les podía facilitar a través de lo incautado a los corruptos a través de los decretos de la administración del gobierno de los EEUU. ¿Qué podía ir mal?


Nada debía ir mal. Sin embargo, lo que siempre ha estado mal ha sido la sucesión política o quién se queda con el poder después de Nicolás Maduro Moros. El problema de los partidos no es que se vaya el régimen, sino quien queda después de ellos. La insistencia patológica de resolver la crisis venezolana a través de unas elecciones que no se realizaron como se debieron el 2019 ha marcado todo el ciclo político nacional e internacional desde 2019, diálogos y Comunidad Internacional incluidos.


Todo el dinero que se le ha suministrado al Gobierno Encargado lo han usado los partidos políticos para mantener esa estrategia electorera y de burocracia de partidos hasta que se produzcan esas elecciones que aspiran que la Comunidad Internacional avale una vez que el régimen ceda en realizarlas. Y eso NO VA A PASAR hasta que ellos estén seguros de que no perderán. ¿Recuerdan a Chávez en el 2004, retrasando su revocatorio hasta que apareció Jorge Rodríguez con la “solución SmartMatic”?


¿Y por qué no va a pasar? Porque el régimen jamás cederá el control de las instituciones y Poderes Públicos (Judicial, Moral, Legislativo), y menos el Poder Electoral, al cual exhibe como la joya de su corona. A las pruebas recientes me remito: el Referendo Revocatorio viciado del 26E.


Sin embargo, a la terquedad de seguir por la vía electoral después del deslave revocatorio el 26E se suman los intereses de unos partidos que se niegan a morir dándole una solución definitiva al problema de Venezuela. Ignoran olímpicamente que la solución constitucional no se agotó con el Referendo Revocatorio. Que existe algo que se llama Asamblea Nacional Constituyente de carácter Originario, que es nuestra última parada para salir de este problema de manera pacífica y constitucional, y comenzar un nuevo gobierno de transición que nos garantice unas elecciones libres, justas y verificables. Pero dejaré que sea la Magistrada Emérita Blanca Rosa Mármol de León quien se los explique en detalle, en una extraordinaria entrevista realizada por Contrapunto (ver BRML, Hay que llamar a una Asamblea Nacional Constituyente, en https://contrapunto.com/especiales/entrevistas-ctp/blanca-rosa-marmol-hay-que-llamar-a-una-asamblea-nacional-constituyente/amp).


Pero el Gobierno Encargado se aferra a esa solución que nos lleva hasta el 2024 a unas elecciones, sin considerar la gravedad de  la situación de los venezolanos. Es necesario advertirle a Venezuela QUE NO PODEMOS ESPERAR MANSAMENTE A QUE NOS MATEN POR CUOTAS HASTA EL 2024. No podemos dejar que la MUD y su colaboracionismo convenza a Venezuela de esperar unas elecciones imposibles para el 2024, mintiéndoles descaradamente a los EEUU que "ganaremos" y usando los fondos que les están dando para eso. Dineros que son de los venezolanos. Esa es una situación INACEPTABLE.


En mi reciente nota fundamento que la existencia misma del interinato es salvar a los venezolanos de esta tragedia sin perder un momento más(ver El interinato no se justifica sin una Constituyente, en https://ticsddhh.blogspot.com/2022/02/el-interinato-no-se-justifica-sin-una.html). Sin otra cosa que nos lleve a una solución que no se aplique este mismo año, otra cosa NO ES JUSTIFICABLE, salvo que trabaje ya por una Constituyente Originaria que restituya los Poderes Públicos legítimos en menos de un año. De otra manera SU EXISTENCIA NO SE JUSTIFICA. Si el Interinato se embarca con la MUD para el 2024 para unas elecciones, SERÁ PARTE DEL PROBLEMA, NO DE LA SOLUCIÓN.


Ahora bien, esto no es suficiente. La razón principal de cualquier gobierno, interino, encargado o permanente, es el bienestar de sus ciudadanos. No está allí para resguardar activos financieros, ni acciones de sus empresas del Estado, ni las reservas del Banco Central. SU RESPONSABILIDAD INSOSLAYABLE está con el bienestar de la población. Los defensores de Juan Guaido y su Gobierno Encargado han centrado su caso de permanecer al frente de ese interinato para cuidar los activos y ser la cara de la oposición ante la Comunidad Internacional. Pero ni los activos están bajo su custodia sino de los países y sus leyes respectivas, y la cara opositora solo servirá hasta que esos mismos países lo decidan. 


¿Y entonces? ¿Qué le queda a Guaidó y al interinato? Defender una solución que nos quite de encima inmediatamente a estos delincuentes para evitar que sigan las muertes, las torturas, el hambre, la pandemia COVID, la destrucción de nuestra economía. No puede constitucionalmente usar su Presidencia Encargada para alargar más esta situación.


Los verdaderos activos que debe proteger Juan Guaidó son la VIDA, LA SALUD Y LA SEGURIDAD DE TODOS LOS VENEZOLANOS. Eso es lo que medianamente nos queda aquí y ahora. Con eso cubierto, si se perdió algo en el camino lo conseguiremos. Somos del tamaño de los compromisos que enfrentamos. Tal vez eso no deberían olvidarlo quienes quieren insistir tercamente en engañar a este noble y bravo pueblo…


Caracas, 8 de Febrero de 2022


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martes, 1 de febrero de 2022

El interinato no se justifica sin una Constituyente

Por Luis Manuel Aguana

English versión

Cada vez se hace más difícil seguir respaldando una presidencia encargada que no se deja ayudar. Primero fue cuando el Presidente Encargado se lanzó sin pensarlo ni un día a respaldar el Referendo Revocatorio después del sonado “triunfo” de la oposición en Barinas, loquera que algunos tuvimos que atajar prácticamente al fondo del jardín central, como pelota que ya se iba de jonrón por parte del régimen (ver La verdadera victoria del régimen en Barinas, en https://ticsddhh.blogspot.com/2022/01/la-verdadera-victoria-del-regimen-en.html).

Y a pesar de esa declaración tenemos esta reciente en El País de España: “El peor escenario es una presidencial en 2024. Estamos procurando a través de un proceso de negociación adelantarla lo más posible. La próxima elección que haya en Venezuela tiene que ser para salir de Maduro, porque nos la deben desde 2018.” (ver Juan Guaidó: El peor escenario para Venezuela son unas presidenciales en 2024”, en https://elpais.com/internacional/2021-11-29/juan-guaido-el-peor-escenario-para-venezuela-son-unas-presidenciales-en-2024.html).

De nuevo se equivoca el Presidente Encargado. Insistir tercamente en elecciones “para salir de Maduro”, bajo la premisa de que estamos tratando con “políticos” y no con delincuentes respaldados por una mafia internacional, y que tienen secuestrado el Poder Electoral, nos llevará definitivamente al 2024 y más allá con más diáspora, más hiperinflación, más muerte y ruina para los venezolanos. Si la cabeza visible internacionalmente de la oposición cree en verdad eso, mejor dejemos el campo de juego y olvidemos recuperar a Venezuela para siempre. Sr Presidente Encargado, ¡el peor escenario para Venezuela es no resolver el problema ahora!

No hay nada más dañino para un pueblo que sus dirigentes se ausenten de la realidad. Quiero de verdad darle al ciudadano Presidente Encargado el beneficio de la duda, pero si los términos son buscar en una negociación y que los delincuentes que nos desgobiernan admitan que sus elecciones de 2018 no fueron constitucionalmente convocadas y “que nos deben” una elección desde 2018, es estar completamente fuera de la realidad.

Y claramente las elecciones de 2018 fueron ilegitimas y es por eso que existe Juan Guaidó como Presidente Encargado, por una previsión constitucional que aceptaron importantes gobiernos como el de los EEUU. Pero de allí a esperar que unos delincuentes acepten una nueva elección presidencial producto de un proceso de negociación, es condenar a Venezuela a una espera suicida. Lo menos que debería aceptar la Presidencia Encargada son nuevos puntos de vista, nuevas perspectivas de cómo afrontar la situación, y sobre todo nuevas propuestas que nos saquen de este callejón sin salida en el que nos ha puesto el régimen, con la ayuda deliberada o no de la oposición oficial. Y se deberían ventilar absolutamente todas las propuestas que signifiquen salir de inmediato de la tiranía.

No es verdad que una elección presidencial sea la única salida que le queda a Venezuela. Desde esta pequeña tribuna de la red he acompañado la propuesta de la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente de Carácter Originario como la solución efectiva al problema que tenemos en Venezuela. Pero ni el G4 ni el Presidente Encargado la han mencionado nunca como una opción en ninguna declaración a pesar de existir un Capítulo completo de nuestra Constitución que la describe (Título IX, Capítulo III).

Las razones de esa ausencia constituyente de la agenda de nuestra oposición, es por decir lo menos una incógnita. Conocían perfectamente desde mucho antes de la muerte de Hugo Chávez, que esta se podía convocar por acuerdo de las dos terceras partes de la Asamblea Nacional o el 15% del padrón electoral. Pero aun así nunca se decantaron por ella prefiriendo la solución revocatoria, que requería un apoyo superior. Tal vez el país fuera otro en el 2022 si en lugar de estar pendiente de sacar unos cuadros el 5 de enero de 2016, el Presidente de la Asamblea Nacional en ese día se hubiese preocupado en convocar al Parlamento para iniciar un proceso Constituyente de carácter originario.

Esta ausencia todavía persiste en las mentes de todos ellos, incluyendo la del Presidente Encargado. Y esto a mi juicio es inaceptable y sumamente dañino para los venezolanos. ¿Por qué? Porque se oculta deliberadamente al venezolano común que existe una manera de hacer que los delincuentes cedan en sus pretensiones de continuar en el poder, porque esta fue la misma herramienta que utilizó el innombrable para sacudirse el “status quo” de 40 años que tenía Venezuela en 1998.

¿Qué excusa podrían dar los áulicos del régimen en una mesa de negociaciones para no convocar al Constituyente, después de más de 22 años de éxodo y destrucción del país? ¿Qué Maduro es el Presidente? Podrían pasar siglos y dirían lo mismo, y nosotros lo contrario. Lo que correspondería decir allí es que lo decida el pueblo, entre otras razones por que ambas partes seguirán insistiendo en tener cada una la razón. Pero esto seguirá sucediendo si la discusión sigue siendo una elección presidencial. Nuestra propuesta no es discutir allí unas elecciones presidenciales, ni pelear por unas “elecciones que nos deben”, sino el mecanismo previsto constitucionalmente para refundar y reconstituir al país. Una Constituyente incluiría a todo el mundo, incluso a ellos, quienes dicen ser gobierno legítimo desde 2018 y quienes decimos que Maduro es ilegítimo Maduro no podría zafarse de una negociación en esos términos.

Cuando se habla de una Constituyente se determinan las bases del proceso, esto es, las Bases Comiciales. En un proceso negociado no podrían existir elecciones “as usual” con el Poder Electoral de régimen. Este proceso se regiría por un sistema de reglas diferentes establecidas en ese documento de Bases Comiciales: quienes pueden ser elegidos; sobre qué base poblacional; cuántos representantes por Estado; porcentajes para las decisiones trascendentales que deberían tomar esos ciudadanos designados por el pueblo para refundar y reinstitucionalizar a este país maltrecho; qué hacer con los Poderes Públicos, comenzando por el Poder Ejecutivo de Maduro; designar y en qué momento, un Gobierno de Transición por el período mínimo necesario para poder convocar un proceso electoral con todas las garantías de transparencia y legitimidad, limpiando a fondo ese antro llamado CNE.

¿Se dan cuenta por qué no podemos considerar ni remotamente parecida la solución electoral presidencial que pide la oposición oficial en esa mesa de negociaciones de México, existiendo una solución con mayor proyección para solucionar de inmediato el problema venezolano como una Constituyente de carácter Originario para la Refundación Nacional? Los términos de esa elección Constituyente no pueden ser impuestos por el régimen con su CNE, es una elección de una naturaleza completamente diferente y sus términos deben ser objeto de negociación entre las partes.

Podría decir muchas cosas más, pero la intención de esta nota es otra, que espero que la Presidencia Encargada pueda llegar a asimilar en su verdadera trascendencia. Y para eso me tomo el título del último comunicado de ANCO “EL PROTAGONISMO DEL PUEBLO ES LA ÚNICA VÍA POSIBLE PARA LA SALVACIÓN NACIONAL” (ver Comunicado ANCO del 30-01-2022, en  https://ancoficial.blogspot.com/2022/01/comunicado-anco-el-protagonismo-del.html), donde se explica la propuesta en detalle.

Ese título tiene para mí una traducción muy importante para todos los venezolanos: la única razón por la cual se justificaría la existencia de una Presidencia Encargada, luego de la farsa revocatoria protagonizada por el régimen y su oposición, sería la convocatoria a un proceso Constituyente de carácter Originario a través de las negociaciones de México. No serían los activos –que por lo demás han sido protegidos por los diferentes gobiernos amigos del pueblo venezolano sin la intervención del Gobierno Encargado, ni cualquier otra excusa, sería la salvación nacional, expresada en acabar de una buena vez y a la brevedad posible con este estado de cosas que está destruyendo a Venezuela.

Caracas, 1ro. de Febrero de 2022

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