viernes, 7 de abril de 2023

Oportunidad de diálogo en Colombia

Por Luis Manuel Aguana

English versión

Independientemente de las intenciones que movieron al Presidente colombiano Gustavo Petro a convocar una reunión para discutir el problema venezolano a escala mundial, sería una estupidez no aceptar el ofrecimiento. Sería como si una persona que muere de sed en un desierto se pusiera a preguntar si está envenenada el agua que se le ofrece (ver Petro convoca a una reunión sobre Venezuela, en https://elpais.com/america-colombia/2023-03-28/petro-convoca-una-reunion-mundial-sobre-venezuela-en-la-que-podria-estar-maduro.html). Es claro que cualquier mandatario colombiano le interesa que Venezuela esté en las mejores condiciones, y mejor si de ello puede derivar provecho político. ¡Pero el problema no es de ellos, es nuestro!

En efecto, de acuerdo a las noticias, Petro llegó a un acuerdo con Maduro el mes de marzo y este accedió a ese encuentro. Pero eso no ocurrió solamente solo por las intenciones de Petro, sino también con la anuencia del gobierno norteamericano, quien al tiempo anunció que estaría dispuesto a participar en tales conversaciones: “«Sí, estamos dispuestos a participar. Estamos preocupados por la situación del pueblo venezolano, y cualquier país que esté aportando sus buenos votos y buenos oficios para mejorar la situación es algo importante», dijo en una entrevista con EFE el encargado para América Latina del Departamento de Estado, Brian Nichols” (ver Los EEUU dijo que si participaría en una conferencia sobre la crisis convocada por Gustavo Petro, en https://www.costadelsolfm.org/2023/03/29/los-estados-unidos-dijo-que-si-participaria-en-una-conferencia-sobre-la-crisis-venezolana-convocada-por-gustavo-petro/).

Sin embargo, la Cancillería colombiana ha indicado que las conversaciones tendrían por objeto que se retome el diálogo suspendido en México: ““No queremos hacer un nuevo proceso de diálogo, sino que las partes vuelvan a México”, explica una fuente de la diplomacia colombiana.”.  A nuestro juicio, ese diálogo en México murió, no solo porque Nicolás Maduro Moros le dio una patada a esa mesa al exigir la suspensión de TODAS las sanciones, sino porque el régimen NUNCA estuvo interesado en resolver la crisis política que él mismo creó.

Todo eso sin contar que las bases mismas de ese Memorando de Entendimiento firmado en el año 2021, entre el régimen y una supuesta oposición, son falsas. Ni el régimen de Maduro es gobierno legítimo de la República Bolivariana de Venezuela, ni la llamada Plataforma Unitaria es un ente que represente a nadie en Venezuela, más allá de la representación hueca de unos partidos, que no se han validado en elecciones con el pueblo venezolano desde hace más de 7 años, y por ello no se pueden atribuir tal representación, y menos aún sin una mínima autorización de la Asamblea Nacional de 2015, reconocida internacionalmente.

Lo anterior dio pie a que un grupo de venezolanos, entre quienes me incluyo, el pasado 15 de octubre de 2022, introdujéramos un Recurso de Amparo ante el TSJ Legítimo que despacha en el exilio, en resguardo de nuestros derechos a la participación política violentados por estos supuestos representantes políticos de los venezolanos, para exigir la nulidad del Memorando de Entendimiento firmado en México, lesivo a nuestros intereses (ver Solicitan NULIDAD del Memorando de Entendimiento entre la oposición y el gobierno de Maduro, ante el TSJ en el exilio, en https://ticsddhh.blogspot.com/2022/10/solicitan-nulidad-del-memorandum-de.html).

Al mismo tiempo, y presentes todas esas realidades, Gustavo Petro maniobra para traerse el diálogo de México a Colombia, trayendo a la mesa intereses comunes entre nuestros países que justifican plenamente un reajuste de ese diálogo (ver Petro maniobra para traerse de México a Colombia los diálogos entre el Gobierno chavista y la oposición, en https://elpais.com/america-colombia/2023-03-30/petro-maniobra-para-traerse-de-mexico-a-colombia-los-dialogos-entre-el-gobierno-chavista-y-la-oposicion.html). Sin embargo, esta iniciativa debe necesariamente pasar por una verdadera representación opositora ajustada a la realidad política de la Venezuela actual.

Desde hace años soy un pleno convencido que la solución de la crisis venezolana pasa por Colombia, y la crisis que en la actualidad atraviesa Colombia, en la misma dirección, pero en sentido contrario, pasa por Venezuela (ver Una solución grancolombiana, en https://ticsddhh.blogspot.com/2019/12/una-solucion-grancolombiana.html). Venezuela y Colombia tienen problemas e intereses comunes, sin contar que poseemos las mismas raíces históricas, lo que constituye el marco perfecto para esa iniciativa.

Esa confluencia de intereses comunes hace que una iniciativa de diálogo, como la anunciada por el Presidente Petro, se haga cada vez más parecida a la propuesta que hiciera ANCO, publicada el 8 de agosto de 2021, donde expresáramos la necesidad de que en ese diálogo se realizara sobre la base de una negociación a 4 partes: “una delegación de la Comunidad Internacional firmante de la Declaración Conjunta del 25 de Junio de 2021 (EEUU, la UE y Canadá); una delegación de los sectores de la oposición política que encabeza Juan Guaidó Márquez como Presidente Encargado reconocido por la comunidad internacional; una delegación del Consejo Rector de la Conferencia Ciudadana para el Restablecimiento Constitucional y Democrático, recientemente rebautizado como CONGRESO REFUNDACIONAL, como representación de los más de 6,4 millones participantes de la Consulta Popular de Diciembre de 2020; y una delegación del sector gubernamental que encabeza Nicolás Maduro…” (ver Comunicado del 8 de agosto de 2021, ANCO reafirma y propone al País y la Comunidad Internacional una ruta para Refundar la Nación, en https://ancoficial.blogspot.com/2021/08/anco-reafirma-y-propone-al-pais-y-la.html).

Es claro que al desaparecer la Presidencia Encargada, sería otra la representación de la oposición política, pero sí la pertinente y necesaria incorporación de una representación calificada de la sociedad civil, y que sugeríamos que fueran los representantes de quienes se pronunciaron a través de la firma de un Pacto Ciudadano de Restablecimiento Constitucional en febrero del año 2021, exigiendo el cumplimiento del mandato de la Consulta Popular de diciembre del año 2020 en Venezuela (ver Pacto Ciudadano para el Restablecimiento Constitucional, en https://ancoficial.blogspot.com/2021/02/comunicado-anco-acta-que-contiene-el.html).

Sobre la base de estas realidades, en esa iniciativa colombiana deberían participar la representación del régimen de Maduro como gobierno de facto del país –y no como gobierno constitucional-, una representación oficial de la oposición política autorizada por la Asamblea Nacional de 2015 reconocida, UNA REPRESENTACIÓN CALIFICADA DE LA SOCIEDAD CIVIL, y una representación de los firmantes de la Declaración Conjunta del 25 de Junio de 2021 (EEUU, la UE y Canadá), en la cabeza de los EEUU. A estas 4 delegaciones deberá sumarse una quinta: la representación del gobierno de Colombia, como el mayor país doliente de la crisis migratoria venezolana y patrocinante de la idea.

Visto de esa manera, el diálogo planteado por el Presidente de Colombia, Gustavo Petro, no puede ser para que “que las partes vuelvan a México” como lo sugiere la Cancillería colombiana. De ser así, ni siquiera vale la pena el esfuerzo de gastar energías en un diálogo muerto. A diferencia de México el régimen de Maduro si tendría que asistir a este diálogo así no lo quiera, porque la presencia de Colombia haría la diferencia. Hay muchísimos intereses en común en juego. Con la oportunidad de diálogo en Colombia, con tres nuevos actores adicionales dispuestos, los EEUU, la sociedad civil venezolana y el gobierno de Colombia, es posible avanzar hacia una solución concreta de la crisis venezolana, que es lo fundamental y único que debería importarles a quienes fracasaron estruendosamente en México.

Caracas, 7 de Abril de 2023

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domingo, 2 de abril de 2023

De Barranquilla a ANCO Movimiento Político

Por Luis Manuel Aguana

English versión

Afirmar que una Constituyente es mala o es buena, es como decir que un arma es mala o es buena. Dependiendo de quien la use o cuáles objetivos persiga, se pueden obtener beneficios o tragedias con su aplicación. Un arma en manos de delincuentes tiene una connotación diferente si está en manos de quienes tienen la responsabilidad de proteger a los ciudadanos. En otras palabras, un arma, así como una Constituyente, son herramientas que pueden ser usadas para hacer bien o mal a la sociedad. Algo semejante sucede con la tecnología

Una Constituyente es una herramienta de cambio, que utilizada racionalmente y con intenciones abiertas y claras de bienestar social, puede significar abrir nuevos caminos en beneficio y el adelanto de los pueblos. Pero también puede implicar, si es ideológicamente manipulada por agentes distorsionados, un arma letal para enterrar su desarrollo. Entonces, ¿cómo identificar cada caso en cada país? ¿Es posible hacerlo?

Sin tomar en cuenta el razonamiento anterior, recorre por toda Latinoamérica la idea absurda de que todos los procesos Constituyentes son malos per se, y a los que se debe alejar a los pueblos para “evitar que caigan en las manos de los comunistas”. Esta idea es tan reaccionaria como la de quemar libros para evitar que una idea se difunda. Ya eso se intentó en el pasado en el mundo y no funcionó.

Lo que sucede es que los pueblos necesariamente deben estar a la altura educativa para elegir buenos gobernantes, y ellos a su vez de estar al nivel suficiente para que el pueblo esté educado, para que eso a su vez produzca permanentemente ese círculo virtuoso que genere bienestar social. Son esos gobernantes los que usarán con prudencia esas herramientas tan delicadas como una Constituyente para realizar los ajustes o reformas necesarias para encaminar el desarrollo de sus naciones.

Pero no se entra a un círculo virtuoso desde un círculo vicioso sin romper antes el círculo. Un gobernante manipulador y pervertido ideológicamente, nunca permitirá la educación de su pueblo para salir de la pobreza, logrando en consecuencia que este nunca se encuentre al nivel educativo suficiente para elegir un buen gobernante que lo saque de la oscuridad. Hará, como el caso venezolano, todo lo posible para mantener al pueblo en la miseria, para garantizarse permanentemente el poder. Si no, que lo confirme el tristemente célebre exministro Jorge Giordani quien afirmó que la “revolución” de Chávez necesitaba mantener pobres a los venezolanos para seguir creciendo (ver entrevista de Carla Angola a Guaicaipuro Lameda, en https://saladeinfo.wordpress.com/2013/02/13/los-pobres-tendran-que-seguir-siendo-pobres-los-necesitamos-asi/). Pero no solamente es el régimen quien desea mantener a Venezuela en esa condición.

Cuando en ANCO propusimos desde el marco de la sociedad civil un cambio del sistema político para garantizar el rompimiento de ese círculo vicioso, es porque tal cambio debe ser ejecutado desde la arena política. Pero en Venezuela no se ha avanzado lo suficiente para una cabal comprensión de ese proceso debido precisamente a que ha sido el sector político, tanto en el régimen como su nefasta oposición, quienes se han garantizado mantener a la población en estado de pobreza con el propósito de continuar en el poder, unos en un lado y otros en la acera “opuesta”.

La única manera de romper ese círculo vicioso es que los mismos ciudadanos nos encontremos participando en la arena política para desplazar esa simbiosis maligna que ha asaltado los círculos viciosos del poder en Venezuela. Y eso lo hacemos con la plena conciencia de todo lo que significa e implica en nuestro país la desconfianza natural del ciudadano a todo aquel que se asome a la política. Y la única manera de demostrar que existe una verdadera vocación de recuperar el poder para el ciudadano es demostrarlo en los hechos. Y el primer paso es declararlo, como lo ha declarado ANCO al decidir presentarse al país como Movimiento Político, con un objetivo fundamental claro: entregarle el poder al ciudadano (ver Comunicado ANCO del 06 de marzo de 2023, Sin renovación integral, Venezuela permanecerá en ruinas, en https://ancoficial.blogspot.com/2023/03/comunicado-anco-sin-renovacion-integral.html).

Hace una década escribí una nota en la que expresé algo que hoy se hace más realidad que nunca: En 1931 doce hombres se sentaron en Barranquilla y pensaron el país que querían. Fijaron un rumbo y redactaron UN PLAN. Independientemente de su orientación ideológica, esbozaron ese Plan y se dispusieron a ejecutarlo. Un camino, una hoja de ruta…De acuerdo a las referencias históricas, “… el Plan de Barranquilla representa la primera expresión de un análisis estructural de la sociedad venezolana y de su proceso histórico, vinculado a un proyecto político y a un programa de acción que planteaba la lucha contra el régimen de Juan Vicente Gómez como una revolución de las estructuras políticas y económicas del país.” (ver http://www.venezuelatuya.com/historia/plan_barranquilla.htm). Venezuela no vio resultados de ese planteamiento político sino hasta mucho tiempo después, ya fundada Acción Democrática, siendo algunos de sus fundadores los mismos firmantes de ese Plan, cuyo programa de alguna manera se expresó en acción concreta con la Constitución de 1961. Ejemplo de ello fue la primera frase categórica de ese Plan: “Hombres civiles al manejo de la cosa pública” (ver del Plan de Barranquilla al Plan Como-vaya-viniendo-vamos-viendo, en https://ticsddhh.blogspot.com/2013/05/del-plan-de-barranquilla-al-plan-como.html).

Ahora no solo se trata de luchar contra un régimen peor que el de Juan Vicente Gómez, sino de un régimen con aliados muy poderosos dentro y fuera del país, socios del narco terrorismo internacional, con ideologías que rompen la tradición judeocristiana de occidente, empeñados en someter nuestra sociedad. Imagínense ese tamaño de enemigo. Gómez era un niño de pecho en comparación con el enemigo que tenemos ahora.

No se trata de “ir a unas elecciones” con un régimen delincuente. Se trata de sostener una lucha frontal utilizando cualquier medio disponible, con UN PLAN en la mano, como el de Barranquilla, y que ahora denominamos El Gran Cambio, y que termina –y comienza para Venezuela- con un proceso de cambio estructural del poder político con la convocatoria al pueblo a una Asamblea Nacional Constituyente de carácter Originario. Y eso únicamente se puede realizar desde la arena política, pero con el apoyo indiscutible de la sociedad civil.

A los firmantes del Plan de Barranquilla les tomó 15 años para ver esa Constituyente del último punto de ese Plan, que luego fue interrumpido por un Golpe de Estado en 1948, y otros 15 años más para ver una Venezuela encaminada en 1961. Los que realmente quieren cambios a favor del pueblo venezolano, son perseverantes y persistentes, y no les importan los tiempos ni las dificultades. Esto es un maratón, no una carrera de 100 metros.

Y si en la Venezuela actual se presentan las oportunidades de acompañar voluntades que comprendan a fondo la naturaleza real de este reto histórico planteado, las tomaremos. Será esa la manera de que juntas más personas, cada una dentro de su posición, seamos capaces de romper el círculo vicioso de la educación de la población para que las nuevas generaciones elijan gobernantes a la altura de las circunstancias históricas que viva Venezuela, logrando finalmente el objetivo que nos impulsó a renovarnos a favor del futuro de los venezolanos.

Caracas, 2 de Abril de 2023

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domingo, 26 de marzo de 2023

El Vito, Venezuela y los toros

Por Luis Manuel Aguana

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Lo terrible de las luchas largas es que poco a poco se van llevando a los mejores y más experimentados luchadores, precisamente porque son los más viejos y curtidos, y que pueden indicar cuál es el mejor camino. Esta lucha por el rescate de nuestras libertades es amarga, porque quienes las disfrutamos en mayor o menor medida durante 40 años somos los más viejos; y en nuestro afán por recuperarlas, en nuestra mayoría, nos toca hacerlo al final de nuestras vidas, y en eso la naturaleza no perdona a nadie.

Si los viejos no logramos a tiempo traspasar esa conciencia de historia viva de lucha libertaria a los más jóvenes, en esa misma medida se aleja la posibilidad de obtenerla, y ellos tendrán que repetir los errores que los más viejos cometimos para recuperarla, cayendo irremediablemente en un círculo vicioso que alarga el sufrimiento de las generaciones.

Digo todo esto porque en el pasar de los años he visto irse a un significativo número de venezolanos, quienes por su edad y experiencia, cada uno en su campo, aporto su grano de arena a la Venezuela que intentamos ahora recuperar. Ese fue el caso de Víctor José López, mejor conocido por sus amigos y colegas del periodismo como “El Vito”, quien nos dejó solos para seguir con esta lucha que se hace interminable.

Conocí a El Vito, en el Gran Café de Sabana Grande al inicio de nuestro proyecto Constituyente. Es curioso que haya sido allí, un Café donde se han sentado en el pasado otros soñadores a pensar las grandes ideas que han ocurrido en este país. Él aportó lo que todo proyecto de esta naturaleza necesitaba, una experiencia única en comunicación social necesaria para su presentación en sociedad. El Vito cofundó con nosotros la Alianza Nacional Constituyente Originaria, ANCO, siendo al final de sus días Directivo honorario de nuestra organización.

Fueron incontables las reuniones donde El Vito participó con nosotros para buscar la mejor manera de comunicarle este proyecto a Venezuela inicialmente. Siendo la autoridad que era y maestro consumado en el periodismo, El Vito nunca presumió de su condición, lo que lo enaltecía en su condición humana y don de gentes, cosa reconocida por todos quienes le conocieron y trataron.

Además de sus inquietudes políticas, El Vito fue reconocido internacionalmente por su condición de periodista especializado en tauromaquia, siendo imposible conocer al personaje sin explorar su faceta pasional por la fiesta taurina, tanto que lo llevó a ser, a mi juicio, el autor más importante del país en ese tema, con sólidas obras publicadas como “Memoria de Arena”, “El Toreo en Venezuela”, “Solera brava, el toro de lidia venezolano”, sin contar con una biografía del más grande torero venezolano, César Girón. El Vito fue justamente reconocido con el Premio Nacional de Periodismo, el Premio Monseñor Pellín de Cultura, y el Premio Municipal de Literatura.

Siempre me pregunté –y le pregunté- la razón del porqué un personaje con un perfil pacífico y de soñador político como el de El Vito le agradara tanto la actividad taurina. De allí que me obsequiara una de sus obras para comprender mejor esa fiesta y en particular su desarrollo en nuestro país, “El toreo en Venezuela”. A mí siempre me pareció una cosa violenta, pero al leerlo en su obra e indagar un poco más en la confrontación existente entre aquellos que buscan su desaparición y aquellos que como él la defendían, encontré algo que tal vez me pudo descifrar un poco más este personaje excepcional, que pudo conectar su pasión por los toros con la lucha con un régimen criminal salvaje.

La fiesta del toro es el escenario que enfrenta al hombre con la bestia y el triunfo inevitable del hombre sobre ella. Va más allá de una diversión, y algunos como El Vito  hasta la consideran un arte. Al retomar con la desaparición de El Vito las notas que leí e indague en su oportunidad acerca de ese tema, me “cae la locha”, con el perdón póstumo que me pueda dispensar mi querido amigo El Vito, que eso es precisamente lo que tenemos en Venezuela. Una gran plaza de toros donde todos somos los toreros enfrentados a una bestia única que no hemos podido descifrar por ser malos toreros, al punto de confundir un toro con un Nú, como decía Oscar Yanes (ver Estado Mayor de Oposición “Oscar Yanes”, en https://ticsddhh.blogspot.com/2013/10/estado-mayor-de-oposicion-oscar-yanez.html).

La tauromaquia en España nace en el Siglo XII y “fue el nombre dado a las obras o libros que tratan y recopilan las diferentes técnicas de torear, donde se desarrollan además las reglas del toreo en forma de manual para ser leído por los toreros”… “La primera Tauromaquia conocida fue la conocida como la Cartilla de Osuna (Cartilla, en que se proponen las reglas, para torear a caballo, y practicar este valeroso, noble exercicio, con toda destreza) publicada en 1726” (ver Tauromaquia, en https://es.wikipedia.org/wiki/Tauromaquia#Cartilla_de_Osuna).

Es muy interesante lo que al comienzo de esos tiempos definían los primeros de esta disciplina, lo que debía saber un torero para enfrentarse con la bestia: “En esta Cartilla de Osuna se define lo que es el toreo de alguna manera. El toreo es un acto varonil, dice. Varonil porque tiene una serie de cualidades que entonces los ilustrados achacaban evidentemente al sexo masculino, como pudiera ser el valor, el arrojo, la agilidad, el desenfado. Es un espectáculo público también, nos cuenta la Cartilla de Osuna, es decir, sirve para distraer al público en general, dice, la melancolía natural, añade esta cartilla de Osuna. El acto se basa en el valor, pero no solo en ello, sino también en la técnica, basada en unos conocimientos previos absolutamente imprescindibles que el autor plasma a reglón seguido en forma de reglas…” (ver Las primeras Tauromaquias a pie/XX Aula de Tauromaquia, en https://www.youtube.com/watch?v=zyda--US5Mg, min 8:00) (resaltado nuestro).

En otras palabras, visto desde esa perspectiva, el toreo es el arte de enfrentarse con una bestia y salir vivo del intento. Sin conocer las reglas y sin valor no se le puede enfrentar, y menos aún sin arrojo, agilidad y desenfado, atributos que no acabamos de reunir juntos, a pesar de ser el ABC de un arte que data del Siglo XII.

Pero la cosa es más compleja todavía. El tema ha sido abordado por los intelectuales más importantes de habla hispana, y es un tema sobre el que aún debaten en el mundo, más allá del superficial y obvio trato que se debe tener con los animales. Don Juan Lamarca López, Presidente del Círculo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida, publica un artículo en la Academia de Mérida donde destaca el peso específico de la tauromaquia en la cultura hispánica:

“Como es sabido la tauromaquia siempre ha generado un auténtico problema intelectual y Ortega y Gasset trata de armonizar corrientes haciendo una interpretación analítica y filosófica sobre la importancia de lo taurómaco en España y los efectos que han tenido los toros sobre la cultura y la vida cotidiana española: “en efecto, es un hecho de evidencia arrolladora que durante generaciones y generaciones fue, tal vez, esa fiesta la cosa que ha hecho más felices a mayor número de españoles….“Las corridas de toros no solo son una realidad de primer orden en la historia de España, sino que, cuando se le presta atención y se hace actuar sobre ella la razón histórica, lleva a descubrir un hecho, hasta ahora arcano, de importancia tal que no se puede hacer la historia de España sin la comprensión de ese espectáculo..” Dicha llana y  lisamente: Que el que quiera saber cómo está España que vaya a ver una corrida de toros” (ver La intelectualidad y los Toros, por Don Juan Lamarca López, en https://blogacademiademerida.org.ve/la-intelectualidad-y-los-toros/).

 

Y no se puede hacer historia de España sin incluir a sus colonias, de las que nacimos todos, herederos de esa cultura. Esto es, a nosotros mismos. Intentar comprender la pérdida de El Vito en la Venezuela actual, pasa por entender que se fue alguien capaz de comprender esta búsqueda intelectual, única en su tipo. Esa es la calidad de quienes se nos están yendo en este profundo enfrentamiento donde la bestia nos está ganando.

Lamento decirte mi querido amigo El Vito, donde quiera que estés, que tardíamente por fin comprendí tu amor por los toros, aunque todavía me debata en ese futuro, que deja las tradiciones más profundas en el pasado, pero que intenta dibujar algo mejor para todos, sin todavía conseguirlo. Con este ínfimo homenaje a tus dos pasiones de vida, Venezuela y los toros, te devuelvo, porque te las mereces más que yo, las palabras que me obsequiaste en la dedicatoria al regalarme tu libro: “Infatigable como luchador, brillante en tu condición de Maestro en las doctrinas…”. Hasta siempre tú, Maestro…

Caracas, 26 de Marzo de 2023

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martes, 21 de marzo de 2023

“Donald” El Aissami

Por Luis Manuel Aguana

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La cantidad de dinero que el régimen que Hugo Chávez Frías y Nicolás Maduro Moros ha manejado y desfalcado de las cuentas de los venezolanos nunca se podrá conocer hasta que sean expulsados los delincuentes que manejan el poder en Venezuela, y se produzca, como en toda administración privada o pública que se respete, una profunda auditoría y se establezcan las responsabilidades plenas que correspondan.

Nunca fue más verdadera que ahora la frase del expresidente venezolano Raimundo Andueza Palacios (1846-1900) quien dijo, y cito: "El Tesoro Nacional es como el río Guaire, todo el mundo tiene derecho a meter su pichagua, lo que se discute es el tamaño". La palabra “pichagua”, muy venezolana, es un derivado de la famosa “totuma” o “tapara” indígena utilizada para recoger agua o plato para comer.

Según esta manera de concebir el tesoro público, todos los venezolanos tenemos el derecho, según Andueza, a meterle la mano a los dineros públicos, y lo que se que se discute es el tamaño del recipiente, porque el río Guaire daba agua suficiente para todos. La pregunta era quien tenía más derecho que otro para beber más. La respuesta: el que tuviera la pichagua más grande. Y ese generalmente es el que tiene el poder. Y esto último, en especial, los miles de ladrones de esta cueva de Ali Babá en que han convertido a Venezuela, se lo han tomado muy en serio.

Pero el asunto ha llegado a tal extremo que los ladrones dejaron seco el río, y ni siquiera el Presidente Andueza, autor de la tristemente célebre frase, jamás pudo imaginarse que llegaran al extremo de hacerlo, y al secarlo, los ladrones comenzarían a robarse entre sí.

El escándalo del régimen en torno al desvío de 3.000 millones de dólares de las cuentas provenientes de la venta de petróleo, denominados en criptomonedas, utilizadas por el régimen para desviar las sanciones financieras dispuestas por el gobierno de los Estados Unidos en contra de la PDVSA rojo-rojita, es un caso interesante de analizar, desde varias perspectivas, que denotan la fractura de la estructura de poder que existe en Venezuela y de la cual somos víctimas desde hace más de 23 años.

De acuerdo a la versión oficial, la Superintendencia Nacional de Criptoactivos y Actividades Conexas, a cargo de un funcionario de nombre Joselit Ramírez, fue descubierta en una operación de desvío de fondos “para no aparecer en las cuentas oficiales del gobierno venezolano”. En consecuencia, “Joselit Ramírez fue detenido por la Policía Nacional Anticorrupción tras la emisión de una solicitud de encauzamiento judicial contra "una serie de ciudadanos y ciudadanas que podrían estar incursos en graves hechos de corrupción administrativa y malversación de fondos…". (ver Destituyen y Arrestan a Joselit Ramírez, Máxima Autoridad de Criptomonedas en Venezuela, en https://decrypt.co/es/123951/destituyen-joselit-ramirez-criptomonedas-sunacript-venezuela).

Lo más interesante de esto es que extraoficialmente las noticias que corren en las redes sociales es que el ahora ex Superintendente Nacional de Criptoactivos y Actividades Conexas está muy vinculado con Tareck El Aissami, Vicepresidente Sectorial de Economía y actual Ministro del Poder Popular de Petróleo.

Y la pregunta que se hicieron todos fue si este funcionario de nivel medio era capaz de realizar ese desvío de fondos por su cuenta, sin la anuencia de alguien de mayor nivel político como Tareck El Aissami, quien a su vez fuera su superior durante su gestión en la Vicepresidencia Ejecutiva de la República, cuando Ramírez se desempeñaba como su Director General, cargo de extrema confianza. Y la respuesta es la obvia: NO. Y de allí que El Aissami renunciara a su posición como Ministro de Petróleo (ver Venezuela: Nicolás Maduro acepta la renuncia de Tareck El Aissami, en https://www.dw.com/es/venezuela-nicol%C3%A1s-maduro-acepta-la-renuncia-de-tareck-el-aissami/a-65055225).

Pero, ¿y los reales? Bien gracias, desaparecidos. Y ese es el destino que probablemente tenga todo el dinero que venga por esa misma vía a las arcas del régimen, ya que las criptomonedas no tienen absolutamente ningún respaldo bancario, y desaparecen con facilidad producto de fraudes informáticos y la acción de hackers especializados, más aún si se opera entre mafias. De allí que sea extremadamente débil la estructura sobre la que se basa el financiamiento del régimen a partir este tipo de activos, usados para escapar de las sanciones, y en especial desde que Rusia está en guerra con Ucrania y muchas de sus cuentas importantes residían en bancos rusos y fueron congeladas.

La red de las cuentas en monederos de criptomonedas del régimen ha sido comprometida con este robo mil millonario, con lo cual no sería nada extraño que sigamos viendo nuevas detenciones, pero que difícilmente restituirán los fondos que en realidad son de los venezolanos. Habrán sido traspasados a infinidad de monederos virtuales del ciberespacio de la banda de ladrones que han asaltado el Tesoro Nacional, actualizando de esta manera novedosa la célebre pichagua de Andueza Palacios.

Pero lo más triste de esta situación y lo que me deja en absoluto asombro es que los venezolanos hayamos perdido con la corrupción del castro-chavismo-madurismo la misma noción magnitud del robo que se nos sigue haciendo desde las alturas del poder.

Algunos ya han mencionado que la cantidad de dólares que originó la persecución a lo interno del régimen es una minucia en comparación a lo que se han llevado en 23 años, y eso es verdad. Pero en este sentido deseo señalar que si Tareck El Aissami está a la cabeza de esta conspiración que se llevó 3.000 millones de dólares, entonces es titular de la misma fortuna aproximada que posee Donald Trump, el billonario expresidente de los Estados Unidos, calculada a finales 2022, en 3.200 millones de dólares, según la Revista Forbes (ver Fortuna neta de Donald Trump a finales 2022, según Forbes, en https://www.forbes.com/profile/donald-trump/?sh=4164da4e47bd).

Si una persona como Donald Trump tiene el poder que tiene en los EEUU con esa fortuna para llegar de nuevo a la presidencia de ese país, ¿qué podríamos decir de alguien que tenga ese mismo dinero en Venezuela? No solo podrá comprar una posición, como la Presidencia de la República, sino sacar del camino selectivamente a quienes se lo deseen impedir.

Este personaje a quien acusan de llevarse una fortuna semejante a la de Donald Trump, y al que desde ya podríamos llamar sin lugar a dudas, “Donald” El Aissami, en el año 2017 era señalado por el Director Ejecutivo del Centro de Seguridad para una Sociedad Libre y Segura, Joseph Humire, como el responsable de Hezbolá en Venezuela,  indicando en ese momento que: “… a través de su labor como ministro de Interior y Justicia de Venezuela entre 2008 y 2012, Aissami convirtió al país sudamericano en un Estado patrocinador de "cobertura y encubrimiento de operativos de Oriente Medio" al establecer un sistema de inmigración que permite a los militantes de Hezbolá viajar con identidades oficiales venezolanas. Como ministro del Interior, el presidente encargó a Aissami el diseño de "un esquema de inmigración con Cuba, con Irán y otros países de Oriente Medio" para poder canalizar drogas, individuos y dinero "de ida y vuelta a Oriente Medio", dijo el experto. Y añadió: "Fue capaz de crear identidades para individuos de Líbano, de Siria, de Irak y de otros lugares de Oriente Medio -en gran medida lugares donde opera Hezbolá- y fue capaz de darles presencia en Venezuela cuando en muchos casos estos individuos ni siquiera visitaron Venezuela." (ver El vicepresidente venezolano "dirige el país", vinculado a Hezbolá y capo de la droga, en https://www.breitbart.com/national-security/2018/04/20/expert-venezuela-hezbollah-linked-drug-kingpin-vice-president-runs-the-country/).

De acuerdo con el analista internacional Carlos Alberto Montaner, El Aissami fue imposición del entonces Presidente de Irán Hassan Rouani en su visita oficial, en una versión según la cual ese país financiaría el desastre de Maduro a cambio de que este personaje estuviera en la línea de sucesión de poder en Venezuela, por supuesto al cuido de los intereses de Irán en nuestro país (ver Maduro huye hacia delante de la mano de Tareck El Aissami, en https://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/carlos-alberto-montaner/article124976799.html).

Entonces no es solo que “Donald” El Aissami haya obtenido el dinero necesario, como lo podrán haber obtenido el resto de los que lamentablemente detentan el poder, sino que además internacionalmente se tenga la sospecha de que es el agente de un país que está prácticamente en guerra con los EEUU, interesado en ponerle las manos a Venezuela. No es un asunto de solo corrupción, sino de geopolítica y de seguridad regional.

El hecho que nadie parece notar, es que a esos niveles ningún actor de peso da un paso de esa envergadura como apropiarse de una fortuna semejante sin un propósito superior y respaldado firmemente. Y no es solo que el régimen esté implosionando y sus cabezas se estén robando entre sí, sino que el juego sea quien tiene las condiciones de quedarse en pie después de una lucha como la que ha comenzado. Alguien como “Donald” El Aissami después de esa fortuna las tiene. Ojalá que los venezolanos tengan eso en cuenta, para su información y fines consiguientes…

Caracas, 21 de Marzo de 2023

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miércoles, 15 de marzo de 2023

Primarias de calle

Por Luis Manuel Aguana

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Hace casi una década, en agosto de 2013, mi estimado profesor y amigo, Agustín Blanco Muñoz, de la Cátedra Pío Tamayo de la UCV, introdujo el concepto “Constituyente de calle”, tratando de significar la necesaria participación popular que debía tener este instrumento, lo más alejado posible de la institucionalidad corrupta del régimen a través de su CNE, trasladando su ejecución a la sociedad civil organizada.

Lamentablemente, a pesar de las múltiples explicaciones que dimos posteriormente, que era el mismo pueblo soberano el que debía decidir sin intermediarios el destino de la Nación a través de un proceso Constituyente Originario, es todavía la hora que los venezolanos hemos quedado estacionados en la manera tradicional, seleccionando el candidato opositor a través de un sistema de primarias, para dirimir el poder en Venezuela en elecciones presidenciales, en contra de una tiranía que ha dicho un sinnúmero de veces que no abandonará el poder bajo ningún concepto, y menos en elecciones.

Y como el poder en Venezuela, desde su creación como Nación, lo define quien controla el Poder Ejecutivo, esto es, el Presidente de la República, cualquier solución alternativa para dirimir la situación política del país, y más sorprendente aún, aquella que invoca directamente a la Soberanía Popular a través de sus representantes legítimos, ha sido rechazada consistentemente por aquellos que se dicen demócratas.

Sin embargo, caracterización “de calle” de hace una década sigue sugiriendo que sea el mismo pueblo el que decida. Y eso es lo que terminará sucediendo en Venezuela, de una forma u otra, como lo veremos a continuación.

El embudo que se le está imponiendo a los venezolanos a través de unas primarias en las condiciones deplorables que presentan los partidos opositores, donde participará solo una pequeña minoría que todavía se siente representada por ellos, despreciados como están por el resto de los venezolanos debido al descalabro que han incurrido que incluye colaboracionismo abierto, traición a los intereses de los venezolanos y corrupción generalizada, generará un candidato “opositor” a semejanza de esa minoría y que dirá “representar” al resto del país que rechaza justificadamente a la llamada Plataforma Unitaria que organizó ese proceso. Eso es un despropósito que debemos rechazar todos aquellos que desde ya no nos sentimos representados por ninguno que participe en ese circo.

Y ustedes dirán, ¿y entonces? ¿Cómo encontraremos al abanderado que participe con el régimen en unas elecciones que con seguridad estarán arregladas a su favor? De nuevo, lo decidirá el pueblo venezolano. ¿Y por qué? Porque si los venezolanos participan en ese proceso de primarias, de allí saldría un candidato opositor que le dará a Nicolás Maduro Moros los argumentos necesarios para encarar a la Comunidad Internacional y afirmar públicamente que esa elección presidencial es legítima porque participó una representación auténtica de la oposición, a pesar de lo intrínsecamente minoritario de ese resultado. De allí que el pueblo decidiría el curso de los acontecimientos con su participación o no en las primarias.

Si, por el contrario, el pueblo venezolano NO participa en esas primarias, en concordancia con lo que efectivamente está sucediendo en Venezuela, en relación con la nula representación que esa oposición oficial ostenta de los venezolanos, el candidato que salga de esas primarias no tendría de hecho el respaldo necesario de la mayoría del pueblo opositor, y le haría un flaco servicio al país si insiste en contender en contra del régimen en una elección presidencial, que al ser efectivamente fraudulentas, no tendría el respaldo necesario para cobrar un eventual triunfo.

Entonces el pueblo si tiene algo que decir en lo que está por suceder en Venezuela, y de allí que desde aquí asome el concepto de “primarias de calle”, que así como en su momento lo esgrimimos para la Constituyente, aplica perfectamente a la situación política que actualmente vive el país.

Hasta ahora no existe en la realidad ninguna persona que en la práctica encarne el sentimiento mayoritario de los venezolanos para desplazar al régimen, incluyendo los candidatos a los que las encuestas atribuyen la mayoría en las primarias. Ese personaje, que todavía no aparece, deberá salir a la palestra pública lo antes posible e irse decantando con el resto de los participantes, en una suerte de “primarias de calle”, que definirán el respaldo mayoritario necesario del pueblo opositor y que se apreciará de manera inmediata. Y al notarse esa situación indiscutible, el resto de los contendores deberán deponer sus aspiraciones a favor de él.

Esa sería la verdadera primaria opositora que decidirá el contendor del régimen, al contar con el apoyo palpable de la población en las calles, y no una primaria de los cascarones vacíos que todavía pretenden representarnos.

Pero la historia no termina allí. El régimen no es mocho y todavía hace falta llegar. Un candidato de las características descritas debe tener la suficiente estatura específica y experiencia comprobada de vida ética, personal, profesional y de Estado, capaz de llamar la atención a la Comunidad Internacional, que ya que ha decidido que Venezuela debe salir de su problema político a través de un proceso electoral presidencial, deberá mostrarse en consecuencia a favor, no solo en palabras sino en hechos de que todos los venezolanos puedan participar sin las limitaciones que imponga el régimen de Nicolás Maduro Moros.

Ese candidato presidencial deberá competir a sabiendas de que el régimen trampeará los resultados, y tendrá la obligación de esbozar un plan de qué hacer cuando la evidencia de un fraude sea un hecho. En otras palabras, el candidato no competiría por los votos de los venezolanos -que de hecho ya los tiene desde antes de la campaña porque nadie quiere el continuismo del régimen- sino porque esos votos se hagan realmente efectivos. Nótese que aquí cambia radicalmente, y desde ahora, el perfil que ese candidato debe tener. Esto es, no puede ser cualquiera. Estamos buscando una persona cuyo perfil se define de acuerdo al objetivo que pretendemos alcanzar, de adelante hacia atrás, si queremos que esa campaña sea exitosa para los venezolanos.

Si los venezolanos logramos encontrar ese personaje, capaz de inspirar hasta el fondo los sentimientos de cambio y recuperación de esta Nación, no habrá fuerza posible que detenga a la mayoría de los venezolanos que deseamos un cambio en la situación del país, con la persona adecuada al frente. De esta manera equilibraríamos esta lucha desigual que ha traído la desgracia al noble pueblo de Venezuela…

Caracas, 15 de Marzo de 2023

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