Por Luis Manuel Aguana
Abro el 2020 con la confesión de una errata:
confieso que me equivoqué al titular, hace casi 2 años, una nota relacionada
con el lanzamiento del Petro de la siguiente manera: El Petro: Criptomoneda Soberana muerta al nacer (ver nota en http://ticsddhh.blogspot.com/2018/01/el-petro-criptomoneda-soberana-muerta.html).
En mi descargo, al explicar porqué algo que realmente no estaba muerto sino de
parranda, como solemos decir en Venezuela, aun sigue vivo, coleando y más
fuerte que nunca, puedo alegar que cada uno de los argumentos descritos en esa
nota para llegar a esa conclusión de la supuesta muerte del Petro como
mecanismo financiero de intercambio internacional eran rigurosamente ciertos.
Pero como dicen los policías cuando igualmente te arrastran a una jaula:
¡tienes razón pero vas preso!
Efectivamente, con los supuestos que el
régimen se dio y nos dio a los venezolanos, al anunciar el nacimiento del Petro
ese experimento no hubiera llegado lejos. El régimen se planteo inicialmente
ese mecanismo para evadir las sanciones impuestas por la Comunidad
Internacional, tratando de imponer un mecanismo internacional de pagos petroleros
que en ese momento era inviable aceptar para cualquier factor económico
internacional. Pero como cualquier virus, el planteamiento del Petro mutó.
Cambió de escenario y objetivos. Se dieron cuenta que era imposible tratar de
comerse a la ballena de un solo mordisco y se lo replantearon.
Y allí radicó mi equivocación, pensar que eso
se quedaría allí. Centré mi análisis en una fotografía, en otras palabras y
como dicen los economistas, “ceteris paribus”, si las variables continuaban
igual, ese invento no hubiera tenido resultados. Mi error fue en no centrar mi
análisis en la película que se estaba comenzando a rodar. Dos años después tenemos
el cáncer dentro del país en plena capacidad operativa. Y para haber logrado eso,
mis queridos amigos, el régimen requirió de tiempo para armarlo bien y
desarrollarlo, y como cualquier cáncer creció. Y la oposición oficial le ha
dado todo el tiempo del mundo para hacerlo y planea todavía darle aún más este
nuevo año con el tiempo electoral. Bien dicen los médicos, “el cáncer es
curable si se diagnostica a tiempo”. Y por supuesto solo es curable si se trata
a tiempo.
El experimento del Petro, ahora nacional, es
más ambicioso de lo que la gente cree. El régimen ha colocado en ese proyecto
tres cosas fundamentales: a) la destrucción del sistema de pagos nacional y del
bolívar como moneda; b) la neutralización de la hiperinflación que está
socavando las bases de su sustentabilidad; y c) la transformación del país en
un gigantesco laboratorio para ensayar algo que no se ha hecho nunca en el
mundo: que una criptomoneda soberana sea la principal moneda de intercambio.
Esto último crearía una distorsión económica de imprevisibles consecuencias,
que comenzaría por hacer oficial a Venezuela como una lavadora gigantesca de
dinero sucio, completamente fuera de los sistemas de control tradicionales de
la banca internacional.
Al ser
inviable el planteamiento original de hacer que la criptomoneda fuera aceptada
internacionalmente, régimen le dio un giro importante a su uso interno: “Tras una gira de preventa que, de acuerdo
con información publicada por medios locales e internacionales, no tuvo el éxito esperado, el Estado venezolano comenzó a anunciar una serie de medidas con las
cuales buscó legitimar y promover el uso del Petro dentro del país: En primera instancia oficializa la moneda digital como medio de pago oficial y equipara los
salarios mínimos con su valor asociado, y luego la exige como divisa
por concepto de servicios dispensados por organismos públicos, tendencia a la
que se han ido sumando algunos locales y negocios popularmente conocidos.”
(ver Análisis sobre el Petro, la criptomoneda
a la que muy pocos han tenido acceso
Desde el punto de vista estrictamente técnico el Petro, a
diferencia del resto de las criptomonedas, no se genera por minería. El régimen
tiene completo control de su generación. Nadie “mina Petros” como lo hacen los
mineros del resto de las criptomonedas. Y por supuesto el régimen –nadie más- tiene
control de quien los gasta y cómo los gasta. Desde su arranque a principios de
2018 cuando utilizaban plataformas con algoritmos basados en cadenas de
blockchain existentes (Ethereum, NEM) el
régimen mutó a la generación de arquitecturas tecnológicas propias: “Se arrancó su uso con la Plataforma Patria
del Estado Venezolano en noviembre de 2018, pero no fue sino recientemente
(julio 2019) que se han conocido los APIs y mecanismos de intercambio que
permiten establecer un ecosistema de servicios transados en petros” (ver El
Petro y la nueva arquitectura monetaria en Venezuela
http://www.portalalba.org/index.php/areas/economia/finanzas/22244-el-petro-y-la-nueva-arquitectura-monetaria-en-venezuela).
Estas APIs (o programas de interfase de aplicaciones) son la clave de todo un
ecosistema de intercambio y transformación de ida y vuelta de los Petros en
otras criptomonedas y posteriormente a dólares americanos.
¿Qué ha hecho el régimen con todo este tiempo consecuencia
de no haber resuelto todavía el “cese de la usurpación”? Atornillarse,
consolidando un instrumento que solo tiene posibilidad desarrollarse con tiempo.
Hacer depender más y más a los venezolanos de un sistema monumental de dadivas
del Estado que no está respaldado por ninguna reserva oficial en el Banco
Central de Venezuela. Pero para arrancar ese ecosistema era necesario crear un
mercado lo suficientemente grande para que funcionara.
Y entonces aparecieron para esa prueba inicial los
aguinaldos y bonos nominados en Petros en monederos creados para todos los
funcionarios públicos, jubilados y pensionados del Seguro Social. Imagínense,
millones de personas capaces de generar una demanda lo suficientemente grande
de bienes y servicios. Surgieron los negocios dentro del país en acuerdo con el
régimen aceptando el Petro, a la vez que el régimen obliga el pago de impuestos,
tasas, y cualquier servicio del Estado en la criptomoneda, incluyendo los
pasaportes.
El siguiente paso natural son las transacciones entre el
Petro y otras criptomonedas. Pero eso no vale de nada si la gente no tiene
Petros. Con la distribución masiva de diciembre de ½ Petro se creó el mercado. Poco
a poco empezarán a moverse los intercambios al régimen autorizar plataformas
internacionales de intercambio internacional para transar con Petros y así
transformar Petros en Bitcoins u otras criptomonedas (ver Venezuela autoriza 6
plataformas de intercambio para transar en Petros
https://noticias.bitcoin.com/regulacion/venezuela-autoriza-6-plataformas-de-intercambio-para-comenzar-a-vender-la-criptomoneda-nacional-el-petro/)
y de allí el paso a moneda internacional es inmediato. Esas plataformas están
fuera de la órbita de las sanciones financieras al régimen.
No sabemos hasta dónde llegará este experimento que comenzó
en Venezuela a comienzos de 2018, y si lograrán desplazar el sistema de pagos
del país. Pero de algo si estoy completamente seguro: el Petro comenzó hace 2 años
como una idea descabellada, con todos los expertos económicos y de tecnología –incluyéndome-
opinando que no resultaría (y de hecho no hubiera avanzado mucho de haberse
concretado la trilogía prometida el 23 de Enero de 2019), y lo cierto es que
ahora vemos que para finales de 2019 los canales de noticias internacionales
reportaban colas de miles de personas esperando ser atendidas en tiendas
autorizadas por el régimen, pagando en equipos biométricos, comida y otros
bienes en Petros. El desarrollo tecnológico de los sistemas ha sido
indetenible. A pesar de la crisis, el régimen no ha escatimado en tecnología
para llevar a cabo este desarrollo que Maduro está viendo como su tabla de
salvación económica.
Si el régimen llega a profundizar en el año 2020 el uso del
Petro, como al parecer se anuncia en un año más de coexistencia entre oposición
oficial y régimen, los venezolanos habremos sido los conejillos de indias de un
nuevo sistema monetario virtual, único en el mundo, que de acuerdo a algunos
expertos tiene la promesa no comprobada de cero inflación, y ausencia de
burbujas especulativas (ver Las criptomonedas la inflación y los sistemas de
deuda
Sin embargo, en un sistema comunista, que por definición
destruye la base productiva del sector privado, creemos que difícilmente se
cumpla esa promesa, aun a sabiendas que prácticamente toda la base laboral del
país depende de una u otra manera del Estado. Sin embargo, los delincuentes
castro-chavistas-maduristas-socialistas que están en el poder exprimirán hasta
el último gramo de droga y de oro del Arco Minero, para sostener este nuevo
sistema, lavando las ganancias producidas, e introduciéndolas en esa gigantesca
y sofisticada lavadora en que se habrá convertido Venezuela, generándose un
espejismo de bienestar económico que incidirá directamente sobre cualquier
resultado electoral que la oposición oficial negocie con Maduro y su narco régimen.
Cada minuto que pasa el régimen en el poder, es un giro más
que aprieta las tuercas de los grillos puestos en los pies de cada venezolano,
convirtiendo al Petro en el grillete del siglo XXI. Mas les vale a la oposición
oficial y el Gobierno Encargado de Juan Guaidó pensar en eso. Cualquier
solución que esté “sobre la mesa” no puede seguir esperando un minuto más y debe
ser aplicada ya…
Caracas, 2 de Enero de 2020
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana
(actualmente suspendida)