jueves, 2 de enero de 2020

El Petro, el grillete del siglo XXI

Por Luis Manuel Aguana

Abro el 2020 con la confesión de una errata: confieso que me equivoqué al titular, hace casi 2 años, una nota relacionada con el lanzamiento del Petro de la siguiente manera: El Petro: Criptomoneda Soberana muerta al nacer (ver nota en http://ticsddhh.blogspot.com/2018/01/el-petro-criptomoneda-soberana-muerta.html). En mi descargo, al explicar porqué algo que realmente no estaba muerto sino de parranda, como solemos decir en Venezuela, aun sigue vivo, coleando y más fuerte que nunca, puedo alegar que cada uno de los argumentos descritos en esa nota para llegar a esa conclusión de la supuesta muerte del Petro como mecanismo financiero de intercambio internacional eran rigurosamente ciertos. Pero como dicen los policías cuando igualmente te arrastran a una jaula: ¡tienes razón pero vas preso!

Efectivamente, con los supuestos que el régimen se dio y nos dio a los venezolanos, al anunciar el nacimiento del Petro ese experimento no hubiera llegado lejos. El régimen se planteo inicialmente ese mecanismo para evadir las sanciones impuestas por la Comunidad Internacional, tratando de imponer un mecanismo internacional de pagos petroleros que en ese momento era inviable aceptar para cualquier factor económico internacional. Pero como cualquier virus, el planteamiento del Petro mutó. Cambió de escenario y objetivos. Se dieron cuenta que era imposible tratar de comerse a la ballena de un solo mordisco y se lo replantearon.

Y allí radicó mi equivocación, pensar que eso se quedaría allí. Centré mi análisis en una fotografía, en otras palabras y como dicen los economistas, “ceteris paribus”, si las variables continuaban igual, ese invento no hubiera tenido resultados. Mi error fue en no centrar mi análisis en la película que se estaba comenzando a rodar. Dos años después tenemos el cáncer dentro del país en plena capacidad operativa. Y para haber logrado eso, mis queridos amigos, el régimen requirió de tiempo para armarlo bien y desarrollarlo, y como cualquier cáncer creció. Y la oposición oficial le ha dado todo el tiempo del mundo para hacerlo y planea todavía darle aún más este nuevo año con el tiempo electoral. Bien dicen los médicos, “el cáncer es curable si se diagnostica a tiempo”. Y por supuesto solo es curable si se trata a tiempo.

El experimento del Petro, ahora nacional, es más ambicioso de lo que la gente cree. El régimen ha colocado en ese proyecto tres cosas fundamentales: a) la destrucción del sistema de pagos nacional y del bolívar como moneda; b) la neutralización de la hiperinflación que está socavando las bases de su sustentabilidad; y c) la transformación del país en un gigantesco laboratorio para ensayar algo que no se ha hecho nunca en el mundo: que una criptomoneda soberana sea la principal moneda de intercambio. Esto último crearía una distorsión económica de imprevisibles consecuencias, que comenzaría por hacer oficial a Venezuela como una lavadora gigantesca de dinero sucio, completamente fuera de los sistemas de control tradicionales de la banca internacional.

Al ser inviable el planteamiento original de hacer que la criptomoneda fuera aceptada internacionalmente, régimen le dio un giro importante a su uso interno: “Tras una gira de preventa que, de acuerdo con información publicada por medios locales e internacionales, no tuvo el éxito esperado, el Estado venezolano comenzó a anunciar una serie de medidas con las cuales buscó legitimar y promover el uso del Petro dentro del país: En primera instancia oficializa la moneda digital como medio de pago oficial y equipara los salarios mínimos con su valor asociado, y luego la exige como divisa por concepto de servicios dispensados por organismos públicos, tendencia a la que se han ido sumando algunos locales y negocios popularmente conocidos.” (ver Análisis sobre el Petro, la criptomoneda a la que muy pocos han tenido acceso

Desde el punto de vista estrictamente técnico el Petro, a diferencia del resto de las criptomonedas, no se genera por minería. El régimen tiene completo control de su generación. Nadie “mina Petros” como lo hacen los mineros del resto de las criptomonedas. Y por supuesto el régimen –nadie más- tiene control de quien los gasta y cómo los gasta. Desde su arranque a principios de 2018 cuando utilizaban plataformas con algoritmos basados en cadenas de blockchain existentes  (Ethereum, NEM) el régimen mutó a la generación de arquitecturas tecnológicas propias: “Se arrancó su uso con la Plataforma Patria del Estado Venezolano en noviembre de 2018, pero no fue sino recientemente (julio 2019) que se han conocido los APIs y mecanismos de intercambio que permiten establecer un ecosistema de servicios transados en petros” (ver El Petro y la nueva arquitectura monetaria en Venezuela
http://www.portalalba.org/index.php/areas/economia/finanzas/22244-el-petro-y-la-nueva-arquitectura-monetaria-en-venezuela). Estas APIs (o programas de interfase de aplicaciones) son la clave de todo un ecosistema de intercambio y transformación de ida y vuelta de los Petros en otras criptomonedas y posteriormente a dólares americanos.

¿Qué ha hecho el régimen con todo este tiempo consecuencia de no haber resuelto todavía el “cese de la usurpación”? Atornillarse, consolidando un instrumento que solo tiene posibilidad desarrollarse con tiempo. Hacer depender más y más a los venezolanos de un sistema monumental de dadivas del Estado que no está respaldado por ninguna reserva oficial en el Banco Central de Venezuela. Pero para arrancar ese ecosistema era necesario crear un mercado lo suficientemente grande para que funcionara.

Y entonces aparecieron para esa prueba inicial los aguinaldos y bonos nominados en Petros en monederos creados para todos los funcionarios públicos, jubilados y pensionados del Seguro Social. Imagínense, millones de personas capaces de generar una demanda lo suficientemente grande de bienes y servicios. Surgieron los negocios dentro del país en acuerdo con el régimen aceptando el Petro, a la vez que el régimen obliga el pago de impuestos, tasas, y cualquier servicio del Estado en la criptomoneda, incluyendo los pasaportes.

El siguiente paso natural son las transacciones entre el Petro y otras criptomonedas. Pero eso no vale de nada si la gente no tiene Petros. Con la distribución masiva de diciembre de ½ Petro se creó el mercado. Poco a poco empezarán a moverse los intercambios al régimen autorizar plataformas internacionales de intercambio internacional para transar con Petros y así transformar Petros en Bitcoins u otras criptomonedas (ver Venezuela autoriza 6 plataformas de intercambio para transar en Petros
https://noticias.bitcoin.com/regulacion/venezuela-autoriza-6-plataformas-de-intercambio-para-comenzar-a-vender-la-criptomoneda-nacional-el-petro/) y de allí el paso a moneda internacional es inmediato. Esas plataformas están fuera de la órbita de las sanciones financieras al régimen.

No sabemos hasta dónde llegará este experimento que comenzó en Venezuela a comienzos de 2018, y si lograrán desplazar el sistema de pagos del país. Pero de algo si estoy completamente seguro: el Petro comenzó hace 2 años como una idea descabellada, con todos los expertos económicos y de tecnología –incluyéndome- opinando que no resultaría (y de hecho no hubiera avanzado mucho de haberse concretado la trilogía prometida el 23 de Enero de 2019), y lo cierto es que ahora vemos que para finales de 2019 los canales de noticias internacionales reportaban colas de miles de personas esperando ser atendidas en tiendas autorizadas por el régimen, pagando en equipos biométricos, comida y otros bienes en Petros. El desarrollo tecnológico de los sistemas ha sido indetenible. A pesar de la crisis, el régimen no ha escatimado en tecnología para llevar a cabo este desarrollo que Maduro está viendo como su tabla de salvación económica.

Si el régimen llega a profundizar en el año 2020 el uso del Petro, como al parecer se anuncia en un año más de coexistencia entre oposición oficial y régimen, los venezolanos habremos sido los conejillos de indias de un nuevo sistema monetario virtual, único en el mundo, que de acuerdo a algunos expertos tiene la promesa no comprobada de cero inflación, y ausencia de burbujas especulativas (ver Las criptomonedas la inflación y los sistemas de deuda

Sin embargo, en un sistema comunista, que por definición destruye la base productiva del sector privado, creemos que difícilmente se cumpla esa promesa, aun a sabiendas que prácticamente toda la base laboral del país depende de una u otra manera del Estado. Sin embargo, los delincuentes castro-chavistas-maduristas-socialistas que están en el poder exprimirán hasta el último gramo de droga y de oro del Arco Minero, para sostener este nuevo sistema, lavando las ganancias producidas, e introduciéndolas en esa gigantesca y sofisticada lavadora en que se habrá convertido Venezuela, generándose un espejismo de bienestar económico que incidirá directamente sobre cualquier resultado electoral que la oposición oficial negocie con Maduro y su narco régimen.

Cada minuto que pasa el régimen en el poder, es un giro más que aprieta las tuercas de los grillos puestos en los pies de cada venezolano, convirtiendo al Petro en el grillete del siglo XXI. Mas les vale a la oposición oficial y el Gobierno Encargado de Juan Guaidó pensar en eso. Cualquier solución que esté “sobre la mesa” no puede seguir esperando un minuto más y debe ser aplicada ya…

Caracas, 2 de Enero de 2020

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana (actualmente suspendida)

martes, 31 de diciembre de 2019

Volver a comenzar

Por Luis Manuel Aguana

No quisiera caer en el lugar común de hacer recuentos de fin de año. Esos de alguna manera ya los hice en mi pasada intervención a principios de mes en la Cátedra Pío Tamayo (ver 2019, ¿un año perdido? en http://ticsddhh.blogspot.com/2019/12/2019-un-ano-perdido.html). Aquellos que deseen ver recuentos les recomiendo especialmente el programa especial de “Agárrate” con Patricia Poleo y Jovel Álvarez (ver Agárrate, Así Transcurrió 2019 en Venezuela, en https://youtu.be/u17DqRHti-s, y siguientes) que es una película bien documentada de lo que hicieron (o deshicieron) los políticos con Venezuela este año que termina hoy.

Creo que lo mejor que puedo hacer es dedicar estas líneas para comentar el futuro previsible que nos dejaron como un hecho los errores cometidos –con y sin intención- por quienes en mala hora todavía conducen la oposición oficial, para de alguna manera intentar responder la misma pregunta que nos hemos hecho durante todos estos años, en especial este último 2019 que resultó especialmente infernal: ¿Qué vamos a hacer? Y como todos tenemos la percepción cierta de haber perdido un año, tenemos que volver a comenzar…

Del año que termina hoy me quedan dos cosas claras, considerando lo que sucedió el 2019: a) el 2020 será un año electoral, quiéralo o no la oposición –especialmente la radical- del país; y b) el curso de los acontecimientos políticos estará signado por lo que ocurra el venidero domingo 5 de enero de 2020, cuando se anuncie quien dirigirá la Asamblea Nacional. Eso decidirá si ocurrirá o no el famoso “cese de la usurpación” que no se ha conseguido hasta hoy.

Lo primero estará condicionado por lo segundo. Si repiten Juan Guaidó y el G4/FA en la Dirección de la Asamblea Nacional, lo que tendremos en el 2020 será la segunda parte corregida y aumentada de la película de terror del 2019. Mientras insistan en la misma política, Guaidó seguirá perdiendo el respaldo de la gente, y salvo que haga algo nuevo muy audaz (que no creo que le nazca si no le salió el 2019), difícilmente recupere lo que empezó a perder aceleradamente el 2019, que no es otra cosa que la confianza de los venezolanos. Seguirán los nombramientos mediocres ajustados a los deseos del clientelismo de los partidos mayoritarios de la Asamblea y continuarán los casos de corrupción, con los recursos que siguen sin ser controlados de ese Ejecutivo interino. Eso les mejorará la cuenta electoral a los delincuentes de Miraflores.

Por otro lado si el régimen se sale con la suya y les arrebatan la legislatura por los votos comprados con maletas verdes a los diputados opositores inescrupulosos (que no sabremos cuantos serán hasta esa fecha), podría eventualmente surgir un cambio en el panorama. Guaidó se tendrá que exiliar o lo pondrán preso al perder su condición presidencial. No creo que el régimen pierda la oportunidad para asestarle ese golpe, pero en todo caso la oposición oficial se vería obligada a reaccionar. Estando fuera del control de la Asamblea Nacional, todo lo logrado hasta este momento por la oposición oficial se habrá perdido, entre los que se cuenta el Acuerdo que rige la Transición.

Nótese aquí que todo eso es completamente transparente a los venezolanos. El régimen narcoterrorista seguirá en el control del país como hasta ahora, y los venezolanos habremos visto pasar –otra vez- la mayor de las oportunidades para recuperar las libertades, al haber contado cuatro años con una Asamblea Nacional de mayoría opositora sin haber hecho absolutamente nada que incidiera en nuestro bienestar como pueblo. Más imperdonable imposible.

Pero yo me preguntaría, ¿de qué nos vale tener el control de una Asamblea Nacional, que quiere hacer exactamente lo mismo que hace el régimen? Esto es, poner y quitar funcionarios “encargados” y administrar unos reales que se terminarán robando a costillas de votos de los venezolanos, y de paso sin tomar las decisiones que puedan determinar la salida de Maduro y sus delincuentes del poder. Eso es lo que se preguntaría la población al momento de plantearse otro evento electoral. De allí la importancia de la credibilidad pública de quienes conducen el barco opositor.

A este punto ustedes me preguntarán: ¿y entonces? ¡Usted lo que quiere es que nos coma el tigre! ¡Cualquiera de las dos salidas terminan mal! Pero una es más mala que la otra y no es precisamente, a mi juicio, la opción opositora. Si el régimen asalta la Asamblea Nacional a punta de corrupción (que de alguna manera ya lo han hecho con el solo regreso a la Cámara de los diputados ilegales del PSUV con la anuencia de Guaidó-G4/FA), a la oposición oficial no le quedaría otro camino formal que reaccionar de manera contundente y trancar la partida en la defensa del único poder legitimo del país, so pena de desaparecer como cuerpo colegiado.

El acto provocaría una crisis institucional que debería terminar con una declaración de cierre de esa Asamblea Nacional tal y como la conocemos, dando paso a una verdadera resistencia opositora, con decisiones inmediatas que le den un vuelco al rumbo del país. Eso es lo que debería pasar, en ese caso, si de verdad piensan en el futuro de los venezolanos y en el fondo desean cambiar las cosas…pero no olviden que tratamos con una oposición que quiere cohabitar, y no sería extraño que volvieran a perder otra oportunidad para accionar todo lo que se les pidió y no hicieron el año 2019.

Volviendo al caso que Guiadó-G4/FA continúen dirigiendo la Asamblea Nacional, seríamos testigos de la negociación por los Rectores del CNE para las elecciones parlamentarias de Diciembre de 2020. De llegarse a un acuerdo por los Rectores del CNE –cosa de no extrañar- a los venezolanos nos quedará el grave problema de decidir si participamos o no en esa nueva farsa, con una oposición entregada sin haber llegado al “cese de la usurpación”.

De no llegarse a ese acuerdo por diferencias entre delincuentes que no se ponen de acuerdo al repartirse un botín, el régimen botará tierrita y no jugará más, nombrando a juro otro CNE desde el TSJ del ex convicto de la Av. Baralt. Allí entonces la oposición oficial o corre o se encarama. Creo que lo más decente sería no participar en ese juego, pero de nuevo, no creo que lo hagan. Participaran con las reglas del régimen para seguir cohabitando. Si pasa eso solo espero estar equivocado y nos sorprendan.
Si los principales partidos de la oposición oficial llegan a un acuerdo electoral con el régimen tendremos a los ojos del mundo unas elecciones parlamentarias “válidas” como las del 2015, y eso mis queridos amigos le pondría una losa de concreto a la fosa que nos cavarán. El mundo nos mirará como gallina que ve sal y dirá “son venezolanos y se entienden” y nos dejará solos. Deseo que antes de que eso ocurra, la caída por inviabilidad de la mezcla del castro comunismo, narcotráfico y terrorismo, con agavillamiento continuado del régimen y su oposición, se los trague a ambos dándole paso a la decencia política y en consecuencia a la libertad de Venezuela.

Y con este ferviente deseo despido el año 2019 agradeciendo a todos mis seguidores la amistad y lealtad al blog de este modesto escribidor durante uno de los años más duros de la historia contemporánea de Venezuela. Dios nos bendiga a todos en el año 2020, lo vamos a necesitar…

Caracas, 31 de Diciembre de 2019

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana (*)

(*) Nota: Intentaron hackear mi cuenta @laguana de Twitter y el sistema la suspendió temporalmente por movimientos “extraños”. Lamento el inconveniente. Estoy tratando de recuperarla. Si no lo logro les informaré por esta vía cual será la nueva cuenta en esa red social. Al parecer a alguien no le gusto ni nota del Día de los Inocentes. Trataré de hacer llegar esta nota de fin de año a través de cuentas amigas y les agradezco, si están de acuerdo con su contenido, reenviarla por sus respectivas cuentas de Twitter a sus contactos. Mi agradecimiento adelantado.