Por Luis Manuel Aguana
Algunos seguidores han resentido mis
críticas a la Asamblea Nacional y sus actuaciones en torno al proceso de
transición seguido por los partidos de la oposición oficial. A todos les he
contestado lo mismo: si hay que hacerle oposición a un gobierno que todavía no
es gobierno, para que los venezolanos podamos salir más rápido de la tiranía,
tendremos que hacerlo porque la oposición verdadera no va en contra de nadie
sino a favor de un pueblo.
Pero es que no se dejan ayudar, y
para muestra un botón: ayer la Fracción 16J propuso la aprobación de un
proyecto de Acuerdo para la autorización de una coalición internacional de paz para
el restablecimiento de los Derechos Humanos que incluía misiones militares
extranjeras en Venezuela de acuerdo a lo establecido en el Artículo 187,
numeral 11 de la Constitución. Esta autorización no ha sido aprobada en dos
ocasiones ahora por la Asamblea Nacional (ver Bloque Parlamentario 16 de Julio
@fraccionAN16J, en https://twitter.com/fraccionAN16J/status/1100860482540453888).
Si la Comunidad Internacional, que
considera a la Asamblea Nacional como la única institución legitima del país,
ve a sus diputados afirmando en los hechos que no están dispuestos a autorizar
la presencia de militares extranjeros para hacer llegar la Ayuda Humanitaria a
los venezolanos, o la presencia de una eventual intervención humanitaria en
base al principio de Responsabilidad de Proteger (R2P), para resguardar a los
venezolanos de los crímenes de Lesa Humanidad que está perpetrando el régimen
de Nicolás Maduro, entonces no hay más que hacer y dejaran que nuestro caso
muera. Maduro seguirá burlándose de nosotros, ganando tiempo para atornillarse
en el poder.
Con esa actitud de la dirigencia
opositora oficial se le está enviando un mensaje muy contradictorio a la
Comunidad Internacional que esta tan desesperada como los venezolanos por
quitarnos –y quitarse ellos mismos- a Maduro y su régimen de encima. ¿Cuál es
la razón de esta conducta? Los partidos de la oposición oficial insisten que
los venezolanos “saldremos solos de esto” y se lo han hecho saber a los países
amigos, desestimando la urgencia de los venezolanos, como si un secuestrado
puede sin ayuda de la policía quitarse a unos secuestradores de encima.
Han agradecido a los países amigos
por el respaldo y las medidas en contra del régimen pero han puesto en claro
que no desean que la ayuda que nos den pase de lo que han hecho hasta ahora,
sin hacer uso de militares extranjeros. De allí que su estrategia vaya dirigida
a que los militares cambien de bando con esa Ley de Amnistía, aunque sea a
cuentagotas hasta que el régimen caiga. Esa espera estaría muy bien si no se
estuvieran muriendo venezolanos todos los días en los hospitales, como los
300.000 de los que hablo Guaidó, sin contar con los que mueren de hambre y se
suicidan a diario que no están contabilizados.
Tal vez sería duro decir que quienes
deciden esa política infame no tienen familiares esperando por insulina,
nutrición para niños recién nacidos, tratamiento para el cáncer o materiales quirúrgicos
para una operación de corazón. Pareciera que allí no existe el sentido
de urgencia de esa ayuda porque en Venezuela todos sabemos que lo
único que se interpone para salvarles la vida a esos venezolanos es el régimen.
Pero hay algo que me inquieta aun
más. Me preocupa que la oposición oficial que maneja la transición tenga una
razón más de fondo para impedir que se autorice la presencia de misiones
militares extranjeras en el país para esa Ayuda Humanitaria. Estados Unidos ha
dicho en reiteradas oportunidades a través de uno sus voceros más calificados,
el Vicepresidente Mike Pence, que no descartan el uso de cualquier opción,
incluida la militar, para remover al usurpador y su régimen.
El gobierno de Trump está decidido a
llevar la salida de Maduro hasta las últimas consecuencias. Eso nos da
muchísima esperanza a los venezolanos. Pero cuando los políticos le cierran la
puerta en la cara a esa última opción, no autorizando las misiones militares
extranjeras en Venezuela, le están diciendo a la Comunidad Internacional, y en
especial a los Estados Unidos, que no están autorizados a entrar, diciendo que
no a esa última posibilidad. ¿Por qué están haciendo eso? Con esa decisión
están jugando al fracaso de la política de Donald Trump para Venezuela y el
combate al socialismo-comunismo en Latinoamérica. Y eso si es muy grave para
nosotros y no se puede dejar pasar.
El único Presidente norteamericano
que se ha ocupado directamente del problema de Venezuela ha sido Donald Trump,
duélale a quien le duela. El único Presidente norteamericano que ha hecho un
acto en su propio país para resaltar que acabara con el socialismo-comunismo en
Latinoamérica comenzando por Venezuela ha sido Donald Trump. El único Presidente norteamericano que ha
reconocido públicamente el sufrimiento de las madres venezolanas cuyos hijos
han sido asesinados por el régimen de Nicolás Maduro ha sido Donald Trump, al
llamar a la madre de Oscar Pérez y darle un reconocimiento personal, público y mundial
al valor de su hijo, cosa que no ha hecho por cierto ningún político de la
oposición oficial.
Me preocupa que el Encargado de
Negocios de Juan Guaidó, Carlos Vecchio, esté más interesado en cultivar las
relaciones políticas con los opositores de Trump en los Estados Unidos, quienes
trabajan incansablemente para descabezar al único mandatario norteamericano que
ha hecho algo por ayudarnos, que en resolver allá que el gobierno republicano
tome la decisión definitiva de intervenir para sacar a estos malandros (ver https://twitter.com/carlosvecchio/status/1095804712677449728).
Me preocupa que la oposición oficial este sacándole la alfombra a Donald Trump en
Venezuela, haciéndole el juego a los demócratas norteamericanos, para evitar que
el Presidente Trump se anote un triunfo en su política exterior con Venezuela
afianzándose en su país. Eso me preocupa.
Eso le daría algún sentido a la
aberración de dejar que los venezolanos se mueran en los hospitales para evitar
que los Estados Unidos resuelva con una intervención militar el problema de una
vez, y respondería a la pregunta de por qué se niegan insistentemente a no
autorizar la presencia de militares extranjeros en Venezuela. Si no es así, que
procedan a autorizar misiones militares extranjeras en Venezuela de acuerdo al
187.11 Constitucional y dejen que desde afuera los países amigos decidan si se
entran o no a ayudarnos en base al R2P, habida cuenta de los crímenes de Lesa
Humanidad que se están cometiendo en el país sin que los venezolanos tengamos ninguna
defensa en contra de eso.
Si Trump sale de la Presidencia de
los Estados Unidos por cualquier razón de política interna de ese país, muy
difícilmente tendremos de nuevo la ayuda norteamericana para salir de este
problema, porque para Venezuela la Comunidad Internacional se resume en un solo
país: los Estados Unidos de América -aunque muchos discrepen de eso- cerrándose
así una ventana única que difícilmente se volverá a abrir.
Así pues, sería bueno que los
partidos socialistas representados en el G4 (la mayoría de ellos inscritos en
la Internacional Socialista) y que están controlando las decisiones del
Presidente Encargado Juan Guaidó, entiendan de una vez que ante el fracaso del famoso
quiebre interno generalizado de las Fuerzas Armadas venezolanas, que ellos
esperaban que ocurriera con la Ley de Amnistía y el ingreso al país de la Ayuda
Humanitaria con gente desarmada y sin custodia internacional, las opciones
internas se acabaron. No se puede esperar ni un minuto más porque hay vidas en
riesgo.
Entiendan que para que exista el
“cese de la usurpación” para detener la muerte inminente de 300.000
compatriotas, es indispensable que se proceda a autorizar de manera inmediata
la Ayuda Humanitaria con el apoyo de una misión militar multinacional de paz
con fines humanitarios, por aplicación del Principio de Responsabilidad de
Proteger (R2P) de las Naciones Unidas, que tiene la Comunidad Internacional con
el pueblo de Venezuela.
Me resisto a pensar que por motivos
ideológicos estos factores deseen el fracaso de Donald Trump y su política de
cero socialismo-comunismo en Latinoamérica, como lo anunció en su discurso en
Miami. Eso no solo sería criminal en contra de los venezolanos y la obra
retorcida de un chavismo-socialismo encubierto y colaboracionista dentro de la
oposición oficial, sino que se estaría dinamitando desde adentro nuestros
esfuerzos de acabar con esta tragedia inmediatamente, constituyéndose en cómplices
de un delito de Lesa Humanidad, ignorando el sentido de urgencia de todo un
pueblo. De ser así todos los venezolanos, a diferencia de ellos, si tendríamos un
sentido de urgencia, pero de salir de esa oposición tanto como de Nicolás
Maduro al mismo tiempo…
Caracas,
28 de Febrero de 2019
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana