Por Luis Manuel Aguana
Recuerdo con cariño las discusiones que tenía con mi hija periodista. A
pesar de su juventud era de un criterio muy bien formado producto de una
excelente formación universitaria y del manejo constante que tenía con sus
estudiantes de la universidad –era profesora de medios digitales,
especialización que tenía a pesar de su corta edad- lo que la hacía un reto
permanente para la capacidad argumentativa de su viejo padre.
Una discusión que sosteníamos con frecuencia era el tema de la
objetividad del periodista y si de verdad era posible que alguien –no solo un
periodista, cualquier persona- pudiera ser verdaderamente objetivo ante temas controversiales
y presentar los casos al público sin un sesgo interesado. No estoy hablando que
fuese adrede, sino de manera inconsciente. Ella indicaba que eso no era
posible, que un buen periodista presentaba los hechos al público y hacía lo
necesario para que este llegara a sus propias conclusiones. Yo insistía que esa
pureza no podía existir en ningún ser humano y que siempre saldría a relucir lo
que de verdad pensaba, su real interés, por más objetividad que pretendiera
aplicar, tomando partido aún sin querer hacerlo, de manera inconsciente. Y mi
argumento era que todos los seres humanos somos el producto de nuestra propia
historia y era imposible esa objetividad al 100% en nadie. Dios se la llevó dejando
la discusión abierta.
Cuando leí la invitación de Mingo en su cuenta de Twitter a la
entrevista de la Dra. Blanca Rosa Mármol con el titular “¿Es "Naif" dirigir otra carta a la OEA clamando su ayuda
para lograr una "Solución Humanitaria de Carácter Electoral"?” me
sonreí recordando la vieja discusión con mi hija María Cecilia (ver tuit en https://twitter.com/laguana/status/1277405690252886017).
Y tal como Mingo lo explicó en la entrevista (ver Solución Humanitaria de
carácter Electoral: entrevista a la Dra. Blanca Rosa Mármol de León, en https://youtu.be/ZpmgC8u1uqM)
salté y le contesté, en lugar de invitar a la gente a su programa, como si
estuviera en plena discusión con mi hija, porque eso es lo que le hubiera dicho
a ella, argumentando: ¡Ajá! ¿Ves? ¡Es a eso a lo que me refiero! Mis sinceras
disculpas a Mingo por un salto del que él no podía tener idea…
Le hubiera dicho a mi hija: ya el periodista etiquetó la propuesta
antes de oír la explicación de la invitada, que aunque lo haga como pregunta, el
titular predispuso al oyente: ¡La propuesta es ingenua! ¡El score comienza 1 a
0 a favor de negarla antes de comenzar el partido! Y no es que diga que Mingo hizo
algo indebido a propósito, ¡no!. Al contrario, considero que es uno de los
mejores periodistas de Venezuela. Lo que digo es que, volviendo a mi punto de
la vieja discusión con mi hija periodista, hay algo que está sesgando cualquier
debate en Venezuela en relación con la solución que hay que lograr para esta
crisis. Y es que llegamos a un punto donde todos decidimos desde muy adentro la
solución que hay que aplicar, sin ver para ningún otro lado. Pareciera que
todos nos polarizamos a favor o en contra de la intervención militar, y cualquier
cosa que diga “electoral” ni lo miramos porque es colaboracionista. Y me estoy
temiendo que si ya un periodista equilibrado de la talla de Mingo ya tomó un bando
a favor de una solución, las cosas estarán muy difíciles para explicar este
tema.
La Dra. Mármol hizo una extraordinaria exposición en la entrevista, y
Mingo hizo el papel que mi hija me indicó que hacen los buenos periodistas.
Hizo las preguntas necesarias para que la gente llegara a su propia conclusión,
y eso me encantó porque desde mi perspectiva Mingo le dio la razón… ¡Pero yo
todavía tengo mi punto! Debe estar riéndose de mí…
Ahora bien, hay dos cosas que quisiera añadir –si es que todavía hay
algo que añadir a esa explicación tan completa de la Dra. Mármol- y la primera es la que tituló Mingo: ¿Es “Naif”
(o ingenua, “naive” en inglés) la propuesta que realizamos? Algunos tal vez
digan que la pregunta finalmente no quedó completamente contestada a
satisfacción de quienes quieren una solución inmediata, esto es, a los
partidarios de una intervención militar. Y desde la óptica de la respuesta de
la Dra. Mármol, indicando que este paso debe darse antes, para definitivamente
dejar fuera de toda discusión cualquier solución pacífica y constitucional, y
proceder a las armas, debo indicar que creo que esa es parte de la respuesta.
Si la OEA nos hace trompetillas, haciendo caso omiso, y ni siquiera
discute el tema, significa como lo indicó la Dra. Mármol, que los Cancilleres
–y en consecuencia sus gobiernos- no estarían ni siquiera dispuestos a darnos
esa ayuda electoral de mediación, lo que nos pone a los venezolanos a resolver
por nosotros mismos este problema por las malas. Y eso es muy peligroso para la
región –y para ellos-, aumentando significativamente el riesgo que ya de por si
representa Venezuela. Eso lo deberían comprender los diplomáticos y sus
gobiernos.
A partir de ese momento los países de la OEA habrían dado indirectamente
la luz verde para que nosotros intentemos lo que sea, desde la solución de los
contras nicaragüenses hasta una rebelión interna, con el consiguiente
agravamiento de la vida de los venezolanos. La propuesta en ese sentido, no es
de ninguna manera “ingenua”, tiene más bien un fundamento político y
diplomático muy profundo porque daría fin a la discusión subjetiva, fijando
donde terminan las propuestas pacíficas y constitucionales. Este sería el punto
final. Porque como indico la Dra. Mármol, el continente no tendría manera de
excusarse para servirnos de árbitros de una propuesta como esa. Y si lo hace
entonces damos por terminada cualquier discusión pacífica para Venezuela porque
esa sería la comprobación final de esa gestión. Y no se equivoquen, se requiere
esa formalidad antes de llegar a las armas.
La segunda es que insistir en una intervención militar sin que alguien
trabaje por eso con los países que pueden hacerla posible, hace muy cuesta
arriba esa solución. Hasta donde conocemos nadie fuera del Gobierno Interino
estaría en la capacidad para trabajar en eso, y hemos visto que los factores
políticos de la oposición oficial, con Guaidó a la cabeza, se han negado
consistentemente a gestionar una ayuda militar para resolver el problema en
Venezuela. En el caso de que la OEA nos niegue esa cooperación para arbitrar el
problema de Venezuela, ¿cómo haríamos los ciudadanos de a pié para hacer
cambiar la posición de los países signatarios del TIAR, si nuestro liderazgo
opositor se niega a concretar esa ayuda? No es una pregunta retórica para
resolver aquí, pero les dejo esto: nadie que no esté investido de la
legitimidad reconocida de Guaidó se le considerará beligerante para resolver eso
en ningún país del mundo. Y a partir de diciembre, por la vía que llevan las
cosas, honestamente no creo que exista Guaidó políticamente…Y eso es gravísimo.
Esto nos deja en una situación que predice un país con un futuro de
anarquía y violencia, desatada por quienes desesperadamente tratarán de
enfrentar al régimen, en un caos de violencia interminable. No califico eso,
simplemente sería nuestro futuro previsible al no haber ayuda militar de fuera,
ni suficiente fuerza interna para desplazar a quienes nos desgobiernan. No es
suficiente con decir que hace falta una intervención militar si no se contesta
como se podría llevar a cabo esa intervención sin el apoyo de quienes reconocen
el Gobierno Interino. Si tienen esa respuesta, por favor no esperen más y procedan
de una vez, no necesitan tomarnos en cuenta. Y yo sería el primero en reconocer
que tenían la razón. ¡Qué más quisiera que eso ocurriera mañana y todo se terminara!
Pero lo lamentable es que los que claman por esa intervención militar usen
como excusa una propuesta pacífica de un alcance como el descrito para distorsionarla,
culpabilizándola desde ya de la posible paralización de esa intervención, que
de por si no se ha movido desde mucho antes, porque los países amigos no desean
hacerla, y así se lo han hecho saber al Gobierno Interino. Creo que si no
existiera la propuesta llevada a la OEA, igual habría que inventarla porque hasta
este momento no se perciben para la situación de Venezuela estadios intermedios
antes de llegar a un enfrentamiento final armado, como ocurre en toda situación
de conflicto. Ojala que eso no sea tampoco lo suficientemente ingenuo de mi
parte…
Caracas, 30 de Junio de 2020
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana