Por Luis Manuel Aguana
Tal vez
todos los venezolanos hayamos albergado en lo más íntimo la esperanza de un
veredicto favorable a Leopoldo López. Quizá por aquello del análisis según el
cual al régimen “no le convenía” tener a ese preso mas tiempo. Sin embargo fue
una vana ilusión. El régimen actuó de nuevo en forma predecible.
Pero hagan
un poco de memoria. ¿Quién iba a ser el culpable de los crímenes de Puente
Llaguno el 11 de Abril de 2002? Todos los venezolanos vimos por televisión en vivo
y en directo los disparos que hacían las bandas armadas del régimen hacia una
multitud indefensa. ¿Y quienes terminaron resultando los culpables? Los jefes
de la policía que precisamente la protegían, los Comisarios Vivas y Simonovis, así
como el resto de los policías metropolitanos que los acompañaron. El régimen ya
tenía sus culpables del lado opositor para una masacre provocada por su gente.
Jamás habría posibilidad alguna de un juicio justo para ellos porque ya habían
sido condenados.
Lo
mismo sucedió con Leopoldo López. ¿Quién iba a ser el culpable de las muertes
provocadas por el régimen durante las protestas que siguieron al Día de la
Juventud de 2014? Los 43 muertos no
tienen a otro responsable que el mismo régimen porque todos lo vimos igual que
el 2002. Pero el régimen encontró al culpable perfecto, el discurso “incendiario”
de Leopoldo que hizo que la gente saliera a la calle a protestar, y al ser
masacrados de la misma manera que el 2002 por gente del gobierno, uniformada o
no, esto lo convirtió en el “culpable” de esa tragedia.
“No
tiene la culpa la estaca si el sapo salta y se mata” dice el refrán popular aplicado
por el régimen. De acuerdo a esta lógica perversa los regímenes autoritarios “no
son culpables” que las poblaciones protesten por sus desmanes y arbitrariedades
sino quienes las iniciaron, y el régimen y sus seguidores, en consecuencia,
tendrán licencia para matar a los ciudadanos durante las manifestaciones que
realicen, sin ninguna responsabilidad.
Con
esta “lógica” asesina se ha movido el régimen chavista-madurista en los juicios
que han iniciado a todos los presos políticos. Entonces Leopoldo ya era
culpable antes del juicio, por lo que era inútil esperar otra sentencia que la
injusticia que presenciamos los venezolanos el jueves 10 de septiembre de 2015.
Entonces
no hay nada nuevo bajo el sol y eso era lo esperable, como la sentencia del
régimen. Y esto no es más nada que el mundo al revés. Me da la impresión que
todos estamos al revés. La población en su conjunto no acaba de asimilar las
implicaciones de lo que nos está sucediendo. Hablan de la boca para afuera de
que estamos en una dictadura y todo el país se detiene a esperar una sentencia
a Leopoldo distinta a la que dio la dictadura. Venezuela entera expresa que hay
una dictadura, y se terminan cifrando las esperanzas de salir de ella el 6 de
Diciembre. ¿No les parece esto una vaina de locos? ¿O seré yo el loco?
Venezuela
no tiene un comportamiento acorde con lo que está pasando. Es verdad que lo ha
tenido por períodos, como en el 2014. Pero ha venido en oleadas, de acuerdo a
los distintos momentos que se han vivido en el país, y muy en especial de la
mano de los estudiantes. Muchos dicen que por menos de lo que sucede ahora en
el país, con las vejaciones en las colas, la hiperinflación y el
desabastecimiento vino el Caracazo de 1989, que por cierto capitalizó muy bien
Hugo Chávez, el golpista en 1992.
Entonces
cabe bien hacerle a la oposición oficial la siguiente pregunta: ¿consideran
ellos que estamos o no estamos en una dictadura? Pareciera que no hay claridad
sobre el particular cuando indican que es una dictadura pero podrán salir de
ella el 6D. No puedes decir que hay una dictadura y por el otro decir que
saldrás de ella con unas elecciones. Eso es una contradicción.
El día
anterior a su arresto escribía que si Leopoldo se entregaba a esta dictadura, (ver
Entrega o Resistencia http://ticsddhh.blogspot.com/2014/02/entrega-o-resistencia.html)
él y su familia no debían esperar menos
que los vejámenes a los que el régimen sometió a Simonovis y a los suyos desde el año 2002,
siendo preferible asumir una actuación en resistencia. Lamento haber tenido la razón.
Entonces,
hasta que no tengamos -líderes y ciudadanos- el comportamiento de un país en
dictadura (ya las hemos vivido con lo cual deberíamos saberlo: ver Rebelión
Civil en http://ticsddhh.blogspot.com/2013/11/rebelion-civil.html)
y seamos consecuentes con las acciones que se desprenden de tal condición, será
imposible coordinar las tareas tendientes
a resolver el problema. Siempre habrá grupos que actúen solos de acuerdo con
esa caracterización y otros que no los seguirán porque les dirán “radicales”,
desperdiciando una energía vital que todos necesitamos en el conjunto, en un inútil
ir y venir de protesta dividida.
En este
sentido, todos estamos condenados a esperar el 6D a ver qué pasa, porque existe
el convencimiento generalizado que proviene de la oposición oficial mantenida
por la dictadura, de que “esta vez sí” saldremos de esto. Pero como en otras
oportunidades, no saldremos. Y no saldremos no solo porque no creo que los
dictadores vayan a elecciones que no van a ganar, sino porque toda la sociedad
en su conjunto tiene la profunda esperanza de un veredicto favorable a la
democracia, pero proveniente de las urnas electorales podridas de un régimen
tramposo; de la misma manera como tenía la íntima esperanza del veredicto
favorable a Leopoldo proveniente de un sistema judicial profundamente
corrompido a favor de una dictadura real.
Espero
que el 7D, cuando todos estemos en la profunda depresión colectiva producto de
un nuevo zarpazo del régimen, y preguntándonos en donde estarán aquellos que
prometieron que iban a cambiar las cosas, reflexionemos en cómo se debe actuar seriamente
en una dictadura. Y cuando lo hagamos, y todos actuemos verdaderamente en
consecuencia a ese hecho, el régimen en su lógica perversa nos sentenciará a
todos como culpables, como lo acaba de hacer con Leopoldo López, por gritar ¡abajo
la tiranía! y convocando al pueblo a las calles. Pero si ese momento llega, y
toda Venezuela sea sentenciada ¡culpable!, ese solo hecho le quitará las
esposas a Leopoldo y al resto de los presos políticos, como él mismo
premonitoriamente lo dijo, de las manos de un pueblo libre.
Caracas,
12 de Septiembre de 2015
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana