Por Luis Manuel Aguana
Con mucho respeto disiento de Laureano Márquez. La
idea no es aquí caerle encima como el mismo indicó en su artículo (ver Diálogo en
http://www.noticierodigital.com/2014/04/dialogo-3/).
Eso sería injusto y exactamente el mismo
comportamiento de los personajes de ese encuentro que vimos los venezolanos en
cadena nacional. Todo lo contrario. Creo que ha vivido una experiencia
traumática producto precisamente de esto que estamos tratando de quitarnos de
encima, y que debemos lamentar, no solo por Laureano sino por todos los
venezolanos que queremos algo mejor para nuestros hijos....
Ya ha sido largamente estudiado eso que se bautizó con
el nombre de Síndrome de Estocolmo. Un estado según el cual los secuestrados
ven con simpatía al secuestrador hasta el punto de creer que les hacen un favor
dejándolos con vida, creando un vínculo afectivo con él (ver Síndrome de
Estocolmo en http://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%ADndrome_de_Estocolmo).
Eso es lo que están viviendo los venezolanos quienes todavía piensan de buena
fe que dialogar con delincuentes puede conducir a algo. Las naciones
civilizadas del mundo concluyeron desde hace muchos años que no se puede
negociar con terroristas. Siempre sale más costoso.
Gracias a Dios que en el caso personal de Laureano y
en el de muchos otros en su situación, eso de “dialogar” con los delincuentes dio
resultados. Pero me atrevería a asegurar que en la mayoría de los casos las
personas no corren con la misma suerte. Personalmente conozco uno de un
muchacho amigo, que luego de "dialogar" con unos motorizados armados
quienes le pidieron las llaves del carro a las puertas de su casa, al arrancar
los delincuentes con el vehículo, el motorizado que iba detrás saco una
ametralladora y con una ráfaga lo dejo tendido frente a la mirada enloquecida
de su madre. Esa "negociación" no resulto bien. Dejo una esposa y dos
hijos muy pequeños y de los cuales él era el único sostén.
Esa y muchas experiencias no exitosas indican que la
máxima sigue siendo que con terroristas no se puede negociar. La experiencia
internacional es inmensa en ese tema. Y el problema no es que se puedan salvar uno
o dos personas cuando se sigue una conducta que favorezca la negociación con
delincuentes, sino que el saldo al final siempre es una generación de muertos.
Y eso es lo que tenemos. Un Estado terrorista que
tiene secuestrada a Venezuela y para mantener su crimen finge
"dialogar" para bajar la presión del mundo que, escandalizado, mira
que ese secuestro no cesa.
Hagamos de cuenta que Venezuela es la casa donde
vivimos y un día dejamos entrar pacíficamente a unos individuos porque
pensábamos que iban a ayudarnos a arreglar nuestra casa. Al pasar el tiempo los
individuos se adueñaron de la casa y lo relegaron a usted y a su familia a un
solo cuarto e instauraron reglas draconianas para comer, usar el baño y
circular por la casa. Cuando entraron a la casa los niños de la familia estaban
pequeños y no entendieron lo que pasaba.
Al correr del tiempo, usted adulto aterrorizado
porque los individuos están armados, no hizo nada para que esa situación
cesara, echando de la casa a estos individuos como correspondía. Incluso hasta
piensa que le están haciendo un favor dejándole vivir en su propia casa
(Síndrome de Estocolmo). Pero los muchachos que habían crecido en el ínterin
empezaron a entender que esa no era una situación normal y que en las casas de
los vecinos las cosas no eran así. Pues empezaron a desobedecer las reglas
impuestas, como generalmente hacen los muchachos cuando no ven que las cosas
son justas. Y así empezó la vida de cuadritos para los secuestradores.
Entonces los secuestradores comenzaron a pegarles a
los muchachos y a maltratarlos, incluso hasta matarlos. Y como los maltratos
eran tan atroces entonces el vecindario escandalizado toca la puerta y por
supuesto quien contesta es el secuestrador NO USTED, que es el dueño de la
casa.
Los secuestradores les dicen a los vecinos que él
quiere la Paz en la casa-que no es de ellos-, y le exige a usted que se siente
a hablar con él para ver cómo hacer para ponerle coto a los desmanes de los
muchachos. Usted se escandaliza porque en primer lugar ¡¡¡LOS TIPOS SON LOS SECUESTRADORES!!! Que
allí hay una situación de rehenes, y que los muchachos TIENEN RAZON de querer
sacar a los secuestradores de la casa en primer lugar.
Y los secuestradores necesitan de usted, el pueblo
de Venezuela, para hacer que se tranquilicen los muchachos. Pero como usted
bien sabe es imposible sentarse con ellos porque la UNICA conversación valida
es que SALGAN DE LA CASA INMEDIATAMENTE. Y que ahora no solo serán los
muchachos quienes protestarán para que se salgan sino el resto de la familia,
porque ya les perdieron el miedo. Miren lo que lograron los muchachos…
En el medio de ese brete, los secuestradores
hábilmente llaman a una banda amiga con la que han hecho negocios durante su
estadía en la casa y les piden que les ayuden a aplacar a los muchachos,
haciéndose pasar por los de la familia que han secuestrado para engañar al
vecindario y “negociar” la paz con ellos. Esta banda había hecho negocios antes
con el vecindario pero no se había nunca atrevido a meterse en su casa. Algunos
de la propia familia extrañamente apoyan eso pero los muchachos, que no son
ningunos pendejos, se dan cuenta de la jugada y exigen ahora que TODOS salgan
de la casa.
Amigo lector, a estas alturas imagino que usted ya
habrá identificado a los personajes. ¿Qué haría usted si esta fuera SU casa
(que en realidad lo es)? ¿Se sentaría con los secuestradores a “negociar” para
que se tranquilicen los muchachos y ellos se sigan quedando con una casa que NO
ES DE ELLOS? ¿O seguiría en la protesta con sus hijos indefinidamente hasta que
llegue LA POLICIA ANTISECUESTROS? Cualquier semejanza con la realidad es pura
coincidencia…
Caracas, 13
de Abril de 2014
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana