Por Luis Manuel Aguana
Me
falta la moringa que me atribuía jocosamente Rosa María como secreto bien
guardado para poder escribir esta nota. Tanto que decir de ella y me he quedado
en blanco y mudo al saber que ya no estará entre nosotros. Se debe estar
sonriendo al leer esto desde donde está. ¿Y cómo hacerlo? ¿Cómo poder
expresarme de alguien tan completo que se acerque en algo a lo que ella fue, y
lo que pierde Venezuela con su ausencia? No solo por su don de gentes y
humanidad, su venezolanidad, su profundo conocimiento de la psicología del país
en su conjunto, su extraordinaria comprensión de los más humildes…Perdimos
todos con su ausencia.
Pero no
quiero dejar que Rosa María Zulueta se vaya de este mundo sin que los
venezolanos la conozcan, y hasta donde yo pueda llegar modestamente desde este rincón
de la red, que sepan que existió una persona como ella y lo que quería para Venezuela.
Y también para que igualmente sepan que aunque sea muy difícil encontrar otra semejante,
en nuestro país si existen y están allí muchas mujeres extraordinarias como Rosa
María, y que eso nos da esperanzas para seguir luchando como lo hacemos para
soñar con un país mejor, como ella lo hizo con nosotros.
Me
siento como en una guerra, donde dejamos en cualquier momento a compañeros de
lucha en el medio del campo de esta batalla interminable que tenemos contra la
ignorancia, la indolencia, la falta de creatividad, la falta de fe y esperanza,
y todo por lo que Rosa María luchó hasta su último día. Hacemos un alto,
recogemos a nuestros caídos, los lloramos, secamos nuestras lágrimas y
continuamos con el corazón encogido por ellos, asumiendo nuestra causa con
mayor ahínco y determinación. Así lo hubiera hecho ella por nosotros.
Quisiera
centrarme en los aspectos fundamentales de las preocupaciones que la Dra. Rosa
María Zulueta, Educadora y Psicóloga, experta
en Dificultades de Aprendizaje, Estimulación de Trastornos del Desarrollo y
Desarrollo Humano, quiso
enfatizarnos en sus últimos años con nosotros, y que nos deja como una enseñanza
que asumo como su mejor legado en lo humano e intelectual, y que espero que lo
sea igualmente para todos ustedes.
Me
atrevería a decir que la principal preocupación intelectual y personal de Rosa María
Zulueta fue la educación, en especial la de los niños y adolescentes. Si
alguien tenía una claridad meridiana de la importancia de la educación desde el
comienzo de la vida de un ser humano era ella, y el impacto de eso en todo lo
que nos está pasando en Venezuela. Dedicó muchos años de su vida al estudio de
ese tema, no solo por el hecho de haber desempeñado posiciones de importancia como
la Presidencia del INAM (Instituto Nacional del Menor) en el segundo gobierno
del Presidente Carlos Andrés Pérez, sino por haber escrito toda una obra dedicada
a ese tema para la enseñanza de maestros y padres de familia.
En los
últimos años Rosa María intentó con sus propios recursos hacer pública su obra
que brevemente ella misma describe en un programa para la televisión
ecuatoriana en el 2012 (ver Cara a Cara con Rosalía desde Venezuela en https://youtu.be/azao6lgXci4). Así son
las cosas con los mejores venezolanos, los reconocen desde afuera. En algún momento
cuando la sindéresis regrese a Venezuela tendremos que buscar la obra de Rosa
María Zulueta y aplicarla para educar a quienes tienen la altísima y última responsabilidad
de crear ciudadanía desde la cuna misma del desarrollo de la personalidad del
venezolano. Cuantas veces Venezuela ha desestimado la obra de sus propios hijos
y tal vez ella sea un claro ejemplo de esa conducta desviada, tal vez producto de
lo que la misma Rosa María estudió y sistematizó.
Horas
de discusión fructífera con una venezolana de la talla intelectual de Rosa María
me pone en contacto de primera mano con la inmensidad de lo que Venezuela acaba
de perder con su desaparición física. Y lo peor de eso es que la mayoría no lo
sabe por la gravísima distorsión de valores que padece nuestro país.
Una
preocupación importante que nos transmitió esta venezolana de excepción fue la
afectación a la que ha sido sometida la población a causa de una “revolución”
que, de acuerdo a su diagnostico, enfermó a Venezuela. Rosa María decía que el
régimen nos había aplicado deliberadamente una estrategia conformada –en sus
propias palabras- de “discursos
violentos, intolerancia, chantajes y manipulaciones, engaños y rebotes de
culpa, violaciones de derechos humanos, discriminación política, ineficiencia,
corrupción y pobreza”.
Esa
estrategia de dominación nos había producido “quiebres de lógica, desesperanza, inermidad, incertidumbre,
frustración, resentimiento, rabia tóxica, paranoia y reactividad”. Y como
una consecuencia de todo eso, los venezolanos enfermos sentíamos los efectos más
perversos: “evasión, postergación,
habituación, resignación y paralización”. Y que eso hacía que nosotros
mismos nos saboteáramos con estas tres armas de destrucción: “El miedo, la resistencia psicológica al
cambio y la desconfianza”.
De allí
que nos dijéramos masivamente que “no podíamos”, que “el régimen siempre nos
ganaría”, que “esto no tiene salidas”, que “me voy del país”. La Dra. Zulueta
llamaba a esos pensamientos asociados al miedo “falsas creencias o creencias limitantes” que nos impedían movernos
psicológicamente a la libertad, a la independencia y a la democracia. De esa
forma nos dio una visión muy aleccionadora del grave problema que padecemos que
no tiene otra manera de combatirse sino con actitudes proactivas. Qué hermoso
es utilizar lo que sabes, lo que has aprendido a favor del bienestar de tu
país. Eso era ella en esencia…
Siempre
sus mensajes apuntaban a lo positivo, a lo importante de cada ser humano. “Cada
ser humano es valioso”, “Es la hora de comenzar a escribir las nuevas páginas
de nuestra historia republicana”, “Es la hora de mentes y corazones”, eran
frases que le salían con la naturalidad de aquellos que verdaderamente sienten
lo que dicen.
No
puedo dejar de mencionar una dimensión extraordinaria de la vida de Rosa María Zulueta
que fue el espacio que le dedicó a la importancia de la mujer venezolana, y a
sus luchas por un mejor país. Pero mejor voy a dejar que ella misma lo cuente
en dos tiempos de su vida.
El
primero de ellos cuando en 1987 tuviera su “debut político”, como ella misma lo
calificara, al intervenir con una extraordinaria ponencia titulada “El Estado como ente de apoyo al desafío de
la mujer” (ver la ponencia en http://tinyurl.com/lourpgw),
en un Foro realizado en el entonces Ateneo de Caracas, dedicado a los 40 años
de la conquista de los “Derechos Políticos y Constitucionales de la Mujer”, donde
diagnosticó muy acertadamente la situación social de la Venezuela de finales de
los años 80s.
El
segundo fue en el 2006, cuando la Secretaría Femenina del partido Acción
Democrática invitó a Rosa María a dar el discurso de Orden del Día
Internacional de la Mujer, en representación de la mujer venezolana. Sin
embargo es obligante decir que su discurso fue saboteado por el entonces y aun
actual Secretario General de AD, en una “proeza” de mezquindad y sectarismo político.
Sin
embargo como las redes no olvidan les dejo para la historia ese discurso inédito
y no pronunciado en Acción Democrática en honor a la mujer venezolana, y que
ahora hago público para que todo el mundo lo conozca, en desagravio de una
mujer que hizo gala de ese gentilicio que enaltece a nuestras mujeres, al guardárselo
con la dignidad de la que solo ellas son capaces (ver discurso en http://tinyurl.com/lc85tw4). Esa realidad
que Rosa María describió en el 2006 esta agravada hoy en modo superlativo, paradójicamente
por la ayuda que quien no la dejo dar ese discurso, y sin embargo sus
recomendaciones tienen ahora más vigencia que nunca.
En esa
búsqueda del reconocimiento de la mujer venezolana Rosa María rescató para la
posteridad en su libro “Blanquita, a
corazón abierto” (1), “la historia de
una digna mujer venezolana, cuyos valores humanos y democráticos, le
permitieron salir ilesa junto a su familia en una de las noches más aciagas de
la vida democrática de Venezuela”, como ella misma colocara en la
dedicatoria que me hiciera a su relato de la vida de Blanca Rodríguez de Pérez,
quien fuera una de las Primeras Damas más admiradas por los venezolanos.
Sería muy
largo enumerar los aportes que una persona de las características humanas e
intelectuales de Rosa María Zulueta dio y estaba en posibilidades de seguir
dando a esta Venezuela destruida y por reconstruir. Esa es precisamente la
pérdida que tuvimos el día de ayer y que muchos venezolanos no conocen en su
magnitud con la desaparición física de esta venezolana integral. Imposible relatar
toda su obra en pocas líneas, solo mostrar la relevancia de lo que perdimos.
Sin
embargo quiero finalizar regalándoles una reflexión suya que resume la
preocupación permanente de esta entrañable amiga acerca de los mensajes que día
a día el liderazgo opositor le envía a una población enferma, como ella
insistía que somos, sin tener idea del daño que nos hacen. Rosa María todos los
días machacaba lo indeseable de esa conducta y que nos queda claro a quienes le
sobrevivimos como una enseñanza indeleble para el futuro:
“Estos pseudolíderes han elegido ser TÓXICOS en sus discursos y
acciones. Piensan que es la vía más efectiva de hablarle a lo que ellos llaman
"el populacho" y ganarse su apoyo. Estaba yo fuera del país, cuando
uno de estos líderes, en una rueda de prensa a la que asistían periodistas internacionales,
soltó la frase: "Maduro se tiró un barranco"...la cara de
desconcierto y confusión de los reporteros internacionales fue evidente y, de
inmediato, solicitaron el auxilio para su traducción al castellano, consultando
a los periodistas locales. Qué bochorno!! La refundación de nuestro país,
actualmente arruinado en lo económico y social, ameritará una intensa campaña y
del diseño de políticas y programas de reeducación ciudadana, de enaltecimiento
de los Valores Humanos y de la concientización de una pléyade de dirigentes
políticos y sociales emergentes, que estarán obligados a entender que, la
praxis política, tiene un importante componente pedagógico.”
“Nuestros niños y adolescentes, los estudiantes universitarios, así
como también quienes por razones psico-sociales tuvieron que desertar del
sistema escolar, son una enorme población joven, que merecen tener mejores
oportunidades para aprender a expresarse adecuadamente, con buena dicción, con
respeto y ajenos al refranero que bajo la excusa de lo "cultural",
les impide expresar con civilidad sus sentimientos, deseos, conocimientos y
emociones.”…
Esa fue
y mucho más nuestra amiga Rosa María Zulueta. Supondrían muchas más líneas las innumerables
enseñanzas de educadora y maestra (que era como quería que se le llamara) para
describirla en su toda su extensión humana, para merecer ese enorme título: Maestra.
Y realmente fue de las mejores, cumpliendo ese sueño que siempre la acompañó desde
temprana edad.
Pues
bien Maestra, usted ya hizo su trabajo, y lo hizo tan extraordinariamente bien en
la Tierra que Dios decidió llevarla al Cielo para que enseñara en otro nivel. Solo
nos queda a nosotros aplicar ese Gran Cambio que usted nos enseñara,
para realizar las transformaciones que Venezuela necesita en toda su extensión;
no solo un cambio en lo político sino el más importante de todos y requisito
fundamental para un país del futuro: un cambio en los mismos venezolanos para
convertirlos en ciudadanos. Nadie más que tu, Rosa María Zulueta, podía saberlo
por haber sido toda tu vida, y desde ahora y para siempre una ciudadana
integral…
Caracas,
24 de Marzo de 2017
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana
(1) Rosa María Zulueta,
Blanquita, A corazón Abierto, Editorial Libros Marcados, Noviembre 2009, ISBN:
978-980-6933-56-9, Caracas-Venezuela