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jueves, 23 de marzo de 2017

El desenlace de una Carta

Por Luis Manuel Aguana

El curso de los acontecimientos alrededor de la activación del instrumento de la OEA que debería abrirle caminos a la libertad y la democracia en el continente parece previsible. Hasta ahora los países de la OEA en su conjunto parecen haberse convencido, pruebas en manos del Secretario General, que la situación venezolana se ha agravado lo suficiente -basta ver las fotos y videos de la gente comiendo de la basura- hasta el punto de tomar acciones concretas para el repudio del peor gobierno que han tenido los venezolanos en su historia republicana.

Sin embargo, algunos vemos no sin cierta desconfianza, que una acción de la comunidad internacional sin que esta sea acompañada de una correspondiente estrategia opositora clara en Venezuela, en lugar de ayudar, más bien podría agravar la situación de vida de los venezolanos.

Una salida de Venezuela del sistema interamericano será beneficiosa para la lucha por la libertad en tanto y en cuanto no se espere que el régimen graciosamente nos “conceda” unas elecciones libres sino que esta acción se convierta en una condición necesaria para desalojar al régimen del poder. Sin embargo, siendo una condición necesaria no es suficiente. Veamos.

Si la oposición oficial cree -y así se lo está vendiendo al país- que la suspensión de Venezuela de la OEA obligará al régimen a ir a elecciones, pueden esperar los más de 50 años sentados que aun esperan los cubanos después de la expulsión de Cuba de la Organización en 1962. El régimen se radicalizará y someterá a la población a la aceleración de su Plan de la Patria castrocomunista. Esa sería su “Bahía de Cochinos” exitosa.

Ahora bien, si esa suspensión se traduce en el país en la generación de una actitud de rebeldía ciudadana de una población que se siente apoyada por una comunidad internacional dispuesta a ayudarnos a atravesar lo que sea necesario para lograr que el pueblo manifieste su decisión soberana de decidir su destino, entonces esa decisión de la OEA tendrá un resultado positivo. Pero eso pasa por una oposición de calidad que este en capacidad de conducir ese proceso. ¿Es eso lo que tenemos?

Los eventos internacionales indefectiblemente apuntan hacia la suspensión de Venezuela de la OEA y la subsecuente radicalización del régimen. No solo no será posible una salida electoral sino la declaración definitiva de la dictadura castrocomunista de Maduro y sus cómplices, quienes al no tener para donde correr lo harán hacia delante. En lo personal siempre he sido de la idea de que para estar colgando lo mejor es caer.

La actual aplicación del modelo comunista cubano por cuotas, que incluye ahora la expropiación de pequeños comerciantes como las panaderías y la regulación por asfixia de los colegios privados, es la siguiente fase de la destrucción comunista. No solo ya están aplicando el racionamiento de la comida con el mecanismo perverso de los CLAP, que está enriqueciendo escandalosamente la nomenclatura del régimen, sino que pronto vendrán otras formas de intervención en la vida de las personas como ocurrió en la Europa del Este comunista.

No quiero que se malinterprete esta nota. La comunidad internacional está haciendo lo que tiene que hacer al tomar las medidas necesarias para aislar y poner al descubierto un régimen violador de libertades y derechos humanos, eso hay que reconocerlo. Para eso los países establecieron normativas claras como la Carta Democrática Interamericana, siendo el proceso inobjetable. Y si no pasaba ahora pasaría mas tarde. La intervención  del Secretario General de la OEA, Luis Almagro, ha resultado ser más efectiva que toda la oposición oficial junta. Ya los países de la región no pueden ni deben seguir ignorando lo que nos está pasando, ni eludiendo esa realidad.

Lo que pasa es que esa realidad nos alcanzó con una dirigencia opositora oficial que no quería que eso ocurriera porque les interesaba más convivir con el régimen que salir de él. Por eso le dieron la espalda al primer informe del Secretario General de la OEA y se fueron corriendo a la Republica Dominicana a negociar con Maduro.

La oposición oficial podrá estar de acuerdo con la suspensión de Venezuela de la OEA, por los motivos electoralistas que ya han anunciado (ver Julio Borges en  http://runrun.es/nacional/301062/borges-impulsamos-la-carta-democratica-porque-es-un-mecanismo-que-ayudara-a-rescatar-el-voto-en-venezuela.html), a sabiendas de lo que hará (o dejará de hacer) el régimen.

Pero nosotros lo estaremos por otras razones de mucho más fondo: ese tendrá que ser un poderoso motivo adicional para profundizar nuestra lucha representada por la convocatoria del Poder Originario de la mano de la población.

Al acelerar el régimen su modelo castrocomunista con su permanente excusa “anti imperialista” de un “ataque” al país de la “derecha internacional” representada en la OEA, con la ayuda de “traidores a la patria” en Venezuela, el colaboracionismo de la MUD nos pedirá que nos aguantemos para una salida electoral imposible en esta dictadura, como fue su plan original después del fracaso del revocatorio. Utilizaran como argumento la Resolución que salga de la OEA solicitando al régimen una solución electoral inmediata. De esta manera la Organización será la excusa para la siguiente espera, aun cuando el organismo internacional solicite una convocatoria a elecciones generales en 30 días, que sabemos tanto como ellos que el régimen rechazará abiertamente.

Con una oposición oficial en conchupancia y negociando elecciones con el régimen, y este último en un plan de radicalización, la solución actual de la crisis política estará en manos de los venezolanos, no quedará de otra.

Es por eso que debemos generar un movimiento que encausadamente logre a través de una dirigencia opositora responsable en cada lugar de Venezuela entrar en lo que repetidamente he denominado una insurrección civil constitucional (ver Insurrección Civil Constitucional en http://ticsddhh.blogspot.com/2017/02/insurreccion-civil-constitucional.html) que convoque al Poder Originario a una Asamblea Nacional Constituyente. Lamentablemente esto se tendrá que hacer en un escenario radicalizado por el régimen y ralentizado por la oposición oficial a consecuencia de la aplicación de la Carta Democrática de la OEA. Lo esperamos. Y si ese es el desenlace que nos toca, la historia nos ha enseñado que la libertad tiene un costo que algunos si estamos dispuestos a pagar...

Caracas, 23 de Marzo de 2017

Twitter:@laguana

domingo, 12 de marzo de 2017

Un anhelo de cambio para Venezuela

Por Luis Manuel Aguana

Si quieres construir un barco no empieces por buscar madera, dar órdenes y distribuir el trabajo. En su lugar, enseña a los hombres a anhelar la inmensidad infinita del mar.Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944)

¡Qué hermosas y sabias palabras del autor de El Principito! Me vienen a la mente cuando entramos en esa disyuntiva, que incluso nos persigue a nosotros mismos, de lograr recoger el mínimo necesario para convocar al depositario de la soberanía con el fin de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente de carácter Originario.

Si pudiéramos enseñar de una vez a todos los venezolanos a “anhelar la inmensidad infinita del mar” que representa dar a conocer en todo su extensión un nuevo Proyecto de País (ver Proyecto País Venezuela Reconciliada vía Constituyente, en http://ancoficial.blogspot.com/p/documentos-fundamentales.html), no hiciera falta sino un solo día para recoger, no digo las 3 millones de firmas que hacen falta, sino 10, 11 millones o todo el Registro Civil y Electoral completo, habida cuenta del profundo deseo de cambio que tenemos todos los venezolanos. Pero no hemos convencido a todo el mundo, y nos encontramos igualmente con una urgencia de cambio que no es precisamente la de tener un mejor país sino la necesidad de poder comer mañana. Así de trágica es nuestra la situación. Ese es el cambio que piden ahora los venezolanos.

Es por eso que la cosa se traduce en hacer las dos cosas al mismo tiempo, enseñarle a la gente a anhelar ese vasto e interminable mar que representa soñar con que podemos tener un mejor país, y a la vez hacer lo que tenemos que hacer, recogiendo las firmas necesarias para llegar a ese mar. Lo primero no es incompatible con lo segundo. Lo urgente no es incompatible con lo importante.

Y aunque algunos firmen por diferentes motivaciones, al final el resultado será el mismo: discutir cual debe ser el país que deberíamos tener después de la ruinas que nos están dejando, luego que una Asamblea Nacional Constituyente en funciones decida quienes deberán conducir el país en el aquí y el ahora.

Sin embargo existe una corriente opositora de opinión que no cree en un proceso Constituyente de la mano del pueblo, utilizando a su favor la urgencia que sienten los venezolanos de cambio inmediato. La hipótesis que manejan es un movimiento cívico-militar que se “encargaría” de realizar un gobierno de transición hasta la convocatoria a elecciones. Parte del supuesto que los militares que ejecuten eso serán “demócratas”, que como en 1958 “entregarían” sin problemas el gobierno a un régimen civil y regresarían a sus cuarteles (ver Larrazábal II y cuando entran los militares, en http://ticsddhh.blogspot.com/2016/12/larrazabal-ii-y-cuando-entran-los_14.html). Respetuosamente nosotros no compartimos ese criterio.

¿Por qué insistimos y creemos tanto en un proceso de la mano del Poder Originario? Precisamente porque nadie estaría en control de lo que ocurra sino el mismo pueblo empoderado de su soberanía, quien determinaría los mecanismos y las formas de ese proceso, constituyéndose en garante de que nadie influya en las decisiones que allí se tomen.

De allí que las Bases Constituyentes que hemos propuesto sean lo suficientemente amplias para que el proceso fluya, desde la recolección de firmas hasta la redacción de una nueva Constitución. El mismo proceso originario se encargaría de la transición del gobierno desde la primera semana de sesiones de la nueva Asamblea Nacional Constituyente. Algunos están convencidos que salir del gobierno primero para después hacer una Constituyente son soluciones complementarias cuando de hecho son en esencia excluyentes.

Si en Venezuela no ocurre un Proceso Constituyente Originario de la mano de la población, estaremos condenados a esperar un golpe de los militares con un futuro incierto o la profundización del castrocomunismo. No queremos ni lo uno ni lo otro. Los militares deben entrar a respaldar este proceso civil cuando la soberanía expresada en firmas así se los exija.

Y si no lo hacen de entrada, proceder entonces a ejecutar una fase de exigencia diferente a través de un proceso de resistencia civil no violenta. Así es que lo entendemos en la Alianza Nacional Constituyente. Entonces el Proceso Constituyente Originario se convierte en el primer paso de lo que he llamado una Insurrección Civil Constitucional (Insurrección Civil Constitucional, en http://ticsddhh.blogspot.com/2017/02/insurreccion-civil-constitucional.html).

Ahora bien, ustedes se preguntarán, ¿y por qué no hacerlo desde ahora? ¿Por qué no ir desde ya a la resistencia civil no violenta? Porque no hemos cubierto todavía todas las soluciones planteadas en la Constitución. Porque aún no nos hemos expresado solicitando la convocatoria del Poder Originario, quien al final es el que determina el curso de la historia de un país por encima de las pretensiones de cualquier gobierno.

Lamentablemente los partidos de la oposición organizada no creen en eso porque así lo han demostrado. Han sucumbido a las imposiciones de una dictadura, queramos o no reconocerlo; y aun piensan que negociando con esa dictadura y concurrir a “relegitimarse” con ella se podrá resolver electoralmente el problema. Dejaré a la historia frustraciones de estos últimos años que responda a eso. Pensamos que ya es tiempo de que la población se encargue. Poco a poco se está convenciendo de eso en todo el país al respaldar al Proceso Constituyente Originario.

Enseñar a “anhelar la inmensidad infinita del mar”, como decía Antoine de Saint-Exupéry, es el camino más lento pero el más efectivo. Afortunadamente hemos constatado en las regiones que se ha entendido a cabalidad esta aspiración, ese anhelo de cambio profundo del país. Pronto veremos los barcos ya construidos surcando ese mar buscando un horizonte diferente para Venezuela, a pesar de mucho politiquero vivo que aprovechando la urgencia de todos, todavía desea que la gente se quede en la orilla reviviendo un pasado insepulto ya muerto desde 1998…

Caracas, 12 de Marzo de 2017

Twitter:@laguana