Por Luis Manuel Aguana
Se ha
desatado en las redes sociales toda una discusión acerca del proyecto de Ley de
Amnistía que a mi juicio no ha tenido que darse todavía en Venezuela, pero que
ha sido consecuencia directa de cómo ha asumido la oposición oficial el tema
trascendental de la transición política en Venezuela.
Estemos
todos claros antes que nada: la oposición oficial, días antes de los sucesos
del 23 de Enero de 2019, cuando Juan Guaidó encima de una tarima decidió asumir
encargarse de la Presidencia de la República a petición del pueblo de Venezuela,
ya había decidido en una Acuerdo el 15 de Enero como realizaría esa transición.
Decidieron ir por la solución lenta de la negociación con el régimen, llamémosla
solución negociada, porque esa era la manera de salvarles el cuello a muchos
que han colaborado desde esa oposición, intentando convencer a los soportes del
régimen –léase a los militares- de pasarse de bando y deponer a Maduro.
Algunos
venezolanos rechazamos inmediatamente esa solución negociada, no solo por
inconstitucional, al asignarse la Asamblea Nacional las competencias del
Presidente de la República, en un intento de evadir el mandato constitucional
de llenar el Vacío de Poder Institucional con la designación abierta de un
Presidente Encargado de la República, sino porque evitaban de esa manera que el
Vacío de Poder lo cubriera el Tribunal Supremo de Justicia legítimo en el
exilio. Eso hubiera sido catastrófico para ellos.
Pues
bien, lo hicieron. Y dejaron en un limbo negociador con el régimen esa
transición saliéndose con la suya. Así las cosas llegó el 23 de Enero y los
partidos del G4 (AD-PJ-UNT-VP) pretendían dejar pasar esa fecha sin juramentar
a un Presidente Encargado. Pero vino el joven Guaidó les aguó el acuerdo, aceptando
sin consultarles su encargaduría ante el país. De allí que nadie de esa
Directiva se parara a aplaudir la iniciativa, dejando que el Presidente se
encargara de una manera que quedó para la historia como una “autoproclamación”
al peor estilo Carmona, cuando desde el 10 de Enero Guaidó ya era Presidente
desde el punto de vista constitucional. Eso les ha dado a nuestros enemigos dentro
y fuera del país argumentos para despachar que no se juramentó de acuerdo a la
ley y la constitución. ¿Cuál era el problema, luego de los hechos cumplidos, que
la Directiva le juramentara en ese mismo acto como lo pedía a gritos el pueblo
venezolano? Pregúntenle al G4 porque aun no han realizado el acto protocolar en
el Hemiciclo de la Asamblea Nacional.
Esa
decisión de Juan Guaidó cambió instantáneamente la perspectiva de pasar a tener
una solución lenta y negociada, a una rápida y precipitada, llamémosle solución
inmediata, con el consiguiente apoyo irrestricto de toda la Comunidad
Internacional. Y esa última es la que nos ha convenido siempre a los
venezolanos, pero no a quienes han colaborado con el régimen, poniendo a Guaidó
y a su partido VP en una línea muy difícil entre ser aplastados por el pueblo
que requiere que Maduro se vaya inmediatamente y un Acuerdo que requiere que se
vaya poquito a poco. Ustedes me dirán que nos conviene más a los venezolanos.
Y allí
es donde se comienza a entender esa famosa Ley de Amnistía, que fue pensada
para negociar con el régimen dentro de esa solución a cámara lenta de ese
Acuerdo parlamentario de transición firmado el 15 de enero, cuando no teníamos
el apoyo pleno de los cañones de los Estados Unidos.
Aun dándole
el beneficio de la duda a Henry Ramos Allup de una negociación con medio régimen
adentro de un gobierno de transición, como lo dice su detallada explicación de
cómo este parlamentario considera se debe realizar una transición (ver Ramos
Allup habla sobre la “transición”, en https://youtu.be/zzudMxJGnVU,
min 0:52), porque de acuerdo con eso no tendríamos como evitar que el régimen
perdurara, ¿cómo se justificaría eso ahora si la situación cambio 180 grados en
un día y no lo necesitamos? No tenemos que meter medio régimen dentro de un
gobierno de transición porque existe el suficiente respaldo internacional para
sacarlos a todos a una cárcel norteamericana solo con pedirlo.
¿Qué
justifica ahora una solución negociada y no una solución inmediata? ¿Los
posibles muertos o el cuello de los colaboracionistas? Ya los muertos los hay
todos los días en los hospitales, las calles, en las maternidades, en las
cárceles, en todas partes. Es más, no se justifica ni una sola marcha más para
que se vayan, porque expone a nuestros
hijos a la muerte, a manos de los facinerosos armados de estos delincuentes. La
sola petición de ayuda internacional de un Presidente Encargado legítimo y
constitucional, reconocido por todo el planeta sería más que suficiente para
desalojarlos y encarcelarlos por lo que le han hecho al país.
Entonces
lo que pareciera que retrasa la salida de Maduro y sus mil ladrones es otra
cosa que tiene que ver más con los intereses de ese grupo que quiere una
solución negociada y no los intereses del pueblo venezolano. Ya no se justifica
ni un minuto más la permanencia de Nicolás Maduro en Miraflores con todo el
apoyo recibido por Juan Guaidó. Lo que media es una decisión suya, de nadie más.
Entonces
una Ley de Amnistía en ese contexto ES POSTERIOR, con Maduro y su régimen fuera
del poder, no antes. Porque si antes se podía justificar porque los políticos
de la oposición oficial querían “negociar” perdones en una solución negociada,
en este momento YA NO SE JUSTIFICA, con la principal potencia del mundo
respaldando con hechos y cañones la legalidad constitucional de Venezuela. Juan
Guaidó está a una llamada de teléfono de sacar fuera del poder al dictador que
solo tendría espacio para negociar el color de la braga anaranjada que le
pondrán en prisión, parodiando el chiste del color del caballo blanco del
Libertador.
La gravedad de lo que ha pasado en
Venezuela justifica de sobra un tribunal al mejor estilo de Núremberg que
decida si da o no amnistía a alguno e imparta justicia a todos los caídos,
torturados y asesinados en este tiempo horrible que aun no ha terminado de
nuestra historia contemporánea. A Juan Guaidó le toco por la Divina Gracia de
Dios y no por otra cosa, la altísima responsabilidad de terminar de inmediato con
esta tragedia e iniciar un tiempo nuevo de reconstrucción y reconciliación. Vuelvo
a insistir como ayer, todavía esperamos que no nos defraude…
Caracas,
28 de Enero de 2019
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana