Por Luis Manuel Aguana
Tercera acepción de la palabra “distorsión”: 3. f. Acción de torcer o desequilibrar la disposición de figuras en
general o de elementos artísticos, o de
presentar o interpretar hechos, intenciones, etc., deformándolos de modo
intencionado (DRAE, actualización 2019, https://dle.rae.es/) (resaltado nuestro). Esa
acción de presentar la realidad, deformándola, torciéndola, desequilibrándola
es lo que hemos vivido los venezolanos por más de 20 años, al punto que ya no
somos capaces ni siquiera de asombrarnos.
La desaparecida Dra. Rosa María Zulueta, extraordinaria psicólogo
social, insistía que el venezolano estaba psicológicamente enfermo producto de
una estrategia deliberada del régimen al aplicarnos “discursos violentos, intolerancia, chantajes y
manipulaciones, engaños y rebotes de culpa, violaciones de derechos humanos,
discriminación política, ineficiencia, corrupción y pobreza”, y que eso provocaba en la población “quiebres de lógica (disonancias),
desesperanza, inermidad, incertidumbre, frustración, resentimiento, rabia
tóxica, paranoia y reactividad” (ver Rosa María Zulueta, ciudadana
integral, en http://ticsddhh.blogspot.com/2017/03/rosa-maria-zulueta-ciudadana-integral.html).
Venezuela se ha convertido en un gran manicomio dividido en tres toletes: el
régimen, la oposición oficial, y el resto de los venezolanos. Y por supuesto
nosotros somos la mayor parte de esa torta desigual que está llevando la peor
parte.
Ese sainete del
nuevo CNE es parte de la distorsión que hace el régimen, que desconociendo los
votos de los venezolanos en diciembre de 2015 inhabilita la Asamblea Nacional
desde el mismo comienzo de su gestión, después de que la oposición lograra una
mayoría calificada, aceptando desde el TSJ ilegitimo una “omisión legislativa”
porque esa misma Asamblea no ha nombrado un nuevo CNE (¿cómo iba a hacerlo si
la habían colocado en “desacato”, impidiendo reunir las 2/3 partes necesarias
para el nombramiento del CNE como obliga el Art 296 Constitucional?), para
luego nombrar Magistrados de ese mismo TSJ como Rectores del CNE, cobrándose y
dándose el vuelto. Es como dice un twit de la Dra. Blanca Rosa Mármol de León,
Magistrada Emérita del TSJ: “Designar y
ser designado a la vez. Ser juez y parte. Estar en el TSJ designando a los
rectores del CNE y resultar " designada" rectora.” (ver twit en https://twitter.com/BMarmoldeLeon/status/1271865004678090752),
es mas que una distorsión, es una aberración de la Justicia, de la esencia
misma de ser Juez, de la decencia pública, de ética y la moral.
No contentos con esa distorsión, la oposición oficial se defiende y
desde la Directiva de una Asamblea
Nacional desconocida por el mismo TSJ ilegítimo, el Gobierno Interino de Juan
Guaidó responde en un comunicado del Centro de Comunicación Nacional que “2. Rechazamos esta decisión, desconocemos
las pretendidas nuevas autoridades del Consejo Nacional Electoral, así como
cualquier decisión o convocatoria que salga de este nuevo fraude a la Ley.
Reiteramos que no convalidaremos el fraude de unas falsas elecciones parlamentarias
y reconoceremos a la actual Asamblea Nacional hasta que los venezolanos puedan
elegir nuevos diputados libremente” (ver Comunicado del Gobierno Legítimo
de Venezuela a la Sociedad Civil venezolana y a la Comunidad Internacional, en https://twitter.com/Presidencia_VE/status/1271943626466131969/photo/1).
Esto es, al decir del Gobierno Interino la actual Asamblea Nacional que
preside Guaidó quedará en funciones indefinidamente hasta que haya elecciones
libres en Venezuela. O sea, esto es cuando “cese la usurpación”, ¿Qué tal?
Esto, como ya todos los venezolanos hemos visto, parece enrumbarse a los mismos
años de los Castro en Cuba. Mi pregunta a la Comunidad Internacional (ergo a
los Estados Unidos): ¿Reconocerá el Gobierno norteamericano los resultados de
las elecciones parlamentarias de Diciembre con esa nueva Directiva del CNE del
TSJ ilegítimo?
Y ustedes me dirán: ¿¡Y cómo se te ocurre hacer esa pregunta!? ¡Claro
que NO LOS RECONOCERÄN! No sé. Yo solo hago una pregunta inocente porque AD,
UNT, la Mesita y demás asociados del régimen habían dicho que SI irían a esas
elecciones con el PSUV y yo todavía no he oído a los norteamericanos decir nada
respecto a ese nuevo CNE ni de las palabras de Guaidó, o que si seguirán
apoyando a Guaidó después de esas elecciones como Presidente de una Asamblea
que se le acabó el período. De ESA nueva Asamblea Nacional chimba que salga de
esas elecciones saldría la nueva institucionalidad opositora “legítima” para
hacerle frente al régimen. Y es claro que con un CNE como el designado a dedo
por ese TSJ no saldrá nada de eso. Si la Comunidad Internacional decide
respaldar el resultado de esa elección, QUE SI SE LLEVARÁ A CABO aunque nosotros
no queramos, pueden jurar por los clavos de Cristo que los partidos de la
oposición oficial SI IRAN a ese proceso. Y eso ya de por sí es otra distorsión…
Si todo esto que ocurre en Venezuela no es una distorsión a la
institucionalidad de la República, no sé que lo es. Ni lo que ha hecho el
régimen con el CNE, ni lo que está haciendo la oposición oficial quedándose “ad
infinitum” con las diputaciones fuera de su período establecido
constitucionalmente. Incluso, a estas alturas, el mismo Guaido es una
distorsión del Artículo 233 Constitucional. Ya su Presidencia no se justifica. El
solo tenía razón de ser por el “cese de la usurpación” y este todavía no ocurre
ni parece que ocurrirá en un futuro cercano con él al frente. Guaidó ha
demostrado en año y medio no haber podido resolverlo. ¿Por qué tendríamos
nosotros que tolerar que se quede un minuto más sin ningún ancla constitucional
que lo sustente? Son preguntas gruesas que debemos empezar a hacernos en
Venezuela si vamos hacia una Presidencia Encargada y una Asamblea Nacional
indefinidas…
Ahora bien, ¿cómo se corrigen unas distorsiones que han llegado tan
lejos? Recurriendo a la fuente, al origen de la institucionalidad, que no es
otra cosa que la convocatoria a la Soberanía Popular. No soy yo quien tiene la
fórmula mágica para decirles cómo y a qué debe recurrirse para que esto ocurra,
dado el nivel de destrucción institucional al que hemos llegado. Pero si alzo
la voz a quienes dentro y fuera del país entienden de lo que estoy hablando. Debemos
comenzar a trabajar en una estrategia que conduzca a la convocatoria de la Soberanía
Popular, al Soberano Pueblo de Venezuela para volver todo a cero de nuevo. A
“resetear” todo el sistema y recomenzar SIN las distorsiones que produjeron
quienes en mala hora se hicieron con el poder en Venezuela. De otra manera
alargaremos el sufrimiento de los venezolanos. Tarde o temprano la gente
terminará entendiendo que ese es el único camino…
Caracas, 15 de Junio de 2020
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana