lunes, 11 de abril de 2022

A los 20 años del 11 de abril

Por Luis Manuel Aguana

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Dedicado a las víctimas del 11 de abril de 2002

Difícilmente el pueblo venezolano puede dejar de lado los 20 años del 11 de abril de 2002. No solo porque esa fecha partió en dos la historia política contemporánea de Venezuela, sino porque a partir de ese momento la tiranía le demostró su verdadera cara a los venezolanos, probándoles que no les importaría llegar al sacrificio de vidas y destrucción del país con tal de mantenerse en el poder. 

Después del brutal asesinato en la Av. Baralt de Caracas de 21 personas inocentes, la institución militar que hasta ese momento apoyó al Presidente de la República, decidió removerlo del poder, atendiendo la voz de más de un millón de venezolanos que se echaron a las calles exigiendo su renuncia. Hasta ese momento existieron las Fuerzas Armadas tal y como la conocimos: una institución garante de la Constitución que depuso a un Presidente por criminal al haber ordenado una masacre.

A partir de ese momento y a los ojos de todos los venezolanos, una serie de errores en la conducción política del proceso tuvo como resultado el regreso de Chávez al poder. Desde su renuncia comunicada a todos los venezolanos por el entonces Inspector General de las Fuerzas Armadas, General Lucas Rincón, hasta su regreso triunfante, el país contempló atónito cómo era posible que se perdiera en horas la histórica protesta masiva de más de un millón de venezolanos, y el sacrificio de las vidas de 21, que exigieron la salida de Chávez del poder ese 11 de abril.

Pero todos también nos asombramos de que un alto Mando Militar no esperara otra cosa que no fuera una venganza en contra de todos aquellos involucrados por parte de quien había sido removido del poder por unas horas. Ni siquiera se pusieron de acuerdo para constituirse ellos en una Junta Militar que llevara al país a una transición política. A partir de ese momento comenzó la degollina de la institución armada en Venezuela, convirtiéndola finalmente en una milicia al servicio del régimen y sus aliados extranjeros. Todo esto sin contar con la arremetida criminal posterior en contra de quienes defendieron a los civiles inocentes de la marcha, encerrados toda una vida en las mazmorras del régimen a través de procesos judiciales amañados. Ellos fueron las víctimas vivientes que utilizó el régimen como chivos expiatorios de los asesinatos que cometió ese día.

El 11 de abril de 2002 funcionó como una especie de calibración de todos los actores políticos y militares de Venezuela, y fue la demostración más fehaciente de lo podrido de las bases sobre las que se sostenía el país: un régimen asesino en el poder, una conducción opositora  torpe y voraz, y unas Fuerzas Armadas desconocedoras de su propia historia. Estos elementos conjugados dieron como resultado que en Venezuela se profundizara una tiranía que comenzó a abrirse paso con la promulgación de la Constitución de 1999.

Tan consciente estaba Chávez de los delitos que había cometido el 11A, que lo primero que hizo fue aceptar abandonar el país ante la propuesta que le llevaba el General Manuel Rosendo por parte del Ejército (ver declaración del General Rosendo, Radiografía de una Mentira, La renuncia, en https://youtu.be/GrLz05KHVAw, min 57:45). Otra historia le hubiera tocado a Venezuela de haber habido uniformidad en las Fuerzas Armadas acerca del destino de Chávez, ya que algunas Fuerzas exigían que fuera juzgado en el país.

Por otro lado, la voracidad de poder y la torpeza de quienes llegaron a Miraflores en los hombros de ese millón de venezolanos con los muertos de ese día, dio como resultado un decreto que disolvía los poderes constituidos, sin ningún asidero constitucional, y peor aún, sin contar con el apoyo de las Fuerzas Armadas. Todo parecía una operación conducida por una pandilla de arribistas y aprendices de brujería política. Eso no podía tener otro resultado que la “renuncia” a instancias de los militares de quien se había auto juramentado pocas horas antes, Pedro Carmona Estanga. La correlación de fuerzas a lo interno de las Fuerzas Armadas de ese momento decidió nuestro destino con el regreso de Hugo Chávez al poder.

Nunca antes estuvo Venezuela más cerca de resolver este problema que ese día. De allí que podamos sacar algunas conclusiones. Ni siquiera los militares que tuvieron en sus manos la renuncia de Chávez y su decisión de largarse de Venezuela, supieron que hacer con el poder. ¿Cuándo había ocurrido eso antes en Venezuela? ¡Nunca! Tampoco los civiles que llegaron a Miraflores tuvieron la sagacidad política de lograr un equilibrio cívico-militar que respetara un mínimo de constitucionalidad para salvaguardar el poder que les había caído en las manos a consecuencia de la reacción de un bravo pueblo. ¡Lo quisieron todo y no tuvieron nada! ¿Perdieron ellos? No, perdimos todos los venezolanos.

A partir de ese momento el régimen aprendió y se protegió. Profundizó el modelo que había iniciado con los Castro de Cuba e hizo imposible que ocurriera otra sublevación militar. Les ha llevado 20 años sofisticar sus sistemas de información con sapos y espías en los cuarteles, y poner la Fuerza Armada a las órdenes de oficiales extranjeros que cuidan los intereses políticos y económicos de sus países en Venezuela. Hoy es imposible que nadie mueva una hojilla en un cuartel sin que el régimen se entere. En ese escenario es virtualmente imposible un alzamiento militar. De allí que vean ustedes las cárceles militares llenas de oficiales que han intentado un cambio sin éxito. Aun así sigue vigente lo que aprendí de mi padre, los militares están con un gobierno hasta que se alzan, como lo vimos hoy hace 20 años.

¿Qué pasó con la oposición política? El régimen aprendió también. Después del desastre que vivieron amargamente el 11A, se dieron cuenta de que esa voracidad podía ser comprada y castrada a través de negociaciones. Y aquellos que se negaran debían ser perseguidos y encarcelados. Después del año 2002, el siguiente episodio político en Venezuela fue el Referendo Revocatorio, que surgió luego de una negociación con la Comunidad Internacional. ¿Recuerdan la Mesa de Negociación y Acuerdos 2002-2003 y el proceso de facilitación de la OEA y el Centro Carter? Chávez retrasó hasta la saciedad desde el CNE  ese Referendo Revocatorio hasta el año 2004 (¿recuerdan el Firmazo, el Reafirmazo y los Reparos?) e hizo un fraude con unas máquinas nuevas aceptadas por la oposición, con el visto bueno de la Comunidad Internacional.

El camino de allí en adelante ha sido “electoral”. ¿Recuerdan el año 2006 y la candidatura presidencial de Manuel Rosales, y luego en el 2012 la de Henrique Capriles? De nuevo otro fraude del CNE, con la venia de la oposición (ver Eric Ekvall – Elecciones Presidenciales 2012 http://www.youtube.com/watch?v=nSa0kgHgcjs). Y sería a partir de este proceso de continuas elecciones controladas por un poder electoral viciado, que aún no salimos de este hueco donde nos metimos –o nos metieron- a los venezolanos. Y todavía a estas alturas, después de todo lo que nos ha pasado, esa sigue siendo la mejor oferta que nos plantea un sector opositor comprado y huérfano de ideas.

Hoy se cumplen 20 años del comienzo real de esta desgracia. Tal vez los jóvenes que están al frente de la oposición política desde el Gobierno Interino no lo sientan tanto como aquellos que lo vivimos, y en algunos casos protagonizamos, porque para ese año algunos no habían salido de la adolescencia. Saben la historia porque la han leído o se la han contado, pero no es lo mismo el cuento que haberlo vivido.

Muchos venezolanos, en especial los que participaron en esa marcha histórica del 11A, siente esta fecha como una herida en carne propia, y continúa a la espera de un cambio que aún no llega, y su posibilidad está en manos de un liderazgo que ha demostrado ser tan torpe como aquel que condujo los sucesos del 11 de abril. Y si no te duele la necesidad de un cambio con la profundidad debida, no existirá la fuerza necesaria para hacer lo que hay que hacer.

20 años son suficientes. Ya es hora de otro liderazgo capaz de hacer lo necesario para llevar al país a ese cambio. Venezuela puede tener otra oportunidad porque fue el mismo pueblo quien se la dio a ese liderazgo fatuo el 11 de abril. Encontremos entonces a los conductores apropiados y construyamos de nuevo las condiciones para lograr con éxito el cambio que todavía gritan los venezolanos. Aprendamos algo de estos 20 años…

Caracas, 11 de Abril de 2022

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jueves, 7 de abril de 2022

19 de abril, una Constituyente desde el Zulia

Por Luis Manuel Aguana

English versión

En mi casa desarrollamos un respeto especial por la fecha 19 de abril, no solo porque fuera la fecha patria que en realidad es, sino porque era el cumpleaños de mi padre. Como profesor de Ciencias Sociales (ver la vida del Dr. Raúl Aguana Figuera, en http://universidadculturaycivilizacion.blogspot.com/p/biografia.html), mi padre estaba muy consustanciado con el significado civil de esa fecha particular para su vida y así se los hacía ver a sus estudiantes cadetes de la Escuela Militar de Venezuela y EFOFAC (antigua Escuela de Formación de Oficiales de las Fuerzas Armadas de Cooperación).

Ese significado histórico del 19 de abril apuntaba hacia el desconocimiento civil de una autoridad que los venezolanos de ese entonces consideraron irrita y usurpadora. Lamentablemente, de esos oficiales que fueron alumnos de mi padre, no queda ninguno activo (todos están retirados o fallecidos), y los que existen ahora no tienen la convicción por la formación impartida en su propia Escuela, de que los militares deben estar siempre sometidos al poder y la autoridad civil. El tiempo ha disuelto esa convicción, dejando a los venezolanos a merced de una soldadesca al estilo de la milicia del siglo XIX, sin formación acerca del rol que deben jugar frente a los ciudadanos. De no ser así, no existiera un régimen cuartelario que oprime las libertades y suprime la democracia en Venezuela.

El 19 de abril de 1810 marcó el inicio formal e histórico de la Independencia de Venezuela. No había estudiante de primaria en este país que no conociera la historia de aquel Jueves Santo cuando se reunió el Cabildo de Caracas que desconoció la autoridad del nuevo mandatario español Don Vicente de Emparan, constituyéndose en Junta Suprema de Caracas, hasta la instalación del Primer Congreso Constituyente el 2 de marzo de 1811.

Estos antecedentes nos dan la suficiente justificación para: a) considerar que esta es una fecha profundamente civil y que conmemora la primera vez que la sociedad civil venezolana se impuso sobre un gobernante usurpador; y b) establecer por parte de los ciudadanos un gobierno de transición hasta la convocatoria de un Congreso Constituyente que definiría el destino de la República. Luego la historia hizo el resto.

El significado Constituyente de esta fecha es inequívoco, y aunque forme parte de nuestro calendario histórico, pocas personas lo ven más allá del cuento de aquel gobernante español que dijo una vez “yo tampoco quiero mando” un 19 de abril, a instancias de un cura de apellido Madariaga y a partir de allí Venezuela se declaró independiente, siendo el acontecimiento algo mucho más profundo que eso.

De la misma manera nos ocurre con el planteamiento y la propuesta Constituyente. El carácter simplista con el que generalmente abordamos los temas, hacen que tomemos decisiones de rechazo de buenas a primeras sin esperar a conocer el fondo del asunto. Y mucha de esa responsabilidad tal vez tiene su razón de ser en que no es sencillo comparar planteamientos complejos como este frente a la simplicidad con que se puede entender una elección presidencial o parlamentaria.

En diversas intervenciones y entrevistas a través de las redes sociales he planteado que para poder realizar el proceso Constituyente en esta hora histórica que vive Venezuela, donde se agotaron las opciones –incluyendo la electoral-  para que los venezolanos podamos salir de esta crisis, se requiere de urgencia entrar en un proceso de negociación política que incluya a TODOS los involucrados en la tragedia venezolana: la Comunidad Internacional, la oposición oficial, el régimen, pero sobre todo, una representación calificada de la sociedad civil, esto es, aquellos que somos en última instancia los dolientes principales de esta tragedia. Para eso es un requisito fundamental tener a la Comunidad Internacional, comenzando por los EEUU, trabajando a favor de esta iniciativa, porque son los únicos capaces de sentar al régimen a negociar esta solución. De otra manera, a mi juicio es ilusorio plantear esta solución a los venezolanos.

Algunos han reaccionado de una manera virulenta a propuesta de incluir al régimen en esa negociación, y yo podría darles la razón. Pero si somos realistas tenemos que sentarnos a negociar con los secuestradores para que suelten a los rehenes, que somos todos los venezolanos. Por otro lado, un proceso CONSTITUYENTE, conceptualmente solo tiene sentido si están incluidos todos los venezolanos, sin distingo de parcialidad política. Y eso incluye a quienes aún creen en los que detentan el poder, que son igualmente venezolanos. No puede existir algo como una Constituyente únicamente “de la oposición”, así como tampoco puede existir una Constituyente solamente “del gobierno”.

Aquellos que crean que el país será estable haciendo una constituyente “de la oposición” están montados en una fantasía. Chávez hizo una constituyente solamente “del gobierno” en 1999, dejando explícitamente a la oposición fuera del proceso con unas Bases Comiciales parcializadas. A partir de allí el país nunca fue estable y los sucesos del 11A-2002 fueron la prueba fehaciente de ello. Y aún no existe paz social, sino la paz de los cuarteles y los cementerios, como ocurrió durante la tiranía de Juan Vicente Gómez. Esto sin contar con la otra “del gobierno” realizada por Maduro en julio de 2017, con peores consecuencias.

Y volviendo al requisito, como lo es el apoyo fundamental a esta iniciativa de la Comunidad Internacional –los EEUU-, ha sido algo muy difícil de lograr. Entre otras razones porque aquellos que deberían impulsar ese apoyo están en contra de una constituyente, ya que ellos serían los primeros en ser puestos a juicio y rechazados en el proceso. La oposición oficial nunca dio el visto bueno a la convocatoria del Constituyente, aun cuando tuvo la oportunidad de oro para hacerlo y resolver así la crisis del país. La primera acción de la Asamblea Nacional, electa en diciembre de 2015, no ha debido ser bajar los cuadros de Chávez de las paredes del Parlamento, sino convocar con los 2/3 de sus integrantes a un proceso Constituyente y establecer las reglas para hacerlo (Artículo 348 Constitucional). El régimen inmediatamente les quitó esa posibilidad al removerles la mayoría calificada.

La Comunidad Internacional nunca ha estado debida y eficientemente informada de esta iniciativa. ANCO ha hecho esfuerzos importantes de comunicar a los países acerca de esta posibilidad como una alternativa seria, constitucional, pacífica y electoral. Sin embargo, la oposición ha avanzado mucho en convencer a esa Comunidad Internacional que haciendo unas elecciones con el régimen en el poder se resolverá el problema venezolano y lamentablemente están equivocados. Remover al Poder Ejecutivo con unas elecciones–en el hipotético caso de que eso llegara a suceder- no sustituirá el resto de la institucionalidad corrupta del régimen y profundizará la crisis haciendo ingobernable al país.

Hemos insistido en que no es posible una elección justa, transparente y verificable estando el régimen en control del Poder Electoral, por la designación de Rectores provenientes de un Poder Legislativo ilegítimo. Es por ello que hemos propuesto la discusión de una elección Constituyente negociada con el auxilio de la Comunidad Internacional, como árbitro directo del proceso electoral, en una suerte de Intervención Humanitaria Electoral, con un Tribunal Electoral “ad-hoc” para Venezuela. Esta es una solución donde cabemos todos y podemos negociar como se realizaría entre los cuatro participantes.

Creemos que el 19 de abril de 2022 pueda ser una fecha que ponga de nuevo sobre el tapete de la opinión pública nacional e internacional esta iniciativa al país, en especial si se da el impulso desde el Estado Zulia, un Estado que ha alzado históricamente las banderas de la autonomía y la descentralización política y administrativa, principios fundamentales sobre los que se sustenta la propuesta de cambio constitucional de ANCO, en su proyecto de El Gran Cambio (ver El Gran Cambio, Una propuesta para la Refundación de Venezuela, en https://ancoficial.blogspot.com/p/documentos-fundamentales.html).

Si el país se contagia de esta propuesta, es posible que también pueda atraer a la Comunidad Internacional a que esta es la salida política más ajustada a la realidad de los venezolanos, para vivir en paz y en democracia. Que sea del empuje del Zulia desde donde partan las esperanzas de cambio para este país destruido, no solo es un aval extraordinario para rescatar lo que para Venezuela significó el 19 de abril de 1810, sino un buen augurio para la Refundación de una República que inició su viaje hacia la libertad destituyendo a un usurpador en el Cabildo de Caracas. Abriguemos la esperanza que el Teatro Baralt de Maracaibo se convierta en ese Cabildo en este año 2022, dando inicio al proceso de transformación de Venezuela.

Caracas, 7 de Abril de 2022

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miércoles, 30 de marzo de 2022

Preguntas para ANCO

Por Luis Manuel Aguana

English versión 

Me llamó la atención un breve cuestionario hecho a través de las redes sociales realizado a quienes impulsamos la convocatoria al Constituyente para iniciar la Refundación de la Nación, y que creo que debe ser explicado (y/o contestado) para entender mejor la percepción equivocada que el común de la gente tiene acerca de este proceso:

“Preguntas para ANCO

1. Porque se debe reformar o crear una nueva Constitución.

2. Cuáles artículos de la Constitución consideran deben ser reformado o eliminados 

3. Cuántos miembros  Principales y  Suplentes debe tener la nueva Constituyente que se propone.

4. En qué año y en qué mes se debe designar la ANC.

5. Qué tiempo de vigencia debe de durar la ANC.

Desearía que los proponente y organizadores de esta iniciativa política y constitucional respondieran estás interrogante que son del interés de los ciudadanos”

Aunque estas preguntas se le hicieron a ANCO, respetando que esta es una institución que ha dedicado muchos años a la convocatoria del Poder Constituyente Originario, no contestaré por ella sino que lo haré, como siempre lo he hecho en este blog, reflejando mis propias opiniones (no las de ANCO, porque esta expresa las suyas a través de sus comunicados) y por lo que este servidor ha escrito en los años que lleva apoyando esta iniciativa de esa organización de la sociedad civil.

No voy a abultar mas de lo necesario este texto y en algunos casos le apuntaré a los lectores donde pueden encontrar fácilmente la respuesta a algunas de esas preguntas, enfocándome en las que sí creo que deben ser aclaradas en este momento político de Venezuela. La primera pregunta la contesté concretamente hace casi 5 años en una nota titulada “La lucha por una Constituyente Originaria debe continuar” (ver nota en https://ticsddhh.blogspot.com/2017/05/la-lucha-por-una-constituyente.html). En esa nota que no ha perdido vigencia, explico con el detalle debido por qué debemos hacer una Constituyente y escribir una nueva Constitución para Venezuela, así que pasaré a la siguiente pregunta que es en realidad el motivo de esta nota.

Algunas personas que han conocido el planteamiento de ANCO se llevan la percepción equivocada que el problema que planteamos es un cambio facial de la Constitución de 1999. Esto es, cambiarle artículos o poner y/o eliminar algunos existentes. Y NO ES ASI. ¡De lo que se trata es cambiar el modelo político, económico y social del país! Y eso claramente conlleva a REHACER todo lo que está escrito en la Constitución para adaptarlo a un nuevo modelo que se les está planteando a los venezolanos.

De allí parte la mayoría de la resistencia y la crítica que se le ha hecho a éste proyecto desde que un grupo muy calificado de venezolanos lo formulara hace más de 15 años. En junio de 2014 lo explique en detalle utilizando una comparación muy dura: la transformación de un botadero de basura en un jardín con una mansión donde viviríamos todos (ver De Proyecto a Movimiento, en https://ticsddhh.blogspot.com/2014/06/de-proyecto-movimiento.html). La actualización de ese Proyecto está escrito en blanco y negro en el documento El Gran Cambio publicado por ANCO en su sitio en la red (ver El Gran Cambio, Una propuesta para la Refundación de Venezuela, en https://ancoficial.blogspot.com/p/documentos-fundamentales.html).

La Constitución es el pacto fundamental que rige las relaciones entre los gobernantes y los gobernados de un país. Establece la organización del Estado y los deberes y derechos de los ciudadanos en un territorio. La Constitución define nuestro modelo económico y político, estableciendo el marco de las relaciones entre los ciudadanos. Todas nuestras constituciones desde la célebre Constitución de Angostura de 1819 han definido el rol centralizado del Estado frente a los ciudadanos, quebrando en la práctica el sentido federal con el que se fundó Venezuela en 1811.

A partir de Angostura, y a pesar de justificarse la congelación de la federación a favor de un Estado centralizado establecida en 1811, por motivos de la Guerra de Independencia, Venezuela todavía conserva en la estructura de su texto fundamental el modelo de un Estado administrador que da y un ciudadano pasivo que recibe. Un Estado que decide por la suerte final de sus ciudadanos. Unas regiones que dependen económicamente de un administrador todopoderoso, así puedan elegir a su representación política en los Estados y Municipios, en un Situado Constitucional establecido por Poderes Públicos que deciden centralizadamente sobre la vida y la muerte de las regiones del país.

Ese modelo piramidal no ha variado en más de 200 años de historia republicana y se ha profundizado desde que el Estado se hizo rico con la renta petrolera a comienzos del siglo XX. Y esto esta estructuralmente definido en todas nuestras constituciones a partir de 1819. No es cuestión de cambiar uno u otro artículo de la Carta Magna. Es cuestión de redefinir la estructura del poder, invirtiendo la pirámide de la administración del Estado a favor de los ciudadanos, regresando a la federación con la que se fundó la República en 1811.

La estructura constitucional del Estado que prevalece desde 1819 es lo que hay que cambiar, entregando el poder político hasta ahora centralizado a las 23 regiones del país, y estas a su vez a los municipios, que es en última instancia donde reside el ciudadano. La actual estructura beneficia a los pocos que llegan al poder y controlan el Estado y sus recursos. De allí que los partidos se peleen a muerte por alcanzar ese poder y se organicen para controlar a quienes llegan al parlamento que es donde se deciden finalmente los recursos que se reparten, en combinación con quien ocupa Miraflores. Los Diputados que se eligen en la actualidad no son verdaderos representantes de las regiones, sino de los partidos que los postulan. Ese es parte del cambio político que debe suceder como consecuencia del cambio de la estructura constitucional propuesta que lleva al país a un Estado realmente Federal y descentralizado. De haber tenido una estructura distribuida del poder como la que estamos proponiendo hubiese sido imposible para un solo partido y su Presidente felón expoliar y destruir nuestro país como lo han hecho.

Con el correr de los años y la finalización de la Guerra de Independencia, se reconoció el carácter federal de la República pero sin que los que gobernaban perdieran el control centralizado del Estado. La Constitución de 1830 estableció un sistema que combinó ambas cosas pero que siempre dejó a las regiones en las manos de quien controlaba el poder central. Esto ocurrió hasta que hubo un cambio importante del texto constitucional a la finalización de la Guerra Federal con la Constitución de 1864 que creó los Estados tal y como los conocemos hoy, al punto que Venezuela llevó el nombre de Estados Unidos de Venezuela (ver Irene Loreto González, Federalismo como sistema político, en http://historiaconstitucionalvenezuela.blogspot.com/2010/06/federalismo-como-sistema-politico.html).

De allí en adelante la estructura constitucional no ha variado hasta nuestros días. Incluso la Constitución de 1999 centralizó el modelo mucho más, eliminando la representación de los Estados en el parlamento, dejando a las regiones totalmente huérfanas. Es esta discusión la que los venezolanos debemos abordar sin más demora si deseamos darle a nuestra descendencia un mejor país. Y también se puede entender un poco mejor porqué éste planteamiento tiene tantos enemigos, que se han encargado de tergiversar el mensaje que debemos darle a los venezolanos.

Las preguntas 3), 4)  y 5) están respondidas en un documento denominado Bases Comiciales, y que debe ser aprobado por el pueblo venezolano al momento de la consulta que debe hacerse a los venezolanos, acerca de si desean o no un proceso constituyente. En la actualidad ANCO está trabajando para publicar a la mayor brevedad la actualización de la propuesta de Bases Comiciales para someterla a la consideración de los venezolanos.

La última versión publicada de las Bases Comiciales está contenida en nuestra propuesta constituyente de 2017 (antes de que Maduro convocara su Constituyente ilegitima, sin la aprobación de los venezolanos), titulada “Bases Constituyentes, Propuesta de los Ciudadanos para la Reconciliación y el Cambio”, cuya última versión se publicó el 26 de noviembre de 2017 (ver Documento Bases Constituyentes, en  https://tinyurl.com/8vjaccvu). Las Bases Constituyentes incluyen de manera extensa las Bases Comiciales de todo el proceso (cómo se realizarían las elecciones, quienes pueden participar como constituyentes y sobre qué fundamentos).

Las Bases Comiciales contenidas en el documento mencionado están en proceso de revisión pero son una buena aproximación de referencia a nuestra propuesta de unas bases comiciales incluyentes de todos los sectores de la vida nacional, con representación proporcional, incluyendo el lapso para desarrollar todo el proceso y la vigencia propuesta de la Asamblea Nacional Constituyente Originaria, dejando abierta la posibilidad de que esta sea convocada el día que el pueblo así lo decida.

Como se verá, la propuesta de ANCO a los venezolanos no es de ninguna manera improvisada y ha sido sometida a la consideración de importantes constitucionalistas que han hecho sus oportunas sugerencias en el transcurso de los años, siempre dejando un marco de actuación para las decisiones que finalmente tomaran los representantes del pueblo en esa Asamblea Nacional Constituyente Originaria propuesta.

Un cuestionario como el mencionado al comienzo de esta nota, a pesar de incluir preguntas que son plenamente pertinentes, no refleja la verdadera trascendencia del porqué y cómo debe ser realizado este proceso tan importante para el país. Y como proponente y en cierta medida organizador de esta “iniciativa política y constitucional” para Venezuela, y persona aludida, creí necesario e importante colocar las mismas preguntas pero en su debido contexto, para que la propuesta sea evaluada por los venezolanos en su exacta dimensión para el futuro del país. De otra forma será desestimada -como tantas veces lo ha sido- perdiéndose una vez más en el montón de propuestas políticas con las que se ha engañado lamentablemente al pueblo venezolano.

Caracas, 30 de Marzo de 2022

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viernes, 25 de marzo de 2022

Las 5 etapas del duelo de la oposición venezolana

Por Luis Manuel Aguana

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No hay como una decepción para entrar en un duelo, en especial cuando la parte que resulta decepcionada nota que le están cambiando sin aviso las reglas de un juego que se había venido desarrollando muy cercanamente. Tal es el caso de lo que está ocurriendo con las relaciones entre el Gobierno Encargado y el gobierno de los EEUU. Los EEUU reconocieron al Presidente Encargado desde aquel recordado 23 de enero de 2019, cerrando filas alrededor de una esperanza que se ha ido desvaneciendo con el tiempo, aunque políticamente aun la mantengan.

En una entrevista dada hace pocos días por el Presidente Encargado, Juan Guaidó, a la periodista Carla Angola en el canal Youtube EVTV, el Presidente Guaidó afirmaba que basado en la confianza que le daban los EEUU no habría “otra reunión EEUU-Maduro” que no fuera en el marco de las conversaciones de México (ver Guaidó en entrevista con Carla Angola-EVTV, No habrá otra reunión EEUU-Maduro, en https://youtu.be/ez-OpUdJN9c).

En otras palabras nos está diciendo que la política exterior de los EEUU hacia Venezuela estaría metida en la camisa de fuerza de lo que se acordara en un diálogo entre el régimen y la oposición oficial. ¿Y desde cuándo los EEUU han supeditado su política exterior a los intereses de otro país, y menos aún los de uno de sus actores políticos? Si no supiera que en política no existen ingenuidades, diría que la oposición oficial entró en un duelo de posible ruptura, manifestando la primera etapa de todo duelo que se precie: la negación.

¿Cómo es posible que la oposición diga que luego de la reunión de los EEUU con Maduro, donde se conversaron temas que solo el que ostenta el poder real en Venezuela puede tratar, las siguientes conversaciones tendrán lugar con quienes precisamente no tienen ese poder y se lo disputan al régimen? ¡Por favor, un poquito de seriedad! Los EEUU seguirán tratando con Maduro directamente sin la oposición oficial si creen que eso los llevara a satisfacer sus intereses, en especial aquellos que tienen que ver con la materia petrolera.

De allí la preocupación de que el Gobierno Encargado ande en una negación de la realidad, metiendo la cabeza en la tierra ante lo que está pasando. Si la oposición oficial está negando las consecuencias que tiene para nuestro país la crisis energética producida por la guerra en Ucrania, entonces difícilmente podrá manejar los que les venga después que el régimen haya avanzado acuerdos políticos y económicos que definitivamente los atornillarán en Miraflores, con la pequeña ayuda de los fabulosos intereses que se mueven detrás del petróleo.

Como indicó la nota publicada por LaPoliticaOnline.com, reseñando al Washington Post: "Chevron busca duplicar la producción de 800,000 barriles por día de Venezuela en unos meses". "Eso podría reemplazar la pérdida de aproximadamente 700.000 barriles por día que Estados Unidos importaba de Rusia antes de que atacara a Ucrania. Y podría ayudar a bajar los precios de la gasolina, una de las principales preocupaciones de la administración Biden en un año electoral difícil" (ver Exclusivo: Biden da luz verde a Chevron para que empiece a operar en Venezuela, en https://www.lapoliticaonline.com/internacionales/biden-da-luz-verde-para-que-chevron/).

Según un mensaje de twitter del periodista Nelson Bocaranda, la OFAC y Chevron desmintieron la noticia (ver twit de Bocaranda en, https://twitter.com/nelsonbocaranda/status/1507054202698309647?t=FE3KjmNknF5aKbAl5jqQWg&s=03); sin embargo, todo apunta que la cosa va en la dirección que indica el prestigioso Washington Post. Hoy podrán desmentir el ablandamiento de las sanciones, pero de que están trabajando en eso desde hace rato es indudable. Mensajes como el de José A. Gil Yepes informando una “segunda ronda de negociaciones con empresas norteamericanas y el gobierno nacional. 11 empresas en el proceso” (ver @joseagilyepes, en  https://twitter.com/joseagilyepes/status/1506321915199336454) ciertamente apuntan en esa dirección.

Lo que está ocurriendo con la demanda de petróleo en el exterior es explosivo y Venezuela está en el ojo del huracán. Ya había comentado que Venezuela está en las condiciones de una tormenta perfecta para que los delincuentes del régimen aprovechen este auge petrolero para ponerse en un nuevo negocio con el apoyo de la situación de escasez del crudo (ver Venezuela, un barco en una tormenta perfecta, en https://ticsddhh.blogspot.com/2022/03/venezuela-un-barco-en-una-tormenta.html). Y lo peor que puede hacer la oposición oficial es ignorarlo refugiándose en las conversaciones en México. El Gobierno Encargado debe comprender que la ÚNICA razón por la cual el régimen regresó a esas negociaciones, fue porque los EEUU lo solicitaron en Miraflores, en el marco de un primer paso de distensión para comenzar a hablar de negocios petroleros.

Lo peor de todo esto es que cuando alguien está en negación, no puede saltarse directamente a la etapa de aceptación sin pasar por las intermedias (ira, negociación y depresión) (ver Las 5 fases o etapas del duelo: la teoría de Kubler-Ross https://centrodepsicologiaintegral.com/las-5-fases-o-etapas-del-duelo-la-teoria-de-kubler-ross/). Por más que nos digan a los venezolanos que los EEUU acompañarán a la oposición oficial sin flexibilizar la posición a sus empresas petroleras para que hagan negocios con Maduro, la realidad nos indica que viven en la fantasía de Narnia.

Si Maduro comienza a apuntalar la economía venezolana con una factura petrolera sólida con la ayuda de empresas petroleras norteamericanas, comenzando por Chevron, que promete al gobierno de Biden duplicar la producción actual venezolana para reemplazar los casi 700.000 barriles que importaban de Rusia, habrá una mejora sustantiva de las reservas internacionales, con el consiguiente endurecimiento de la moneda nacional y la disminución significativa de la inflación, y por supuesto, la vuelta de los subsidios socialistas de Chávez. Y en esa posición el régimen nunca perderá una elección.

¿Se dan cuenta por qué es importante que la oposición nos diga cuál es el plan para salir del régimen dada esta nueva situación, más allá del mensaje simplón de una negociación en México para lograr “unas elecciones libres, justas y verificables”? Mensaje que por cierto se acabó cuando los precios se dispararon con una guerra que comenzó hace tres semanas y que todo apunta que no terminará pronto.

Espero por el bien de todos que la oposición continúe a la siguiente etapa del duelo y se arreche de verdad (ira) (mis disculpas por el anglicismo), pero no con los EEUU, sino con la situación que se está creando a favor del régimen y actúe en consecuencia. Pero tendrán que entender que esta es una situación que no depende de ellos y es irreversible (no hay cabida para la etapa de negociación), y mucho menos tiempo para entristecerse y deprimirse (etapa de depresión). Deben llegar a aceptar (etapa de aceptación) que este es el tipo de problema que ocurre cuando le das largas a una situación insostenible, como lo es seguir apostando en el largo plazo por un Gobierno Encargado cuando se tuvo tres largos años para darle una respuesta a los venezolanos. Pues ya se acabó el tiempo, esperamos respuestas ahora…

Caracas, 25 de Marzo de 2022

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jueves, 17 de marzo de 2022

Venezuela, un barco en una tormenta perfecta

Por Luis Manuel Aguana

English versión

Se dice que una situación negativa llega a un límite extremo denominado “tormenta perfecta” cuando la combinación de los factores que la producen se dan de una manera espontánea que nadie puede prever, causando una destrucción de magnitudes imposibles de medir. Este término se acuñó por primera vez cuando una combinación de eventos generaron la borrasca más potente del siglo XX en la costa este de los EEUU, causando que una tormenta se transformara en un temporal indetenible que ocasionó muertes, miles de viviendas destrozadas, playas desaparecidas, muelles destruidos, y cierre de aeropuertos y carreteras. Incluso este fue el argumento de la película titulada con ese nombre “La tormenta perfecta” protagonizada por Goorge Clooney, acerca de la odisea de los tripulantes del barco Andrea Gail que fue destruido al encontrarse en el medio de algo completamente imprevisible para ellos (ver La tormenta perfecta, la película basada en hechos reales, en https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20061220/tormenta-perfecta-pelicula-baso-hechos-5410363).

Se podría decir que en Venezuela se están configurando factores semejantes a los de una tormenta perfecta con la invasión de Rusia a Ucrania; y que los venezolanos, de la misma manera que la tripulación del barco Andrea Gail -completamente ajenos a esa realidad- terminaremos siendo las víctimas de la destrucción que vendrá después.

La guerra desatada por Rusia en Ucrania ha generado un sinfín de comentarios en la prensa mundial. Es imposible prever el resultado de esa acción de Rusia, pero los mejores entendidos del mundo ya comienzan a indicar que Rusia no sobrevivirá a esa acción bélica, así logre deponer el gobierno en Ucrania.

Son determinantes las opiniones como las de Francis Fukuyama, politólogo y famoso autor del “Fin de la historia y el último hombre”, indicando hace pocos días en su página “American Purpose”, en un artículo titulado “Preparándose para la derrota” (Preparing for defeat): “Rusia se dirige a una derrota total en Ucrania. La planificación rusa fue incompetente y se basó en la suposición errónea de que los ucranianos eran favorables a Rusia y que su ejército se derrumbaría inmediatamente después de una invasión” (ver Preparing for defeat, en https://www.americanpurpose.com/articles/preparing-for-defeat/).

En la misma dirección opina para China el Dr. Hu Wei, Vicepresidente del Centro de Investigación de Políticas Públicas de la Consejería del Consejo de Estado, Presidente de la Asociación de Investigación de Políticas Públicas de Shanghái: “Vladimir Putin puede ser incapaz de lograr sus objetivos previstos, lo que pone a Rusia en un aprieto. El propósito del ataque de Putin era resolver por completo el problema ucraniano y desviar la atención de la crisis interna de Rusia derrotando a Ucrania con una blitzkrieg, sustituyendo a sus dirigentes y cultivando un gobierno prorruso. Sin embargo, la blitzkrieg fracasó y Rusia es incapaz de soportar una guerra prolongada y sus altos costes asociados” (ver Possible Outcomes of the Russo-Ukainian War and China’s Choice, en https://uscnpm.org/2022/03/12/hu-wei-russia-ukraine-war-china-choice/).

Estas opiniones autorizadas apuntan a que la guerra en Ucrania terminará muy mal para Rusia, con todas las consecuencias políticas y económicas asociadas. Las sanciones impuestas a Rusia, siendo una de las más importantes el corte de los envíos de crudo a Europa y EEUU, pone a Venezuela en el ojo del huracán internacional para el suministro urgente de petróleo.

Por esa razón vinieron los enviados del gobierno norteamericano a negociar con Maduro una salida urgente a la situación de Venezuela, con un adelanto de elecciones con la oposición oficial, tal y como lo ha solicitado la Comunidad Internacional. Y aunque Venezuela no esté en la posición actual de proveedor por las razones por todos conocidas de la destrucción de PDVSA, eso no implica necesariamente que no lo sea en un futuro próximo inmediato con las asociaciones e inversiones correspondientes, con la contraprestación del ablandamiento correspondiente de las sanciones.

Rusia no estará en las condiciones, ni militares ni financieras, para sostener al régimen de Miraflores, por lo que la oferta norteamericana puede resultar muy atractiva para la claque de corruptos del régimen, aún más por los precios actuales superiores a los USD 100 en que se cotiza el barril de petróleo. El barril Brent, llego a USD 137,00 hace pocos días (máximos de 13 años y 8 meses, ver https://www.preciopetroleo.net/maximo-anual-del-brent-en-2022.html).

La oposición oficial está más que feliz con esta nueva situación y hará lo que diga el gobierno norteamericano, sin percatarse que jamás habían estado más bajos sus niveles de aceptación entre los venezolanos. Cualquiera que pongan de candidato en el G4, incluyendo a Guaidó, será rechazado por la población. Y ellos aceptarán como -lo han hecho hasta ahora- las condiciones electorales que ponga el régimen de Maduro. En este momento el régimen arrasaría en cualquier elección que se haga controlada por el CNE de Maduro.

El primer factor de la tormenta perfecta, la guerra en Ucrania. El segundo, la necesidad de crudo en el mercado internacional. El tercero, una oposición disminuida, doblada, corrupta y sedienta de poder y dinero. Y el cuarto factor, y tal vez el más importante, una Comunidad Internacional dispuesta a lo que sea para lograr cambiar la ecuación de poder en Venezuela que le permita normalizar la situación política y entenderse con un solo mando, sea quien sea, Maduro o los bates quebrados del G4. ¿Y los venezolanos? Bien gracias. Nosotros no contamos allí…

Con tan solo la primera visita oficial de la delegación norteamericana, Maduro ya soltó dos presos de la Directiva de CITGO, bajaron los niveles de confrontación con los EEUU, están ahora abogando por la paz en Ucrania cuando antes apoyaron incondicionalmente a Putin en su guerra, y se retomaron las conversaciones con la oposición oficial para ir a México, en un nuevo “reformateo del diálogo”  con la oposición oficial (ver Jorge Rodríguez anunció “reformateo del diálogo” con la Plataforma Unitaria, en https://mnwey.awslvpni.com/2022/03/15/jorge-rodriguez-dialogo-plataforma-unitaria/). Ni siquiera me imagino que saldrá de las próximas reuniones.

Ya está entonces montada la olla para los anuncios oficiales de elecciones presidenciales adelantadas en México, con la bendición de la Comunidad Internacional, con EEUU a la cabeza. Y ustedes me preguntarán: ¿Y cuál es el problema? ¿No era eso lo que queríamos, salir lo antes posible del régimen con unas elecciones adelantadas con ellos? Y mi respuesta no sería una, sino dos: a) no, no saldríamos del régimen, lo afianzaríamos. No existe en la oposición oficial actual NADIE capaz de inspirar a los venezolanos lo suficiente para enfrentar un fraude electoral como el que el régimen planeará para esas elecciones; y b) El régimen se legitimaría ante una Comunidad Internacional que avaló ese mecanismo electoral, por lo que las sanciones más importantes desaparecerían después de esa elección, permitiéndole al régimen comenzar una nueva era de negocios petroleros, intermediarios corruptos incluidos.

Todo esto puede parecerles apocalíptico. La solución que ANCO le ha propuesto a los venezolanos pasa porque exista una Comunidad Internacional convencida de que las elecciones presidenciales no son la respuesta al sufrimiento de los venezolanos, sino un cambio radical del paradigma del poder y comencemos ya la Refundación de la Nación a través de un proceso Constituyente de carácter Originario, negociado entre todas las partes involucradas en esta crisis, como lo he puntualizado en innumerables ocasiones. Si la Comunidad Internacional ya decidió que las elecciones son el rumbo, como al parecer ya ha hecho, vamos entonces en la dirección de una tormenta perfecta, como George Clooney en la película. Si no pensamos en una solución inmediata, lo que nos quedará es recoger los muertos de entre los escombros de lo que quede después, o rezar por no desaparecer en las profundidades del océano, como el barco Andrea Gail.

Caracas, 17 de Marzo de 2022

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