domingo, 31 de diciembre de 2023

Certidumbre para el 2024

Por Luis Manuel Aguana

English versión

No hay nada peor que vivir en la incertidumbre. Los seres humanos necesitan un mínimo de conocimiento de su entorno para poder organizar sus vidas día a día, sin mencionar que ese entorno debería ser estable para que puedan crecer y desarrollarse. De allí que al terminar un año, el tiempo mínimo razonable que nos damos para tomar decisiones acerca de nuestras vidas, nos estemos preguntando si lo que viene será peor o mejor de lo que ya hemos vivido, en el mismo período del tiempo anterior, para tomar las mejores decisiones.

Este principio opera no solo para las personas, sino de igual manera para las familias, las empresas, y los gobiernos. Se hace al finalizar el año la evaluación para tomar decisiones, pero el factor clave que opera aquí es la certidumbre. ¿Y por qué lo digo? Tal vez con un ejemplo lo puedan apreciar mejor.

Una persona que en diciembre no sabe si tendrá trabajo en enero, porque al finalizar el año la empresa le comunicó que no sabrían si cerrarían por razones de la crisis económica, se comportará de manera muy diferente que aquel que razonablemente sabe, o tiene la certidumbre, que regresará a trabajar el mes siguiente para poder seguir manteniendo a su familia. Aquel que tiene certidumbre de su trabajo organizará su vida con base en esa realidad, pudiendo planificar su vida porque tiene la certeza –al menos inmediata- de que tendrá un empleo.

Y así podemos extrapolar el principio a otros terrenos de la vida. Una empresa que no tiene la certidumbre que tendrá sus insumos a un precio determinado, tomara decisiones completamente diferentes en torno al precio de sus productos que aquellas que saben de cierto que las materias primas de sus productos no se moverán. Un gobierno que deja que la incertidumbre le domine nunca podrá darle certeza de estabilidad política a sus gobernados.

La certidumbre es entonces un factor clave y fundamental en la ecuación del bienestar de un pueblo, por lo que es deber de todo gobernante, o de quien pretenda llegar a serlo, tratar de garantizarlo en la mayor cantidad de órdenes posible. Y me atreveré a decir más: aquel que no irradie certidumbre en su conducta difícilmente generará la suficiente confianza.

¿Por qué creen ustedes que las empresas buscan personal “con experiencia”? Porque de esa manera tienen la certidumbre de que ese trabajador hará el trabajo exigido y no vendrá a aprender, generando problemas y retrasos. Eso no significa que el no tener experiencia sea malo, sino que lo que buscan quienes necesitan emplear a alguien es productividad y eficiencia en el trabajo para corto plazo, sin el costo de una curva de aprendizaje.

Y ustedes me preguntarán, ¿y a qué viene todo este discurso de la certidumbre este último día del año 2023? Los venezolanos hemos visto degradar de múltiples maneras lo que el DRAE llama certidumbre, en su primera acepción: “1. f. certeza. Sin.: certeza, certitud, evidencia, verdad, seguridad, convencimiento, convicción” (ver DRAE, Certidumbre, en https://dle.rae.es/certidumbre?m=form).

Esto es, la certeza, la verdad, la seguridad, la convicción. En la Venezuela de hoy no hay certeza de nada para el año entrante, comenzando por la arena política, definidora de todo lo demás. Ejemplos: No hay certeza de que la candidata electa de la oposición se mida con el régimen en unas elecciones libres, justas y verificables; no hay certeza de si habrá o no elecciones; no hay certeza acerca de las acciones de la nueva oposición frente a un régimen que cada vez demuestra con hechos que va adelante en las “negociaciones” que está haciendo con la supuesta “oposición”; no hay certeza de si alguna vez se materializará el mandato del pueblo opositor el 22 de octubre, de desplazar de una vez a la oposición colaboracionista que perdió frente al pueblo, responsable de un interinato fracasado. Y eso solo para comenzar. Existe en todos nosotros al cierre de 2023 una completa incertidumbre hacia el 2024.

Permítanme ampliar un poco más la importancia del concepto de certidumbre aplicada a los grupos humanos organizados, y tal vez así este último día del año quizás –solo quizás- pueda llegar a ser de utilidad a alguien con el poder para tomar decisiones en la oposición.

A medida que se asciende desde el nivel del común de las personas hacia los tomadores de decisiones en cualquier grupo, vamos presenciando una continua degradación de la certidumbre en la cual operan los individuos. El común de las personas requiere de certidumbre para lograr ser productivos y lograr cosas en la vida, como lo mencionamos antes.

Estas personas comunes necesitan de lineamientos previamente establecidos por alguien que sabe lo que quiere y hacia dónde va (generalmente un jefe, un líder, un político en posiciones de gobierno). Debo hacer un aparte aquí: ese jefe o líder TIENE LA OBLIGACIÓN de saber adónde se dirige. Pero no hacia un objetivo genérico, como en el caso opositor, “salir del régimen”, sino que ese objetivo debe ser estratificado y cuantificado para lograr resultados tangibles, estableciendo metas claras que puedan seguir, entender y ejecutar quienes le siguen del común de las personas.

El común de las personas requiere, necesita, tener certidumbre, conocer con claridad y detalle que es lo que de ellos se pide, no una vaina etérea de “vamos a salir del régimen de Maduro”. NO. Necesitan a su nivel conocer cuáles son las acciones concretas que deben realizar, y es responsabilidad del líder establecer un mecanismo de seguimiento y control para saber si se cumplieron esas acciones. Desde el punto de vista sistémico, el común de las personas es cerrado al entorno, y debiera ser para ellos completamente transparente las variaciones que ocurran en un ambiente político cambiante.

Los líderes, quienes conducen al grupo, los niveles decisores de la acción política, deben, al contrario de la gente que se encuentra en la base de la pirámide, funcionar acorde con el ambiente, y respondiendo ante sus cambios permanentes para derivar de allí las decisiones que incidan sobre el comportamiento natural de la gente que los sigue. Los líderes Y NO LA GENTE son los que deben trabajar y convivir en la constante incertidumbre, atentos a lo que pueda suceder para tomar las acciones correspondientes, transformando incertidumbre en certidumbre para su gente. ¿Es eso fácil? ¡Por supuesto que no! Por eso tienen que ganarse el puesto de líderes.

A medida que la incertidumbre cambie a certidumbre a través de las acciones que tomen los liderazgos, las decisiones pasarán a ser del dominio cerrado de quienes manejan, en la base de la pirámide, la certidumbre como factor principal. Ese es el flujo continuo donde se convierte incertidumbre en certidumbre en los grupos humanos organizados.

Estos conceptos no son de ninguna manera nuevos, ni los inventé yo. Fueron desarrollados en las mejores escuelas de negocio y universidades del mundo en el siglo pasado y aplicados con éxito en organizaciones y situaciones complejas. Y aunque los entornos a donde se apliquen hayan cambiado, las personas siguen reaccionando de la misma manera. La diferencia radica en la velocidad de los cambios y la montaña de información que se maneja ahora, cosas que se pueden abordar en estos tiempos con herramientas que antes no existían.

¿Qué deberíamos esperar en el año que comienza? Sería bueno para comenzar que el nuevo liderazgo surgido el 22 de octubre comience por bajarnos la incertidumbre, asumiéndola y poniéndose al frente de ella, protegiéndonos de las distorsiones que produce, a los fines de llevar un colectivo a un triunfo que necesitamos desesperadamente.

Sin conocer toda la teoría anterior, Sir Winston Churchill le bajó la incertidumbre a los ingleses, hablándoles claro y con la verdad a la población, obteniendo la necesaria colaboración y actitud unificada de la gente para salir adelante, al definir con claridad qué era lo que podía ofrecer. Ese fue un caso único de conducción política intuitiva en el mundo. Esto lo logró con su famosa frase ante el Parlamento británico, No tengo nada que ofrecer, sino sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor”, haciendo que cualquier cosa que le pidiera ese líder fortaleciera toda acción de resistencia frente al enemigo.

Otro ejemplo más reciente de generación de certidumbre aplicado por una dirigencia política es el demostrado por el Presidente Javier Milei en Argentina, al establecer claramente a su pueblo el problema que tiene el país, los responsables de la desgracia que viven desde hace mas de 100 años y las soluciones a aplicar desde que prácticamente comenzó la campaña presidencial, indicando claramente el nuevo rol que espera de su pueblo. Milei se hizo cargo e irradió certeza a los argentinos. Eso generó confianza y lo eligieron presidente. Al margen de todos los problemas que seguramente enfrentará su gobierno, el peso de la incertidumbre ya no se encuentra en el pueblo argentino sino en su liderazgo. Espero que estos ejemplos aclaren bien el concepto.

Me encantaría esa actitud de parte del liderazgo político venezolano, aunque lamentablemente estén acostumbrados al tipo de política que históricamente se ha utilizado en Venezuela, donde actuar contradictoriamente frente al pueblo, creyendo que no somos capaces de digerir la verdad, lo que logran realmente es crear altas dosis de incertidumbre Eso tiene que cambiar si queremos salir de esta tragedia. El 2024 podría ser un buen momento para comenzar.

El 31 de diciembre de 2018, tuve el atrevimiento de dar consejos de liderazgo a una incipiente “nueva generación de líderes políticos” que se haría cargo de la oposición de la Asamblea Nacional legítima a partir de enero de 2019. Jóvenes sin experiencia laboral alguna se hacían cargo de nuestro destino político. Todos sabemos cómo terminó eso (ver Por un liderazgo efectivo en el 2019, en https://ticsddhh.blogspot.com/2018/12/por-un-liderazgo-efectivo-en-el-2019.html).

Espero no estar cometiendo el mismo error sugiriendo hoy a esta nueva oposición un manejo acertado de la certidumbre. Decía en ese entonces que al liderazgo que le correspondería llevar la lucha opositora -o de resistencia- en el 2019 tendría la altísima responsabilidad de ser efectivo, dando algunos consejos para eso. Que años de fracasos no se podían seguir tolerando. Pero me equivoqué. Ni fueron efectivos y todavía estamos tolerando los fracasos de esos aprendices de brujo opositores. Sin embargo, como mencione el 24 de diciembre, los venezolanos seguimos aquí aguantando la pela porque somos resilientes, y creo que el consejo de fin de año de un viejo opositor, dado con la mejor buena intención y respeto, no le hace mal a nadie.

De nuevo, mis queridos amigos, seguidores y lectores de TICs & Derechos Humanos, mi más sincero agradecimiento por acompañar estas notas durante todo el año 2023, deseándoles lo mejor para el año 2024, y esperando –como siempre- que este si sea verdaderamente el año de la Libertad… ¡Feliz Año 2024!

Caracas, 31 de Diciembre de 2023

Blog: TIC’s & Derechos Humanos,

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana

domingo, 24 de diciembre de 2023

Navidad 2023, desesperanza o resiliencia

Por Luis Manuel Aguana

English versión

Sería imposible describir un cuadro de mayor desesperanza en el ánimo de los venezolanos honestos en esta Navidad, al ver al régimen solazarse resplandeciente luego de ver ganada su disputa con los EEUU por el delincuente Alex Saab. Muy pronto lo veremos como negociador del régimen en la mesa de México y Barbados, junto con la oposición oficial, como ya lo han anunciado –“oposición” que por cierto no quiere soltar esa responsabilidad frente a la verdadera representación opositora electa el 22 de octubre-  y luego seguramente lo exhibirán como Ministro o Embajador en algún país, o bien Gobernador, impuesto en cualquiera de los Estados de Venezuela, a pesar de no ser venezolano (lo cual no sería extraño si Maduro tampoco lo es).

Esta demostración histriónica de fortaleza delincuencial, donde unos criminales se ufanan pública y abiertamente de lo bien que les salió la jugada de secuestrar inocentes para intercambiarlos por sus secuaces caídos en manos de la justicia, podría resultar de verdad desmoralizante para quienes han luchado desde hace muchos años por el regreso del imperio de la ley y el Estado de Derecho en Venezuela, y especialmente durante esta época decembrina donde la gente honesta hace sus mejores votos por un mejor futuro para sí mismos y su familia, poniendo solamente por delante su trabajo, y la fe y esperanza en el Hijo de Dios que nace hoy, que dio su vida para lavar los pecados del mundo. Es por eso que se siente flotar en el aire un ambiente desagradable y contradictorio generalizado en esta particular Navidad de 2023 en Venezuela. Deberíamos estar alegres pero la realidad nos tumba la alegría.

Pero no quiero ahora escribir acerca de las contradicciones opositoras, ni tampoco especular si este régimen durará mil años, como dijeron que duraría el III Reich alemán, o hasta el año que viene, por el milagro de unas elecciones. Deseo más bien reflexionar en esta época navideña acerca de si tenemos o no las fortalezas necesarias para resistir y salir de esta desesperanza de hoy, causada por mil razones, la mayoría de ellas producto del cinismo del régimen, y también por culpa de quienes confiamos la dirección opositora. Esa es la verdadera clave que define si estaremos viviendo un cuadro mejor o peor del que tenemos hoy en la próxima Navidad. En el fondo, de eso es lo que se trata todo esto.

El término que define esta capacidad de resistir la adversidad es la resiliencia: de acuerdo al DRAE, resiliencia se define como; “1. f. Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos” (ver DRAE, Resiliencia, en https://dle.rae.es/resiliencia?m=form). Falta indagar si el venezolano es o no resiliente. Para ello eché mano de la ayuda de la Inteligencia Artificial (IA), muy de moda en estos tiempos, e hice un experimento al preguntar directamente a la IA de Google, Bard, lo siguiente: “¿Es resiliente el venezolano?” Y lo que sigue abajo es a mi juicio la mejor de las tres respuestas que me dio:

“La resiliencia es la capacidad de adaptarse positivamente a las adversidades. Los venezolanos han demostrado ser un pueblo resiliente, capaz de superar las dificultades que han enfrentado en su historia.

En los últimos años, Venezuela ha experimentado una crisis económica, política y social sin precedentes. La hiperinflación, la escasez de alimentos y medicamentos, y la violencia han hecho que la vida de los venezolanos sea muy difícil. Sin embargo, a pesar de estas dificultades, los venezolanos han demostrado una gran capacidad de adaptación y superación.

Hay muchos ejemplos de la resiliencia de los venezolanos. Por ejemplo, muchas familias han tenido que emigrar para buscar mejores oportunidades. Estas personas han tenido que aprender a adaptarse a una nueva cultura y a un nuevo idioma. También han tenido que enfrentar el racismo y la discriminación. Sin embargo, la mayoría de los venezolanos que han emigrado han logrado adaptarse a su nueva vida y prosperar.

Otro ejemplo de la resiliencia de los venezolanos es la forma en que han organizado protestas y manifestaciones para exigir cambios en su país. Estas protestas han sido reprimidas violentamente por el gobierno, pero los venezolanos han seguido manifestándose, demostrando su determinación de luchar por un futuro mejor.

La resiliencia de los venezolanos es un ejemplo inspirador para el mundo. Es un testimonio de la fuerza del espíritu humano y de la capacidad de superar cualquier dificultad.

Algunos de los factores que contribuyen a la resiliencia de los venezolanos son:

La cultura venezolana: La cultura venezolana está marcada por la solidaridad, la cooperación y la familia. Estos valores ayudan a los venezolanos a apoyarse mutuamente en tiempos difíciles.

La historia venezolana: Los venezolanos tienen una larga historia de lucha y resistencia. Esta historia les ha dado una fortaleza y una determinación que les ayuda a superar las adversidades.

La juventud venezolana: La juventud venezolana es un grupo dinámico y comprometido. Los jóvenes venezolanos están motivados a cambiar su país y a construir un futuro mejor.

La resiliencia de los venezolanos es una fuerza poderosa que puede ayudar al país a superar la crisis actual.”

(ver Bard, consulta: ¿Es resiliente el venezolano?, en https://bard.google.com/chat) (resaltado nuestro).

La Inteligencia Artificial –y en especial la de Google- hace uso del acervo casi infinito de información acumulada en la red que hemos generado nosotros mismos con nuestras interacciones diarias, produciendo una respuesta acorde con la solicitud realizada, en la mayoría de los casos, ajustada a la realidad. Examinando ese texto podrán ustedes notar que nada de lo que allí se expresa es un invento de los programas de Google acerca de algo que no sepamos ya en Venezuela.

Efectivamente, hemos experimentado las 7 plagas de Egipto, y sus consecuencias, tanto  con los delincuentes del régimen, como de su oposición, y a pesar de ello, hemos “demostrado una gran capacidad de adaptación y superación”. Las personas que se han ido del país “han tenido que enfrentar el racismo y la discriminación” y a pesar de todo eso, “han logrado adaptarse a su nueva vida y prosperar”.

Los que nos hemos quedado hemos sido reprimidos “violentamente por el gobierno, pero los venezolanos han seguido manifestándose, demostrando su determinación de luchar por un futuro mejor”.

¿Y por qué ha sido todo esto? De acuerdo a la IA Bard, por nuestra cultura, nuestra historia y nuestra juventud. Pero yo añadiría otra mucho, más poderosa, nuestra determinación, como venezolanos, de recuperar nuestro país, por encima de cualquier liderazgo –bueno, malo, regular o pésimo que se haya decantado en el tiempo-, y a pesar de las amenazas de quienes creen que la dignidad se compra con una bolsa de comida.

Es triste y a la vez increíble que una IA sea capaz de decirnos todo eso de nosotros mismos y los venezolanos todavía dudemos de nuestra capacidad real –no generada por una IA- de vencer a estos delincuentes porque el régimen luzca orgulloso en un desfile público a un criminal que soltaron en los EEUU a cambio de rehenes inocentes. Ni decir tiene una IA que nuestra resiliencia “es una fuerza poderosa que puede ayudar al país a superar la crisis actual”.

Nuestra verdadera fuerza proviene de un ADN muy especial, comprobado históricamente desde que decidimos la libertad del imperio español y pusiéramos en pago la vida de más de la mitad de nuestra población. Y eso sigue allí, así esta lucha lleve lo que nos reste de existencia, porque como sabiamente dijera un famoso manager de las grandes ligas, “el juego termina cuando se termina”, y este no se terminara hasta la salida del régimen de Maduro y sus delincuentes del poder para comenzar uno nuevo en democracia. Falta mucho camino por recorrer todavía en contra del régimen, independientemente del liderazgo opositor que se encuentre al frente en este momento, porque eso no es lo trascendente. Y si el liderazgo  que tenemos no resulta como pensábamos –como ocurrió con el anterior-  entonces, con el favor de Dios, nos tocará conseguir uno mejor en el futuro. De eso se trata la resiliencia.

Así es de seria la determinación que muchos hemos asumido dentro y fuera del país, de no traicionar a quienes sacrificaron noblemente sus vidas en más de 20 años de lucha, en las calles y en las cárceles, y los que continúan como perseguidos y  presos políticos civiles y militares, y exiliados por el régimen, y que continuará hasta alcanzar la libertad de Venezuela. A ellos siempre, les deberemos nuestra eterna gratitud y lealtad.

Dicho lo anterior, solo me resta desearles a todos ustedes, mis seguidores y lectores consecuentes, una Feliz Navidad 2023, con mis mayores deseos, para que esta Nochebuena de Navidad, el Niño Jesús les reafirme y consolide la fuerza de la resiliencia que vive en sus corazones y que nada pueda doblar el optimismo por un mejor mañana, dejando atrás toda desesperanza, resistiendo con mucha fe y determinación hasta vencer, y ganar el momento supremo en que toda la familia venezolana se encuentre reunida en el país, respirando el aire de la libertad. Amén y que Dios me los bendiga a todos…

Caracas, 24 de Diciembre de 2023

Blog: TIC’s & Derechos Humanos,

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana

miércoles, 20 de diciembre de 2023

Saab, rehenes y aliados de lucha

Por Luis Manuel Aguana

English versión

A esta hora ya es público, notorio y comunicacional el intercambio de prisioneros por Alex Saab, acordado entre el régimen de Nicolás Maduro Moros y los EEUU. En efecto, las agencias de noticias Reuters y AP informaron que “El gobierno de Estados Unidos liberó a Alex Saab, un cercano aliado del presidente Nicolás Maduro, como parte de un intercambio de prisioneros que incluye a al menos 10 ciudadanos estadounidenses encarcelados en Venezuela (ver La Voz de América, EEUU libera a Alex Saab a cambio de todos los estadounidenses detenidos en Venezuela, en https://www.vozdeamerica.com/a/eeuu-libera-a-alex-saab-a-cambio-de-todos-los-estadounidenses-detenidos-en-venezuela-agencias/7405549.html).

Pero lo escandaloso de la noticia no es tanto la liberación de un delincuente enjuiciado por la justicia de los EEUU, sino que efectivamente funcionara el secuestro en Venezuela de ciudadanos norteamericanos, mantenidos como rehenes, para lograr su liberación. Visto así, no existe ninguna razón para que cualquier gobierno autoritario del mundo que desee algo del gobierno norteamericano, lo consiga a través del secuestro de sus connacionales en su territorio. ¿Qué pasaría con aquella famosa consigna norteamericana de que con terroristas no se negocia? Al parecer con el régimen de Maduro no aplica.

Y no es que no entienda el porqué los norteamericanos procedan de esta forma por las razones humanitarias de los rehenes que el régimen mantiene en cautiverio en sus mazmorras. Lo que es preocupante aquí es que esa debilidad demostrada con el régimen de Maduro por parte de los norteamericanos pudiera estar afectando la lucha legítima que tenemos en Venezuela por sacarnos de encima a esta peste que representa el régimen castro-chavista-madurista, poniendo en duda cualquier consejo, apoyo o sugerencia que nos hagan para salir del régimen, porque no podríamos saber si lo están haciendo por desear ayudarnos a rescatar el país o por razones de coacción, que luego puedan resultar  perjudiciales para los intereses de los venezolanos, al encontrarse los norteamericanos claramente comprometidos con el régimen. Pero eso nunca podremos saberlo, ¿verdad?

Por otro lado, está el hecho que, por un lado, los norteamericanos conversan con el comando de la oposición en la mañana, pero en la tarde negocian con el régimen de Maduro en una agenda completamente diferente. ¿Cómo saber si lo que le dicen a la oposición va en el sentido correcto de salir de ellos, si es que verdaderamente están interesados en que regresen a Venezuela la democracia y la libertad? A pesar de esa duda, yo todavía creo, ingenuo yo, que, en general, la política norteamericana de siempre, ha estado orientada a la recuperación de esas entidades sagradas por las que han muerto decenas de venezolanos en las calles desde hace más de 20 años. Pero la realidad muestra que episodios como el de Alex Saab ponen de manifiesto todo lo contrario.

El ejemplo más reciente lo tenemos con el caso de la presencia de María Corina Machado (MCM) en el TSJ, antro de la justicia del régimen, a instancias de los EEUU, quienes fueron los primeros en dar la noticia. Por más justificación que la candidata diera a la opinión pública luego de salir de allí, la amarga decepción que nos invadió a no pocos venezolanos, no solo fue que faltara a su palabra de no concurrir a ninguna instancia de este régimen ilegítimo, sino que más allá de aceptarles una legitimidad que fuera de toda duda no tienen para administrar justicia, les reconoce algo muy importante en toda lucha: beligerancia. De acuerdo a la Real Academia Española de la Lengua, “conceder o dar beligerancia a alguien” significa: “1. locs.verbs. Atribuirle la importancia bastante para contender con él. U. m. con neg.” (ver DRAE, Beligerancia, en https://dle.rae.es/beligerancia?m=form).

La justicia del régimen no está a la altura para que ningún venezolano le conceda la importancia suficiente para someter a su consideración cualquier asunto, en especial de índole jurídica. Si así fuera, no estuviéramos en la situación en la que se encuentra Venezuela. Hubiera sido suficiente solicitar justicia ante su TSJ. Venezuela no tuviera presos políticos, en primer lugar. Para concurrir al TSJ primero se tendría que limpiar a fondo el Poder Judicial. Precisamente por estar de acuerdo con MCM en asuntos como estos fue que los venezolanos votamos por ella el 22 de octubre. Si no, ¿qué sentido tendría su victoria por más del 90%? Este es el verdadero sentido de este reclamo principista.

Ahora bien, se puede entender que el principal aliado internacional de la oposición en la lucha en contra del régimen de Nicolás Maduro Moros, los EEUU, hayan negociado con el régimen de Maduro un canje de prisioneros norteamericanos, que al parecer también incluye algunos de reciente data como el Presidente de SUMATE, Roberto Abdul (ver La Patilla, Confirman liberación del Presidente de Súmate, Roberto Abdul, en https://tyht.cgixix.com/2023/12/20/confirman-liberacion-del-presidente-de-sumate-roberto-abdul/).

Pero lo que no se puede entender es una estrategia opositora que busca llegar a elecciones para ganarle a un régimen que toma rehenes para salirse con la suya. Simplemente de ese modo nunca se ganarán elecciones. Siempre existirá la posibilidad que el régimen de Maduro, secuestre a quien quiera en el país –en especial norteamericano- para conseguir cualquier cosa, entre ellas “ganar” las elecciones con el visto bueno de nuestro principal aliado internacional, que como hemos visto, puede ceder ante esa situación.

¿Ante eso, qué hacer? Creo que lo primero es no perder el rumbo y menos aún los valores que lo sustentaron. El pueblo venezolano creyó en un liderazgo transparente basado en la verdad y la honestidad representado por MCM. Creo que si los EEUU están severamente comprometidos, bien sea por su agenda energética internacional o por cualquier otra causa que comprometa nuestro futuro de democracia y libertad, debemos continuar nuestro camino solos, así sea mucho más duro el resultado a corto plazo, y por lo menos hasta que la situación política interna en ese país cambie sustancialmente y se alinee más claramente con nuestros objetivos firmes de salir del régimen.

Esa propuesta puede implicar que haya más presos políticos, y tal vez más sufrimiento a la familia venezolana. Pero habrá más honestidad en esta lucha que libramos todos, en especial entre quienes se han comprometido a representarnos frente a ella. Estarían con nosotros solamente los que verdaderamente nos quieren libres, no quienes lo dicen, cuidando por detrás sus intereses con nuestros enemigos. Eso no representa una ayuda, sino todo lo contrario. Con amigos mediatizados a la larga nunca conseguiremos la libertad. Preferirán que Maduro y sus criminales se queden en el gobierno si eso les sirve a sus intereses, y lo peor es que te convencerán de eso, como ocurrió con el interinato.

El liderazgo opositor encabezado por MCM debe concientizar que la fuerza opositora solo existe porque los venezolanos, no ningún gobierno extranjero ni nadie en el escenario internacional, hicieron algo para eso ocurriera. Solo el pueblo le dio a MCM su representación. Si ella se equivoca lo vamos a pagar todos. Entonces que esas equivocaciones valgan la pena porque las cometimos nosotros, porque la elegimos a ella y no por cuenta de otro, y que sirvan de aprendizaje para avanzar, manteniendo los valores que en primera instancia originaron esa confianza de la gente. Estoy seguro de que así, por largo y difícil que sea el camino, solos o con poca ayuda, más temprano que tarde estaremos condenados a tener éxito, llegando indefectiblemente adonde nos proponemos.

Caracas, 20 de Diciembre de 2023

Blog: TIC’s & Derechos Humanos,

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana

domingo, 17 de diciembre de 2023

MCM ante el TSJ: ¿Táctica o error?

Por Luis Manuel Aguana

English versión

Al Libertador Simón Bolívar, a los 193 años de su muerte, quien si tuvo claro los intereses de los venezolanos por quienes luchó y murió…

La decisión de María Corina Machado (MCM) y su equipo de asesores cercanos, al concluir que lo más conveniente era concurrir al TSJ controlado del régimen de Maduro, en el lapso impuesto por ellos, para presentar sus alegatos en relación con una inhabilitación impuesta ilegalmente, con la señal de aprobación del gobierno de los EEUU (ver tweet de @usembassyve Aplaudimos a MCM…, en https://twitter.com/usembassyve/status/1735748536019333157), trajo mi memoria el mismo respaldo que dieron los EEUU, y que los venezolanos también aplaudimos, a Juan Guaidó y su gobierno interino durante 4 largos años sin resultado alguno, hasta que no hubo nada ni nadie a quien respaldar.

Si MCM, luego de haberle dicho al país que no se pondría en manos de la justicia del régimen de Maduro, cambió de parecer por el consejo de la administración de Biden, imagino que solo podría ser por una cosa: que si luego que el régimen ratifique a través de su TSJ, bajo cualquier argumentación posible y abusiva, la inhabilitación de MCM, el gobierno de los EEUU decidirá restaurar las sanciones al régimen de Maduro, considerando otras medidas que obliguen la participación de MCM en las elecciones de 2024, con la garantía plena del gobierno norteamericano.

Todo esto lo digo porque luego de oír la declaración de MCM después de salir del TSJ ilegítimo de la Av. Baralt, pareciera que la gravedad de este problema no se ha comprendido cabalmente: “Y a este régimen no les vamos a dar una sola excusa para que se salgan de la ruta electoral. Nosotros no nos vamos a salir de la ruta electoral y ellos no se van a poder  salir de la ruta electoral. Maduro y su régimen no se van a poder salir de la ruta electoral. Van a tener que cumplir con sus acuerdos y con lo que es la voluntad de todos los venezolanos…” (ver Declaración de MCM, en https://youtu.be/EByn-evRpHY?t=53).

¿De dónde saca MCM y su equipo que el régimen quiere salirse de la ruta electoral? ¡El régimen no está interesado en salirse de la ruta electoral!, en especial después del fracaso de Maduro en San Vicente y Las Granadinas. Pero en lo que sí está interesado el régimen es en una ruta electoral SIN LA PRESENCIA DE MCM. El régimen quiere ir a elecciones solamente con los bates quebrados que le interesa, y que todavía maniobran, abierta o encubiertamente, para que MCM no participe en las elecciones.

Ni Rosales, ni Capriles, ni Superlano, ni Prosperi, ni toda la constelación de posibles candidatos, superan cada uno más allá del 5% en las encuestas. Es por eso que montaron ese tinglado de la propuesta de Barbados del TSJ, con la pequeña ayuda de Gerardo Blyde, para filtrar a los que deseen. Esto hace que el 10% o menos que régimen tiene en las encuestas luzca como sobrado en cualquier elección, haciendo creíble su victoria a los ojos del mundo. Y eso es lo que sigue operando a pesar de que los venezolanos elegimos el 22 de octubre a una representante de la oposición para el 2024.

Es claro que MCM no debe hacer algo que implique que no quiere una solución pacífica, democrática, y electoral a la crisis del país. Pero lo que no puede ignorar es que los venezolanos estamos SOLOS en esta desgracia. Los EEUU solo responden a sus intereses geopolíticos, y deseo suponer que una decisión del TSJ del régimen en contra de la participación MCM en las elecciones de 2024, desatará en los EEUU por parte de su gobierno unas reacciones que obliguen al régimen a medirse con la verdadera representante de la oposición venezolana, electa el 22 de octubre. No se puede entender de otra manera que MCM haya ido al TSJ ilegítimo a “esperar justicia” del régimen.

Pero si los EEUU respetan las decisiones del Poder Judicial del régimen de Maduro, por más absurdas que sean, como eventualmente es posible -y porque diplomáticamente no puede pasar otra cosa- entonces deberemos suponer que ese país también decidirá en consecuencia que la ruta electoral con un régimen como el que existe en Venezuela no puede operar porque no estará debidamente representada la oposición verdadera del país en las elecciones, dando por descartado cualquier reconocimiento al resultado de esas elecciones.

No hubo ningún paso importante que diera la PU-MUD, Juan Guaidó y el interinato, sin consultarlo con el Embajador de los EEUU en Venezuela con sede en Bogotá. ¿Existió alguna garantía de apoyo posterior a esas decisiones? No lo sé, pero la línea permanente de la oposición oficial siempre paso por esa oficina, y aunque las decisiones finales terminaron estando en manos de los venezolanos, los resultados están a la vista de todos: un fracaso total, por lo que aún seguimos en manos de la tiranía. Es por eso que el 22 de octubre los opositores decidimos una conducción opositora distinta, enterrando a la vieja oposición, y que surgiera una nueva con independencia de criterio, capaz de discernir un camino ganador a pesar de lo que opinara quien sea, así ese fuera los mismísimos EEUU.

En este punto no sabemos si la administración Biden es capaz de quemar a MCM a favor de sus intereses petroleros con el régimen, claramente demostrados cuando le pasaron por encima al Gobierno Interino conversando directamente con Maduro, o verdaderamente desean que Venezuela recupere su democracia para pasar a ser un aliado energético confiable pero soberano en sus decisiones.

Cualquiera de las dos maneras les es igualmente válida, geopolíticamente hablando, pero muy diferente de cara a nuestro bienestar como venezolanos. ¿Qué tiene que pasar para que se interesen en lo segundo y no en lo primero? Lo peor que puede hacer nuestra representación opositora es confiar ciegamente, debiendo trabajar para lograr garantías a favor de nuestros propios intereses, para salir del régimen a la brevedad, aun sabiendo que a los norteamericanos les es completamente neutro lo que nos pase, así existan 8 millones de migrantes venezolanos en el continente.

Un ejemplo, ¿le es conveniente a los EEUU, y a los intereses en ese país, que los venezolanos recuperemos el territorio Esequibo? Lo primero que me viene a la mente es que ese no es su problema, es nuestro. A la luz de quienes están explotando petróleo allí, tal vez los intereses del consorcio ExxonMobil, de fuerte participación norteamericana, estén mejor resguardados en un gobierno como el de Guyana, miembro del Commonwealth británico, que con un régimen socialista inestable.

¿Qué consejo creen ustedes que los EEUU nos darían ante ese problema? Piénsenlo. Eso no quiere decir que nos deseen mal, lo que quiere decir es que nosotros debemos saber diferenciar por dónde van los intereses de quienes dicen estar contigo y por qué. Saber eso marca la diferencia entre el éxito y el fracaso. Ojalá que esta táctica de MCM y su equipo con el TSJ no termine en un error cometido a instancias de los EEUU. Sería triste volver al pasado reciente del interinato. En todo caso, sería una enseñanza en nuestra ya accidentada ruta por la libertad. Espero no nos vuelvan a tomar por pendejos otra vez…

Caracas, 17 de Diciembre de 2023

Blog: TIC’s & Derechos Humanos,

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana

jueves, 14 de diciembre de 2023

La disyuntiva opositora del Esequibo

Por Luis Manuel Aguana

English versión

¿Cómo fue que un referendo que, en un principio, fue vendido a la población como “no vinculante” resulta que ahora, después de una burda manipulación de los resultados, es la principal justificación que está utilizando el régimen de Nicolás Maduro Moros para crear un nuevo Estado Esequibo, una Ley Orgánica que lo regula y todo un estado de conmoción internacional para recuperar a la fuerza el territorio en reclamación?

Podemos hacer muchas conjeturas acerca del porqué este referendo terminó siendo vinculante para el régimen, a diferencia de las Consultas Populares de 2017 y 2020, que hasta la misma oposición oficial ignoró y señaló como “no vinculantes” a pesar de que cada una tuvo una participación verdadera –no imaginaria como la del 3 de diciembre- de 7,5 y 6,4 millones de venezolanos respectivamente.

Desde la aprobación de la actual Constitución vigente en 1999, el pueblo puede ejercer directamente su soberanía (Artículo 5) a través de los mecanismos previstos en ella (Artículo 70). El caso es que el régimen siempre ha decidido en última instancia en qué casos una consulta al pueblo se debe acatar o no. Pues bien, aunque el pueblo no los acompañó el 3 de diciembre, constatado en los hechos por una total ausencia de electores en los centros de votación, decidieron fundamentar con unos votos que los venezolanos NO LES DIMOS, pasar por encima de nosotros para generar un conflicto con Guyana.

Todo el mundo concluyó, incluyendo este modesto bloguero de las redes, que este movimiento era una salida desesperada para crear un estado de emergencia que le permitiera al régimen suspender indefinidamente las elecciones previstas para el 2024. Pero luego de abrir un poco más el marco de la fotografía, y considerando en el análisis todas las fuerzas internacionales en juego, pareciera que esta explicación resulta ser muy superficial y que oculta un mar de mucho más fondo del que se ve a primera vista, aunque la electoral pueda ser una de las primeras consecuencias.

Crear un escenario de beligerancia por el Esequibo, donde saben que no estarían acompañados por la casi totalidad de sus aliados históricos, comenzando por Cuba, el Caricom y ahora el Brasil de Lula Da Silva, todo esto sin contar con China, que tiene inversiones impresionantes en Guyana, debe tener una explicación más sólida que simplemente eludir las elecciones.

El negocio de la guerra ha sido uno de los más grandes de la humanidad en todos los tiempos. De allí salieron fortunas que todavía son visibles y determinantes en el mundo actual desde la Segunda Guerra Mundial. Sin necesidad de llegar a una guerra, el solo hecho de crear la posibilidad de una, genera movimiento económico de defensa, de armas, de transporte, de comunicaciones, de construcción y proyectos. Y si a eso se añade la disposición de posibles socios como Irán y Rusia, bien dispuestos a colaborar con el régimen a cambio de fortalecer su presencia en la región, de cara a su guerra eterna en contra los valores de occidente, en especial los EEUU, la mesa está bien servida.

¿En qué nos veríamos beneficiados los venezolanos de eso? En nada. Pero al régimen se le abriría una nueva fuente de financiamiento de largo plazo a esa “posible guerra”, que les daría oxígeno para permanecer en el poder durante el tiempo que deseen. Establecerían bases de esos países en nuestro territorio, cuya sola presencia les daría la seguridad de permanecer en el poder frente a una posibilidad de intervención armada.

¿Y las elecciones del 2024? Bien gracias. Podrían, como ya lo están pensando, alargar el período presidencial de Maduro por los años que les plazca en su Asamblea Nacional ilegítima, o simplemente modificar la Constitución para decidir que las elecciones en Venezuela sean de segundo grado, como en Cuba, donde el presidente lo pone la Asamblea. ¿Y el pueblo? Ya lo vieron ustedes el 3 de diciembre: no lo necesitan. Llaman a una elección, y sin importar que no vaya nadie, ya tienen con el CNE la fábrica de los millones de votos que requieren.

Para enfrentarse a esta nueva estrategia continuista del régimen, no basta con tener un verdadero candidato dispuesto a fajarse con ellos en una elección, y buscando quienes cuiden los votos en el país, porque como verán, el tema no se está decantando por medirse electoralmente con el régimen. Ya saben que por esa vía perderán estrepitosamente, y por eso decidieron no contarse.

Pero no solo están dando los pasos para evitar medirse, sino para sostenerse después de eso, lo que la hace una estrategia mortal para nosotros. Poco les importarán las sanciones y llevarse por el medio a quien sea, violando los Derechos Humanos de los venezolanos. Saben que deben conseguir un nuevo escenario geopolítico donde ellos sean el centro inamovible de la estabilidad política de la región. Con eso logrado, nadie los sacará del poder porque quienes se encargarán de que eso no pase serán las potencias en pugna mundialmente.

Pero todo eso lo tienen que montar rápido, antes de las elecciones de los EEUU. Los equilibrios internacionales son delicados y tienen, a partir de ahora, menos de un año de un cambio sustancial en los EEUU para lograrlo. Pero así como ellos, también la oposición verdadera deberá moverse en consecuencia.

Ante esa realidad, ya dejó de funcionar la estrategia opositora de esperar que el régimen se mida electoralmente, porque así lo acordaron en una mesa de negociación en Barbados. De hecho una prueba de eso es que ya el régimen rompió los acuerdos al embestir nuevamente en contra de la oposición, persiguiendo y desapareciendo a importantes colaboradores de la candidata María Corina Machado.

Desde la oposición legítimamente electa del país, ya es hora de comenzar a darle más peso al rol de liderazgo de una oposición en resistencia, producto de la elección del 22 de octubre, que al de una candidatura presidencial. Este último llegará cuando se pueda garantizar que el régimen finalmente entre por el riel electoral. Esta sería la disyuntiva opositora del Esequibo. Al fin y al cabo fue por ese rol de liderazgo que la candidata se postuló a las elecciones primarias en primer lugar. Ya es hora de ponerle caro al régimen huirle al pueblo venezolano…

Caracas, 14 de Diciembre de 2023

Blog: TIC’s & Derechos Humanos,

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana

domingo, 10 de diciembre de 2023

La narrativa interesada del Esequibo

Por Luis Manuel Aguana

English versión

 “Los tiempos difíciles crean hombres fuertes. Los hombres fuertes crean buenos tiempos. Los buenos tiempos crean hombres débiles. Y los hombres débiles crean tiempos difíciles”.

 G. Michael Hopf, Those Who Remain

Si alguna consecuencia terrible ha traído las decisiones del régimen de Nicolás Maduro Moros con todas las acciones posteriores al referendo del 3 de diciembre, que incluyen la movilización de tropas hacia la frontera con Guyana, la designación de un gobernador para la Zona en Reclamación, incluido el cambio del mapa de Venezuela, junto con la aprobación en primera discusión de un proyecto de Ley Orgánica para la Defensa de la Guayana Esequiba, es que toda la narrativa que se está generando en la opinión pública internacional se está orientando a establecer que ese territorio no es nuestro sino que le pertenece a Guyana, y que la tiranía de Maduro se quiere apoderar de lo que pertenece a un pequeño país que no tiene como defenderse.

En otras palabras, “los malos” de esta película somos los venezolanos que aparte de sufrir una tiranía denunciada hasta la saciedad en esa Comunidad Internacional, nos presentamos al mundo “representados” por quienes ejercen el poder ilegítimamente en el país. Y “los buenos” son aquellos gobiernos que en Guyana, aprovechando esa tiranía venezolana, desde el año 2004 han desarrollado un territorio en reclamación sin que se hubiera llegado a ninguna negociación o decisión definitiva que fuera reconocida entre las partes.

El primer paso para perder el Esequibo, es perderlo en la percepción de la Comunidad Internacional, y eso es lo que ha logrado hasta ahora el régimen de Maduro. Y lo peor no es eso. Lo peor es que sin que se hayan dirimido nuestros derechos sobre el Esequibo en una Corte Internacional de Justicia, ya la opinión pública del mundo, con una narrativa construida de una manera interesada, haya decidido tratar de convencer al mundo que el Esequibo pertenece a la República Cooperativa de Guyana. Esa es la clase de estupidez que ha hecho que quienes han manejado históricamente el poder en Venezuela hayan perdido nuestro territorio.

Pero si a eso se le suma que hasta generadores importantes de opinión pública en Latinoamérica apuntan en esa misma dirección, con ignorancia manifiesta en un tema sumamente complejo, el cuadro se agrava exponencialmente. Tal es el ejemplo de Jaime Bayly, quien en su conocido programa de opinión en los EEUU, expresa cosas como esta:

“El argumento de los venezolanos que dicen el Esequibo es nuestro, me parece a mi folklórico, pintoresco. Porque ellos dicen, a mediados del siglo XVIII, o sea en los mil setecientos, cuando Venezuela no era una República independiente, era una colonia del imperio español, el Esequbo era parte de esa colonia, la colonia venezolana del imperio español. Pero, por lo tanto, no era parte de Venezuela, porque Venezuela no había sido fundada como República. El Esequibo era parte del imperio español. Luego, en 1899, hay un diferendo, no? Hay un litigio. Y se nombra a un tribunal internacional en París que tiene que decidir a quién le pertenece el Esequibo. Y ese tribunal internacional falla, dicta sentencia de que el Esequibo le pertenece al imperio británico, porque la Guyana era una colonia británica. Por tanto, el Esequibo era parte de esa colonia británica. Tampoco era venezolano. Finalmente, en 1966, y ante Naciones Unidas, delegados de Gran Bretaña, de Venezuela y de Estados Unidos, conferenciaron y el tribunal de Naciones Unidas ratificó el fallo del tribunal de París. O sea, el Esequibo es de Guyana. Guyana ese mismo año se independizó del imperio británico, pasó a ser una República independiente y desde entonces el Esequibo ha sido de Guyana. ¿En qué momento entonces el Esequibo ha sido de Venezuela? ¿En qué momento?...” (ver Jaime Bayly en La verdad oculta del Esequibo, en https://youtu.be/v-2Y2W7ebw4?t=128).

Esta larga exposición de Bayly en su programa contiene un conjunto de medias verdades para el consumo del hispano medio en los EEUU y Latinoamérica, que terminan dándole la razón a Guyana. ¿Esto lo expresa Bayly porque sea un agente de los intereses de Guyana? No lo creo. Bayly ha demostrado ser amigo de las causas por la libertad y la democracia en Venezuela y otros países, en su particular manera de tratar los asuntos. Pero eso es lo más preocupante, porque es un periodista creíble.

Muchas de estas anclas periodísticas, que llegan a miles de personas a través de muchos medios, están cayendo en ese error por una narrativa equivocada que se está esparciendo en el mundo, por una maquinaria de opinión que sí está interesada en que Venezuela pierda los derechos sobre el territorio Esequibo. Debemos entonces aclararle tanto a Jaime Bayly como a otros como él y al resto del mundo, cuál es la realidad para que no distorsionen la verdad en sus programas de opinión y sugerirles que hagan una investigación más a fondo acerca de la controversia venezolana con Guyana.

Comenzando por contestar la pregunta de Bayly en el programa: ¿En qué momento entonces el Esequibo ha sido de Venezuela?, la respuesta es DESDE EL MISMO MOMENTO EN QUE NOS INDEPENDIZAMOS DE ESPAÑA. ¿Basados en qué? En un principio internacionalmente reconocido en todas las naciones y aplicado históricamente por ellas para la delimitación de fronteras: El principio que se conoce como  Uti possidetis iuris:

“Tras los procesos de independencia surgidos desde el siglo XIX, el principio ha sido utilizado para establecer las fronteras de los nuevos estados, tal como en el caso de los países latinoamericanos los cuales mantuvieran los límites de los viejos territorios coloniales de los cuales emergieron.​ Asimismo, fue el principio rector del proceso de descolonización en África. Simón Bolívar, al finalizar las Guerras de independencia hispanoamericana, fue el primero en proponer que los países hispanoamericanos emancipados conservasen las antiguas fronteras de las posesiones del Imperio español en América. Es decir, que los nuevos estados surgidos tendrían provisionalmente como límites los que le corresponderían en el año 1810 hasta la existencia de un tratado, alegando el año 1810 como el último de la monarquía española para la posesión legítima de sus dominios americanos.​ Este principio ha sido alegado por diversos países hispanoamericanos. De esta forma los nuevos estados heredan lo que España efectivamente poseía, con o sin título de derechos, no lo que España tuviese derecho por el descubrimiento, como se aceptaba hasta finales del siglo XIX” (ver Uti possidetis iuris, en https://es.wikipedia.org/wiki/Uti_possidetis_iuris) (resaltado nuestro).

Lamentablemente, Venezuela llegó sin arreglo a 1899 con la Gran Bretaña, quien poseía esos terrenos de antigua posesión holandesa, aun teniendo Venezuela títulos que demostraban que el Esequibo era parte del territorio del imperio español para el momento de nuestra independencia, por lo que se acepó un Arbitraje en Francia que efectivamente fue concedido a la Gran Bretaña ese año. Sin embargo, Venezuela pudo demostrar el siglo siguiente que ese Arbitraje fue nulo e irrito porque los jueces en París se coludieron para darle a la Gran Bretaña la posesión de ese territorio. Quien desee ver el detalle de este despojo territorial a Venezuela en ese Arbitraje, puede leer Guyana-Venezuela border dispute, del Dr. Allan R. Brewer-Carias,  en https://tinyurl.com/4wyjd563.

Ahora bien, de lo anterior nace que los británicos reconocieran en 1966, en un Acuerdo –no un juicio ni se ratificó el fallo de París como lo expresa Bayly- celebrado en Ginebra en el marco de las Naciones Unidas, y precisamente antes de darle la independencia a su colonia, que el Arbitraje de 1899 fue NULO E IRRITO, por lo que a partir de ese mismo momento se establecía un “borrón y cuenta nueva” para que tanto la nueva colonia independizada, como Venezuela, llegaran a un arreglo pacífico entre ambas partes, en los términos especificados en ese mismo Acuerdo, ya que los países de las Naciones Unidas entendieron y aceptaron que el juicio de Arbitraje de 1899 había sido arreglado a favor de una de las partes.

Entonces, a partir de ese momento el territorio Esequibo se encuentra en disputa y no puede ser todavía considerado ni aceptado por la Comunidad Internacional como propiedad de ninguna de las partes. En el siglo XXI, el marco al que apuntan las naciones para resolver este tipo de controversia, si no se alcanza a un acuerdo, es la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia en La Haya. Sin embargo, el régimen ilegítimo que gobierna Venezuela se niega a concurrir a esa instancia, a pesar de tener todos los documentos que comprueban nuestra legítima reclamación sobre ese territorio.

Sin embargo, entendiendo que lo anterior es así, a pesar de las repudiables acciones del régimen que gobierna Venezuela frente a Guyana, se ha empezado a construir una narrativa en contra de nuestros derechos sobre el territorio Esequibo. Pero, ¿quiénes podrían estar detrás de eso? Claramente, aquellos que les es muy conveniente que las cosas se queden como están, de preferencia a favor de Guyana. Incluso que exista un conflicto bélico entre ambas naciones, ya no solo para evitar unas elecciones, lo que sería lo de menos, sino para que intereses de escala mundial prevalezcan en la explotación de esa zona. Maduro no sería más que un peón de ese ajedrez geopolítico de escala mundial, metido en esto por quienes desean su cuello dentro del mismo régimen.

Memorables las palabras del novelista G. Michael Hopf aplicadas a Venezuela: Los hombres fuertes fundadores de nuestra democracia crearon los buenos tiempos de los 40 años del puntofijismo. Pero esos buenos tiempos crearon hombres débiles que no supieron defender lo que había que defender para evitarle al país esta desgracia. Y esos hombres débiles ahora están creando tiempos difíciles otra vez, que tendrán que ser recuperados por unos hombres fuertes que todavía no vemos en el horizonte. Esperemos que en la Venezuela por venir, esos hombres fuertes se resuman ahora en una mujer…

Caracas, 10 de Diciembre de 2023

Blog: TIC’s & Derechos Humanos,

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana

miércoles, 6 de diciembre de 2023

La Caja de Pandora del Esequibo

Por Luis Manuel Aguana

English versión

Las acciones ilegales del régimen de Nicolás Maduro Moros comenzaron a traspasar las fronteras venezolanas. Ya no solamente los venezolanos somos las víctimas de un régimen al que la Comunidad Internacional considera ilegítimo desde el año 2018, año en el que Maduro hizo lo que le vino en gana y se autoproclamó Presidente de la República con la ayuda de una oposición comprada, sino que ahora justificándose con un referendo donde concurrió realmente menos del 10% del electorado venezolano, pretende ahora pasar por arriba del ordenamiento jurídico internacional y del Acuerdo firmado en Ginebra en 1966 con la Gran Bretaña, amenazando ocupar el territorio Esequibo, al crear un supuesto Estado inexistente, con todo lo que eso implica.

Lo anterior de ninguna manera justifica que la República Cooperativa de Guyana haya ocupado –ellos sí- el territorio Esequibo desde el año 2004, fecha en que Hugo Chávez Frías y su entonces Ministro de Relaciones Exteriores, Nicolás Maduro Moros, actual usurpador, autorizaron a Guyana en una Declaración Conjunta a desarrollar la Zona en Reclamación. Ambos países debían antes arreglar sus diferencias para proceder a realizar cualquier actividad dentro de ese territorio.

Sin entrar en los detalles de lo que el régimen diga con relación a las cifras finales de participación en su referendo consultivo del 3 de diciembre, las decisiones respecto al Esequibo no se encuentran en Venezuela, sino en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya, de conformidad con el Acuerdo firmado entre las partes en 1966, porque así lo decidieron en su momento dos gobiernos legítimamente reconocidos por la Comunidad Internacional, por más movilizaciones, leyes para la creación de un nuevo Estado, y un gobierno “a control remoto” del Esequibo, que se invente el régimen venezolano (ver La Voz de América, Venezuela tratará de gobernar el Esequibo “a control remoto” en una primera fase, en https://www.vozdeamerica.com/a/venezuela-tratara-de-gobernar-el-esequibo-a-control-remoto-en-una-primera-fase-analistas/7386408.html).

El reconocimiento de la CIJ que tanto desconoce el régimen, le fue dado por ambos gobiernos, de Venezuela y Gran Bretaña, mucho antes de la existencia de la República Cooperativa de Guyana, a esa instancia a través el Acuerdo de Ginebra, cuyo texto claramente estableció entregar la decisión del mecanismo para dirimir las diferencias al Secretario General de la ONU.

Efectivamente, el Artículo IV, párrafo 2, del Acuerdo de Ginebra de 1966, establece que si las partes no se ponían de acuerdo sobre la elección de uno de los medios de solución previstos en el Artículo 33 de la Carta de Naciones Unidas, estos referirían la decisión sobre el medio de solución a un órgano internacional que acuerden, y si no acuerdan alguno, al Secretario General de las Naciones Unidas (ver Acuerdo de Ginebra 1966, en http://www.consulvenevigo.es/subido/ACUERDO%20GINEBRA%20ONU%201966.pdf).

A su vez, el Artículo 33 de la Carta de las Naciones Unidas establece: “1.- Las partes en una controversia cuya continuación sea susceptible de poner en peligro el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales tratarán de buscarle solución, ante todo, mediante la negociación, la investigación, la mediación, la conciliación, el arbitraje, el arreglo judicial, el recurso a organismos o acuerdos regionales u otros medios pacíficos de su elección” (ver Carta de la ONU, en https://www.oas.org/36ag/espanol/doc_referencia/carta_nu.pdf) (resaltado nuestro).

Lo anterior deja afuera la verborrea del régimen de insistir en no aceptar la jurisdicción de la CIJ, que por lo demás ya decidió acerca de su propia competencia al indicar: Si las Partes dieron su consentimiento al arreglo judicial de su controversia en virtud del párrafo 2 del artículo IV del Acuerdo de Ginebra–Decisión del secretario general vinculante para las Partes–El párrafo 2 del artículo IV se refiere al artículo 33 de la Carta de las Naciones Unidas, que incluye el arreglo judicial como medio de resolución de controversias–Los medios de solución de controversias a disposición del secretario general, al que las Partes dieron su consentimiento, incluyen el arreglo judicial. Si el consentimiento otorgado por las Partes para la solución judicial de su controversia estaba sujeto a alguna condición–Si el secretario general debería seguir un orden particular al elegir los medios de solución de controversias enumerados en el artículo 33 de la Carta–La no obligación para el secretario general para seguir un orden particular o consultar con las Partes sobre su elección” (ver Sentencia de la CIJ del 18 de diciembre de 2020, en https://revistas.urosario.edu.co/xml/4295/429566597007/index.html) (resaltado nuestro).

Si en su borrachera de poder el régimen de Nicolás Maduro Moros, cree que llevando tropas a la frontera de la Zona en Reclamación, fabricando sin respaldo popular un Estado Esequibo, nombrando un Gobernador, dando licencias a sus compañías para la explotación de las riquezas petroleras en la zona, saldrá victorioso en su atropello como lo ha sido con nosotros dentro de las fronteras de Venezuela, se llevará una sorpresa (ver Diario Las Américas, Maduro ordena crear provincia y conceder licencia para explotar petróleo en el Esequibo, en https://www.diariolasamericas.com/america-latina/maduro-ordena-crear-provincia-y-conceder-licencia-explotar-petroleo-el-esequibo-n5347754).

Las leyes que rigen entre los Estados y los Acuerdos válidamente suscritos entre ellos se hacen respetar con la fuerza multinacional, para eso existe el Consejo de Seguridad de la ONU, y Guyana tiene ahora un asiento allí, Venezuela no. En ese terreno no vale que Padrino lleve soldados sin equipamiento para amenazar pendejos a la frontera con Guyana, o pongan un bate quebrado de gobernador del Esequibo, o entreguen licencias a compañías que no podrán operar en ese territorio. Lo que valdrá aquí será la fuerza de las leyes que rigen entre los Estados y que se soportarán precisamente en los argumentos arriba señalados para poner al régimen en su lugar.

Si Venezuela tuviera la fuerza y los cañones de los EEUU, no estuviéramos hablando de este asunto. Putin invadió Ucrania sin temor a mayores consecuencias porque lo respaldaron sus bombas nucleares y el terror del mundo ante una Tercera Guerra Mundial. Nuestro tamaño como país nos obliga a respetar mucho más el ordenamiento jurídico internacional que quienes tienen la fuerza para imponer su voluntad.

Estos criminales no se meterán –por ahora- en el territorio Esequibo, pero crearán el suficiente ruido para distraer al mundo para evitar unas elecciones el año 2024. Pero en el camino Venezuela puede perder el Esequibo. Si Venezuela pierde el juicio en la CIJ ante la no concurrencia de los argumentos y la presentación de nuestra memoria histórica que demuestra nuestros derechos sobre el territorio Esequibo, dudo mucho que el régimen pueda sostenerse ni un día más después de esa sentencia internacional. Creo que sus propios partidarios se los comerían vivos…

Al abrir la Caja de Pandora del Esequibo, Maduro decidió jugarse a Rosalinda –el Esequibo- para quedarse en el poder. Pero si decide ir a una siguiente fase de lo que han hecho, no creo que el lance salga tan exitoso como ocurrió en la copla de Ernesto Luis Rodríguez, todo lo contrario. Perderán –y ellos con nosotros- más que “el araguaney, la cobija y el sombrero” del llanero que se jugó a Rosalinda. Las razones las publica el analista político de clase mundial, Ian Bremmer: “Primero, porque los estadounidenses se opondrían firmemente. Los brasileños se opondrían firmemente y, como consecuencia de ello, se verían muchos castigos contra una economía que realmente no puede permitírselo. Pero también, China es propietaria parcial del enorme hallazgo de petróleo que se encuentra frente a la costa de este territorio en Guyana, y es el único amigo que gasta dinero real con los venezolanos en este momento…” (ver Ian Bremmer, Gzero, 6-12-2023, Todo es político, en https://www.gzeromedia.com/in-60-seconds/world/bidens-israel-policy-hurts-his-2024-reelection-chances-from-all-angles).

Entonces, ¿para dónde van a correr con esa pata hinchada? ¿Quién los acompañará en esa locura? ¿Cuba y el Caricom? Esos serán los primeros en acomodarse con Guyana. ¿China? Menos aún, como lo dice Bremmer. ¿La Rusia en conflicto que sacó militares apostados en Venezuela para su guerra? Estos delincuentes encontraron el peor momento para abrir esa Caja de Pandora. Maduro y su régimen no tienen otra salida que contarse en los términos acordados con la Comunidad Internacional. Cualquier cosa diferente, como esta Caja de Pandora que acaban de abrir, no solo significará demorar y hacer más dolorosa su salida, sino también modificar la manera en que saldrán…

Caracas, 6 de Diciembre de 2023

Blog: TIC’s & Derechos Humanos,

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana