Por Luis Manuel Aguana
No son de ninguna manera sorprendentes las cifras que muestra la reciente encuesta CATI Meganalisis, Verdad Venezuela, que muestran la fotografía del sentir venezolano de la última semana de marzo 2025, en especial aquellas relativas a la desconfianza del venezolano en el sistema electoral (ver Encuesta completa en http://t.me/meganalisis).
En efecto, a la pregunta abierta “¿Usted votaría en las elecciones regionales que está convocando el actual CNE?”, la respuesta contundente fue un NO de un 83,7% de los encuestados. Pero el dato definitivamente brutal es la desconfianza en el CNE que, según la encuestadora, alcanza niveles históricos. A la pregunta abierta, “¿Usted confía en la honestidad, imparcialidad y profesionalismo del Consejo Nacional Electoral?”, la respuesta fue un NO en 87,73%.
Para aquellos que llevamos años denunciando la parcialidad y el fraude electoral del régimen a través del CNE en Venezuela, estas cifras no son más que el resultado de los años que fueron necesarios para que el pueblo venezolano terminara de despertar, y que se corresponden con el hecho de que existe una forma de gobierno autoritaria en Venezuela que ha manipulado históricamente las cifras electorales, llegando a su clímax el 28 de julio de 2024, donde los venezolanos internalizaron de forma definitiva que su voto no materializaría un cambio en la situación política del país en un futuro próximo previsible.
Incluso terminaron de desnudarse los supuestos opositores, quienes, a pesar de ser evidente el fraude en los resultados electorales del 28 de julio, todavía insisten en seguirle la farsa al régimen, postulando sus candidaturas para una nueva elección, sin aún existir resultados oficiales de la última elección presidencial. La reacción de repulsión de la gente no se hizo esperar, cuando ante la pregunta “¿Cómo calificaría usted a los políticos que decidan ser candidatos en las elecciones regionales del 25 de mayo?”, respondieron en un 81,8% que esos políticos “le sirven conscientemente a Maduro y al chavismo”. No era nada que ya no supiéramos, pero la sorpresa es que esos alacranes todavía insistan en ser reivindicados ante la opinión pública.
Pero la abstención, ahora contundentemente mayoritaria, sigue siendo un problema porque al manifestarse abiertamente el rechazo a las manipulaciones electorales del régimen, ésta por sí misma no constituye una forma de protesta efectiva, si no lleva consigo un componente activo de rebeldía ciudadana. No es solo abstenerse de comprar el producto electoral del régimen y su oposición alacrán, sino cualquier otra cosa que venga aparejada a eso, manifestando en la práctica una acción concreta del pueblo como consecuencia de ese rechazo.
El régimen ha anunciado una Reforma Constitucional que dará a conocer los primeros días del próximo mes de mayo y que debe someter a la consideración de los venezolanos a través de un Referendo a los 30 días de ser sancionada en la Asamblea Nacional (Artículo 344 Constitucional).
El régimen no va a quedarse con el rechazo de la mayoría de la gente, sino que actuará en consecuencia, manipulando los resultados como ya lo hizo con el Referendo del Esequibo, donde “aparecieron” de la nada 10 millones de votos, sin colas en los centros, y haciendo que exista la evidente posibilidad de rodar la fecha electoral del 25 de mayo a una que coincida con la fecha del Referendo sobre la Reforma Constitucional, que se apruebe en la Asamblea Nacional, matando de esa manera dos pájaros de tiro, y dejando muy posiblemente para la historia, esa elección como la que bien podría ser la última realizada de manera directa por los venezolanos.
¿Y por qué ese temor? Porque ya Maduro entregó su primer borrador de reforma de 80 artículos de la Constitución a la Comisión de Reforma Constitucional que preside Jorge Rodríguez, Presidente de la Asamblea Nacional del régimen, y “adelantó que esta reforma incluye una modificación de la estructura del Estado”. De la misma manera Maduro informó que se realizaría una “ampliación y perfeccionamiento de la democracia”, a través de “la incorporación del poder comunal, social y popular” a los tres niveles de poderes existentes -nacional, regional y municipal-” (ver La Voz de América, ¿Qué cambios persigue la reforma constitucional que promueve Maduro en Venezuela?”, en https://www.vozdeamerica.com/a/que-cambios-persigue-reforma-constitucional-que-promueve-maduro-venezuela-/7980519.html).
Cambios de la envergadura señalados por el jefe del régimen, NO PUEDEN SER REALIZADOS, a través de una reforma, tal y como establece el Artículo 342 Constitucional: “Artículo 342: La reforma constitucional tiene por objeto una revisión parcial de esta Constitución y la sustitución de una o varias de sus normas que no modifiquen la estructura y principios fundamentales del texto constitucional…” (resaltado nuestro).
Y precisamente el régimen pretende, según el anuncio de Maduro en su momento, “una modificación en la estructura del Estado”, al pretender modificarla con “la incorporación del poder comunal, social y popular” a los tres niveles de poderes existentes -nacional, regional y municipal-”. Esas modificaciones constitucionales solo pueden realizarse en el marco de una Asamblea Nacional Constituyente legítimamente convocada, como lo establece la propia Constitución de 1999 en su Artículo 347.
Y todos estos eventos se llevarán a cabo con la ausencia del 83,7% de los electores venezolanos presentes en el país, y los electores que se encuentran en una diáspora de más de 8 millones de venezolanos, que por razones obvias no se contarán. Eso es a lo que se acerca el país en aproximadamente un mes, sin que tengamos respuesta alguna de la dirección de la oposición legítimamente electa el 28 de julio de 2024.
Ante esta situación aterradora, la Alianza Nacional Constituyente Originaria, ANCO, propuso al liderazgo político una acción concreta del pueblo, como componente activo al rechazo mayoritario del venezolano al sistema electoral, la convocatoria por iniciativa popular a una Asamblea Nacional Constituyente (o como se le conoce en el exterior, a una Convención Constituyente) con el Arbitraje Electoral de organismos internacionales, por presión de la Comunidad Internacional, ante unas Elecciones Regionales irritas y desnaturalizadas por el fraude, y frente una Constituyente ilegítima disfrazada Reforma Constitucional.
Esta sería una clara respuesta de rebeldía ciudadana al grave desmantelamiento del sistema democrático del país, por medio de una Reforma Constitucional írrita sin la participación de los ciudadanos, y cuya manifestación ya se está dando por los niveles históricos previstos de abstención. Si la dirigencia política opositora tiene una solución diferente frente a la disolución del Estado como lo conocemos, ya es hora de que la den a conocer. Los venezolanos estamos muy urgidos de ella…
Caracas, 24 de Abril de 2025
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Totalmente de acuerdo
ResponderEliminarNo basta con abstención, se debería asistir masivamente a los centros de votación manifestando el rechazo al CNE y a esas elecciones fraudulentas.
ResponderEliminarEstimado (a),
EliminarCiertamente no basta con abstenerse, y me encantaría que esa protesta que indica fuera masiva. Pero la política necesaria para esa tarea es ahora insuficiente. La dirigencia esta escondida y los ciudadanos no pueden ni deben, asumir las responsabilidades que les corresponden a ellos. En algún momento se llegará a eso...
Saludos cordiales, LMA