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miércoles, 4 de julio de 2018

El TSJ legítimo y la Primacía de las libertades políticas

Por Luis Manuel Aguana

Respetables juristas están enfrascados en una discusión soterrada pero muy dura en relación a la legitimidad del TSJ legítimo que se constituyó en el exilio, al punto que muchos venezolanos que no somos profesionales del Derecho nos ha tocado examinar los argumentos de lado y lado para hacernos nuestro propio criterio y tomar una decisión acerca de esa importante materia y apoyar lo que nuestra conciencia nos dicte.

He publicado mis tres últimas notas indicando que el TSJ constituido en el exilio es legítimo, de acuerdo a las argumentaciones e interpretaciones dadas por constitucionalistas de reconocida trayectoria como el Dr. José Vicente Haro (ver ¿Es legitimo y constitucional el Tribunal Supremo de Justicia venezolano en el exilio? en http://ticsddhh.blogspot.com/2018/06/es-legitimo-y-constitucional-el.html), sin desmedro de otras opiniones que en el sentido completamente opuesto han dado otros reconocidos juristas, como las emitidas en la publicación del Instituto de Altos Estudios de Derecho-IDAED (ver TSJ y la ruptura del Estado de Derecho en Venezuela, en http://idaed.com/general/el-tsj-y-la-ruptura-del-estado-de-derecho-en-venezuela/).

Si existiera en Venezuela un Alto Tribunal que no estuviera en manos de este régimen criminal a quien llevarle este caso para que dilucide quien tiene la razón, créanme que ya lo hubiera hecho. Pero no existe. Debemos confiar en nuestra conciencia e instintos acerca de lo que es correcto, atendiendo nuestros principios y valores fundamentales.

Y ustedes preguntarían ¿y qué es lo correcto aquí? Este caso me hizo recordar una nota que publique a finales del 2014 (ver Principios Constituyentes, en http://ticsddhh.blogspot.com/2014/09/principios-constituyentes.html) que nos ponía en una disyuntiva semejante donde los abogados retaban nuestros principios al preferir la norma vigente aunque supiéramos que estaba mal y nos hacía daño. Explicaba en ese entonces que sentía en ese caso, como lo vuelvo a sentir ahora, con qué facilidad los eruditos se meten tanto en la norma que olvidan los principios que las fundamentan.

Me preguntaba, como me pregunto ahora, ¿por qué a personas de un altísimo nivel de interpretación política y jurídica había que explicarles que una norma, a todas luces injusta y distorsionada por un gobierno delincuente, había que imponerle el poder supremo de la soberanía del pueblo, no solo para cambiarla sino para restituir lo que es fin último de cualquier pueblo en todos los tiempos, que es la búsqueda permanente de la justicia y la libertad? Decía que ¿no era acaso la norma una consecuencia de eso, y cuando esta dejaba de ser lo que debe y tiene que ser, deja como consecuencia de constituirse en norma y debe ser ignorada? Vuelvo a insistir como en aquel entonces: la lucha en contra de una norma injusta ha sido precisamente la razón de las luchas libertarias de la humanidad en todas las épocas.

¿Por qué razón debemos tolerar y aceptar por norma legal un Tribunal Supremo de Justicia en Caracas presidido por un ex convicto y controlado por una dictadura comunista? Si las normas y las argumentaciones jurídicas de algunos eruditos nos conducen a aceptar esa situación inaceptable, debemos entonces esgrimir los altísimos valores de la justicia y la libertad para romperlas. Esos son los principios a los que me refiero. Y eso tal vez esté fuera del molde de algunos profesionales del Derecho que argumentan, como me argumentaron en el 2014 que “era imposible realizar una constituyente de acuerdo a la actual normativa”. Y entonces regresé a los principios…

Para mí, y posiblemente para muchos otros –abogados o no-, el TSJ legitimo en el exilio representa la esperanza de ese estado de libertad anhelado por los venezolanos, y que su legitimidad se perfecciona, no solo por las argumentaciones jurídicas sostenidas por el Dr. José Vicente Haro en su artículo –en las que acordamos- sino por la concedida por los venezolanos en su supremo deseo de hacer resistencia legitima ante un régimen opresor. Esto fue manifestado claramente al mundo por los venezolanos en la Consulta Popular del 16 de julio de 2017.

En este momento las consideraciones que privan allí deberían estar más allá de lo Jurídico para centrarse en lo Político, pues son aquellas que se sustentan en la primacía de las Libertades Políticas como eje principal. El concepto de Primacía de las Libertades Politicas y de los Derechos Humanos sobre cualquier otra consideración, lo introdujo el economista y filósofo bengalí Amartya Kumar Sen, en la obra que le hizo ganar el Premio Nóbel de Economía en 1998 (1) (ver La Primacía de las Libertades Políticas, en http://ticsddhh.blogspot.com/2015/07/la-primacia-de-las-libertades-politicas.html).

En otras palabras, el fundamento sobre el que se deben basar las actuaciones del TSJ legítimo es el de la recuperación de las Libertades Políticas, que es un derecho inalienable de todo ser humano. En consecuencia la solución de Venezuela pasa por que un Poder Judicial legítimamente designado, emita de manera prioritaria decisiones dirigidas a la recuperación de nuestras libertades como su eje de funcionamiento principal. De allí que lo que deba privar esencialmente en sus decisiones sea la consideración Política (con P mayúscula) en el marco de la Constitución vigente.

Estas ideas pueden sonarles a algunos juristas como una herejía. Pero estos son los momentos de las definiciones, “o inventamos o erramos”, citaba Don Simón Rodríguez. O buscamos una solución Política fundamentada en el Derecho, o estaremos condenados a seguir buscando una solución basada en el Derecho pero dentro de una dictadura, y eso por construcción lógica es imposible de conseguir. Una dictadura es de por sí la negación del Estado de Derecho, por lo que hay que romper esa camisa de fuerza, que paradójicamente nos las están intentando imponer desde el mismo lado opositor al insistir negar por norma injusta el único oasis que tenemos para abrirnos camino dentro de un desierto lleno de totalitarismo.

En una causa como la introducida por un grupo venezolanos, entre los que me honra participar, ante el TSJ legítimo, solicitando que se designe un Consejo de Gobierno de Emergencia Nacional (ver solicitud completa en https://tinyurl.com/y7x87ldb), estamos completamente conscientes de que una solicitud como esa es muy difícil de tomar dadas las condiciones actuales de la política venezolana, donde paradójicamente todavía se discute en los círculos jurídicos y políticos la propia legitimidad del Alto Tribunal en el exilio, cuando todos deberíamos estar de acuerdo en que nos han puesto en el disparadero de construir nuestra propia legitimidad desde un país destruido. Pero es indispensable hacerlo si lo que buscamos es el fin último de toda sociedad que no es otra cosa que exigir “…la eliminación de las principales fuentes de privación de libertad…”, Sen dixit.

Los ciudadanos Magistrados legítimos tienen una altísima responsabilidad con los venezolanos, y hasta ahora han dado muestras de haberla asumido con coraje y valentía, con conciencia del rol que la historia les ha concedido. Una vez designado ese Consejo de Gobierno de Emergencia Nacional, las cosas comenzarán a cambiar a favor de Venezuela y el TSJ legitimo habrá sido el único Poder con concepción de Estado dispuesto a poner lo Político (con P mayúscula) antes que cualquier otra consideración con el supremo fin de salvar a la República y recuperar nuestras libertades.

Caracas, 4 de Julio de 2018

Twitter:@laguana

(1)   Amartya Kumar Sen, Desarrollo y Libertad, La importancia de la Democracia, La Primacía de las Libertades Políticas y la Democracia, Ed. Planeta, ISBN 84-08-03524-X, 1999.

jueves, 7 de septiembre de 2017

Crisis política y dolarización

Por Luis Manuel Aguana

¿Qué es primero, el huevo o la gallina? Es una pregunta que se han hecho infinidad de pensadores y la respuesta termina siempre siendo la misma: la que convenga a quien haga la pregunta. La permanente insistencia de que es la economía antes que la política lo que hará que Venezuela salga de esta tragedia, confunde a muchos y atornilla al régimen, sin contar que agrega más enredo (si es que eso es posible) a la discusión de cómo salir de este régimen.

En una nota del año 2015 expuse el orden correcto, no explicado por mi sino por el Premio Nóbel de Economía de 1998, Amartya Sen (ver La Primacía de las Libertades Políticas, en  http://ticsddhh.blogspot.com/2015/07/la-primacia-de-las-libertades-politicas.html): garantía de libertades civiles y políticas, derechos humanos y democracia, para que luego, en un ecosistema de libertades, la economía pueda encontrar su camino para recuperarse. Esto es, se resuelve primero el problema politico, luego el problema económico. ¡En ese orden!

Pareciera que esto es difícil de entender para mucha gente, que uno no sabe si de manera interesada o no complican el ya complejo panorama para salir de esta tragedia. Otras veces, en el medio de la desesperación, se escuchan versiones de calificados especialistas internacionales que opinando con base técnica y economica, alteran el orden propuesto, y en lugar de ayudar a resolver el complejo problema de fondo lo profundizan, alargando la agonía del país, porque al final no resuelven el meollo del asunto, que no es otro que el de la recuperación de las libertades.

En una nota del periodista Alex Vallenilla de la Revista Zeta, se da el alerta de la inminente destrucción del bolivar como moneda (Alex Vallenilla, El Fin del Bolívar es inminente
http://revistazeta.net/2017/08/21/fin-del-bolivar-inminente/). Para los venezolanos esto no es una noticia nueva. Todos los días amanece devaluado nuestro signo monetario, sin que nada podamos hacer los venezolanos. Pero si bien es cierto no podemos parar la inflación si podemos tratar de defendernos de ella, y de alli que el refugio natural sea la busqueda incesante de moneda extranjera y su mas representativo exponente, el dólar americano; lo que hace que la cotización de compra de esta moneda no pare al alza permanentemente.

La nota de Vallenilla se basa en un artículo de Steve Hanke del Instituto Cato, publicado en Forbes que indica que ya la economía venezolana esta dolarizada sin siquiera el gobierno haber tomado la decisión oficial de hacerlo. Todo se compra y se vende con referencia al dólar. El régimen de Maduro terminó pulverizando la economía, dejando a nuestra moneda sin valor y la tasa inflacionaria más alta del planeta: 1.195% ( ver Forbes.com 15/08/2017 - Steve Hanke, Stop Venezuela’s Economic Death Spiral – Dollarize Now

La recomendación de Hanke como economista es terminar de dar el paso oficial de dolarizar la economía. Dice saberlo por experiencia: “Lo sé porque operé como Consejero de Estado en Montenegro cuando descargó el dinar yugoslavo sin valor en 1999 y lo reemplazó por el Deutsche mark. También vi la exitosa dolarización del Ecuador en 2001, cuando trabajaba como asesor del Ministro de Economía y Finanzas” (traducción libre).

Hanke explica cuales a su juicio son las ventajas de esa decisión: “Los países oficialmente dolarizados producen tasas de inflación más bajas, menos variables y tasas de crecimiento económico más altas y más estables que los países comparables con los bancos centrales que emiten divisas nacionales”. Las justifica con este juicio contundente: “La estabilidad no puede ser todo, pero todo no es nada sin estabilidad”.

En otras palabras este economista entiende solamente llegar a la estabilidad económica sin pasar antes por la estabilidad política. Eso forma parte de un razonamiento economico comun de que la estabilidad politica seguiria luego de la estabilidad económica; un supuesto de estabilidad politica no dado en Venezuela, un pais que esta siendo forzado a un cambio de sistema, de uno basado en una democracia liberal a otro basado en un castro-comunismo estatizante. Y todo eso con el dinero del petróleo venezolano. Los venezolanos rechazamos y seguiremos rechazando ese cambio que intenta ser impuesto por una minoría delincuente y narco militarizada a traves de un cambio constitucional fraudulento.  El caso venezolano no es de librito ni puede estar basado en experiencias anteriores.

En el supuesto negado de asumir la receta de la dolarizacion, el régimen podría ganar tiempo de vida a traves de esta via, aunque muchas de las barbaridades economicas que han cometido no las podrían seguir realizando al perderse el control de la emision de moneda y otras variables importantes de la economía, estabilizandose la inflacion pavorosa del pais y mejorando las tasas de crecimiento económico, como lo indica Hanke. Pero eso no lo harán por razones ideológicas o tal vez hasta por ignorancia (ver declaraciones de Aristobulo Isturiz en YVKE Mundial http://www.radiomundial.com.ve/article/venezuela-no-ser%C3%A1-dolarizada).

Pero hay unas consecuencias colaterales negativas, como indica Orlando Zamora: “Al dolarizar, Venezuela adopta tanto el valor del ingreso como el de los costos del país más industrializado del mundo, pero, sus ciudadanos son altamente improductivos, carentes de la tecnología del primer mundo y sus salarios en dólares serán bajos como ocurre en el Ecuador por su rezago productivo. Pagarán las tasas de interés y comisiones del país poderoso” (ver Orlando Zamora, 27/03/2017, ¿Es la dolarización una solución para una Venezuela en ruinas?
https://konzapata.com/2017/03/es-la-dolarizacion-una-solucion-para-una-venezuela-en-ruinas/). Independientemente de la medida, hemos llegado, querámoslo o no, a una espiral mortal, tal y como lo refirió Steve Hanke en Forbes.

Es definitivamente cierto que la economía esta destruida, con o sin oficializar una dolarización que en la práctica ya está ocurriendo. Y para remate, el régimen ha puesto ilegal e irresponsablemente la funcion de decidir la materia económica en manos de una Asamblea Constituyente fraudulenta, que de acuerdo con unas atribuciones respaldadas por unas bayonetas cómplices, pueden tomar la decisión de dolarizar la economía, alargando de una manera artificial el grave problema politico de los venezolanos.

Y aunque no creo que talibanes ideologizados del PSUV en la Asamblea Constituyente como Isturiz, procedan con una medida como esa, como ya lo han dicho, el agravamiento de la crisis económica posiblemente les obligue a seguir escapando hacia delante, manteniendose en el poder a toda costa, como hasta ahora lo han hecho, utilizando artificios como una medida como esta, respaldada por opiniones internacionales calificadas y por una población desesperada, mas aun teniendo en cuenta que poseen un poder constituyente ilegal en sus manos. ¿Que hacer? Ya lo dijo el Premio Nobel de Economía Amartya Sen: resolver el problema politico, que es nuestro verdadero problema. Pero eso hay que  hacerlo lo mas pronto posible, utilizando toda la ayuda que podamos encontrar...

Caracas, 7 de Septiembre de 2017

Twitter:@laguana

jueves, 16 de marzo de 2017

Constituyente como Libertad

Por Luis Manuel Aguana

La primera vez que mencioné el estrecho vínculo de las libertades políticas con el desarrollo fue en ocasión de resaltar que lo político precedía a lo económico, hecho comprobado por el Premio Nobel de Economía de 1998, Amartya Kumar Sen (ver La Primacía de las libertades políticas, en http://ticsddhh.blogspot.com/2015/07/la-primacia-de-las-libertades-politicas.html). Este hecho no solo es obviamente despreciado por este régimen autoritario y castrador de libertades, sino asombrosamente ignorado y hasta desconocido por quienes dicen hacer oposición en Venezuela.

Si el desarrollo exige, como indica Sen, “la eliminación de las principales fuentes de privación de libertad, como la pobreza y la tiranía, la escasez de oportunidades económicas y las privaciones sociales sistemáticas, el abandono en que pueden encontrarse los servicios públicos y la intolerancia o el exceso de intervención de los Estados represivos”(1), entonces nuestra principal lucha debe concentrarse en eliminar las fuentes de privación de libertad.

El desarrollo, desde la perspectiva humanística de Sen, es una consecuencia de un proceso para lograr la libertad. Pareciera un juego de palabras pero la importancia de esto es trascendental. ¡La lucha por la Independencia fue precisamente eso! Si a Simón Bolívar se le impuso del más grande de los honores que se concediera a venezolano alguno, el de Libertador, fue precisamente por su lucha en lograr nuestra Libertad.

Ahora bien, el desarrollo no es una entelequia de teóricos. Es una condición necesaria para que una sociedad salga de la pobreza.

A juicio de Henry Kronfle,  quien fuera Presidente de la Asociación de Industriales Latinoamericanos-AILA-, en una extraordinaria conferencia el marco del Congreso de COINDUSTRIA 2013, titulada Dialogo e Inclusión: Las Bases para el Desarrollo de América Latina, definió de una manera original el desarrollo: Cuando nos planteamos el desarrollo como una meta, cometemos un error.  El desarrollo es un medio.  La meta es crear riqueza.  Y el resultado de crear riqueza es disminuir la pobreza. Conceptualizar el desarrollo como un medio es la mejor manera de visualizar cual es la ruta que debemos transitar para conseguirlo.

Entonces el orden queda claro: primero la eliminación de las fuentes de privación de nuestras libertades, para lograr el estado necesario del ser humano para emprender el desarrollo. Segundo comenzar un proceso de mejora incremental de esas libertades una vez recuperadas. Sen concibe el desarrollo como un proceso de expansión de libertades fundamentales. En este sentido indica que las “libertades fundamentales (es decir, la libertad de participación política, o la oportunidad de recibir una educación o asistencia sanitaria básicas) se encuentran entre los componentes constitutivos del desarrollo”. Al expandir estas libertades, y otras como ellas, el desarrollo sale como una consecuencia.

Ahora bien ¿cómo se encuadra el proceso constituyente dentro de esa ruta libertad-desarrollo? De dos maneras fundamentales: 1)  el proceso constituyente visto como ruta para la recuperación de nuestras libertades; y 2) el proceso constituyente visto desde la perspectiva de expansión de esas libertades una vez recuperadas.

Desde la primera perspectiva, hemos iniciado desde la Alianza Nacional Constituyente una ruta pacífica, democrática y constitucional para la recuperación de la libertad. No es de ninguna manera fácil pero tiene como primer hito la convocatoria del dueño de la soberanía para poner orden en el país y reconstruir la institucionalidad.

Ese proceso de recuperación de la libertad no está en manos de nadie en particular que de una manera iluminada, individual  o de manera conjunta, crea que sin él es imposible salir de esta pesadilla. No se trata de la repetición del golpismo de 1992, ni de esperar a que la situación empeore más aún para actuar. La ruta de la que hablamos nos involucra a todos por igual, y de seguirse traerá como consecuencia el cambio político que buscamos. Nosotros solo somos los promotores, los actores están en todo el país.

Desde la segunda perspectiva, y creo que la más importante, es crear las condiciones para expandir esas libertades de las que habla Amartya Kumar Sen, a través de un proceso de reingeniería del Estado, aplicando un Proyecto de profunda descentralización y autonomía regional, que lleve el poder lo más cercano posible al ciudadano, entregando a los Municipios la responsabilidad última de la creación de riqueza, esto es, el protagonismo del desarrollo y la creación de algo que necesitamos con urgencia: ciudadanía.

Esta perspectiva es a mi juicio la más importante porque cumple dos funciones necesarias en un nuevo estado de cosas: a) Previene regresar a un estado anterior sumamente tóxico; y b) Establece las bases para unas nuevas reglas de juego políticas, económicas y sociales del país.

De esta manera el proceso de cambios sería irreversible. Por más que las viudas de la cuarta deseen un estado de cosas como el que existía previo a 1998, o que los amantes de un socialismo trasnochado deseen preservar el experimento fracasado del presente, de allí surgirá algo completamente nuevo y diferente, de confección venezolana, que le garantice a cada ciudadano de este país ser parte de un desarrollo local indetenible, que solo será responsabilidad de él, no de ningún iluminado, ni de un líder mesiánico, de esos que han llevado a la democracia venezolana a un barranco difícil de superar.

Allí está la conexión de la libertad con el proceso constituyente. Y como titulaba Sen su obra fundamental, “Desarrollo como Libertad”, en Venezuela podremos bautizarlo “Constituyente como Libertad” como un triunfo de todos los venezolanos sobre la tiranía. Hagamos pues esto una realidad...

Caracas, 16 de Marzo de 2017

Twitter:@laguana

 (1) Amartya Kumar Sen, Desarrollo y Libertad, Desarrollo como Libertad, Introducción, Ed. Planeta, ISBN 84-08-03524-X, 1999