Por Luis Manuel Aguana
En uno de mis muchos intentos de explicar el tema constituyente
escribí una nota hace casi dos años comparando a Venezuela con un condominio
(ver ¿Quién pone las reglas? en http://ticsddhh.blogspot.com/2014/06/quien-pone-las-reglas.html).
De nuevo me volvió esa comparación a la mente cuando escuchaba como invitado de
un programa de radio en Mérida, a los oyentes reaccionando a la entrevista
quejándose de la horrible situación en la que estamos viviendo, y en particular
las poblaciones del interior del país, de que no hallan salidas y que nos
encontramos atrapados sin saber que hacer frente a un todopoderoso régimen que
ha secuestrado las instituciones del Estado.
Mi respuesta a eso es que los venezolanos hemos olvidado quienes son
los dueños del edificio. LOS DUEÑOS SOMOS NOSOTROS y los gobiernos no son más
que aquellas personas en quienes hemos delegado temporalmente la
responsabilidad de administrar lo que es nuestro en beneficio del conjunto. Y
cuando el conserje se alza con lo que no es de él sino de todos nosotros, en
lugar de reunirnos en una Asamblea de Propietarios para decidir el desastre
como dueños que somos, lo que hacemos es quejarnos de su mala administración,
buscando las vías para despedirlo de acuerdo al contrato que firmamos con él, documento
que el mismo conserje se ha encargado de modificar para que eso no pase.
Entonces, nos sentamos en la acera a discutir cómo hacemos con eso, dándole
vueltas a una legalidad que dejo de existir porque el mismo delincuente
modificó los documentos, sin percatarnos que quienes somos los propietarios
somos nosotros…Eso, con ese sencillo ejemplo, es lo que nos está pasando en
Venezuela. Tenemos un conserje alzado con algo que no es de él.
Y lo peor no es solo eso, el conserje está destruyendo ante nuestros
ojos nuestra propiedad, regalando por pedazos los bienes de los propietarios,
cediendo la administración que le delegamos a unos extraños de otro país, y
estos están viviendo de nosotros como sanguijuelas. Una situación peor que esa
es difícil de imaginar en otro país.
Ante esa situación un grupo de propietarios estamos convocando a una
Asamblea de Propietarios para reunirnos y decidir qué hacer ante este estado de
cosas, basándonos en el Documento de Condominio que firmamos como el contrato básico
de convivencia del edificio que dice que con el 15% de nosotros, podemos
convocar a esa Asamblea, no solo para despedir al conserje, sino cambiar
radicalmente el Documento de Condominio para que esto no vuelva a suceder mas
nunca, dándole oportunidad de una mejor calidad de vida a los propietarios y
sus próximas generaciones.
Sin embargo esta no es una tarea fácil. Primero los propietarios deben
tomar conciencia de que lo son. Que son “mandantes” (DRAE: 1.- Que manda; 2.- Persona que en
el contrato consensual llamado mandato confía a otra su representación
personal, o la gestión o desempeño de uno o más negocios) de quien
eligieron como “mandatario” (DRAE: 2.- Persona que, en virtud del contrato consensual
llamado mandato, acepta del demandante representarlo personalmente, o la
gestión o desempeño de uno o más negocios). Y que cuando alguien se refiere
al Presidente como “Primer Mandatario” es porque en lenguaje del pueblo eso
significa nuestro “primer mandadero”.
En otras palabras, el Presidente y todo el gobierno SON MANDATARIOS de
un encargo dado por NOSOTROS, los propietarios de la Soberanía, para
administrar algo nuestro. Simple…
Para ver esto más claramente les refiero a otro ejemplo: cuando usted
le da un “poder” por notaria a alguien para que le venda un carro porque usted
se va de viaje, espera desde donde se encuentre que ese “apoderado” (DRAE: 1.- Dicho de una persona: Que tiene poderes
de otra para representarla y proceder en su nombre) le envíe el dinero
producto de la venta del vehículo de su propiedad. Sin embargo al pasar los días
usted ve que los reales no le llegan y cuando regresa, se encuentra que a quien
usted le dio el “poder” para vender el carro está disfrutando de su propiedad
paseando y dándose vida con su vehículo.
Molesto usted le quita el “poder” que le había dado y se lo da a otra
persona. Al correr del tiempo usted ve de nuevo que no solo no le vendió el
carro sino que lo alquiló para taxi, quedándose con las rentas. Obviamente
usted le quita el “poder” y el carro a ese delincuente y decide que no se lo va
a dar a nadie más, decidiendo sabiamente vender usted mismo su carro.
Pues bien, de nuevo, eso es lo que ha pasado en Venezuela. Los
venezolanos nos hemos equivocado amargamente con quien le hemos delegado el
poder para administrar nuestros bienes. Se ha dilapidado la mayor fortuna que país
alguno pudo tener para resolver todos sus problemas, y que lamentablemente le
delegamos el mandato a un golpista en 1998, que nos engaño indicando que
cambiando la Constitución de 1961 resolveríamos los problemas y lo que hizo fue
hacer una que centralizara aun más el poder que ya tenían los Presidentes en
Venezuela, estableciendo un esquema constitucional para secuestrar los Poderes
Públicos.
Y ahora, parados en el 2016, vemos en retrospectiva que, ni le podemos
quitar el “poder” que les dimos a nuestros “mandatarios” porque astutamente
entramparon la Constitución para que eso no ocurra, ni podemos revocarlos porque
en su accionar delincuente pusieron unas reglas que hacen imposible su
destitución. ¿Cómo se destranca esto?
Afortunadamente, así como pusieron reglas para concentrar el poder y
secuestrar a los poderes públicos en la Constitución, dejaron la puerta abierta
para convocar al Soberano para cambiarla. Y eso no fue inadvertido. Debieron
hacerlo porque ese fue el principio legal que argumentaron (el Poder Originario
está por encima de los Poderes Constituidos) para pasarle por arriba a la
Constitución de 1961, que no se podía derogar sino por los medios que ella
misma determinara. De allí nacieron los Artículos 347, 348, 349 y 350 en la
Constitución de 1999.
Algunos propietarios creemos que estamos en el momento de vender el
carro nosotros mismos porque somos los dueños, convocando a una Asamblea de
Propietarios, que no es otra cosa que una Asamblea Nacional Constituyente de carácter
Originario, prevista en el ordenamiento constitucional. Pero si no estamos
conscientes de que somos los propietarios poco se podrá lograr. Estar
conscientes de eso es el primer requisito para ser CIUDADANO de un país. ELLOS
SON NUESTROS EMPLEADOS y como tales podemos despedirlos. Dejemos pues de
quejarnos y procedamos, no hay otro camino…
Caracas, 10 de Abril
de 2016
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana