Por Luis Manuel Aguana
Mucha
gente se quedó en el título y no leyó más. Muchas reacciones negativas sin leer
el contenido de un comunicado suscrito por personas de la sociedad civil que
deseamos una solución pacifica, electoral y constitucional. SI, leyeron bien,
ELECTORAL (ver ANCO
respalda la solicitud de la SOCIEDAD CIVIL VENEZOLANA al Secretario General de
la OEA para la aplicación de una SOLUCIÓN HUMANITARIA DE CARACTER ELECTORAL
http://ancoficial.blogspot.com/2020/06/comunicado-anco-respaldo-la-solicitud.html). Pero electoral no necesariamente
significa con el CNE del régimen, o de las manos de Jorge Rodríguez y la nueva
Directiva de un CNE sacada de las mangas del TSJ Ilegitimo de la Av. Baralt.
¿Cuál ha sido fundamentalmente el problema de Venezuela desde el año 2004, año
del Referendo Revocatorio de Hugo Chávez? Que el régimen desmontó pieza por
pieza desde ese año el único mecanismo de resolución de controversias políticas
del que dispone cualquier país del mundo civilizado: un árbitro imparcial,
transparente y confiable. Sin eso, lo que les queda a quienes son parte en un
conflicto es recurrir al garrote. Y el que lo tiene más grande, gana. En otras
palabras la razón de la fuerza, porque la fuerza de la razón de las mayorías
fue desmontada. Punto.
Ahora
el país en su conjunto clama por ese garrote. Y como ya en el país también se
desmontó la única institución que desde nuestra fundación como República era la
que ponía orden entre partes en conflicto, las Fuerzas Armadas, entonces
quienes quieren una solución al problema político claman por esa fuerza fuera
del país. Y no se equivocan, el razonamiento es correcto desde una perspectiva
de causa y efecto: como todo se desmontó, entonces alguien de afuera debe venir
a arreglar lo que los venezolanos descompusimos.
Desde
esa perspectiva, cualquier país del mundo nos ve como gallina que ve sal. Como
ya el cáncer de Venezuela ha crecido contaminando a la región, el argumento
para solicitar esa “ayuda” de fuerza entonces es “si no se meten, entonces
ustedes también sufrirán de lo mismo”. Y no les falta razón a quienes aducen
eso. Las cosas llegarán, de continuar el proceso de descomposición política,
económica y social, al punto en donde no haya otra cosa que hacer. Para ese
momento ya no habrá República y todo el que se meta se llevará una parte. Sí,
como lo leen. Porque si llegamos a ese punto, claro que se meterán pero no será
para resolver el problema de los venezolanos sino para resolver el suyo propio,
porque en ese momento quien tendrá el control será el que tenga los fusiles. Y
esos no seremos nosotros.
¿Cómo
se puede evitar eso? En la Guerra de Independencia, había alguien que comenzó
la guerra, o al menos dio motivos para iniciarla. Y esos fuimos nosotros. Al
declararnos como nación independiente de España, se nos vinieron encima los españoles.
Los venezolanos al mando supremo del Libertador, condujeron el proceso desde el
mismo comienzo. Eso pasaba desde iniciar la guerra, conseguir los reales para
pelear en ella, pasando por contratar oficiales extranjeros para que nos
ayudaran, hasta sacar al último soldado español de nuestras tierras. Y la cosa
dio para libertar 4 naciones más. Mi pregunta desde que comenzó esta
confrontación fue: ¿y quién está a cargo para hacer lo que hay que hacer? Si la
cosa solo hubiera quedado en una “declaración”, Venezuela todavía fuera una
provincia de España.
Ahora
bien, cuando salió Juan Guaidó al ruedo todos lo señalamos como el responsable
de conducir ese proceso de liberación, para bien o para mal. ¿Ustedes creen que
si Guaidó pide ayuda militar a los países que lo reconocieron, para proceder a
una intervención militar, estos se la van a dar inmediatamente por arte de
magia? Les voy a ahorrar la duda: definitivamente NO. Tendría que conformarse
primero un Gabinete de Crisis, con diplomáticos experimentados y Generales
institucionales para comenzar país por país a negociar para conseguir que cada
uno cambie su posición política, que ya ha expresado en los diferentes foros
internacionales: que no quieren una solución militar para Venezuela. ¡Pues
claro que no la quieren! Yo tampoco la querría si no veo a ningún venezolano
levantando primero una mano para organizarse como lo hizo el Libertador para
luchar una Guerra de Independencia para liberar a su país. Y menos aún si
encima de eso ven al Presidente que nos representa, ser el portavoz de un grupo
de partidos opositores que han dicho abiertamente al mundo que rechazan una
solución militar. Entonces, ¿qué hacemos los venezolanos? ¿Insistir tercamente
que los países vengan a “liberarnos”? ¿Manifestar frente a la Casa Blanca por
eso hasta conseguir que los norteamericanos se animen a poner muertos en
nuestro país? (y no es que eso no sirva para demostrar cómo se deteriora
Venezuela, pero definitivamente no para conseguir que las cosas cambien). Esa
es la receta para agregar 100 años más a los 20 que ya lleva el
castro-chavismo-madurismo.
A
los venezolanos nos encantan las soluciones inmediatas (¿y a quien no?). “Lo
mío que me lo den ya” es parte de nuestro vocabulario. De eso ya he escrito
bastante en este blog. Eso es cultural. Todo el mundo en Venezuela desea que le
expliquen cómo salir de este complejísimo problema en 240 caracteres de
Twitter. Y lamentablemente eso no es posible. Es más fácil pedirle a Guaidó (y
no es que lo defienda) que autorice el 187#11, o que “se aplique el TIAR o el
R2P” (cosas que están muy, pero muy lejos de su control). Eso si cabe en esos
240 caracteres. Guaidó o ningún político del G4 ni siquiera ha comenzado a
considerar nada de eso porque NO TIENEN UN GOBIERNO CON EL QUE CONDUCIR NINGUNA
ESTRATEGIA. Y al parecer tampoco pretenden tenerlo. Entonces mal pudiéramos
pedirle eso o cualquier otra cosa.
Al
estar las cosas así, seguiremos esperando a que el país se halle en una
situación de mayor desintegración política con cada día que pasa. Y ese proceso
está ocurriendo cada vez más aceleradamente. ¿Qué debemos buscar entonces?
Primero no quedarnos tranquilos. Mientras exista vida hay esperanza. Ahora
pensamos en el nuevo mantra de “solos no podemos” pero en otra acepción. En
este sentido pedirle a los países, como venezolanos dolientes directos de este
grave problema, que consideren soluciones en el conjunto de las cosas que ELLOS
SI PUEDEN HACER por Venezuela. Es allí donde debe aplicar la creatividad. En
otras palabras, no pedirles que pongan sus muertos sino que nos ayuden a
potenciar las fortalezas que sí tenemos para resolver la crisis. ¿Y cuál es
nuestra mayor fortaleza? Que todo venezolano en el mundo desea terminar esta
pesadilla. Y eso es una fuerza telúrica como un terremoto de grado 10. La gran
pregunta es ¿cómo hacemos para canalizarla y aplicarla? ¿Cómo nos podrían
ayudar desde afuera con eso?
Y
es de allí donde surge la SOLUCIÓN HUMANITARIA DE CARACTER ELECTORAL.
Solicitarle a los países más cercanos que son los que están en el marco de la
OEA (lease implícitamente: NO los que se encuentran en la ONU), y a su
Secretario General, Luis Almagro, quien ha sido un adalid en la lucha por
nuestra libertad, y que ya se han reunido innumerables veces para tratar el
caso venezolano, A QUE ACTÚEN COMO ÁRBITROS , NO COMO INTERVINIENTES EN NUESTRO
CONFLICTO, en sustitución de aquel que el régimen destruyó, y lograr con la
ayuda de ellos a QUE OCURRA UN EVENTO ELECTORAL completamente conducido por la
OEA. Está claro que el grupo de delincuentes que gobierna Venezuela nunca
querrá contarse en buena lid y aún menos con un árbitro imparcial. Pero no es a
ellos que va dirigida esta solución sino a sus amos los rusos, los chinos y
demás países sobre los cuales ellos se sustentan.
Para
aquellos escépticos que aun creen que esos países pudieran ignorar una solución
como esta, les recuerdo que ellos sí son vertebrados, y están conducidos por
políticos que buscan también una solución satisfactoria, y están plenamente
conscientes que están utilizando una caterva de delincuentes para su beneficio,
y claramente preferirían que esa situación cambie sin dañar sus intereses.
En
esta dirección, y solo como un ejemplo, les recuerdo la comunicación que ANCO
le dirigió al Presidente de Rusia, Vladimir Putin el 11 de Febrero de 2020 (ver
ANCO entrega carta al Presidente de Rusia, Vladimir Putin, en http://ancoficial.blogspot.com/2020/02/comunicado-anco-anco-entrega-carta-para.html) y que hoy es menester
hacer público, que fue respondida oficialmente el 25 de Mayo de 2020 a través
de su Embajador en Venezuela, Sr. Sergey Melik-Bagdasarov. Allí claramente se
indica en nombre del Presidente Putin, que “Rusia ha abogado por el arreglo
en Venezuela por los mismos venezolanos” (ver respuesta de la Embajada
de Rusia, en https://tinyurl.com/ybwsehce) . Entonces mal podría
Rusia como país, oponerse a una solución como la expresada en nuestra propuesta
a la OEA, si existiese la suficiente presión regional para que cedan los
delincuentes que se sostienen a las expensas de esos países. De la misma manera
China y el resto de los países que acompañan al régimen. No estamos diciendo
que esto no haya que trabajarlo diplomáticamente, o que la solución esté a la
vuelta de la esquina. ¡Claro que hay que trabajarla! Pero es una solución que
si está al alcance de esos países y que de buena gana estarían dispuestos a
ayudar si contribuimos con ideas que puedan ir en el camino que ellos están
dispuestos a transitar.
Definitivamente
no hay soluciones mágicas ni inmediatas, así sean de fuerza, para el grave
problema que tenemos los venezolanos. Hemos planteado una solución como parte
de sociedad civil venezolana. La sociedad civil no le pertenece a ningún grupo,
ni ninguno se puede atribuir su representación como un todo. Hay quienes creen
en una solución de fuerza. Eso lo respetamos. Lo inaceptable es que se nos
condene por creer que existen soluciones que pudieran ser mejores y más
expeditas, planteadas en las instancias correspondientes, y haciendo el trabajo
que hay que hacer. Nos atacan sin debatir el fondo con argumentos, por la
redacción de la carta, o por quienes la firmamos, que tenemos pleno derecho de
proponer otra solución. Eso no merece siquiera una respuesta. La solución
planteada está dirigida a Venezuela, y solo su Soberanía Popular tendrá en su
momento la palabra definitiva.
Caracas, 17 de Junio de 2020
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana