miércoles, 19 de enero de 2022

Las patas de barro del Referendo Revocatorio

Por Luis Manuel Aguana

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La aprobación instantánea de las tres solicitudes presentadas para inicio del procedimiento de activación de un Referendo Revocatorio al usurpador Nicolás Maduro Moros por parte del CNE ilegítimo, claramente nos indica a los venezolanos el interés del régimen de realizar ese proceso (ver CNE aprobó inicio del procedimiento para eventual activación del Referendo Revocatorio, en http://www.cne.gob.ve/web/sala_prensa/noticia_detallada.php?id=4116).

Y digo instantánea porque en esta oportunidad el CNE no exigió la recolección del 1% de las firmas del padrón electoral que debían ser contrastadas en su veracidad antes de proceder con el cronograma de la Junta Nacional Electoral para la recolección del 20% del Registro Electoral requerido constitucionalmente. Y no es que fuera muy difícil recoger ese 1% (en el 2016 se recogieron en dos días 1.102.236 firmas, obviamente muchas más de las 197.978 exigidas para ese entonces) sino que extrañamente destrabaron el proceso para inmediatamente dar la autorización.

Ahora bien, las métricas que está manejando ahora el CNE son aquellas por las cuales “eligieron” a Nicolás Maduro Moros en la elección presidencial ilegal de Mayo de 2018. ¡De hecho no existen otras porque no ha habido elecciones presidenciales legítimas! Partiendo de allí ya ese Referendo Revocatorio nace con las patas de barro. No solo porque no se podría revocar en buena lógica a alguien que ejerce el poder inconstitucionalmente –y además con las reglas de misma constitución que han violado de manera descarada- sino que no se puede sostener que la oposición oficial formal reconocida internacionalmente avale tal despropósito sin que al perderlo en ese intento, le transfiera automáticamente la legitimidad que el régimen busca desesperadamente. De allí su gran interés en que se produzca.

Cualquiera podría decir que es un riesgo calculado de la oposición oficial. Y que incluso aceptando tal riesgo, es una apuesta al todo o nada con el régimen, algo así como jugárselo todo a Rosalinda. Sin embargo, en la famosa copla de Ernesto Luis Rodríguez, el juego era justo y al apostárselo todo, “el dado en la noche linda” le devolvió los corotos al jugador que apostó a su mujer. Pero en el caso de que la oposición oficial “gane” este juego que el régimen ha “concedido”, igualmente se lo quedará todo.

En el fondo, de acuerdo al Artículo 72 Constitucional, el objetivo fundamental de un Referendo Revocatorio, en caso de cumplirse los extremos constitucionales, es provocar la falta absoluta del revocado. Y si este resulta ser (que en el presente caso no es porque Maduro no es Presidente de la República, sino un usurpador) el Presidente de la República, aplican entonces las reglas de la falta absoluta del Presidente de la República establecidas en el Artículo 233 de la Constitución.

 Recordemos aquí porque Juan Guaidó es Presidente Encargado. Había la falta absoluta del Presidente Electo el 10 de Enero de 2019, antes de tomar posesión del cargo, porque no hubo elección presidencial válida, por lo cual se debían convocar a nuevas elecciones en un período de 30 días. Ahora bien el Artículo 233 es claro al señalar: “Si la falta absoluta del Presidente o la Presidenta de la República se produce durante los primeros cuatro años del período constitucional, se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes. Mientras se elige y toma posesión el nuevo Presidente o la nueva Presidenta, se encargará de la Presidencia de la República el Vicepresidente Ejecutivo o la Vicepresidenta Ejecutiva”. Esto es lo que esencia están buscando los promotores de ese Revocatorio.

Pero, ¿qué pasa si el Referendo se produce después del 4to año del período presidencial, en otras palabras, en el transcurso de los últimos dos años? De nuevo esto lo responde el Artículo 233: “Si la falta absoluta se produce durante los últimos dos años del período constitucional, el Vicepresidente Ejecutivo o la Vicepresidenta Ejecutiva asumirá la Presidencia de la República hasta completar dicho período”.

Maduro cumplirá 4 años de usurpación el 24 de Mayo de 2022, desde su juramentación ante la Asamblea Nacional Constituyente ilegítima (vean ustedes la cadena de ilegitimidad del sujeto). Si aún desconocemos el cronograma del CNE del régimen, les pregunto: ¿Cuándo creen ustedes que sea la fecha para ese Referendo Revocatorio, en el caso –muy posible por cierto si el régimen desea que haya revocatorio- que sea aprobado porque se logren levantar el 20% del actual padrón electoral? ¿Antes o después del 24 de Mayo de 2022? Buena pregunta ¿verdad? Dejaré que cada uno de ustedes imagine la respuesta.

La única manera en que ocurra una convocatoria a elecciones presidenciales bajo este esquema suicida de la oposición oficial, es que la fecha del revocatorio que publique el CNE sea ANTES del 24 de Mayo de 2022, en el caso de que se logre juntar el 20% del Registro Electoral, y que asimismo se logre un voto más que lo que Maduro sacó en esa elección fraudulenta de 2018: 6.248.864 votos, y “…siempre que haya concurrido al Referendo un número de electores o electoras igual o superior al 25% de los electores o electoras inscritos o inscritas” (Artículo 72 Constitucional).

Les diré lo que creo que puede pasar sin tener una bola de cristal. El cronograma del revocatorio se desplegará por gran parte de 2022, para entretener a los opositores lo que queda de año. Claramente, la fecha del Referendo, si es que se dan los requisitos exigidos, será posterior al 24 de Mayo de 2022 (con la excusa válida de la organización de las mesas del CNE y demás), quedando solo dos opciones. O nos clavamos a Maduro si es que lo perdemos, o a Delcy Rodríguez, si es que lo ganamos, ambos hasta el 2025. En los dos casos la casa gana y se ríe.

El régimen logrará en uno u otro caso reclamar la legitimidad ganada mediante el sufragio ante la Comunidad Internacional, y salir al mismo tiempo del Gobierno Encargado de Guaidó (con el personaje preso, por supuesto). Todo esto sin contar con una renovada, reluciente y actualizada “Lista de Tascón” que le servirá para la siguiente arremetida de persecución autoritaria. Y todo esto con la pequeña ayuda de la oposición oficial y los insignes promotores de esa trampa, quienes también habrán “ganado” porque siempre dirán que “después si les ganaremos” en el siguiente carnaval electoral de 2024. Y mientras tanto los venezolanos seguirán muriendo y huyendo de este infierno.

Si los venezolanos no han aprendido nada hasta ahora acerca de con quién están lidiando en ambos casos, el régimen y su oposición, no vale la pena seguir discutiendo de esto. Los pueblos del mundo que han aprendido de los golpes han progresado. Y Venezuela ha llevado demasiados golpes como para continuar detrás de las decisiones tóxicas de un liderazgo político desgastado y criminal, cuyas malas decisiones y sus consecuencias siempre termina pagando el pueblo venezolano. Aquellos pueblos que siguen sin aprender estarán sometidos para siempre, o hasta que se deshagan de esos liderazgos y de sus soluciones con patas de barro…

Caracas, 19 de Enero de 2022

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miércoles, 12 de enero de 2022

La verdadera victoria del régimen en Barinas

Por Luis Manuel Aguana

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Cuando vi la inferencia lógica de la oposición política a los resultados de la elección de Barinas el pasado domingo, recordé el viejo cuento de la araña que se queda sorda. Paradójicamente viniendo del Estado del “Arañero de Sabaneta” resulta bastante patético: “…un científico que ha amaestrado a una araña y se dirige a ella desde el otro extremo de la habitación. "Araña, ven", le dice. Y la araña se acerca hasta él. Acto seguido, el investigador aleja de nuevo al arácnido, le arranca una pata y repite la operación. La araña vuelve a obedecer una y otra vez hasta que el científico le arranca la última pata y espera resultados. Como el animal se queda inmóvil en el suelo el profesor anota en su libreta: "Cuando a una araña le arrancas todas sus patas, se queda sorda". Y eso fue lo que concluyeron: “Como la oposición le gano con votos al régimen en Barinas, entonces es posible ganarle a su sistema electoral cualquier elección, incluyendo un revocatorio”.

Después de todos estos años existe todavía la creencia que el régimen “puede perder elecciones”, sin terminar de asimilar que el régimen no pierde elecciones, deja ganar elecciones, que son dos cosas muy diferentes. Y eso es lo que no se acaba de entender. Lo que pasó en Barinas el 9 de enero de 2022 fue lo mismo que pasó el 6 de diciembre de 2015. Al ver los resultados, el régimen decidió lo más conveniente para sus intereses (y los intereses de sus socios de la misma oposición) y si era preferible dejar ganar al candidato opositor en esta oportunidad. Deseo dejar muy claro aquí que no es la intención de quien escribe minimizar bajo ningún concepto el esfuerzo cívico del pueblo de Barinas por expresar su rechazo en la forma electoral a quienes han destrozado la calidad de vida de su Estado. El tema aquí es dilucidar las verdaderas intenciones de quienes han contado los votos, no solo en Barinas sino en toda Venezuela, desde el año 2004.

Los resultados de la elección de Barinas no comprometían de ninguna manera la estabilidad del régimen a nivel nacional pero si podía ser el inicio de una escalada de insurrección civil que habría que reprimir en el propio Estado donde la familia Chávez ha hecho de las suyas desde hace más de 20 años. Pero más allá de eso, entregarle la gobernación de Barinas a la “oposición” resultaría mucho más provechoso que tener al Estado del “Comandante Galáctico” en pié de guerra, a pesar de toda la comida y enseres domésticos que regalaron de manera profusa, incluyendo las ansiadas bombonas de gas que se habían desaparecido desde hace años de los pueblos del interior de Venezuela.

¿Y porque más provechoso? Porque a partir del domingo 9 de Enero, de la noche a la mañana, el sistema electoral del CNE resultó, después de todo el descrédito internacional de las elecciones regionales del 21 de Noviembre de 2021, el “más transparente del mundo”, como lo manifestaba cada vez que podía Tibisay Lucena, la de los resultados “irreversibles”. Pero no solo para afuera fue el mensaje, sino para dentro del país. Asombrosamente veo en las redes sociales una alegría desbordante porque “si en Barinas se pudo, se puede en Venezuela”. Es como para ponerse a llorar en la acera…

La pregunta que debemos hacernos los venezolanos no es porque gano la oposición, sino porque el régimen decidió perder, cuando teniendo todos los controles para dar el resultado que quisiera decidió entregar la gobernación de Barinas.

En sistemas electorales controlados como el que tenemos en Venezuela, los resultados de cualquier elección nunca coinciden con la voluntad popular. En estos sistemas ese es el comportamiento normal, la voluntad popular es tergiversada por un sistema controlado desde afuera y desde adentro. Para nadie fue un secreto las decenas de autobuses viajando desde otros Estados hacia Barinas, con militantes del PSUV para votar en esas elecciones, incluso se descubrió a funcionarios del régimen cuya residencia comprobada estaba en otro Estado, votando en Barinas sin ningún problema de aparecer ante las cámaras, en prueba de migraciones abiertamente ilegales realizadas por el CNE, con todos los recursos del régimen a favor de su candidato.

Entonces si quienes tienen el control del país y de todos los poderes públicos, incluyendo especialmente el electoral, dejan que la voluntad popular se exprese sin problemas y sin distorsión de los resultados, hay que poner mucha atención del porqué lo están haciendo. Y es aquí donde tengo dos hipótesis que deseo compartirles.

La pelea interna por el control del PSUV

¿Quién tiene el control del CNE? Claramente el régimen. Pero ¿qué parte del régimen? Nicolás Maduro Moros. Maduro como dueño del CNE al dejar que la voluntad popular se exprese sin distorsiones, donde la masa popular, no solo de Barinas sino de Venezuela entera, expresa su repudio total a la figura de quien destruyó al país, mata al mismo tiempo tres pájaros de un solo tiro: recompone su figura como “demócrata” ante la Comunidad Internacional, le lava la cara a la imagen nacional e internacional del sistema electoral corrupto que tiene y le da un golpe final a su adversario interno por el control del PSUV y del régimen como un todo.

Esa pelea a muerte entre Cabello y Maduro la explica en detalle la periodista Sebastiana Barraez el pasado Diciembre a César Miguel Rondón (ver Guerra a lo interno del chavismo entre Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, en https://youtu.be/cqUiJeAVw7A). En esa entrevista la periodista resume claramente cuál es la situación política en Barinas a lo interno del régimen:

“El objetivo real de Nicolás Maduro hace mucho tiempo es eliminar la figura de Hugo Chávez, y uno de sus objetivos principales es tener que eliminar a la familia Chávez y el poder que tienen en Barinas y por eso envía para ese Estado a Iris Varela que era plomo en el ala para la campaña de Argenis Chávez”… “¿Por qué Nicolás Maduro cambia a última hora, no deja que Barinas quede en manos de Superlano y grupos de la oposición? Es porque allí hay una figura que intercede y es de cierto peso con Cuba como es Adán Chávez, y para los Chávez a pesar de los problemas internos que tienen, saben que perder ese espacio en Barinas no tiene nada que ver que sea la cuna de Hugo Chávez, sino porque es el único espacio de poder de control de negocios que siguen teniendo los Chávez en Venezuela”… “Diosdado si necesita que el candidato del chavismo gane aunque no sea su candidato, aunque Arreaza no sea su candidato sino el de Maduro. Y lo necesita porque el necesita mantener la imagen de Chávez como supervivencia del chavismo, porque si el chavismo no existe, si los Chávez desaparecen, y si eso no es más que una referencia para la historia, lo único que va a quedar es el madurismo y Diosdado Cabello tiene menos posibilidades de sobrevivir solo en el madurismo…”. 

Esa maniobra de dejar ganar a la oposición en Barinas le brindó mucho más beneficios a Maduro que a la oposición, quien ahora la está usando como pivote para impulsar sus intereses electorales con el régimen a expensas de la ingenuidad de muchos venezolanos, incluyendo la convocatoria a un Referendo Revocatorio que sellará con broche de oro la estrategia para que el régimen consiga definitivamente el reconocimiento internacional que perdió después de las elecciones presidenciales ilegitimas de 2018.

Abrir el camino para la legitimación de Maduro

La inferencia lógica que hizo la oposición oficial al indicar que si vamos a elecciones ganaremos porque en Barinas “si se pudo”, no se hizo esperar en toda Venezuela a través de sus medios masivos y sus redes sociales. Ya toda Venezuela cree que las arañas se quedan sordas cuando les quitan las patas.

Esta estrategia del régimen comenzó inmediatamente a dar resultados cuando vemos que el Gobierno Encargado asoma la posibilidad de un Referendo Revocatorio de Maduro por la misma razón: “El presidente de la AN de 2015, Juan #Guaidó (@jguaido), aseguró que plantea activar el revocatorio a través de un acuerdo integral entre los sectores del país. “Para ejercer el derecho que hoy está secuestrado en Venezuela”, sentenció” (ver TVVNoticias, en  https://t.co/Jl02qKd8SY).

Esta afirmación por parte del Presidente Encargado es de una gravedad extrema de tal magnitud que no creo que los venezolanos se hayan percatado claramente de ella. La única persona que NO PUEDE asomar la posibilidad de un Revocatorio a Maduro es precisamente quien le debe su existencia a la usurpación de Nicolás Maduro Moros.

En efecto, la razón misma de la existencia de una Presidencia Encargada y la figura de Juan Guaidó Márquez, es la usurpación del poder de Nicolás Maduro Moros. Más allá, el respaldo a nuestra Constitución, mostrado por los países que le han dado su reconocimiento internacional es precisamente porque Nicolás Maduro Moros ES UN USURPADOR. Entonces, ¿cuál puede ser la razón de un pronunciamiento de Juan Guaidó respaldando el revocatorio de quien de ninguna manera puede utilizar ningún recurso constitucional que requiere de entrada la condición de ostentar un cargo legítimamente obtenido?

Si Guaidó pide de manera contradictoria un revocatorio a Nicolás Maduro Moros COMO GOBIERNO ENCARGADO deberá entonces, en primer lugar, deslastrarse de su condición de Presidente Encargado, aceptar la legitimidad de la presidencia de Maduro, que su CNE y TSJ son legítimos, y que la Consulta Popular que hicimos en Diciembre de 2020, que le ordenó a él y al resto de los venezolanos hacer todo lo necesario para que Maduro cesara la usurpación del poder, fue una lumpia que nos fumamos todos los venezolanos. Todo esto sin contar que la Asamblea Nacional, que el mismo Guaidó preside, declaró el 15 de Enero de 2019 la usurpación oficial de Nicolás Maduro Moros (ver Acuerdo sobre la declaratoria de usurpación de la Presidencia de la República por parte de Nicolás Maduro Moros y el restablecimiento de la vigencia de la Constitución, en https://www.asambleanacionalvenezuela.org/actos/detalle/acuerdo-sobre-la-declaratoria-de-usurpacionde-la-presidencia-de-la-republica-por-parte-de-nicolas-maduro-moros-y-el-restablecimiento-de-la-vigenciade-la-constitucion-331). Se podría decir que con esa declaración pública Juan Guaidó se auto revocó.

¡Esa es la verdadera victoria del régimen en Barinas! Y si los venezolanos aun no se dan cuenta de eso vayamos todos al matadero revocatorio pero con conocimiento de causa. Si por alguna casualidad del destino (y eso que no creo en casualidades sino en causalidades) la oposición política se le ocurre ir a un revocatorio de Maduro con el Gobierno Encargado y Juan Guaidó al frente, con el respaldo de la Comunidad Internacional, y en especial de los Estados Unidos, estarán cayendo en la telaraña póstuma del “Arañero de Sabaneta”, porque esto le dará finalmente al régimen la tan ansiada legitimidad internacional que  verdaderamente está buscando con esta jugada de laboratorio con la ayuda de la oposición oficial, porque allí el régimen no “perderá” como en Barinas. Y los perjudicados, como siempre seremos los venezolanos, porque a partir de allí habrá régimen para rato. Entonces, les pregunto de nuevo ¿quién ganó en Barinas? Piénselo bien antes de seguir celebrando…

Caracas, 12 de Enero de 2022

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domingo, 9 de enero de 2022

Alternativas para el cambio del liderazgo político

Por Luis Manuel Aguana

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Todo el mundo ha interpretado a su manera la propuesta de cambio del liderazgo político venezolano que hiciera en su oportunidad María Corina Machado. Lamentablemente como en Venezuela no se examinan las propuestas sino a los proponentes y las posibles intenciones que los críticos piensan que tienen, es muy  difícil llegar a una buena conclusión, dejando en el limbo lo que pudiera ser un planteamiento serio y positivo para los venezolanos. Es claro que cualquier dirigente político tiene una intención detrás de lo que dice o hace, pero eso no significa que sea necesariamente mala. Como dicen los abogados, la buena fe se presume, la mala hay que probarla.

Y como siempre creo de entrada en la buena fe, salvo excepciones obviamente, defendí esa propuesta en la ocasión en que fue formulada, haciendo las observaciones correspondientes  (ver  Hacia una nueva representación opositora, en https://ticsddhh.blogspot.com/2021/11/hacia-una-nueva-representacion-opositora.html).

Sin embargo, como siempre ocurre en un clima político tan turbio y polarizado como el nuestro, la propuesta se fue para otro lado centrándose en que esta significaba un tiro en el  pie de la oposición al régimen porque se rechazaba la continuidad de la Presidencia Encargada de Juan Guaidó y la Asamblea Nacional, cuya renovación se acordó a comienzos de este año con la nueva versión aprobada del Estatuto para la Transición.

A pesar de que la propuesta señalada ciertamente indica que existimos quienes no estamos de acuerdo con una renovación de aquellos que no se han distinguido precisamente por sus éxitos en la lucha en contra del régimen, y han traicionado las banderas de quienes han muerto en las calles por ella, precisamente es por eso que hay que cambiar el liderazgo político. Aquí la discusión no es si necesitamos unos bueyes para arar, sino que exigimos mejores bueyes para hacerlo. De donde los saquemos y cómo lo hagamos es harina de otro costal y materia de otra discusión.

No me conformo con la expresión popular “esos son los bueyes que tenemos y con esos tenemos que arar”. No es aceptable. Decir que no podemos exigir una mejor conducción política porque quienes conducen ahora son malos y corruptos, responsables de que el régimen haya avanzado a niveles intolerables de destrucción física y moral del país, no me parece una excusa admisible para quienes han muerto en Venezuela en esta lucha desigual contra el régimen.

Los venezolanos deben recordar que no es a esta representación política opositora que se auto renovó a través de un Estatuto inconstitucional a quienes los países le han dado su respaldo, es al pueblo de Venezuela. Los países reconocieron a la Constitución de 1999 que en su Artículo 233 señaló a Juan Guaidó como Presidente Encargado en el año 2019. ¡Pero ya estamos en el 2022! Y aunque se siga sosteniendo como Presidente Encargado en el medio de una discutible diatriba jurídica, no es menos cierto para todos que su sustentación política no es la suficiente para poder aglutinar a los factores necesarios para lograr el cambio del régimen como lo requieren los venezolanos, siendo necesario un nuevo Presidente con el respaldo indispensable de la soberanía popular. Es eso lo que se está exigiendo al pedir por una urgente renovación del liderazgo político.

Sin embargo la inmadurez política apunta erradamente a que se está atacando a la variable y no al contenido (ver Variable principal, en https://ticsddhh.blogspot.com/2020/12/variable-principal.html). Y no es a la institución de la Presidencia Encargada reconocida constitucionalmente adentro y afuera a la que se le está dirigiendo esa propuesta de cambio del liderazgo, es a su contenido. Muchos podrán decir que en este caso la variable y su contenido son lo mismo y no lo es. Y ese es precisamente el problema. Juan Guaidó es ahora el Presidente Encargado por la aprobación de un Estatuto que es reconocido internacionalmente PORQUE NOSOTROS LOS VENEZOLANOS les dimos a los diputados de la Asamblea Nacional de 2015 un poder de representación política. Pero ese poder puede y debe ser revocado en cualquier momento, como cualquier poder. Y en este caso el mandante de ese poder es el pueblo venezolano.

La profundidad del planteamiento que se ha hecho de renovación del liderazgo político pasa por revocar ese poder que les dimos a esos Diputados vencidos, estableciendo una representación diferente. Y existen dos maneras de hacerlo: a) a través de una convocatoria popular como la hicimos el 2017 y el 2020, decidiendo por mandato popular una nueva representación política que encarne el verdadero sentimiento actual de la oposición nacional (que es en esencia el planteamiento de María Corina Machado); o b) a través de una convocatoria constituyente.

Las dos opciones tienen profundas diferencias, pero una premisa común indiscutible: deben ser reconocidas por la Comunidad Internacional pues de ello deriva el respaldo que ese liderazgo nuevo tenga para lograr el objetivo de remover a los usurpadores del poder. Una propuesta que convoque al país para una simple renovación de su representación política sería un avance significativo a lo que tenemos ahora y debería incluir una propuesta para la conformación de una Junta de Gobierno que colegiadamente y con venezolanos de reconocida solvencia moral tomen las riendas y la representación legítima de los venezolanos para un solo y único objetivo: el cese de la usurpación de Nicolás Maduro Moros.

Pero la convocatoria constituyente tiene un significado diferente y no es de ninguna manera excluyente de la primera alternativa (si se presenta en dos fases sucesivas) aunque es una propuesta que en el fondo la incluye. Esta convocatoria tiene como requisito fundamental el apoyo de la Comunidad Internacional, con EEUU al frente, de que ese es el camino más idóneo para la reconciliación y la paz del país, así como del consenso de todos los venezolanos, incluidos aquellos que usurpan el poder. Esto pareciera utópico pero deseo creer que es posible a través de un verdadero proceso de negociación política que obligue a los usurpadores a contarse con el arbitrio neutral de los organismos internacionales.

Algunos pueden ver imposible esa segunda alternativa, pero es la que aun siendo la mas difícil de implementar es la que más nos garantizaría una paz social a futuro a todos los venezolanos. Ambas alternativas apuntan a la renovación del liderazgo político con una gran diferencia: un proceso constituyente depuraría en toda su extensión y profundidad a todo el mundo político, y definiría nuevas bases de actuación para los actores políticos. Y eso les aterra a los partidos políticos opositores, que llevan décadas sin saber que es una elección interna. Prefieren dejar las cosas tal y como están, con los mismos bueyes inservibles, aunque eso represente la actual destrucción institucional de Venezuela.

A estas alturas es bueno que los venezolanos comencemos a pensar cuál sería la mejor alternativa a aplicar políticamente porque cada día que pasa es crucial. Los partidos ya decidieron elecciones para el 2024, y eligieron usar la misma plataforma política basada en un Estatuto que lleva tres años fracasando, uno detrás del otro en un alarde increíble de la paradoja einsteniana de hacer lo mismo esperando resultados diferentes, sin considerar que cada día que pasa sin resolverse esta crisis lleva a la gente al cementerio. Ya vamos para dos semanas del 2022. No esperemos a la última para seguir contando los muertos.

Caracas, 9 de Enero de 2022

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jueves, 6 de enero de 2022

Venezuela grita: “¡es para el 2022, estúpidos!”

Por Luis Manuel Aguana

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Es difícil comenzar un año nuevo sin ser optimistas aun cuando todo parezca indicar lo contrario. De acuerdo a la definición comúnmente aceptada, optimista es aquella persona “que propende a ver y juzgar las cosas en su aspecto más favorable” (DRAE en su primera acepción de la palabra).

Y estamos obligados a serlo para poder continuar una lucha en la que todo parece indicar que hemos retrocedido desde esta misma fecha exactamente hace un año, cuando se renovó el mandato del Presidente Encargado, respaldado por un Estatuto de la Transición renovado el 26 de Diciembre de 2020.

Con la nueva reforma al Estatuto para la Transición, aprobada en segunda discusión el 4 de enero de 2022, queda claro para todos los venezolanos que el Presidente Encargado es aún más dependiente de las decisiones de los partidos políticos reunidos en el Parlamento renovado el 5 de Enero de 2022.

Esa mayor dependencia del Presidente Encargado a los partidos, aleja las posibilidades de decisiones ejecutivas tendientes a la liberación de los venezolanos, habida cuenta que Venezuela es un país estructuralmente presidencialista, y que esta nueva versión del Estatuto transfiere inconstitucionalmente sus competencias a la Asamblea Nacional.

Visto así, lo que vemos desde afuera son unos partidos entregados con una sola agenda: sobrevivir al régimen a como de lugar para llegar a unas elecciones presidenciales en el año 2024, renovando en el medio el Estatuto de la Transición para el 2023 y comienzos del 2024. El problema de eso está en cómo quedamos el resto de los venezolanos.

Pero en el medio, y para que no nos molestemos, ya que el 2024 está a tres años vista, nos endulzarán la píldora con un referendo revocatorio, que no tienen ni de lejos oportunidad de ganar porque los delincuentes, si les dejan llegar hasta allá, será por la conveniencia de un improbable reconocimiento de la Comunidad Internacional.

Con ese revocatorio se perderá todo el año 2022, otro año más –en el caso improbable de que se haga-, con todo el sufrimiento de escasez, hiperinflación y azote delincuencial de quienes nos desgobiernan, para que después que lo pierdan salgan con la excusa que lo que nos queda es la agenda de unas elecciones presidenciales que ya estaban programadas.

Ese es el panorama previsible del año 2022, si el pueblo venezolano le acepta esa agenda a los políticos de la Asamblea Nacional, y porque no decirlo, también a aquellos países que en la Comunidad Internacional poco les importa el sufrimiento de este pueblo con tal de que en Venezuela se aquieten las aguas y no les afecte su propia seguridad nacional.

Pero estarán equivocados aquellos que creen que esa aparente “normalidad” puede no esconder el germen de una protesta social generalizada. Insistir en unas elecciones sin resolver el grave problema institucional del país que significa que no solo se debe cambiar al Presidente sino toda su base de sustentación, es desconocer lo que pasa en Venezuela.

Si los partidos políticos insisten en seguir ignorando la situación de los venezolanos mientras ofrecen soluciones para el 2024, se estarán cortando cualquier apoyo general que piensen tener para unas elecciones. De hecho nunca llegarán a ellas. El régimen habrá cambiado las reglas de juego antes de que esas elecciones ocurran en el 2024.

Esperar al 2024, con un revocatorio en el 2022 al que el régimen solo accederá si lo va a ganar, le aplica la frase del estratega político James Carville y que aplicó Bill Clinton en su campaña electoral contra George Bush padre, que indicaba “es la economía, estúpido” y que ha sido utilizada para destacar aspectos que se consideran esenciales en la política.

En este caso, el aspecto a destacar es que el problema de los venezolanos es AHORA no el 2024, donde nadie sabe cómo estará el país, y hace que Venezuela grite “¡es para el 2022, estúpidos!”. De hecho ya lo era para mucho antes, tanto que podría decirse que para el 2019, primer año desperdiciado del Gobierno Encargado de Juan Guaidó Márquez.

¿Qué solución nos están dando para el 2022? Ninguna. Un Referendo Revocatorio en peores condiciones que el último, teniendo que levantar el 20% del padrón electoral en circunstancias muy adversas –pandemia incluida-, sin la presencia de los millones de venezolanos que se encontraban en el país en el 2016.

Aunque los partidos políticos sigan sin mencionar o nieguen la solución constituyente, esta resulta en la solución inmediata que aborda el problema de una Presidencia y el resto de las instituciones ilegitimas del país, y que con un acompañamiento adecuado de la Comunidad Internacional, puede implementarse en mínimo 6 meses y máximo un año.

Sustituir al régimen, establecer un Gobierno de Transición, y realizar elecciones de los Poderes Públicos en libertad, es para lo que está hecha la previsión Constitucional de convocar a una Constituyente, con el arbitraje electoral de la Comunidad Internacional, sin contar con la completa Refundación del país. Lo que falta aquí es la voluntad política.

¿Y cómo llegamos a ese punto donde los partidos, la Comunidad Internacional -en especial los EEUU- y el pueblo venezolano se convenzan que Refundar a Venezuela debe pasar por ese proceso profundamente renovador? ¿Cuánto sufrimiento más tendremos que pasar antes de abordar un proceso en el que todos coincidimos se tiene que realizar?

Cuando los venezolanos este mismo año 2022 nos pronunciemos todos, exigiendo que no podemos seguir esperando ni un día más por la solución de este desastre y presionemos donde tengamos que hacerlo, afuera y adentro del país, solo entonces empezará a salir la voluntad política para un proceso constituyente. Entonces depende de nosotros…

Caracas, 6 de Enero de 2022

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viernes, 31 de diciembre de 2021

Otro túnel para el 2022

Por Luis Manuel Aguana

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Termina el año 2021 sin un progreso claro en la ruta del Cese de la Usurpación-Gobierno de Transición-Elecciones Libres, promesa fundamental del Gobierno Interino de Juan Guaidó Marquez desde su investidura como Presidente Encargado de la República en Enero de 2019. Marchas y contramarchas que se tradujeron en dos modificaciones definitorias del Estatuto de la Transición, en clara muestra de que los partidos políticos de la oposición oficial nunca soltarán el control del Ejecutivo Encargado, a pesar de todas las críticas del llamado país nacional, lo que nos envía un claro mensaje a los venezolanos de que su problema no es liberar a Venezuela de una tiranía sino el de permanecer miserablemente hundidos en el poco poder y espacios que les deja el régimen para sobrevivir. Más lamentable no puede ser el panorama para finales de este año.

Sin embargo no deseo despedir este año sin al menos dar una luz al final de un túnel que aún no hemos construido. Y ustedes me preguntarán ¿cómo vamos a ver luz al final de algo que no existe? Esa expresión popular que es usada para seguir trabajando por una esperanza de recorrer un largo trayecto de obscuridad, dando tumbos hasta llegar a ver una luz que nos indique finalmente que estamos saliendo de ese trayecto, presupone un túnel ya construido que ya tiene preestablecida una dirección y una salida que no encontraremos hasta que aparezca esa luz.

Pues no, si seguimos perdidos dentro de ese túnel oscuro después de tantos años no saldremos nunca porque quienes lo construyeron no le pusieron una salida, por lo tanto por más que lo recorramos nunca veremos una luz. Quienes lo hicieron modificaron dos veces una ruta que ya se desdibujo del imaginario de los venezolanos porque quienes debieron insistir en ella se olvidaron de nosotros que estábamos adentro.

Entonces para el año que viene yo los invito a construir otro túnel. Pero para hacer eso debemos tener clara cual dirección tomar dentro de la oscuridad, y entre todos los que cavemos deberemos creer fervientemente en ella. Solo así podremos encontrar nuestra salida y crear para nosotros mismos esa luz. Veremos la luz en ese túnel pero solo si lo construimos nosotros mismos.

La Ruta Cese de la Usurpación primero, Gobierno de Transición después y Elecciones Libres al final, es algo que tiene una lógica sólida que va mas allá de toda la babosería política que inventen los partidos para retrasarla, olvidarla o sepultarla en un montón de jerga leguleya escrita en un Estatuto de la Transición, con todo y los cambios que deseen hacerle. La lógica del pueblo es de una solidez indiscutible y eso fue refrendado en una Consulta Popular realizada hace hoy más de un año, del 7 al 12 de Diciembre de 2020, decisión de un pueblo decidido a lograr su libertad, y que hoy hace un año llamé La última institucionalidad que nos queda (ver mi nota del 31 de Diciembre de 2020, en https://ticsddhh.blogspot.com/2020/12/la-ultima-institucionalidad-que-nos.html).

No me equivoque hace un año al mencionar que habíamos retrocedido: “Pero más allá de  lo que acaban de hacer los diputados para seguir vigentes después del 5 de Enero de 2021, y la consecuente extensión del mandato de Juan Guaidó como Presidente Encargado, considero más importante como se desarrollará la lucha opositora en el transcurso del año 2021 al no tener una Asamblea Nacional en pleno funcionamiento como este año, o peor aún, con un funcionamiento en entredicho, y un Presidente Encargado mediatizado. En el neto en ambos terrenos hemos retrocedido con respecto al año que cierra hoy. Eso le deja una sola carta a Venezuela: el papel que deberán jugar los ciudadanos no investidos de autoridad para recobrar su libertad en el 2021”.

Esa afirmación de hace un año cobra ahora más fuerza y vigencia que nunca, y es por eso mi invitación a los venezolanos a cambiar el recorrido y la dirección construyendo otro túnel para el 2022. Los partidos iniciarán otro año repitiendo y profundizando los errores que cometieron en el año 2020 sin haber aprendido nada en el año 2021 con la reedición corregida y aumentada de los errores cometidos con el Estatuto de la Transición, con una línea que fracasará de nuevo en el 2022 por la locura einsteniana de insistir en lo mismo con los mismos resultados, en una insistencia suicida de controlar lo que de suyo no pueden controlar por el concepto mismo de la separación Constitucional de los Poderes Públicos y la unidad de mando. Solo UNO puede ser responsable, y ese no es otro que el Presidente que nos dimos Constitucionalmente en Enero de 2019 y que debe rendir cuentas. De otra manera nunca veremos esa luz que esperamos porque el único que está ganando aquí es el régimen.

Los partidos están sin oxigeno y lo peor del cuadro es que nos están ahogando con ellos porque insisten en una solución que no incluye al pueblo que dicen representar. En pleno Siglo 21 creen en las prácticas electoreras donde manipulaban a la gente para elegirlos creyendo que eso se quedaría allí hasta renovarles de nuevo la tarjeta en las siguientes elecciones. Entérense que eso ya se acabó. La tecnología los sigue minuto a minuto a través de las redes, la gente sabe lo que hacen y lo que realmente piensan. De allí que esas estructuras llamadas estalinianas que tienen más de 100 años ya no resistan el paso del tiempo. Cualquier solución a la crisis venezolana pasa por tomar en cuenta al pueblo venezolano.

Y si a eso no se le da paso, romperá los muros de esa indiferencia tarde o temprano. Entonces el problema es cómo hacer para que el pueblo se pronuncie para tomar las decisiones que correspondan. En ANCO hemos insistido en la dirección de la convocatoria del pueblo para que decida a través del único instrumento que le queda a la Constitución, que no es otro que el camino Constituyente. Muchos podrían indicar otros caminos por muchísimas razones, como en efecto están haciendo de seguir andando en el mismo túnel, pero la que no podemos todos rebatir es que es el pueblo es el único que puede tomar las decisiones para salir de esta plaga que nos ha caído desde 1998, y todo lo que tenemos que hacer es acordar en cómo darle cauce en el medio de una tiranía. Lo que no puede ser es que discutamos sobre el principio fundamental de que sea el pueblo el que decida.

Y creo que todos los venezolanos hemos estado de acuerdo de una u otra forma en que es el pueblo el que debe decidir. Dos Consultas Populares masivas son la prueba fehaciente de ello, aunque la dirigencia política opositora les haya dado la espalda. ¡Que el pueblo decida! es y seguirá siendo nuestra consigna el próximo año. Si realmente deseamos que el 2022 sea el año de la liberación de Venezuela, tenemos que seguir el camino que el pueblo decidió. Y si el túnel por donde vamos no nos lleva a esa luz, entonces hagamos otro en el medio de la oscuridad. Solo decidamos que herramientas usamos siguiendo la dirección que el pueblo se dio para llegar a ella con mayor rapidez. Dios será nuestra guía y compañía en ese nuevo túnel que cavaremos para este Nuevo Año del Señor 2022. Agradeciendo profundamente a mis seguidores otro año más por su seguimiento solidario, solo me resta desearles un extraordinario Feliz Año 2022 a todos ustedes…!

Caracas, 31 de Diciembre de 2021

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