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sábado, 30 de diciembre de 2017

2018: Hechos y efectos

Por Luis Manuel Aguana

Podría tomar exactamente el mismo texto que publique hace 3 años, el 31 de diciembre de 2014 (ver El año de la verdad, en http://ticsddhh.blogspot.com/2014/12/el-ano-de-la-verdad.html) cambiando la referencia de los años y situaciones y ustedes ni siquiera lo notarían. Todavía sigue planteado el mismo paradigma: no se acaba de entender a qué nos estamos enfrentando (nosotros jugando ajedrez mientras ellos juegan damas chinas) y una oposición entregada completamente al régimen. En el ultimo día del 2014 era una propuesta a todo grito: “Necesitamos cambiar URGENTEMENTE a los jugadores que nos representan porque precisamente son una parte importante del problema”. Ahora es una necesidad impostergable ante una realidad que nos atropella.

Si en algo se distinguió el año 2017 fue en ser una versión corregida y aumentada del 2014 pero con más muertos, más presos, más hambre, más inflación, más represión, más destrucción de nuestro país. Pero con una diferencia: los venezolanos ahora sabemos mucho más acerca de los responsables del desastre, incluyendo a la oposición entregada. El 2016 fue el año de la esperanza al creer que la oposición oficial haría algo con la Asamblea Nacional, pero no fue así. El 2017 fue el año de la protesta, pero frustrada por una oposición entregada en un dialogo indigno. ¿Qué será el 2018? ¿Será el año del cambio?

No entraré aquí a especular sobre lo que podría pasar en Venezuela, entre otras cosas porque eso no lo sabe nadie. Pero lo que sí podría hacer es comentar sobre algunos hechos que considero clave ocurridos en el 2017 y sus posibles efectos sobre los venezolanos, lo que al final determinará lo que terminará pasando en el 2018. Eso tal vez nos pueda ayudar a que cada quien visualice los escenarios más probables sobre los que nos moveremos el año entrante.

Hecho: Violación abierta de los derechos Humanos en Venezuela y la reacción de la comunidad internacional.

Luego de la violencia desatada por el régimen como consecuencia de las protestas por haber secuestrado el Referendo Revocatorio del 2016, con su resultado en muertos, detenidos y violación de todo tipo a los Derechos Humanos en nuestro país, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos publicó un informe relativo a la observación de los Derechos Humanos en Venezuela titulado “Violaciones y Abusos de los derechos humanos en el contexto de las protestas en la República Bolivariana de Venezuela de 1 de abril al 31 de julio de 2017” (ver Informe completo en español en http://www.ohchr.org/Documents/Countries/VE/HCReportVenezuela_1April-31July2017_SP.pdf).

La publicación de este informe por parte del máximo representante de la ONU en Derechos Humanos marca un antes y un después en la lucha en contra de la tiranía de Nicolás Maduro desde la perspectiva de la comunidad internacional. El máximo organismo de la diplomacia mundial, la ONU, certificó el carácter dictatorial y sanguinario del régimen que gobierna a Venezuela.

Sus efectos no se hicieron esperar y comenzaron una lluvia de sanciones, no contra el país, sino en contra de los funcionarios venezolanos que violaron y todavía violan nuestros derechos humanos en Venezuela. Se aceleran los expedientes por delitos de Lesa Humanidad desde Nicolás Maduro llegando a toda su camarilla, en la Corte Penal Internacional, por ser responsables de la muerte de jóvenes venezolanos, torturas y represión política. Estos delitos no prescriben y no se escaparan de esas sanciones así se vayan mañana del gobierno. Esto sin contar con las acusaciones de narcotráfico y lavado de dineros hechos por las principales agencias del mundo en esa materia.

Hecho: Consulta Popular del 16J

La oposición oficial se hallaba en un callejón sin salida, prisioneros de sus propias torpezas. Comenzaron una cruzada de protestas en las calles sin una solución estructurada previamente, más allá de la esperanza que el régimen se cayera solo con la presencia de la gente en las calles, olvidando que estábamos repitiendo la misma situación del 2014. Las 4 condiciones exigidas (salida de los presos políticos, canal humanitario, respeto a la Asamblea Nacional y elecciones generales) fueron ignoradas de manera rampante por el régimen a costa de la sangre de más de 150 jóvenes venezolanos y miles de presos políticos.

Para parar la convocatoria inconstitucional de Maduro a una Asamblea Nacional Constituyente, desde la Alianza Nacional Constituyente le propusimos a la MUD una salida a ese callejón a través de una propuesta: un Referendo Consultivo sin el CNE conducido por la sociedad civil y fundamentado en el Artículo 71 constitucional, para preguntarle al pueblo si quería o no una Constituyente convocada desde el gobierno (ver ¿Qué parte de la pregunta No. 3 no entendió la MUD, en http://ticsddhh.blogspot.com/2017/07/que-parte-de-la-pregunta-no-3-no.html). Ahorcados y sin respuestas para una población muriendo en las calles, accedieron a la petición, pero sin cumplir con el mandato de la Consulta Popular finalmente decidida.

Tengo la teoría, comprobada por los hechos posteriores, que aceptaron ir a esa consulta para detener el movimiento en la calle, prometiéndonos algo que ya habían negociado no cumplir, por un acuerdo subrepticio con el régimen. De allí que Maduro permitiera esa consulta, como nos lo restregara en la cara en una de sus alocuciones posteriores. En otras palabras, el resultado del 16J había sido negociado por esos traidores antes de ser realizado.

Pero la MUD y el régimen olvidaron algo muy importante: el pueblo hizo un pronunciamiento político contundente y así lo oyó el planeta entero, por lo que se le dio la carta blanca a la Asamblea Nacional para proceder con el mandato, cosa que ignoraron hacer para sorpresa de todo el mundo, porque ya habían pactado con el régimen. El mandato sigue vigente aunque ellos estén en Republica Dominicana entregando el país.

Hecho: Elecciones de una Asamblea Nacional Constituyente inconstitucional con funciones legislativas por encima de la Asamblea Nacional

El régimen siguió su curso de llamar a unas elecciones constituyentes irritas e inconstitucionales. Pero la verdadera intención era negociarlas con la oposición. A esta negociación vino el intermediario José Luis Rodríguez Zapatero antes del 30J. Al rechazar esa negociación, se vuelve al punto cero. La oposición se queda sin nada porque la presión de calle había cesado. De esta manera la oposición oficial desperdicia la sangre derramada de más de 150 personas de las protestas de abril-mayo-junio-julio y el régimen cumple su propósito de elegir una constituyente 100% oficialista que asume las funciones constitucionales de la Asamblea Nacional de legislar. Eso es a todas luces imposible de aceptar.

Hecho: Sanciones inteligentes de los principales países y Venezuela ahorcada económicamente

El régimen logra controlar las protestas pero a un costo político altísimo. Difícilmente de ahora en adelante encuentren colaboración de ningún país, fuera de la órbita socialista-comunista. Se levantan sanciones directas a los principales funcionarios del régimen, incluyendo una fundamental que impide “las negociaciones sobre nuevas emisiones de deuda y bonos por parte del gobierno de Venezuela y de la petrolera estatal PDVSA” (ver  http://www.el-nacional.com/noticias/bbc-mundo/impone-sanciones-financieras-contra-gobierno-maduro_200568). Este ahorcamiento no permite que Maduro siga endeudando nuestras próximas generaciones a cambio de financiarse para seguir en el poder. Esta es la más contundente de las sanciones en virtud de que todo el sistema financiero internacional pasa por los Estados Unidos.

Hecho: Hiperinflación

Al no disponer de más dinero y estar PDVSA en la quiebra financiera y la más baja producción en toda su historia, los castro-comunistas del régimen someten al país a la más brutal inflación jamás vivida en Venezuela. Al cierre de 2017 los economistas estiman una inflación superior al 2.000% (ver cifras de Econométrica en http://www.el-nacional.com/noticias/economia/econometrica-calcula-que-cierre-del-ano-inflacion-superara-2000_213359). Por más aumentos de sueldo que el régimen decrete será imposible comprar comida al cierre del año y comienzos del 2018.

Hecho: Oposición entregada en dialogo y dispuesta a reconocer la ANC y a ayudarlos a desmontar las sanciones

El régimen desesperado negocia elecciones adelantadas para febrero o marzo de 2018 pero sin desmontar su Constituyente inconstitucional. Aquí se están jugando el cuello los dos principales actores –MUD y Maduro- que nos han llevado a este infierno en la tierra. La oposición proponiendo en los corrillos políticos a un “outsider” (ver Por favor, ya basta de salvadores, en http://ticsddhh.blogspot.com/2017/12/por-favor-ya-basta-de-salvadores.html), e intentando convencer a los electores de volver a las urnas luego de dos catástrofes electorales seguidas, con un casino arreglado y ministerio de elecciones del régimen, el CNE ; y un Maduro desesperado por que hayan colas para votar para de nuevo robarse las elecciones como el 2013, pero esta vez con mucha gente en los centros electorales y sus “Puntos Rojos” a las afueras, validando así otro mega fraude pero con auxilio de la población. Eso es lo que nos espera de darse esas elecciones con la anuencia de la oposición oficial. Los venezolanos debemos rechazar esa trampa.

Entendámoslo de una buena vez: Maduro no puede dejar Miraflores, por lo que a fuerza de trampas nunca permitirá que un candidato opositor gane esas elecciones. Si sale, el resto del chavismo no-madurista se lo traga vivo. Y si en el supuesto negado que la oposición “gane” como lo está vendiendo la MUD, el país no sería conducido por “la oposición” sino por la Constituyente de los Rodríguez. Resultado: perdemos los venezolanos así nos compremos todos los números de la rifa. Ese es el negocio chimbo que nos están tratando de vender Borges y Florido, quienes vienen dispuestos a reconocer la Constituyente del régimen y ayudarlos a desmontar las sanciones porque “ahora si hay un gobierno democrático en Venezuela”. Si creen que los norteamericanos se van a comer esa pendejada mejor renuncien.

Hecho: Hambre y descontento popular

Finalmente llegamos al 31 de Diciembre de 2017 sin comida, sin medicinas, sin luz, sin gasolina, sin repuestos, sin poder adquisitivo, sin efectivo, y sin nada. De allí a que una población indignada y hambrienta compuesta por un pueblo de todas las tendencias políticas busque a los responsables y los saque con violencia de sus cómodas oficinas ministeriales, no hay más que un paso. Y eso es a lo que realmente le temen. ¿Cómo evitarlo? Ya lo dijimos, “La solución reside en el pueblo soberano” (ver 4 preguntas para el destino de Venezuela, en http://ticsddhh.blogspot.com/2017/11/4-preguntas-para-el-destino-de-venezuela.html). Al régimen no le queda más alternativa que acceder a eso y dar paso a una solución pacífica, democrática, constitucional, realmente electoral con observación internacional. Si acceden, tendrán algún control sobre la pena por esa condena y quienes la pagarán. O salen con las manos en alto del secuestro al que tienen sometidos a los venezolanos o tendrán que someterse al juicio y sentencia que la misma población indignada les de, tal y como ya está ocurriendo con la justicia, tomada en mano propia en los barrios en contra de los delincuentes. Ya no les queda mucho tiempo para decidir.

Efectos: Huida hacia adelante en lo político y económico

Los hechos descritos condujeron a Venezuela a este foso de donde no saldremos sin una perspectiva clara del problema. Esta situación explosiva se viene gestando desde la muerte no aclarada del Galáctico y al parecer no admite mas esperas porque ya no se cura con elecciones, como creen quienes desde la oposición oficial pretenden seguirle el juego al régimen. Llegamos al momento que la arruga llegó al final y su efecto más importante se sintetiza en sola una palabra: caos.

El régimen necesita dar la impresión que se ha llegado a un acuerdo con los factores “opositores” y generar la confianza de que se están arreglando los problemas. De allí que huya de nuevo hacia delante como siempre lo ha hecho, con unas elecciones adelantadas.  Pero al ser esto otro engaño más a la población debido a que no se estarán atacando los problemas estructurales del país, seguirá el no hay en Venezuela porque el socialismo necesita a alguien que lo mantenga, como nosotros hemos mantenido a los castro-comunistas de Cuba desde que Chávez decidió entregarles el país.

En lo económico el régimen pretenderá huir hacia delante con un espejismo tecnológico: la criptomoneda “Petro”. Esa apuesta que pretenderá profundizar el 2018 al no encontrarle salidas a la destrucción de la economía del país, no resolverá los problemas de producción de alimentos ni de ingresos, pero si será un buen trapo “rojo” que mantendrá ocupados a los analistas y técnicos mientras el régimen busca el oxigeno para estabilizarse. Esta estrategia amerita una nota completa que le dedicaré más profundamente el año entrante al ser ese un tema natural de este blog.

En todo este contexto la Teoría del Caos nos indica que cualquier cosa puede pasar. Es imposible predecir algo en Venezuela habida cuenta de que se han multiplicado el número de variables sensibles que pueden llevar a este sistema a cualquier lugar. Por eso no es una opción para nadie dejar que los acontecimientos fluyan sin ningún control, siendo nosotros en la sociedad civil los más interesados. De allí es que salen las propuestas concretas que hemos realizado, intentando ampliarlas al resto de los sectores para hacerlas una exigencia común general de la oposición venezolana en un contexto muy amplio.

El año 2018 deberá construirse sin más demora una oposición en la que los venezolanos podamos creer y que definitivamente nos merecemos. Esa purga deberemos darla nosotros mismos porque es un prerrequisito fundamental para lograr conducir un desalojo ordenado del régimen, sin violencia y sin exclusiones, pero con justicia. Ha sido un mensaje constante de este escribidor confirmado por los hechos en todos estos años, que sin una oposición verdaderamente consustanciada con el país, por más pequeña que esta sea, jamás saldremos del régimen.

Si llegaron hasta aquí, mis disculpas por lo inusualmente extenso de esta última nota del año pero creo que era necesario por lo igualmente extenso de nuestros problemas. Que tengan todos mis queridos amigos y seguidores de este blog, el mejor año 2018 posible, esperando conseguir en él, el cambio en paz y la prosperidad que todos anhelamos…

¡Feliz Año 2018!

Caracas, 30 de Diciembre de 2017

Twitter:@laguana

viernes, 28 de julio de 2017

Mi apoyo por unas sanciones inteligentes

Por Luis Manuel Aguana

Muy interesante ha resultado el debate en torno a las sanciones económicas que eventualmente podría llevar a cabo la administración del Presidente Donald Trump a Venezuela en el caso de cristalizarse el fraude constituyente de Nicolás Maduro el próximo domingo 30 de julio.

Ya han surgido opiniones, nacionales e internacionales, en relación a la pertinencia de esas sanciones habida cuenta de que a juicio de algunos, estas afectarían, no al régimen sino a los propios venezolanos que ya estamos pasando hambre sin existir sanciones. Ese es el argumento principal del importante analista político Moisés Naim en su más reciente artículo en El País de Madrid (ver Así podría salvar Trump a Maduro https://elpais.com/elpais/2017/07/22/opinion/1500736448_801513.html) según el cual las sanciones casi nunca logran su objetivo, atornillando más bien a los regímenes a quienes se les imponen. Pero a eso hay que ponerle una lupa.

Siempre trato de poner este tipo de debates en una perspectiva más real para quienes desde el común podamos entender con mejor claridad un problema que de suyo es mucho más complejo. Una vez puse el ejemplo del condominio para explicar el alcance del Poder Constituyente Originario en un país (ver ¿Quién pone las reglas? en http://ticsddhh.blogspot.com/2014/06/quien-pone-las-reglas.html). Pues bien, aunque aquí no estemos hablando de un país sino de un concierto de naciones creo que las relaciones aplican perfectamente.

Si suponemos que cada país es uno de esos apartamentos en un condominio, y en alguno de ellos todos los que vivimos en ese condominio sabemos que están ocurriendo actos que violentan los derechos de las personas, porque escuchamos los gritos y los golpes, y de paso sabemos que quienes viven en ese apartamento apoyan actos en contra de la convivencia de los vecinos, la primera reacción es llamar a la policía para que intervenga, sin discriminar que quienes salgan afectados sean todos los que habiten allí.

Nadie se para a decir que no llamen a la policía porque hay niños en ese apartamento o la señora que vive allí es una mujer muy decente. El tema es acabar con una situación violenta que terminará por afectar a todos los apartamentos. Es por eso que todos los condominios tienen reglas claras en relación con los que no pagan su cuota mensual o no saben cómo convivir.

Entonces el tema no es sancionar quirúrgicamente al dueño del apartamento para evitar que este le siga pegando a su mujer o a sus hijos, aunque esto pueda ayudar a mitigarles los golpes, sino lograr -o al menos coadyuvar- a que la situación termine. Entonces por principio básico y universal debe privar una sanción al apartamento como un todo. Pero es allí donde debemos detenernos para establecer cuál es la sanción más aconsejable para generar el menor daño posible a quienes resultan maltratados.

No es posible que cuando se habla en los Estados Unidos de considerar sanciones para el régimen que nos hace daño en Venezuela, los primeros que hacen el lobby en Washington para que estas no ocurran sean los dirigentes de la MUD. Esto es, aquellos que supuestamente representan a los maltratados, sin considerar siquiera el tipo de sanción que podría aplicarse a un régimen violador de derechos humanos como este.

No es posible que cuando nos estamos enfrentando a la peor tragedia que jamás haya vivido Venezuela en su historia, la preocupación de nuestros dirigentes opositores no sea el pensar en cual sería la mejor sanción que deba aplicarse al régimen desde afuera y a negociar con los países amigos en el exterior cuál sería la mejor manera para que no afecten a la población, sino en ver cómo quedan en una carrera electoral. Eso, además de frustrante, es indignante.

Es por eso que celebro el concepto de “sanciones inteligentes” explicado por el ex Embajador en la ONU, Diego Arria, en su último artículo en El País de Madrid (Una sanción inteligente en la batalla por Venezuela
https://elpais.com/internacional/2017/07/26/actualidad/1501099818_321927.html)  donde sugiere que sin dejar de sancionar al país como un todo, la estructuración de la sanción se haga de tal manera que los habitantes del país se vean afectados en el menor grado posible, y en mayor grado al régimen que nos maltrata.

En una oportunidad  di cuenta del singular desprecio de la oposición por la experiencia única de este venezolano en situaciones de negociaciones internacionales muy complejas, y que siempre es aprovechada por todo el mundo fuera de Venezuela menos por nosotros (ver La Fórmula Arria o cuando en la casa del herrero los cuchillos son de palo, en http://ticsddhh.blogspot.com/2014/03/la-formula-arria-o-cuando-en-la-casa.html). Después de leer esa nota y al ver la descomunal crisis política de Venezuela que tiene al mundo en vilo, tal vez ustedes convengan conmigo que Arria debería estar encabezando nuestra delegación negociadora con el régimen de Maduro, y no esta combinación de políticos ansiosos de una nueva elección, mezclada con muchachos muy voluntariosos pero sin ninguna idea ni experiencia en conflictos de esta magnitud, que lo que pueden es llevarnos a escalar esta situación a niveles de destrucción y muerte completamente desconocidos por nosotros.

La sugerencia de Arria: Que las empresas de Estados Unidos no dejen de comprar nuestro petróleo, pero que en lugar de pagarlo en divisas realicen operaciones de trueque de alimentos, medicinas y equipos hospitalarios”, apunta a sanciones unilaterales inteligentes para un régimen que está utilizando nuestro dinero para atropellarnos en Venezuela.

No me cabe ninguna duda de la veracidad de la expresión del Secretario General de la OEA, Luis Almagro, en el sentido de que “las sanciones que puedan imponerse no empeorarían para nada el sufrimiento actual de los venezolanos, porque los recursos que le pertenecen al pueblo son utilizados por el régimen para asesinar y torturarlos, y no son invertidos en su bienestar, como lo demuestran las trágicas estadísticas de mortalidad infantil y desnutrición que superan a las de Siria”, como bien cita Arria en su artículo.

¿Cuál será el porcentaje del ingreso de esos 700 mil barriles diarios que factura Venezuela a los compradores de petróleo en los Estados Unidos que verdaderamente nos llega a los venezolanos?  Tengan la seguridad que muy poco. Los alimentos que consume el venezolano de bajos recursos a través de esas cajas del CLAP se compran a precios ínfimos fuera del país y son sobrefacturados y vendidos en bolívares a la población a 10 o más veces su costo por los malandros del régimen, sin contar con la cadena de bachaqueo para quienes no gozamos de ese “privilegio” gubernamental.

Entonces, ¿qué diferencia habría en eso? ¿Qué las cosas serían más caras? ¡Por favor! Lo son ahora y todas las semanas sin ayuda de Trump. Que me cuenten después una de vaqueros. La diferencia fundamental estaría en que Maduro y sus ladrones no contarían con dólares para el pago de sus condominios en Miami, o no le podrían echar gasolina a los aviones de PDVSA que transportan a los gorilas del régimen a Cuba; o mejor aún, tendrían que empezar a cobrarle a quienes Maduro les regala el petróleo a cambio de votos en la OEA. Se pondría muy interesante la vaina pero para ellos, porque ya nosotros estamos pasando hambre.

Otra opción nos la explica Carlos Alberto Montaner en un reciente artículo (ver Maduro Continues to Be a Danger for Everyone, en
http://www.elblogdemontaner.com/maduro-continues-to-be-a-danger-for-everyone/) donde el destacado analista internacional expone un tipo de sanción inteligente que es necesario considerar: “Tal vez no sea prudente que Estados Unidos elimine sus compras de petróleo de Venezuela -la única fuente de ingresos para el país-, pero sería factible depositar los ingresos de estas transacciones en una cuenta de depósito hasta que la Asamblea Nacional certifique que el comportamiento de Maduro compagina con las normas constitucionales. Sería una irresponsabilidad alimentar a un gobierno ilegítimo que usurpa funciones que no son de su competencia” (traducción libre). Ya Montaner había expuesto esta solución en una pasada intervención (ver Sancionar o no sancionar, ese es el dilema de Trump en Venezuela en https://youtu.be/QD_yjwgqJKg).

Estoy entonces completamente de acuerdo y doy mi apoyo sin complejos, por sanciones inteligentes que bien podrían complementar el mandato derivado de la Consulta Popular del 16J que la Asamblea Nacional no ha satisfecho todavía. Esto es, nombrar un Gobierno de Transición que se ocupe de administrar ese dinero que no le entraría al régimen ilegítimo de Nicolás Maduro, a favor de las necesidades del pueblo venezolano. De esta manera estaríamos más cerca de solucionar la crisis venezolana, manteniendo el control de los recursos con la ayuda de la comunidad internacional. ¿Qué dicen, dan ustedes el suyo?

Caracas, 28 de Julio de 2017

Twitter:@laguana